martes, 20 de septiembre de 2016

Abadías por países - Alemania


La Abadía imperial de Lorsch (en alemán: Reichsabtei Lorsch; en latín:Laureshamense Monasterium, también llamada Laurissa y Lauresham), en Lorsch, a 10 km al este de Worms, en el Distrito de Bergstraße, estado federado de Hesse,Alemania.
Fue uno de los más famosos monasterios del Imperio carolingio. En la actualidad se encuentra en ruinas, sus restos se hallan entre los edificios prerománicos más importantes de Alemania. En el año 1991 las ruinas de la abadía fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.1
Su crónica, anotada en el Códice de Lorsch desde 1170 (en la actualidad en el archivo estatal de Wurzburgo), es un documento fundamental en la Baja Edad Media alemana. Otro famoso documento de la biblioteca monástica es el Codex Aureus de Lorsch.

La abadía fue fundada en 764 por el conde franco Cancor y su madre viuda Williswinda como una iglesia propia (ecclessia propria) y monasterio en sus dominios, Laurissa. Confiaron su gobierno al sobrino de Cancor,Crodegango, arzobispo de Metz, quien dedicó la iglesia y el monasterio a San Pedro y se convirtió en el primer abad. Sus beatos fundadores enriquecieron la nueva abadía mediante donaciones. En 766 Crodegango renunció al cargo de abad por sus importantes deberes como arzobispo de Metz y envió a Lorsch a su hermano Gundeland como su sucesor junto con catorce monjes benedictinos. Para hacer la abadía popular como santuario y lugar de peregrinaje, Crodegango obtuvo del papaPaulo I el cuerpo de San Nazario, martirizado en Roma con tres compañeros durante el reinado de Diocleciano. El 11 de julio de 765, llegó la sagrada reliquia y fue depositada con gran solemnidad en la basílica del monasterio. La abadía y la basílica fueron renombradas en honor a San Nazario.
La iglesia principal de San Pedro, San Pablo y San Nazario fue consagrada por el arzobispo de Maguncia en 774, en presencia de Carlomagno. Se propagó que muchos milagros sucedieron por la intercesión de San Nazario de Lorsch, y de todas partes de Europa llegaron gran número de peregrinos para visitar el santuario. En el curso de nueve siglos, la biblioteca y el escritorio de Lorsch llegaron a ser uno de los centros culturales de Alemania. Cuatro catálogos del siglo IX demuestran que fue rica en textos clásicos y cristianos.2 Papas y emperadores favorecieron repetidamente la abadía con privilegios y patrimonio que iba desde los Alpes al Mar del Norte, esto hizo que en poco tiempo la abadía no solo fuese inmensamente rica, sino que tuviese una gran influencia política. La abadía fue nombradaReichsabtei (un principado soberano sujeto directa y únicamente al emperador). La posición de la abadía fue tan elevada que dos reyes carolingios, Luis el Germánico y Luis el Joven, fueron enterrados allí.
Primera página del Codice de Lorsch.
Al disfrutar la abadía de los derechos de un Estado, empezó a involucrarse en enemistades locales y numerosas guerras. Después de cuarenta y seis abades de la orden benedictina que habían gobernado la abadía, Conrad, el último de los abades fue depuesto por el papa Gregorio IX, y por la influencia del emperador Federico II, Lorsch pasó a manos del arzobispo de Maguncia en 1232, terminando el gran periodo cultural y de política independiente de la Abadía de Lorsch.
En 1248, los monjes mostenses se hicieron cargo del monasterio con la aprobación del papa Celestino IV y permanecieron allí hasta 1556, cuando Lorsch y los alrededores pasaron a manos de los príncipes luteranos y calvinistas. El príncipe elector del Palatinado, Otón Enrique trasladó el contenido de la biblioteca a Heidelberg, formando la famosa Bibliotheca Palatina, justamente antes de la disolución de Lorsch en 1557/1563. Los religiosos que permanecían habitando la abadía recibieron una pensión y fueron expulsados. En 1623, después de la conquista de Heidelberg,Maximiliano Elector de Baviera entregó la espléndida biblioteca, 196 manuscritos, al papa Gregorio XV.3 Leone Allacci fue enviado para controlar el traslado a Roma, donde fueron incorporados a laBiblioteca Vaticana.
Durante la Guerra de los Treinta Años Lorsch y sus alrededores sufrieron mucho. En 1621 la mayoría de los edificios de Lorsch fueron derribados. Después el arzobispado de Maguncia recuperó su posesión, la región retornó a la facción católica. El más lúgubre periodo para Lorsch fue durante las guerras de Luis XIV de Francia entre 1679 y 1697. Pueblos enteros fueron convertidos en ruinas, los hogares de los campesinos fueron destruidos por el fuego, y los soldados franceses incendiaron los viejos edificios de la abadía. Una parte que quedó intacta, sirvió como almacén de tabaco en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. El antiguo pórtico real, el Königshalle, construido en el siglo IX por el emperador Luis III el Ciego, es el más antiguo y probablemente más bello monumento de la arquitecturacarolingia.

