domingo, 23 de octubre de 2016

Doctrinas filosóficas


El materialismo es la idea que postula que la materia es lo primario y que la conciencia existe como consecuencia de ésta, a partir de un estado altamente organizado que produce un cambio cualitativo.
Asimismo, acerca de la relación del pensamiento humano y el mundo que lo rodea y la cognoscibilidad de ese mundo, el materialismo afirma que el mundo es material y que existe objetivamente, independientemente de la conciencia. Según esta concepción, la conciencia y el pensamiento se desarrollan a partir de un nivel superior de organización de la materia, en un proceso de reflejo de la realidad objetiva.
El materialismo también sostiene que la materia no ha sido creada de la nada, sino que existe en la eternidad y que el mundo y sus regularidades son cognoscibles por el humano, ya que es posible demostrar la exactitud de ese modo de concebir un proceso natural, reproduciéndolo nosotros mismos, creándolo como resultado de sus mismas condiciones y además poniéndolo al servicio de nuestros propios fines, dando al traste con la “cosa en sí, inasequible”.
Las afirmaciones del materialismo entran en oposición con las del Idealismo. Al afirmar que sólo hay una "clase de sustancia" (la materia) el materialismo es un tipo de monismo ontológico.

Introducción

La oposición entre el enfoque materialista y el enfoque idealista es una de las polémicas filosóficas más antiguas y persistentes. En el siglo XVII el término «materialismo» se solía usar principalmente en el sentido de representaciones físicas acerca de la materia. En ese sentido las ciencias naturales modernas tienen un enfoque completamente materialista.
Desde comienzos del siglo XIX, por influencia del materialismo histórico, el término pasa a usarse también en contexto de las ciencias sociales. En ese sentido el materialismo se refiere a varios marcos teóricos que buscan las causas de los procesos históricos y el cambio cultural en causas materiales. Para este materialismo de tipo histórico las causas últimas de los fenómenos sociales están determinadas por factores materiales y rechaza explícitamente las explicaciones en las que intervienen factores sobrenaturales, tomando como un hecho la irrelevancia científica de Dios, de espíritus y de una supuesta inteligencia del mundo en el devenir histórico. De acuerdo con el materialismo, las causas últimas deben buscarse en factores medibles o aprehendibles empíricamente.2
Aunque históricamente el materialismo histórico se popularizó en el seno del marxismo, donde sigue siendo un tema principal, se encuentran antecedentes anteriores a Marx. Actualmente está presente en antropologíateoría de la historia o sociología, haciendo que el materialismo histórico englobe a toda una serie de elaboraciones teóricas no necesariamente marxistas. Fuera del campo del marxismo, el materialismo de tipo histórico es la hipótesis de que los rasgos definitorios de las sociedades humanas y la evolución histórica de las mismas ha estado determinada por factores materiales (tecnología disponible, sistema de producción, características geográficas y climáticas). Debido al intento de establecer las ideas del materialismo histórico de modo independiente a la versión marxista del mismo, se han acuñado términos nuevos como: materialismo culturalfuncionalismo ecológicodeterminismo geográficodeterminismo económico, y otros, que pueden ser considerados como concepciones materiales de la Historia. Diversos autores académicos como Jared Diamond o Marvin Harris han tratado en detalle la evolución histórica de extensas áreas geográficas, y tratando de explicar rasgos definitorios de la sociedad a partir de factores materiales, señalando que este tipo de factores son los preponderantes cuando se trata de entender la evolución de las sociedades y las civilizaciones.

Historia

Doctrinas materialistas del Antiguo Oriente

Los primeros vestigios que se tienen de la doctrina materialista se remontan a fines del tercer y principios del segundo milenio a. de n. e. en las culturas egipcia ybabilónica, donde se formaron las primeras concepciones materialistas espontáneas. También y un poco más tarde pero con mayor integridad se la encuentra en la filosofía de la India y China Antigua.
En monumentos de la cultura egipcia antigua se menciona por ejemplo «el agua fría creadora de todos los seres y de la que proceden todas las cosas, así como el aire que llena el espacio y se halla en todas partes», lo cual muestra que ya en ese entonces se planteaba en forma embrionaria la cuestión del origen material de los fenómenos naturales. O puede que hayan interpretado estos elementos desde un punto de vista netamente simbólico.
En la cultura babilónica, por ejemplo, nos encontramos con el astrónomo Seleuco (siglo II a. de n. e.) quien ya en ese entonces formuló conjeturas acerca de la estructura heliocéntrica del mundo.
En la India Antigua aparece a mediados del I milenio a. C. en la doctrina Lokaiata (o escuela de los chārvākas) que sostenían que el mundo era material, compuesto de cuatro elementos primigenios: la tierra, el agua, el fuego y el aire. De estos elementos se formaban también los seres vivos, incluido el ser humano, los cuales luego de morir se descomponían nuevamente en estos elementos. Los chārvākas además, sometieron a crítica las doctrinas religiosas imperantes en esa época sobre la existencia de Dios, el alma y el mundo del más allá, demostrando que al morir el cuerpo, desaparecía la conciencia, por lo que consideraban absurda la doctrina de latransmigración de las almas.
El materialismo de los chárvakas se hallaba íntimamente relacionado con su ateísmo. Posteriormente en la corriente Sāṃkhya (cerca del año 600 a. C.) se sostenía que el carácter material del mundo se desarrollaba a partir de una substancia primigenia (prakriti); pero el logro más importante de esta corriente fue el postulado de que el movimiento, el espacio y el tiempo son propiedades inseparables de la materia.
A medida que se desarrollaba la filosofía hindú antigua, la concepción de la materia compuesta por los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra) fue sustituida por representaciones más desarrolladas basadas en la estructura atomista del mundo. En las escuelas filosóficas Nyāya y Vaiśeṣika surgen las ideas de que el mundo se compone de pequeñas partículas de diversa cualidad que se hallan en el éter, en el espacio y en el tiempo. Estas partículas serían eternas, increables e indestructibles, al tiempo que los objetos compuestos de ellas serían mutables, inestables y transitorios. Estas ideas materialistas ejercieron un fuerte influjo sobre escuelas y doctrinas religiosas de la época, como por ejemplo en la escuela religiosa Mīmāṃsā, la cual reconocía la realidad del mundo, cuyo ser no depende de ningún creador, existe eternamente y se compone de partículas regidas por la ley autónoma del karma.
En la China Antigua encontramos la doctrina materialista en la teoría del conocimiento de Mozi (479 - 381 a. C.) en oposición a Confucio. Aportes importantes también las dio el Taoísmo, cuyo creador Lao-Tse (siglos VI a. C. a IV a. C.) sostenía que el mundo, que es eterno, se halla en movimiento y mutación continuos. El movimiento, según los taoístas, es regido por el Tao (ley natural), que si bien es un concepto abstracto y metafísico, es al mismo tiempo anti-espiritista ya que al Tao se lo considera inmaterial pero natural, y no de origen divino o sobrenatural, por lo que la cosmovisión taoísta resulta en una dialéctica materialista-metafísica, dualmente naturalista y no espiritista.
Las ideas materialistas ingenuas cobraron sucesivo desarrollo en la doctrina de Xun Zi (313 - 238 a. C.) una de las relevantes figuras del confucionismo, quien a diferencia de otros confucianos consideraba que el cielo no posee conciencia y es parte de la naturaleza, en la que incluía asimismo el Sol, la Luna, los astros, las estaciones del año, la luz y las tinieblas, el viento y la lluvia, y que la sucesión de fenómenos celestes discurre según determinadas leyes naturales, de modo que el destino de las personas no puede ser regido por una inexistente «voluntad del cielo».
Xun Zi afirmaba que el ser humano, contrariamente a los animales, sabe mancomunar sus esfuerzos y organizar su vida pública, que puede conocer el mundo circundante y aprovechar los conocimientos adquiridos en su bien; además de que el conocimiento empieza por la percepción, pero es gobernado por el pensamiento que cumple leyes naturales.
Por último ya en las inmediaciones de nuestra era la encontramos en Wang Chung (27 - 97 a. C.) quien sostenía que el mundo se compone de la substancia , la cual se mueve en la eternidad, mientras que el tao es la ley de la propia realidad. Por la acción recíproca de dos qi —los enrarecidos que se hallan en el espacio celeste y los condensados que se hallan en la tierra constituyendo los diversos cuerpos— son engendradas todas las cosas. Sostenía que el hombre es un ser natural compuesto de substancia material en el que se ha instalado una energía vital, un principio espiritual elaborado por la circulación de la sangre, la cual desaparece al morir el hombre. Este materialismo era ingenuo y metafísico.

