lunes, 20 de febrero de 2017

Nuevo testamento - Religión

eventos en la vida de Jesucristo

Natividad, acortación de Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, es por antonomasia la conmemoración litúrgica del nacimiento de Jesús en Belén de Judá. Es celebrada por la Iglesia católica con carácter de solemnidad en la noche del 24 al 25 de diciembre, extendiéndose a las llamadas Misas del día. En la liturgia, la celebración de la Natividad inaugura el llamado tiempo de Navidad. En Occidente empezó a conmemorarse a mediados del siglo IV; se celebró por primera vez en Constantinopla en el año 379.
Por extensión, se denomina Natividad a un tema tratado abundantemente en las artes pictóricas, a partir del arte paleocristiano y bizantino de los siglos V y VI, tema que adquiere su máximo desarrollo en el arte medieval, como parte del ciclo referido a la vida de Jesús.

La Natividad como celebración litúrgica

El acontecimiento del nacimiento de Jesucristo es narrado en el Nuevo Testamento por dos evangelistas, Lucas y Mateo, dos de las fuentes bíblicas utilizadas en la celebración litúrgica de la Natividad. El pasaje de Lucas 2:1-14 es utilizado por la Iglesia católica en la Misa de medianoche, también conocida como Misa de Gallo.
Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.
Representación del nacimiento de Jesús en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
La narración continúa con una serie de detalles: los pastores que cuidaban sus rebaños por los alrededores reciben la visita de un ángel que les anuncia el nacimiento del Niño que será el salvador y a continuación van todos juntos a adorarle para después proclamar la noticia por todas partes. Un conjunto de detalles anecdóticos como la presencia del buey y la mula no forman parte de los escritos neotestamentarios ni de la celebración de la Natividad, sino que la tradición los incorporó más tarde a partir de los evangelios apócrifos.
En cambio, el evangelio de Mateo centra su atención en la genealogía paterna de Jesús. En las celebraciones litúrgicas católicas de la Natividad, el pasaje de Mateo 1:1-25 es leído en la Misa de vigilia, en tanto que el prólogo del evangelio de Juan (Juan 1:1-8) es proclamado en la llamada Misa del día.

Dionisio el Exiguo

El sistema que se utiliza actualmente fue ideado por el monje Dionisio el Exiguo, a quien el papa Bonifacio I pidió que encontrara un sistema para calcular la fecha de la Pascua.
Dionisio decidió utilizar el nacimiento de Cristo como punto de referencia en vez del sistema que se utilizaba hasta entonces. Calculó erróneamente que Jesús nació el 25 de diciembre del año 753 AUC (ab urbe condita, desde la fundación de Roma), tomando entonces el año que apenas comenzaba, 754 AUC, como el año 1 D.C..
Este sistema no fue aceptado en aquella época, aunque siglos después fue adoptado por varias poblaciones hasta convertirse en el sistema predeterminado de facto. La fecha del 25 de diciembre fue adoptada como la fecha de la Navidad y, por extensión, en las celebraciones litúrgicas. [cita requerida]

Error en el sistema de fechas

Mucho tiempo después, se descubrió que el sistema de Dionisio era inexacto, ya que había calculado erróneamente la fecha del nacimiento de Jesús. Dionisio estableció el año inicial de la era D.C. entre 5 y 7 años después del que debió haber sido, por lo que Jesús nació aproximadamente entre el año 5 a. C. y 7 a. C.
El sistema no pudo ser alterado pues la mayoría del mundo lo había aceptado, y promover un cambio tan radical sería sumamente difícil. Es por esto que al ver el nacimiento de Jesús en un año anterior al año 1 no debe sonar extraño, pues se debió a un error. No se contó el año 0, porque en la numeración romana ni en la griega hay 0.

Representaciones en el arte

La Nativité de Louis Cretey. Óleo sobre lienzo de la segunda mitad del siglo XVII, expuesto en el Detroit Institute of Arts.
Las escenas del nacimiento de Jesús fueron cambiando a través de los siglos y conforme a las costumbres y modas impuestas por los propios artistas. Durante la Edad Media lo más común es la representación de María tendida en su lecho con el niño a su lado, envuelto en refajos. En el siglo XIII Jesús está metido en el pesebre y hay un intercambio de miradas entre la madre y el hijo. A finales de la Baja Edad Media se empieza a representar a María con su hijo en brazos. Durante los siglos XIV y XV la escena se hace más cálida e íntima pues se representa a María alimentando al niño.
Los artistas flamencos van añadiendo detalles más o menos pintorescos, como la participación de José a la hora del baño del recién nacido.1 A partir del siglo XVI entran en escena los pastores adorando al Niño. Los pastores ofrecen animales de granja, frutos y otros obsequios. A veces en una misma obra se añade al tema central otros que pueden estar relacionados, como la anunciación del ángel a los pastores, el coro de ángeles, etc. El siguiente paso se da en los abundantes retablos monumentales del siglo XVII en que todo el retablo es una descripción de la Natividad y todo lo relacionado con ella. Aparece además el símbolo del cordero.
Worship of the shepherds by bronzino.jpg