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La Abadía de San Galo (en alemán Fürstabtei Sankt Gallen) fue durante muchos siglos una de las principales abadías de la Orden benedictina en Europa. Está situada en la ciudad de Sankt Gallen, en Suiza. Fue declaradaPatrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.

Historia

El monasterio fue fundado en el año 613 y adoptó el nombre por San Galo, su fundador, un monje irlandés, compañero de san Columbano de Luxeuil ; Galo murió allí en 646.
Durante el reinado de Pipino el Breve se fundó la famosa escuela de San Galo, en la cual las artes, las letras y las ciencias florecieron. Bajo el gobierno del abad Waldo de Reichenau (740-814) se copiaron numerosísimosmanuscritos, formándose así una nutrida biblioteca. Muchos monjes irlandeses y sajones se establecieron en la abadía para dedicarse a la copia de manuscritos.
A petición de Carlomagno, el Papa Adriano I envió gran cantidad de cantores desde Roma, que propagaron elCanto gregoriano.
En el siglo XIII, la abadía y la ciudad, como principado independiente, estaban regidas por los abades, que adoptaron el título de príncipes del Sacro Imperio Romano.
Bajo los auspicios del abad Pío (1630-1674) comenzaron a imprimirse libros en la abadía. En 1712, la abadía sufrió el saqueo y el expolio de gran parte de sus tesoros, siendo llevadas muchas obras a Zúrich y Berna.
En la actualidad queda poco del monasterio original medieval. La mayor parte de las edificaciones, incluida laiglesia abacial, se reedificaron en un estilo tardobarroco.