Materialismo de la Grecia Antigua

Desde el siglo VI a. C. la filosofía se desarrolla con mayor ímpetu en la Grecia Antigua y post moderna. Allí la corriente materialista surge en controversia con la religión principalmente en los filósofos representantes de la llamada escuela de MiletoTales de Mileto (ca. 624 - 547 a. C.), Anaximandro (ca. 610 - 546 a. C.) yAnaxímenes (ca. 585 - 525 a. C.).
Según la doctrina de Tales, el agua es el principio de todas las cosas; todo procede del agua y todo se convierte en agua.
Anaximandro tomó como sustancia primaria de todo lo existente el apeiron, principio indeterminado que engendra las cosas y los fenómenos mediante el movimiento y la segregación de contrarios tales como «lo húmedo y lo seco», «lo frío y lo cálido» «lo dulce y lo salado». Según esta doctrina todo se encuentra en constante rotación, una cosa surge del apeiron y otra desaparece y se decompone transformándose en apeiron, lo cual siguiendo un curso materialista hace uno de los primeros intentos de representar el mundo dialécticamente, en movimiento.
Anaxímenes tomó como sustancia primordial el aire, cuyo movimiento condiciona el surgimiento y la desaparición de las cosas.
Otro filósofo griego que hizo grandes aportes a la doctrina materialista fue Heráclito de Éfeso (ca. 530 - 470 a. C.) el cual tomó como sustancia primaria el fuego. Sostenía la existencia en la eternidad del mundo, independientemente de cualesquiera de las fuerzas sobrenaturales, como un fuego eternamente vivo, que con orden regular se enciende y con orden regular se apaga. Subrayaba la idea del movimiento y cambio constante del mundo, de la contradicción como fuente de movimiento, de la posibilidad de transformación recíproca de los contrapuestos. Expresó ideas sobre los principios dialécticos, que reflejan de una u otra manera el estado verdadero de las cosas, aunque no sostenidas por conocimientos científicos.
El desarrollo más profundo de la corriente materialista en la Grecia Antigua se ve en la doctrina de Demócrito de Abdera (460 - 370 a. C.), que promovió la teoría atomista de la estructura de la materia. Según esta teoría, el principio cardinal del mundo es la existencia del vacío y los átomos que se mueven en el vacío, encontrándose y formando diferentes cuerpos e incluso el alma del hombre, la cual muere al perecer el organismo.
Finalmente dentro de la corriente materialista aunque un tanto más inconsecuente encontramos al filósofo griego Aristóteles (384 - 322 a. C.) el cual sostenía que todas las cosas tenían en su base una materia prima, que se caracterizaba por la falta de determinación, de forma, es decir, no eran sino una posibilidad de existencia. Esta posibilidad se convierte en cosa verdadera sensible sólo cuando la materia se une con una u otra forma que le da su determinación. Esta concepción, si bien es materialista en su esencia, tiene graves insuficiencias porque separa la materia primaria del movimiento, que es introducido por la forma desde fuera, además de que su transición de un estado indeterminado a determinado toma su origen a fin de cuentas de los dioses y otras divinidades, que vienen a ser el primer propulsor.
Esta concepción, a la par con los elementos de la dialéctica y las tendencias materialistas, contiene también rasgos metafísicos y tendencias idealistas.
Después de Aristóteles se observa una decadencia condicionada por la crisis general que vive el Estado Griego, perfilándose una transición del materialismo al idealismo y al misticismo.