TEXTO BÍBLICO: Lucas 2, 1-14
2,1: Por entonces se promulgó un decreto del emperador Augusto que ordenaba a todo el mundo inscribirse en un censo. 2,2: Éste fue el primer censo, realizado siendo Quirino gobernador de Siria. 2,3: Acudían todos a inscribirse, cada uno en su ciudad. 2,4: José subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a la Ciudad de David en Judea, llamada Belén –pues pertenecía a la Casa y familia de David–, 2,5: a inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
2,6: Estando ellos allí, le llegó la hora del parto 2,7: y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado sitio en la posada.
2,8: Había unos pastores en la zona que cuidaban por turnos los rebaños a la intemperie. 2,9: Un ángel del Señor se les presentó. La gloria del Señor los cercó de resplandor y ellos sintieron un gran temor. 2,10: El ángel les dijo:
—No teman. Miren, les doy una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo: 2,11: Hoy les ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor. 2,12: Esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
2,13: Al ángel, en ese momento, se le juntó otra gran cantidad de ángeles, que alababan a Dios diciendo:
2,14: —¡Gloria a Dios en lo alto y en la tierra paz a los hombres amados por él!
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
Por entonces se promulgó un decreto del emperador Augusto”, el evangelista inicia el relato del nacimiento de Jesús con estas palabras, aportándonos un contexto histórico y geográfico del nacimiento del Señor. Jesús no ha nacido y comparecido en público en un tiempo indeterminado, sino que pertenece a un tiempo preciso y a un entorno geográfico indicado con exactitud: lo universal y lo concreto se tocan en Jesús.
El decreto de Augusto para registrar fiscalmente a todos los ciudadanos, lleva a José, junto con su esposa María, a la ciudad de David. Según la promesa del Profeta Miqueas, el mesías debía de nacer en esta ciudad.
El censo tenía como objeto determinar y recaudar los impuestos es la razón por la cual José, con María, su esposa embarazada, van de Nazaret a Belén. El nacimiento de Jesús en la ciudad de David se coloca en el marco de la gran historia universal, aunque el emperador nada sabe de esta gente sencilla que por causa suya está en viaje en un momento difícil; y así, aparentemente por casualidad, el Niño Jesús nacerá en el lugar de la promesa.
“Estando ellos allí, le llegó la hora del parto y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habían encontrado sitio en la posada”. Para el Salvador del mundo, para aquel en vista del cual todo fue creado, no hay sitio. El que fue crucificado fuera de las puertas de la ciudad nació también fuera de sus murallas.
María puso a su niño recién nacido en un pesebre. Luego María envolvió al niño en pañales; podemos imaginar con cuanto amor ella esperaba su hora y preparaba el nacimiento de su hijo.
Nació en un establo, en un ambiente poco acogedor, pero que ofrecía en todo caso la discreción necesaria para el santo evento. El pesebre es el lugar donde los animales encuentran su alimento. Sin embargo, ahora yace en el pesebre quien se ha indicado a sí mismo como el verdadero pan bajado del cielo, como el verdadero alimento que el hombre necesita y que da la vida eterna. En la pobreza del nacimiento de Jesús se perfila la gran realidad en la que se cumple de manera misteriosa la redención de los hombres.
Los primeros testigos del gran acontecimiento son pastores que velan. Jesús nació fuera de la ciudad, en un ambiente en que por todas partes en sus alrededores había pastos a los que los pastores llevaban sus rebaños. Era normal por tanto que ellos, al estar más cerca del acontecimiento, fueran los primeros llamados a la gruta. Quizá ellos vivieron más cerca el acontecimiento, no sólo exteriormente, sino también interiormente. Ellos formaban parte de los pobres, de las almas sencillas, a las que Jesús bendecirá.
El ángel del Señor se presenta a los pastores, y la gloria del Señor los envuelve con su claridad. El ángel disipa el temor que estos sienten y les anuncia una “gran alegría para todo el pueblo: Hoy les ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor”. Se les dice que encontraran como señal a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Al ángel, en ese momento, se le juntó otra gran cantidad de ángeles, que alababan a Dios diciendo:
¡Gloria a Dios en lo alto y en la tierra paz a los hombres amados por él!
Los ángeles ante el nacimiento del Salvador cantan, y ponen en relación la gloria de Dios en el cielo con la paz de los hombres en la tierra.

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