La abadía

El complejo abacial en la época carolingia queda reflejado en un plano elaborado de la abadía suiza de San Galo, edificada alrededor de 820, en el cual puede observarse la disposición general de un monasterio importante de la época. El aspecto general del complejo es el de una ciudad de casas aisladas con calles entre ellas. Está edificado claramente de acuerdo a la regla benedictina, que establecía que, si era posible, el monasterio contuviese todo lo necesario para la vida, así como los edificios conectados más íntimamente con la vida religiosa y social de sus internados. Debía comprender un molino, una panadería, establos, así como acomodación para llevar a cabo todas las artesanías dentro de las murallas, de modo que no fuese necesario para los monjes salir de los límites del monasterio.
La distribución general de los edificios queda así:
La iglesia con su claustro está situada al sur, ocupa el centro de un área cuadrangular de cerca de 430 pies cuadrados. Los edificios, como en los monasterios grandes, están distribuidos en grupos. La iglesia forma el núcleo, como centro de la vida religiosa de la comunidad. En relación más estrecha con la iglesia está el grupo de edificios apropiados para la línea monástica y sus exigencias diarias: el refectorio para comer, el dormitorio para descansar, la sala común para relacionarse, la casa del capítulo para las conferencias religiosas y disciplinarias. Estos elementos esenciales de la vida monástica estaban colocados alrededor de un claustro, el cual contenía una arcada cubierta permitiendo la comunicación protegida de los elementos entre los edificios. La enfermería para monjes enfermos, con la casa del médico, y el jardín del herbolario quedan al este. En el mismo grupo que la enfermería está el jardín de los novicios. La escuela exterior, con la casa del maestro principal contra la pared opuesta de la iglesia, se halla fuera del recinto del convento, en proximidad a la casa del abad, que debía mantener constantemente vigilancia sobre ellos.
Plano de San Gall
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Iglesia
A. Altar mayor
B. Altar de San Pablo
C. Altar de San Pedro
D. Nave
E. Paraíso
F. Torres
Edificios monásticos
G. Claustro
H. Calefactorio, con el dormitorio encima
I. Letrinas
J. Casa del Abad
K. Refectorio
L. Cocina
M. Panadería y cervecería
N. Sótano
O. Sala, locutorio (encima: P1. Scriptorium con biblioteca [k], P2. Sacristía y vestíbulo)
Q. Casa de los novicios (1. capilla; 2. refectorio; 3. calefactorio; 4. dormitorio; 5. habitación del maestro; 6. cámaras)
R. Enfermería (1 a 6 como en la casa de los novicios)
S. Casa del médico
T. Jardín botánico
U. Casa para penitencias
V. Escuela
W. Alojamiento del maestro de escuela
X1. Casa de huéspedes para los de rango superior
X2. Casa de huéspedes para los pobres
Y. Cámara de huéspedes para monjes de otras órdenes
Departamentos de mantenimiento
Z. Granja
a. Era
b. Talleres
c. Molinos
d. Horno
e. Establos
f. Vaquería
g. Cabrería
h. Pocilga
i. Ovejas
k. Cámaras para sirvientes y trabajadores
l. Casa del jardinero
m. Granja de pollos y patos
n. Casa del cuidador de pollería
o. Jardín
q. Panadería para pan sacramental
s. Cocinas
t. Baños
Los edificios destinados a la hospitalidad se dividen en tres grupos: uno para la recepción de los huéspedes distinguidos, otro para los monjes que visitan el monasterio y otro para los viajeros peregrinos. El primero y el tercero están situados a la derecha y a la izquierda de la entrada común del monasterio. El hospicio para huéspedes distinguidos se encuentra en el lado norte de la iglesia, no lejos de la casa del abad; el de los huéspedes pobres se halla en el lado sur, cerca del grupo de edificios de la granja, el cual está claramente separado de los edificios monásticos. A la cocina, mantequería y oficinas se llega a través de un pasaje desde el lado este del refectorio y están conectadas con la panadería y la cervecería, las cuales están colocadas un poco más lejos. La totalidad de los lados sur y este están destinados a talleres, establos y edificios de granja.
Los edificios, con algunas excepciones, probablemente estaban todos hechos de madera, excepto la iglesia. En total son 33 bloques separados.
La iglesia es cruciforme, con una nave de 9 arcadas y un ábside semicircular en cada extremo. El extremo oeste está rodeado de una columnata semicircular, dejando un "paraíso abierto" entre él y la pared de la iglesia. La totalidad del área está dividida por paneles en varias capillas. El altar mayor está situado inmediatamente al este del transepto, o coro ritual, el altar de San Pablo, en el este, y el de San Pedro en el ábside oeste. Hay un campanario cilíndrico separado de la iglesia a cada lado del ábside oeste.
La innovación más importante es la clausura monástica, espacio abacial donde sólo puede haber monjes, no permitiéndose la entrada a los extraños (clausura pasiva) y los monjes no pueden abandonarla sin permiso (clausura pasiva).
Este plan sería el que serviría de modelo para la construcción de otros monasterios en todo el Sacro Imperio Romano, adaptándose a las circunstancias locales.
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La abadía de Fulda puede ser considerada cuna del cristianismo en Alemania Central y semillero de las ciencias y artes y foco de la civilización.
Fulda, fundada por San Bonifacio, es la mayor y más fecunda de las útiles instituciones debidas al celo infatigable de este apóstol de Alemania. Luego que hubo convertido la mayor parte de este inmenso territorio, erigido un gran número de iglesias y conventos y cuatro nuevas sedes episcopales, se ocupó de crear un monasterio más importante que cuantos hasta entonces existían. San Sturm, uno de sus discípulos a quien había granjeado en Baviera y hecho educar en Fritzlar, le secundó admirablemente. El monasterio debía colocarse en un paraje solitario, al abrigo de las invasiones de los sajones idólatras. Sturm anhelaba una vida austera y retirada. Bonifacio le envió pues, con dos compañeros a un sitio desierto, lleno de bosques seculares, llamado Buchonia a fin de escoger una localidad propicia, examinando con extremada prudencia la naturaleza del terreno, la situación, las colinas, los valles, los manantiales y arroyos.