Materialismo en la Edad Media

En la Edad Media domina la religión en todas las esferas de la vida espiritual de la sociedad. La filosofía se convierte en ese periodo en sirvienta de la teología, justificando y argumentando los dogmas religiosos y demostrando su veracidad e inmutabilidad. En dicho periodo se presta especial atención al problema de la correlación de las ideas generales y de las cosas del mundo sensible y la pugna entre el materialismo y el idealismo se centra en resolver la cuestión de la correlación de lo singular y lo general, de las ideas generales y las cosas particulares.
En ese sentido, los materialistas afirman que lo universal no puede existir en la realidad y tanto menos antes de lo singular. En la realidad existen solo las cosas singulares y lo general es solo denominación que no refleja nada y por eso no existe en la realidad. A esta corriente materialista se le denominó nominalismo.
Al mismo tiempo en los siglos III y IV en China perdió rápidamente el papel la ideología confuciana, propagándose el misticismo religioso de la secta taoísta y penetró cada vez más el budismo en la India.
Los pensadores materialistas de aquella época intervinieron contra ese misticismo e idealismo.
Fan Zhen (siglo V a VI) propagaba la idea de que no existe el mundo del más allá y que el alma del hombre es una forma de existencia del cuerpo y desaparece al morir el hombre.
Los confucianos de los siglos VII a IX adelantaron algunas proposiciones materialistas pero más tarde renunciar, culminando con una doctrina idealista neoconfucionista.
El principal defensor de la orientación materialista dentro del neoconfucianismo fue Zhang Zai (1020-1077) que refutó las representaciones idealistas del que el cielo y la tierra son un conjunto de aprehensiones subjetivas; promovió la idea de que el mundo de las cosas, que existe realmente, descansa en la substancia materia, que adopta diversas formas. La primigenia de ellas es el espacio infinito lleno de partículas invisibles diseminadas que cuando se condensan forman una masa nebulosa llamada "magna armonía", compuesta por partículas pasivas y activas, de las que surgen todas las cosas. Zhang Zai también hace referencia a los cambios y al desarrollo de las cosas entregando importantes vislumbres dialécticos, pero de los cuales elaboraba conclusiones metafísicas. Señalaba que todas las cosas se hallan condicionadas recíprocamente y en interconexión; el proceso de desarrollo de los fenómenos toma dos formas -graduales y repentinas-; que todo proceso acontece en la contienda de fuerzas contrapuestas: el principio activo y el principio pasivo; pero concluía que el resultado final de la lucha entre esas fuerzas opuestas es su conciliación.
Hacia los siglos XVII y XVIII los postulados materialistas cobran mayor desarrollo y fundamentación más profunda en filósofos como Wang Chuanghan (1619-1692) yDai Zhen (1723-1777) que fundamentan y desarrollan las ideas materialistas acerca de la naturaleza y las leyes del desarrollo pero que en cuestiones sociales no avanzan más allá que sus precursores.
En la India por su parte en dicho periodo adquieren la mayor influencia los sistemas ortodoxos nyayavaisesikasankhyayogamimansa y vedanta y los heterodoxoscharvaca-lokayatamantajainismo y budismo, integrado este por cuatro escuelas: vaibhasika, sautrantika, madhyamika y yogacara. De ellos solo mantuvieron una tendencia materialista coherente los charvakas, en los demás coexistían elementos materialistas e idealistas o eran idealista consecuentes.
En ese periodo y partiendo de la filosofía griega antigua y del pensamiento filosófico en oriente, surge y alcanza un alto nivel la filosofía arabográfica.
De los siglos X a XIII estuvo representada por las corrientes: peripatetismo (aristotelismo) oriental, la doctrina de los Hermanos de la Pureza, el sufismo y la filosofía musulmana ortodoxa.3

Materialismo de la época del Renacimiento

Italia fue el primer país en el que comenzaron a desarrollarse las relaciones capitalistas. Desde el punto de vista económico, la región más desarrollada era el norte, con sus repúblicas marítimas comerciales de Venecia y Génova, y la industrial de Florencia. En el centro de la atención de los pensadores avanzados de la época quedó la persona humana. Los ideólogos de la burguesía ascensional que necesitaba la libertad de desplazamiento, la libre empresa y la libertad de comercio, soñaban con liberar al hombre del despotismo feudal.
Esta nueva dirección de la cultura fue denominada «humanismo» (del latín humanus, ‘humano’). La vieja sentencia de «soy hombre y nada humano me es ajeno» se convirtió en la divisa de los humanistas. La particularidad del pensamiento filosófico del Renacimiento es su carácter antiescolástico. Debe tenerse en cuenta que laescolástica, tanto por el lado de la Iglesia como del Estado, fue durante toda la Edad Media la filosofía oficial y se impartió en la mayoría de las universidades. A diferencia de la escolástica, la filosofía de los humanistas dejó de ser sirvienta de la teología. En oposición a la escolástica y a la teología de la Edad Media comenzó a desarrollarse en Italia la filosofía materialista.

Dos filósofos italianos

Bernardino Telesio (1509-1588) dio un importante paso en el desarrollo de la filosofía de Italia. Fundó una academia filosófica en la que por oposición al aristotelismo medieval se propagaba el estudio empírico de la naturaleza. Su principal obra se titula De la naturaleza de las cosas conforme a sus propios principios. En lo fundamental era materialista y sostenía que existe objetivamente la materia eterna e inmutable, homogénea, increada e indestructible. Pero, al mismo tiempo, se inclinaba hacia la idea de que todas las fuerzas de la naturaleza están animadas. Como fuente del movimiento de la materia, Telesio señalaba la oposición del calor y del frío.
El gran pensador italiano Giordano Bruno (1548-1600) sacó conclusiones profundamente materialistas y ateas de la teoría heliocéntrica de Copérnico. Nació en Nola(cerca de Nápoles). A los quince años entró en la orden de los dominicos. Gracias a su esfuerzo tenaz e independiente se convirtió en uno de los hombres más cultos de su tiempo.
Por sus ideas avanzadas fue acusado de herejía y excomulgado. Viose obligado a huir de Italia y, durante largos años, tuvo que vagar por Suiza, Francia, Inglaterra y Alemania, difundiendo en todas partes su concepción materialista del universo.
En 1592 regresó a Italia, donde fue capturado por la Inquisición y arrojado a la cárcel. Pese a las torturas que sufrió, no se retractó de sus convicciones, siendo condenado a muerte. «Tenéis más miedo al pronunciar mi sentencia que yo al escucharla», dijo Bruno dirigiéndose a sus verdugos. Finalmente, el 17 de febrero de 1600fue quemado vivo en la Plaza de las Flores (en Roma).
Sus obras principales son: La cena de las cenizas (1584), De la causa, principio y uno (1584), Del infinito, del universo y los mundos (1584), Del triple mínimo y de la medida (1591), De lo inmenso y de los innumerables (1591), De la mónada, del número y de la figura (1591). En su libro titulado La expulsión de la bestia triunfante(1584) desenmascara al papado y a la religión católica. Su obra El misterio de Pegaso, con el anexo del asno de Killen (1586), constituye una brillante y cáustica sátira contra los escolásticos y teólogos medievales.
Según el pensamiento de Giordano Bruno:
  • La naturaleza es infinita;
  • El Sol no es el centro del universo sino tan solo el centro de nuestro sistema planetario;
  • No sólo el Sol tiene planetas sino también las otras estrellas;
  • Todo el universo es homogéneo; es decir, tiene las mismas sustancias de la Tierra;
  • Todos los otros planetas también están poblados;
  • La materia es madre y alumbradora de todas las cosas y capaz de producir infinitamente nuevas y nuevas formas;
  • El hombre es parte inseparable de la naturaleza, es el microcosmos que refleja el macrocosmos;
  • Admite los grados del conocimiento que había establecido Nicolás de Cusa: los sentidos, el entendimiento y la razón. Aunque le otorga la prioridad a la razón;
  • El entender el universo como infinitud conduce al filósofo italiano a la «dialéctica de la coincidencia de los opuestos», tanto en lo infinitamente grande como en lo infinitamente pequeño.

