lunes, 20 de febrero de 2017

Nuevos testamento -Religión

eventos de la vida de Jesucristo
La crucifixión de Jesús es un hecho narrado en los evangelios, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota de acuerdo con la fe cristiana. Jesús de Nazaret, a quien el cristianismo consideran el Hijo de Dios y el Mesías, según la tradición fue arrestado, juzgado por el Sanedrín de Jerusalén y sentenciado por el procurador Pilato a ser flagelado y, finalmente, crucificado. En conjunto estos acontecimientos son conocidos como "la pasión". El sufrimiento de Jesús y su muerte representan los aspectos centrales de la teología cristiana, incluyendo las doctrinas de la salvación y la expiación.
Los cristianos han entendido teológicamente la muerte de Jesús en la cruz como muerte en sacrificio expiatorio.1 2 Los cristianos católicos y ortodoxos celebran la Eucaristía como actualización o continuación, independientemente del tiempo y del espacio, de este mismo sacrificio.

Detalles de la crucifixión de Jesús

Armonización de los evangelios

Por la "Pasión de Cristo" se entiende los "padecimientos que sufrió Jesucristo antes de morir en la cruz",5 sin relación necesaria a ningún evangelio particular, canónico o apócrifo, pero algunos han tratado de crear una armonía de los cuatro evangelios canónicos, como Taciano ya en el siglo II y entre académicos modernos K. Bornhäuser y P. Benoit.6 Esta narración armonizada nunca fue aceptada como homogénea, como demuestran, por ejemplo, las dísputas entre cristianos griegos y latinos sobre la fecha de la Pasión.7 8 9 Y la Iglesia siria, que adoptó el Diatessaron de Taciano, que armonizó los cuatro evangelios canónicos, prefirió después abandonarlo en favor de los síngulos evangelios.6 Y ya en el tiempo de Agustín de Hipona (354–430) se notaba las diferencias entre las narraciones de la pasión de Jesús que se leen en los evangelios canónicos, sin por eso rechazarlos.10

Juicio y condena

El juicio y muerte de Jesuscristo son narrados de formas que algunos autores consideran contradictorias debido a que los detalles mencionados en los evangelios no solo no son coincidentes entre sí, sino además en ocasiones opuestos.
Según los tres Evangelios sinópticos (MateoMarcos y Lucas), Jesús fue arrestado en el jardín de Getsemaní por un grupo a las órdenes de los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y fue identificado por Judas Iscariote con un beso.11 Según Juan, los que arrestaron a Jesús fueron guardias designados por los sumos sacerdotes y los fariseos, junto a un destacamento de soldados al mando de un "quiliarca", palabra griega habitualmente usada por los griegos para referirse a un tribuno militar romano, lo que parece presentar el arresto como obra de un oficial romano con soldados del praetorium. En esta versión Jesús se identificó a si mismo.12
Algunos niegan la históricidad de lo que dice Juan acerca de una participación de soldados romanos en la operación (Mommsen, Blinzler, Barrett, Lohse, Besnier), otros la aceptan (Bruce, Goguel, Winter).13