Historia

Estatua de San Bonifacio en Fulda
Descubrieron un lugar, donde después se edificó la pequeña villa de Hersleld, que después de tres días de averiguaciones les pareció conveniente, pero que no mereció la aceptación de Bonifacio a causa de su proximidad a las fronteras sajonas. Fue preciso emprender nuevas pesquisas. Por último, Sturm indicó una posición que satisfacía todas las exigencias de Bonifacio y que se llamaba entonces Eihloha. Carloman hizo a Bonifacio donación de esta localidad, con una extensión de 4.000 pasos cuadrados. El 12 de enero de 744, Bonifacio, acompañado de siete colegas, tomó solemnemente posesión, e inmediatamente comenzó la construcción de la iglesia y del convento. Por espacio de tres años trabajaron arduamente. Cuando las obras estuvieron completamente terminadas, pensó Bonifacio en las distribuciones interiores de su futuro monasterio. Mandó al efecto a Sturm con dos compañeros a Italia para que visitase y estudiase los establecimientos más florecientes y sobre todo, elMonteCasino, y le trajese a Fulda el resultado de sus investigaciones. Sturm permaneció un año en Italia y a su regreso le nombró Bonifacio superior y organizador del nuevo convento. El número de los religiosos aumentó rápidamente: desmontaron el terreno, que bien pronto llegó a hacerse fértil; buscaron hábiles obreros en toda clase de labores se construyeron nuevos edificios. Las celdas se multiplicaron y el nombre de Fulda resonó en todas las llanuras de Alemania. De todas partes acudían a contemplar la nueva creación del desierto, a establecerse en sus inmediaciones o a solicitar la admisión en la abadía misma. Se abrió una doble escuela, la interior para los oblatos y educandos del estado eclesiástico y otra exterior para los niños de todas las condiciones. Bonifacio envió allá muchos jóvenes de Baviera, Franconia y Turingia. La escuela llegó a un alto grado de prosperidad y Carlomagno la declaró una de las joyas de su imperio. La miró con predilección y desde 787 la propuso por modelo de escuelas, fundando en ella al mismo tiempo las bases de una biblioteca, que con el tiempo se hizo célebre. No solamente se enseñaban allí los elementos de todos los ramos, sino que cultivaban la ciencia y las artes en todas las ramas entonces conocidas. Sobre todo, desde que fue superior Rábano Mauro, se palparon notables y rápidos progresos.