Materialismo metafísico (mecanicista). ss. XVII y XVIII

Con el surgimiento de las relaciones capitalistas de producción, se fomenta la producción, se despliega la industria y el comercio, lo cual requiere el conocimiento concreto de las leyes del mundo circundante y aparece la necesidad de estudiar e indagar la naturaleza. Esto le da un impulso a la filosofía la cual se proclama como ciencia llamada a averiguar las verdades que ayudan en la vida práctica y orientan la creación de valores materiales, se declaran falsos los postulados de la filosofía medieval y a su método por la inducción a errores y se ofrecen nuevos medios de investigación y métodos para conocer la verdad.
Uno de los principales filósofos de esta corriente fue Francis Bacon (1561-1626), quien criticó duramente la filosofía idealista, empezando por la Antigüedad y llegando hasta el Medioevo, por haberse convertido en sirviente de la teología y haber llegado a fundamentar sus tesis con dogmas religiosos, por su carácter especulativo, la vacuidad y la inconsistencia de sus postulados. Bacon consideraba la experiencia como fundamento del proceso de conocimiento si se libraba al hombre y a su conciencia de todo tipo de prejuicios. Defendía el mundo material infinito y eterno siendo una de sus propiedades fundamentales el movimiento, que Bacon reducía a unas cuantas formas.
Al método de Bacon le son inherentes asimismo la metafísica y el mecanicismo, pues entendía que los objetos eran una combinación mecánica de ciertas cualidades permanentes y que podían ser entendidos mediante la unificación mecánica de los datos sobre sus diversos aspectos. Pese a sus insuficiencias, la doctrina de Bacon fue un considerable paso adelante en el desarrollo del pensamiento filosófico y marcó la aparición de una nueva forma de materialismo filosófico, el materialismo metafísico.
La doctrina materialista continuó desarrollándose por filósofos como Thomas Hobbes (1588-1679), quien entendía que la naturaleza representa una totalidad de cuerpos que poseen dos propiedades principales: extensión y figura, y reducía la variedad de movimiento al movimiento mecánico, entendiendo como movimiento la traslación de los cuerpos en el espacio. Estableció como único método científico del saber el matemático, sostenido en las operaciones de sumar y restar.
Muchos años más tarde, tenemos a Pierre Gassendi, representante de la tradición materialista, quien se oponía a los intentos de René Descartes para basar las ciencias naturales en fundaciones dualistas.

Materialismo francés del siglo XVIII

El clérigo francés Pierre Gassendi (1592–1665) representó la tradición materialista en oposición a los intentos de René Descartes (1596–1650) de proporcionar a lasciencias naturales con cimientos dualistas. También siguieron el sacerdote materialista y ateo Jean Meslier (1664–1729), Julien Offray de La Mettrie, el franco-alemánbarón d'Holbach (1723–1789), el enciclopedista Denis Diderot (1713–1784), así como otros pensadores franceses de la Ilustración; también en Inglaterra John Stewart(1747–1822), cuya insistencia en ver a la materia como dotada de una dimensión moral tuvo un impacto importante en la poesía filosófica de William Wordsworth(1770–1850).
Arthur Schopenhauer (1788–1860) escribió que "... el materialismo es la filosofía del sujeto que olvida tenerse en cuenta a sí mismo".4 Afirmó que un observador sólo puede conocer objetos materiales a través del cerebro y su particular organización.
El antropólogo materialista y ateo Ludwig Feuerbach (siglo XIX) señalaría un nuevo cambio en el materialismo en su libro The Essence of Christianity (La esencia del Cristianismo, 1841), que proporcionó una visión humanista de la religión como la proyección externa de la naturaleza interior del ser humano. El materialismo de Feuerbach influiría posteriormente de forma notable en Karl Marx.
Más recientemente, pensadores como Gilles Deleuze han intentado repensar y fortalecer las ideas clásicas del materialismo.5 Teóricos contemporáneos como Manuel DeLanda, trabajando en el marco de este revitalizado materialismo han venido a ser clasificados como 'nuevos materialistas'.6

Materialismo dialéctico

Creado a mediados del siglo XIX por Karl Marx y Friederich Engels y desarrollado posteriormente por Vladímir Ilich "Lenin" en la nueva situación histórica. Marx y Engels, volteando la dialéctica idealista de Georg Hegel "de arriba hacia abajo", proveyeron al materialismo con un proceso de cambio cuantitativo y cualitativo llamado materialismo dialéctico, y con una visión materialista de la historia, conocida como materialismo histórico. Otros filósofos rusos siguieron esta línea de pensamiento como Visarión BelinskiAleksandr HerzenNikolái ChernyshevskiNikolái Dobroliúbov.

Materialismo en la actualidad

El materialismo es una corriente de la filosofía que surge estricta y exclusivamente como contrapartida de otra, denominada idealismo, para responder a aquella cuestión fundamental de la filosofía sobre qué es primero: el pensamiento o lo material. Entonces y como se desprende ya desde el nombre que se le atribuyó, el materialismo le da absoluta preeminencia al mundo material, siendo que siempre lo material precederá al pensamiento.
El concepto no afecta sólo a la visión filosófica del mundo sino también a la ciencia. Aunque en las ciencias naturales los enfoques no-materialistas quedaron descartados hace mucho tiempo, en ciencias sociales ha existido en los últimos siglos una polémica en torno al materialismo como enfoque de investigación. Más recientemente Marvin Harris propuso un enfoque de investigación materialista de las culturas y las sociedades llamado materialismo cultural. E, incluso, Paul y Patricia Churchland han promovido un nuevo enfoque no reduccionista de materialismo, conocido como materialismo eliminativo que sostiene que algunos fenómenos mentales en realidad no existen y que hablar de estos conceptos, como se hace en psicología popular es algo así como dar crédito a las enfermedades causadas por el diablo. En España, un representante actual del materialismo con una línea de pensamiento similar es por ejemplo Martín López Corredoira, 7 8 9 10 al abogar por una visión del mundo en la que todo lo existente es materia-energía física siguiendo sus correspondientes leyes naturales y excluyendo la posibilidad de cualquier otro ente no-material (mentelibre albedríopersona en tanto que ser con identidad propia, sentimientos,...), o relegándolo a mera representación mental de algo inexistente en sí.
El materialismo ha sido entendido frecuentemente como una forma enteramente científica y racionalista de ver el mundo, particularmente por pensadores religiosos que se le oponen y por marxistas. El materialismo como principio filosófico o científico típicamente contrasta con el dualismo, la fenomenología, el idealismo y elvitalismo.
La definición de «materia» en el materialismo filosófico moderno comprende a todos los entes científicamente observables, como la energía, fuerzas y la curvatura del espacio. Muchos autores del siglo XX, particularmente epistemólogos y filósofos de la ciencia, prefieren la denominación de fisicalismo porque carece tanto de las connotaciones emocionales de la palabra «materialismo» como de las restricciones históricas asociadas a éste. Enfatiza lo físico, sea materia o energía.

Exactificación del materialismo

Mario Bunge sostiene que el materialismo moderno debe ser "lógico y científico" considerando como inadecuadas las definiciones más difundidas del concepto de materia ofrecidas en el pasado. La "nueva ontología" se caracterizaría por simultáneamente ser exacta, sistemática, científica, materialista, dinamista, emergentista y evolucionista cuya denominación más adecuada sería la de materialismo científico.1

Uso coloquial como sinónimo de consumismo

En el lenguaje común es usado como una etiqueta peyorativa para un estilo de vida que busca riqueza, dinero y comodidades en lugar del desarrollo espiritual o mental. Este término no tiene que ver con la posición de filósofos o científicos materialistas, sino que se identifica con el término consumismo.

Materialismo histórico o interpretación materialista de la historia

Materialismo histórico o interpretación materialista de la historia

El materialismo histórico es la doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes que rigen la evolución de la Sociedad humana. El materialismo histórico es la aplicación consecuente de los principios del materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos sociales. Antes de Marx imperaba en la ciencia la interpretación idealista de la historia. La creación de la teoría del materialismo histórico está vinculada al descubrimiento más grande hecho por Marx en cuanto a la interpretación de la historia y de los sucesos históricos. “Así como Darwin descubrió la ley de la evolución del mundo orgánico, Marx descubrió la ley de la evolución de la historia humana; el hecho tan sencillo, pero oculto hasta entonces bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, &c.; que por tanto la producción de los medios materiales inmediatos de vida y, por consiguiente, la correspondiente fase de la evolución económica de un pueblo o de una época son la base sobre la que se han desarrollado las instituciones estatales, las concepciones jurídicas, el arte y también las ideas religiosas de los hombres, con arreglo a la que por tanto deben explicarse y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo” (Engels). El materialismo histórico ve en el desarrollo de los modos de producción de los bienes materiales necesarios para la existencia de los hombres, la fuerza principal que determina toda su vida social, condicionando también la transición de un régimen social a otro. Sin producir bienes materiales no puede existir ninguna Sociedad. El hombre, con la ayuda de los instrumentos de trabajo, de la técnica, en el proceso de producción influye sobre la Naturaleza, obteniendo lo necesario para subsistir. El progreso de la Sociedad depende del perfeccionamiento del proceso de evolución de la producción material. La historia de la Sociedad humana comienza desde el momento en que el hombre se eleva hasta el empleo de implementos, convirtiéndose en “un animal que produce instrumentos”. El aumento del dominio que el hombre ejerce sobre la Naturaleza halla su expresión en la evolución de las fuerzas productivas de la Sociedad. Y con la evolución de éstas, cambia también el otro aspecto necesario de la producción material: las relaciones de los hombres en el proceso de la producción, las relaciones de producción; cambia el régimen económico-social. El cambio de las formaciones económico-sociales (ver) en la historia (el régimen de comunismo primitivo, el régimen esclavista, el feudal, el burgués, el socialista) es, ante todo, la substitución de unas relaciones de producción por otras más progresistas. Este cambio es siempre la consecuencia, necesaria y sujeta a leyes, de la evolución de las fuerzas productivas de la Sociedad. El afianzamiento de las nuevas relaciones de producción suele tener lugar con el derrocamiento revolucionario de las viejas relaciones de producción. Los méritos más grandes de la teoría del materialismo histórico de Marx radican, por consiguiente, en haber puesto ante todo, su atención en las condiciones objetivas de la producción material, en las leyes económicas que rigen la vida de la Sociedad y que son el fundamento de toda la actividad histórica de los hombres. Gracias a la teoría de Marx, “el caos y la arbitrariedad que imperaban en las opiniones sobre la historia y sobre la política dejaron el puesto a una teoría científica asombrosamente compleja y armónica, que revela cómo de un sistema de vida social, al crecer las fuerzas productivas, se desarrolla otro más alto, cómo de la servidumbre de la gleba, por ejemplo, nace el capitalismo” (Lenin). Descubrir en la producción material el verdadero fundamento de toda la vida y de la evolución de la Sociedad, permitió comprender por vez primera el gran papel creador que las masas populares y trabajadoras desempeñan en la historia. La historia de la evolución social fue comprendida por primera vez como “la historia de los propios productores de bienes materiales, la historia de las masas trabajadoras, que son el factor fundamental del proceso de producción y las que llevan a cabo la producción de los bienes materiales necesarios para la existencia de la sociedad. Esto quiere decir que la ciencia histórica, si pretende ser una verdadera ciencia, no debe seguir reduciendo la historia del desarrollo social a los actos de los reyes y de los caudillos militares, a los actos de los “conquistadores” y “avasalladores” de Estados, sino que debe ocuparse, ante todo, de la historia de los productores de los bienes materiales, de la historia de las masas trabajadoras, de la historia de los pueblos” (Stalin). En dependencia del modo de producción existente, de la existencia material de la Sociedad, se estructura también un determinado carácter histórico de todo el régimen social, de las instituciones políticas, la manera de pensar de los hombres, sus concepciones, ideas y teorías. La existencia social determina la conciencia social. No es posible comprender correctamente la esencia de las instituciones políticas, de las ideas y teorías, si se pierde de vista la base material de su origen: la estructura económica de la vida de la Sociedad. No se puede comprender por qué en una época determinada nacen unas instituciones e ideas, y otras en distinta época, si se toman como punto de partida las propias instituciones e ideas y no el modo de producción. Por ejemplo, las formas del Estado explotador (el Estado esclavista, feudal y capitalista) siempre dependieron de la división de la sociedad en clases: esclavistas y esclavos, feudales y siervos, burgueses y proletarios. También las formas de la conciencia social (las concepciones políticas, la filosofía, la ciencia, la religión, &c.), dependen siempre, en última instancia, de las relaciones de producción imperantes entre los hombres, formas que cambian radicalmente al cambiar el modo de producción, al cambiar el régimen económico. Al explicar el origen y la dependencia de las instituciones políticas, ideas y teorías respecto del modo de producción, la teoría del materialismo histórico no niega, ni mucho menos, la importancia de las primeras en la vida de la Sociedad. Al contrario, el materialismo histórico subraya su enorme papel social. Y con ello, difiere de raíz del materialismo económico) (ver). Una vez surgidas, las instituciones e ideas políticas y sociales se convierten en una fuerza que influye sobre las propias condiciones que las habían engendrado. Actúan como fuerzas reaccionarias al servicio de los sectores y clases atrasados de la Sociedad, frenan el desarrollo social; o bien, sirviendo a las clases avanzadas y revolucionarias, impulsan ese desarrollo. El materialismo y el historicismo consecuentes están íntima e indisolublemente unidos en la teoría del materialismo histórico. Por eso, precisamente, con el descubrimiento de la teoría del materialismo histórico, la ciencia social se ha convertido por vez primera en la auténtica ciencia sobre las leyes que rigen la evolución de la Sociedad humana.