El trabajo en la escuela

Rábano Maurt tenía apenas 26 años cuando le puso al frente de esta escuela y ya su renombre atrajo a ella tal afluencia de alumnos que no siempre podían admitirse todos. Ella vino a ser el centro de la cultura e ilustración de Alemania, como Rábano Mauro era el representante de toda la ciencia de su época. Rábano, elegido abadsuperior en 822, había sentado los fundamentos de una escuela especial de arles, que completó Hadamar, decimotercero abad. Destinaron ciertos bienes raíces y determinadas rentas de la pertenencia particular del abad a obras de arte, a trabajos de arquitecturaescultura, cinceladura y mecánica y el intendente tenía la obligación de velar porque nunca faltasen fondos en la caja abadial y cuidar de que los artistas estudiasen constantemente y tuviesen a la vez educandos que formar.
Muchos religiosos se distinguieron por su saber: otros, como pintores y escultores, hallando cada uno a que dedicarse en el monasterio según su respectiva propensión y naturales dones y capacidad. Estos fieles representantes de la sabiduría divina, no desdeñaban ocupación alguna de cuantas pudiesen nutrir el espíritu y contribuir al bien general. Empleaban todo el tiempo libre de sus obligaciones eclesiásticas, en el estudio de las ciencias, en el ejercicio de las bellas artes y en la lectura de las sagradas letras. Dictaban unos y otros escribían comentarios sobre los libros del Antiguo y Nuevo Testamento; estos traducían e interpretaban la Biblia; aquéllos se consagraban a procurar la más fácil inteligencia del libro santo para la comparación de los pasajes paralelos. Muchos de ellos, por la profundidad de sus explicaciones, por la exactitud de sus observaciones, por el acierto de sus definiciones y divisiones y la legitimidad de sus conclusiones revelaban una inteligencia y erudición que no hubiera sido fácil hallar en otras partes. Los que no estaban provistos de talentos para elevarse a las sublimidades de la ciencia y del arte podían subir sin dificultad a un puesto honroso de segundo o tercer rango. Ayudaban a los primeros, preparando los materiales de sus trabajos, pintando unos los adornos e iniciales en los pergaminos; otros, plegando preciosamente los manuscritos; otros, pautando los libros, y otros dibujando con minio o con lápiz encarnado las grandes letras iniciales de losversículos y capítulos; otros en fin, copiando en limpio y ordenadamente lo que habían aquellos dictado o escrito a la ligera en hojas sueltas. Al lado de estos trabajos intelectuales, científicos y artísticos, tenían su lugar honroso y honrado en el monasterio y sus dependencias los más rudos ejercicios agrícolas y las profesiones y oficios más humildes; dando ejemplo los religiosos, que según la regla de San Benito distribuían el tiempo entre las ocupaciones espirituales y las labores corporales.
No todos moraban en el convento: los que cultivaban la tierra, vivían generalmente fuera en determinadas localidades. A estas, que desde su origen constaban de una celdilla y un pequeño jardín, fueron acudiendo otros labradores; cultivábanse terrenos bastantes extensos, roturáronse los bosques y poco a poco se fueron edificando en derredor de Fulda muchas poblaciones, cuyos principios no habían sido otros que las celdas de los religiosos, como indican aun hoy sus nombres. Las posesiones del monasterio fueron acreciéndose así por la actividad laboriosa de sus moradores y dependientes y más aún por las numerosas donaciones de los Príncipes y magnates del país.
Si Carloman había desde el principio asignado al monasterio un inmenso territorio, Pipino y Carlo-Magno no le cedieron en liberalidad y las ricas donaciones de muchos Obispos y de infinidad de bienhechores eclesiásticos y seglares le proporcionaron en poco tiempo tan considerable riqueza, que sus dominios se extendían por gran parte de Alemania. Pero la influencia moral y religiosa del convento se extendía aun más allá de sus posesiones. Desde la época de Sturm, los siete primitivos religiosos se habían multiplicado hasta 400 y la escuela de Rábano Mauro, ya lo hemos dicho, produjo los hombres más eminentes. Entre la multitud de sacerdotes y legos, sabios y celosos que salieron de Fulda para dirigir otras casas, para dedicarse a las misiones y para propagar por todos los medios la fe y los principios del cristianismo, se cuentan 11 Arzobispos, 11 Obispos, 14 abades y un gran número de consejeros y cancilleres de Príncipes, de embajadores y magistrados.
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