Materialismo histórico o concepción materialista de la historia

Extensión de los principios del materialismo dialéctico al estudio de la vida social; aplicación de esos principios a los fenómenos sociales; ciencia de las leyes generales de la evolución social.
Antes de Marx, dominaba en la ciencia la concepción idealista de la historia. La teoría del materialismo histórico es el fruto del gran descubrimiento que hizo Marx en la interpretación de la historia. “Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho tan sencillo, pero oculto hasta él bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, &c.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o de una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse; y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo” (Engels, “Discurso ante la tumba de Marx”, en Marx/Engels, Obras escogidas, t. II, p. 155, Ed. esp., Moscú, 1952).
El desarrollo de los modos de producción de los bienes materiales (ver), necesarios a la existencia del hombre, tal es la fuerza esencial que determina toda la vida social y condiciona el pasaje de un régimen social a otro. Ninguna sociedad puede existir sin producir bienes materiales. Con ayuda de los instrumentos de trabajo, el hombre obra sobre la naturaleza y se procura lo que le hace falta. De la evolución de la producción material depende el progreso de la sociedad. La historia de la sociedad comienza a partir del instante en que el hombre llegó a fabricar y utilizar instrumentos de producción. Cuanto mayor es el nivel de las fuerzas productivas (ver), mayor es el dominio del hombre sobre la naturaleza. Conjuntamente con el progreso de las fuerzas productivas, cambia el segundo aspecto de la producción material: las relaciones de producción (ver), y se transforma el régimen económico y social. Las nuevas relaciones de producción que surgen sobre la base de las fuerzas productivas y que les corresponden plenamente, constituyen la condición principal y decisiva que determina el auge continuo e impetuoso de las fuerzas productivas. La sucesión de formaciones económicas y sociales en la historia (la comuna primitiva, la esclavitud, el feudalismo, el capitalismo, el socialismo) significa la substitución de relaciones de producción dadas por relaciones de producción más progresivas. Esta sucesión es siempre la consecuencia necesaria de la ley del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. El establecimiento de nuevas relaciones de producción se efectúa generalmente por medio del derrocamiento revolucionario de las viejas relaciones.
El mérito de Marx y de Engels, por consiguiente, consiste en haber fijado la atención, ante todo, en las leyes económicas de la vida social, en las condiciones objetivas de la producción material, base de toda la actividad histórica de los hombres. Con el materialismo histórico, “…el caos y la arbitrariedad que imperaban en las opiniones sobre la historia y sobre la política, cedieron su puesto a una teoría científica asombrosamente completa y armónica, que revela cómo de una forma de vida social se desarrolla, al crecer las fuerzas productivas, otra más alta, cómo de la servidumbre de la gleba, por ejemplo, nace el capitalismo” (Lenin, “Tres fuentes…”, en Obras escogidas, t. I, p. 67, Ed. esp., Moscú, 1948).
El materialismo histórico terminó de una vez por todas con las teorías idealistas para las cuales la historia de la sociedad era el resultado de la actividad desordenada y arbitraria de los individuos, la resultante de las voluntades y de los deseos de los hombres. La evolución de la sociedad, como la de la naturaleza, no está determinada por deseos subjetivos, sino por leyes objetivas que no dependen ni de la voluntad ni de la conciencia de los hombres. Éstos pueden descubrir las leyes objetivas, estudiarlas, conocerlas, tenerlas en cuenta en sus actos, utilizarlas en su interés, limitar la acción de algunas y dar libre curso a otras, pero no pueden modificarlas o abolirlas. Y menos aun, crear nuevas. El inmenso significado del materialismo histórico, reside en que ha descubierto y explicado las leyes del desarrollo social y que ha pertrechado así al proletariado y a su partido con el conocimiento de las vías que conducen a la transformación revolucionaria de la sociedad. Como lo señala Lenin, la concepción materialista de la historia ha reducido las acciones de los individuos a las acciones de las clases, cuya lucha determina el desarrollo de la sociedad.
La producción material es, pues, el fundamento de la vida y del devenir de la sociedad. Este descubrimiento revela el gran papel creador de las masas trabajadoras en la historia, y así quedó demostrado que la historia del desarrollo social es la historia de los productores inmediatos, de las masas trabajadoras, fuerzas esenciales en la producción de bienes materiales, indispensable a la existencia de la sociedad.
El modo de producción, la vida material de la sociedad condiciona el carácter de un régimen social, de las instituciones políticas, la mentalidad de los hombres, sus opiniones, sus ideas, sus teorías. La existencia social determina la conciencia social. Imposible comprender la esencia de las instituciones políticas, de las ideas, de las teorías, si se olvida su origen material: el régimen económico de la sociedad. Imposible comprender por qué en tal época aparecen tales instituciones políticas e ideas, por qué en otra época aparecen otras, si se parte de las propias instituciones políticas e ideas, y no de la base económica (Ver Base y superestructura). La conciencia social –opiniones políticas, concepciones del derecho y del arte, filosofía, religión y otras formas de ideología– está en función de las relaciones de producción dominantes, y cambia radicalmente con la transformación de la base, del régimen económico. Aunque mostrando que las instituciones políticas, las ideas, las teorías, extraen su origen y dependen de la base, la teoría del materialismo histórico no niega en absoluto la importancia considerable de aquéllas en la vida social. En oposición al materialismo económico que reduce a nada el papel de las ideas, el materialismo histórico subraya su papel inmenso. Una vez surgidas, las instituciones sociales y políticas así como las ideas, se convierten ellas mismas en una fuerza que actúa sobre las condiciones que las han engendrado. O bien frenan el desarrollo social desempeñando el papel de fuerzas reaccionarias que sirven a las capas y clases retardatarias de la sociedad, o bien contribuyen al progreso sirviendo a las clases avanzadas, revolucionarias.
Gracias al materialismo histórico, la ciencia de la sociedad se ha convertido en una ciencia exacta comparable a la biología. El materialismo histórico tiene una gran importancia para la actividad práctica del partido comunista. Para no equivocarse en política, el partido del proletariado debe fundar su acción no en principios abstractos, los “principios de la razón humana”, sino en las condiciones concretas de la vida material, en las necesidades reales de la sociedad.
En el prólogo de su obra Contribución a la crítica de la Economía Política, Marx formuló la esencia del materialismo histórico: “…en la producción de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus formas productivas. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es sino la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización” (Marx, Op. cit., en Marx/Engels, Obras escogidas, t. I, p. 332, Ed. esp., Moscú, 1951).
La teoría del materialismo histórico, creada por Marx y Engels, fue desarrollada y enriquecida por Lenin y Stalin, gracias al análisis de las nuevas condiciones históricas en la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, en la época de la edificación del socialismo.

Materialismo histórico

Parte componente de la filosofía marxista-leninista; ciencia que investiga las leyes generales del desarrollo de la sociedad humana y las formas de su realización en la actividad histórica de los hombres. El materialismo histórico es la sociología científica, proporciona la base teórica y metodológica de las investigaciones sociológicas concretas y de todas las ciencias sociales. Los filósofos premarxistas, sin excepción, incluidos los materialistas, eran idealistas en la concepción de la vida social, pues no pasaban de observar el hecho de que, a diferencia de lo que sucede en la naturaleza, donde actúan fuerzas ciegas, en la sociedad actúa el hombre, ser consciente que se rige en su hacer por estímulos ideales. Acerca de este particular indicaba Lenin que la idea misma del materialismo en sociología había sido una idea genial (véase t. I, pág. 121). La creación del materialismo histórico significó un cambio radical en el desarrollo del pensamiento social. Permitió, por una parte, aplicar consecuentemente la concepción materialista al mundo en su conjunto, no sólo a la naturaleza, sino, también, a la sociedad. Por otra parte permitió descubrir la base de la vida social y las leyes que determinan su desarrollo lo mismo que, por consiguiente, el desarrollo de todas las demás facetas de la vida social, determinadas por la base material indicada. Subrayaba Lenin (t. 1, pág. 120) que Marx había elaborado su idea fundamental sobre el proceso histórico-natural del desarrollo de la sociedad destacando de las distintas esferas de la vida social la económica; de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción como fundamentales y determinantes de todas las demás relaciones. Después de tomar como punto de partida el hecho fundamental de toda sociedad humana: el modo de obtener los medios de vida, el marxismo puso en conexión con él aquellas relaciones en las que los hombres entran en el proceso de producción de su vida, y en el sistema de estas relaciones de producción vio el fundamento –la base real de cada sociedad determinada– el que se reviste de superestructuras político-jurídicas y de diversas corrientes del pensamiento social. Cada sistema de relaciones de producción, surgido en un determinado estadio del desarrollo de las fuerzas productivas, está subordinado a las leyes que rigen la aparición, el funcionamiento y el paso a la forma superior, tanto a leyes que son generales para todas las formaciones, como a las que son especiales, propias sólo de una formación dada. Las acciones humanas en los límites de cadaformación económico-social –infinitamente diversas, individualizadas, no susceptibles, al parecer, de cálculo ni sistematización alguna– fueron generalizadas y reducidas a las acciones de las grandes masas, a las acciones de las clases sociales en la sociedad dividida en clases; masas y clases que, con sus actos, realizan las necesidades que han madurado del desarrollo social. El descubrimiento del materialismo histórico acabó con dos insuficiencias capitales de todas las teorías sociológicas premarxistas, las cuales, en primer lugar, eran idealistas, dado que se limitaban al estudio de los motivos ideológicos de la actividad humana sin investigar a qué se debían tales motivos, qué causas materiales los engendraban; en segundo lugar, tomaban en consideración únicamente el papel de las personalidades históricas descollantes sin abarcar la acción de las masas populares, auténticas creadoras de la historia. El materialismo histórico ha descubierto el carácter materialmente condicionado del proceso histórico-social, y en contraposición a las teorías del materialismo vulgar –que niegan el papel de las ideas, de las instituciones y organizaciones políticas y de otras clases–, subraya su activa influencia inversa sobre la base material que las ha engendrado. El materialismo histórico constituye el fundamento histórico-científico del marxismo, que arma a los partidos marxistas-leninistas, a la clase obrera y a los trabajadores todos con el conocimiento de las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad, les permite comprender la importancia del factor subjetivo –la conciencia y organización de las masas, sin lo cual es imposible la realización de las leyes de la historia. Los rasgos fundamentales del materialismo histórico fueron expuestos por primera vez por Marx y Engels en su trabajo La ideología alemana. Se da una formulación genial de la esencia de esa parte del marxismo en el prefacio de la Contribución a la crítica de la economía política (1859). Pero el materialismo histórico se convirtió en “sinónimo de ciencia social” sólo cuando El Capital vio la luz (véase Lenin, t. 1. pág. 125). A medida que la historia avanza y se va acumulando nueva experiencia del desarrollo histórico, también se desarrolla y enriquece, necesariamente, el materialismo histórico, así como el marxismo en su conjunto. Lenin dio un magnífico ejemplo de este desarrollo en la época del imperialismo, de las revoluciones proletarias. En la época actual, época del tránsito del capitalismo al socialismo, cuando en la U.R.S.S. se ha planteado ya prácticamente el problema de la edificación de la sociedad comunista en todo el frente, la generalización de la nueva experiencia del movimiento comunista mundial y, en particular, de la experiencia de la lucha por el comunismo en la U.R.S.S., se da en el nuevo Programa del Partido, adoptado en el XXII Congreso del P.C.U.S. En el programa se encuentra desarrollada la teoría de la formación económico-social, después de haber formulado la caracterización concreta de la formación comunista, las leyes a que obedecen su formación y desarrollo; también se profundiza la teoría sobre el Estado, sobre el Partido y muchas otras cuestiones. El Programa del P.C.U.S. proporciona al pueblo soviético el plan claramente delineado de la edificación de la sociedad comunista, plan que comprende una triple tarea: crear la base material y técnica del comunismo, formar relaciones sociales comunistas y educar al hombre de la sociedad comunista.
Diccionario filosófico · 1965:302-304

Materialismo histórico

Parte integrante de la filosofía marxista-leninista y ciencia filosófica sobre la sociedad, que resuelve de modo materialista el problema fundamental de la filosofía aplicado a la historia y que investiga sobre esta base las leyes sociológicas generales del desarrollo histórico y las formas de su realización en la actividad de los hombres. El materialismo histórico constituye la base teórica y metodológica de lasociología y demás ciencias sociales. Todos los filósofos premarxistas, comprendidos los materialistas, eran idealistas en la intelección de la vida social, pues se limitaban a constatar el hecho de que, a diferencia de la naturaleza, donde actúan fuerzas ciegas, en la sociedad actúan los hombres, seres conscientes, que se guían en su proceder por motivos ideales. El surgimiento del materialismo histórico constituyó una revolución radical en el desarrollo del pensamiento social. Por una parte, permitió enfocar de modo consecuentemente materialista el mundo en su conjunto, no sólo la naturaleza, sino también la sociedad, y por la otra, descubrir la base material de la vida social y las leyes que determinan su desarrollo. Marx formuló su idea principal sobre el proceso histórico-natural del desarrollo de la sociedad, destacando la esfera económica de las diversas esferas de la vida social, y de todas las relaciones sociales, las relaciones de producción, como principales y determinantes entre las demás relaciones. Tomando como punto de partida el hecho principal para toda sociedad humana –la obtención de los medios de vida–, el marxismo vinculó con este hecho las relaciones que los individuos contraen en el proceso de inducción de su vida, y advirtió en el sistema de estas relaciones de producción la base real de cada sociedad determinada, la cual se reviste de superestructuras jurídico-políticas y diversas formas del pensamiento social. Cada sistema de relaciones de producción, que surge en determinado grado de desarrollo de las fuerzas productivas, se subordina tanto a las leyes del surgimiento, funcionamiento y tránsito a una forma superior, comunes a todas las formaciones sociales, como a las específicas, inherentes sólo a una de ellas. Las acciones de los individuos en el marco de cada formación socio-económica –infinitamente diversas, individualizadas y, al parecer, no sujetas a registro alguno ni a sistematización– fueron sintetizadas y reducidas a las acciones de las grandes masas; en la sociedad dividida en clases, a las acciones de las clases que realizan en ellas las necesidades maduras del desarrollo social. El descubrimiento del materialismo histórico eliminó los dos defectos principales de todas las teorías sociológicas premarxistas, que, en primer lugar, eran idealistas, pues se limitaban al examen de los motivos ideológicos de la actividad humana y no investigaban las causas materiales que los engendraban y, en segundo lugar, estudiaban en lo fundamental tan sólo el papel de las personalidades destacadas en la historia, sin prestar atención a las acciones de las masas populares, verdaderos artífices de la historia. Al poner de relieve el condicionamiento material del proceso socio-histórico, el materialismo histórico, en contraposición a las teorías materialistas vulgares, que niegan el papel de las ideas, las instituciones y organizaciones políticas y otras, subraya la influencia inversa y activa de éstas sobre la base que las ha engendrado y revela el inmenso papel del factor subjetivo: las acciones de los hombres, clases y partidos y el grado de conciencia y de organización de las masas. El materialismo histórico repugna tanto el fatalismo como elvoluntarismo. Los hombres mismos hacen su historia, pero no la pueden hacer a su libre albedrío, pues cada nueva generación actúa en determinadas condiciones objetivas, creadas antes de su aparición. Estas condiciones y las leyes que actúan sobre su base brindan las diversas posibilidades para la actividad de los hombres. La realización de estas posibilidades y, por tanto, el curso real de la historia depende de los hombres, de su actividad e iniciativa y del grado de organización y cohesión de las fuerzas progresistas. Marx y Engels expusieron por vez primera los rasgos fundamentales del materialismo histórico en la obra La Ideología Alemana. A la par que se acumulan nuevas experiencias del desarrollo histórico, se desarrolla y enriquece necesariamente el materialismo histórico, al igual que el marxismo en su conjunto. Lenin ofreció un magnífico ejemplo de tal desarrollo. El materialismo histórico está estrechamente ligado a las tareas de la lucha revolucionaria de clase del proletariado, a las necesidades de la edificación del socialismo y del comunismo y al desarrollo de las ciencias. En las condiciones actuales, el materialismo histórico se enriquece gracias a los esfuerzos colectivos del PCUS, de los partidos comunistas y obreros de otros países y de los científicos marxistas del mundo entero.

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