Jesús delante de Caifás
Tras su detención Jesús fue conducido, según los sinópticos, a la casa del sumo sacerdote Caifás.14Según el Evangelio de Juan fue llevado primero ante Anás, quien después lo envió a su yerno Caifás, "sumo sacerdote aquel año".15 La tradición judía consigna la crueldad de la clase dirigente saducea: "¡Ay de mí por la casa de Janín (Anás), ay de mí por sus calumnias!". (Talmud, Pes. 57.ª).
Hay diferencias incluso entre los tres sinópticos sobre la interrogación de Jesús por las autoridades judías. Marcos y Mateo hablan de una primera reunión aquella misma noche del entero Sanedrín, que decidió que Jesús merecía la muerte por blasfemia, y de una segunda reunión del Sanedrín a la mañana siguiente, que lo envió a Pilatos. Lucas habla de una única reunión del Sanedrín a la mañana y no menciona explícitamente la condena.16 Juan no habla ni del Sanedrín ni de una condena en relación a la interrogación de Jesús por el sumo sacerdote después de su detención,17 sino que habla de una reunión del Sanedrín tenida unas semanas antes, en relación a la resurrección de Lázaro de Betania, donde a instancias de Caifás se decidió dar muerte a Jesús.18
El erudito y sacerdote Raymond Edward Brown, uno de los primeros académicos católicos en usar la crítica histórica en la exégesis, observa que un recuerdo vigente entre la comunidad cristiana de una reunión tenida por el Sanedrín para discutir el problema constituido por Jesús pudo ser insertado en las narraciones de los sinópticos únicamente en relación a la llegada de Jesús a Jerusalén poco antes su muerte, la única visita a la ciudad que ellos mencionan. Juan narra varias visitas y eligió la de pocas semanas antes de la muerte de Jesús para mencionar esa reunión. Según Brown, una reunión del Sanedrín en esa ocasión, antes del arresto de Jesús, puede parecer más plausible que la sesión nocturna de urgencia postulada por Marcos y Mateo. Así Juan tomó la resurrección de Lázaro como causal de la sentencia del Sanedrín contra Jesús.19 También Köstenberger piensa que la mención en Juan de una reunión relacionada a Lázaro explica su silencio sobre la sesión de la que hablan Marcos y Mateo.20
Brown observa que, para comprender lo que se transmite en los evangelios, y en las tradiciones orales que sus autores usaron como base, la obsesión de afirmar la historicidad de cada pormenor es un obstáculo no menos grande que la suposición de que los cristianos no sabían nada de lo que sucedió.21 Según Brown, son cinco los puntos que tienen una base sólida en las narraciones de los cuatro evangelios:
  1. Se convocó una sesión del Sanedrín para considerar cómo tratar con Jesús;
  2. La noche de su detención Jesús fue interrogado por el sumo sacerdote;
  3. Se discutió la amenaza al Templo que Jesús constituía;
  4. El que instó a los otros para decidir la muerte de Jesús era el sumo sacerdote, al que Mateo y Juan identifican como Caifás;
  5. Hubo el equivalente de una sentencia de muerte.22
Ed Parish Sanders, académico de la Universidad de Duke, uno de los precursores en la investigación contemporánea sobre el Jesús histórico, al analizar las diferencias del relato del juicio, también cree poco plausible la reunión nocturna de Mateo y Marcos:
“Es difícil creer que un tribunal se reuniese realmente la primera noche de la Pascua, tal como Mateo y Marcos lo afirman. Notemos que Lucas dice que Jesús fue conducido al Sanedrín al romper el día (Le 22,66). Juan no presenta ningún juicio ante el Sanedrín. Es incluso más difícil creer que Mateo y Marcos estén en lo cierto al presentar dos juicios: uno durante la noche y otro a la mañana siguiente. Se ha pensado desde hace ya tiempo que el juicio nocturno (Mt 26,57-75//Mc 14,53-72) parece una expansión de la breve nota de una reunión en Mt 27,1//Mc 15,1 que se convierte en un proceso.” 23
Sanders concluye:
“No tenemos un conocimiento detallado de lo que ocurrió cuando el sumo sacerdote, y posiblemente también otros personajes, interrogaron a Jesús. No podemos saber si realmente se reunió «el Sanedrín». Además, dudo de que los primeros discípulos de Jesús lo supieran. [...] No pongo en duda que Jesús fuese arrestado e interrogado por orden del sumo sacerdote. Pero no podemos saber más. Los especialistas seguirán diseccionando los relatos del «juicio», pero mucho me temo que nuestro conocimiento no avanzará más por ello. Los relatos nos dan la impresión general de una noche confusa, y es probable que fuera así [...] Es improbable que alguien, incluso cercano a la escena, conociera precisamente quién hizo qué. Parece imposible que aquellos de quienes dependían los evangelistas conocieran los motivos internos de los actores”.24
Marcos y Mateo narran que el Sanedrín condenó a Jesús a muerte por blasfemia al declararse él ser el Mesías, el Hijo de Dios.25 26 Lucas al contrario no habla ni de una condena por parte del Sanedrín ni de una acusación de blasfemia y Juan no menciona ninguna reunión del Sanedrín ni en la noche de la detención de Jesús ni en la mañana siguiente.
Sanders y Brown juzgan que la acusación contra Jesús de blasfemia por declararse el Mesías y Hijo de Dios es una proyección atrás al tiempo de la Pasión, de las ideas del período de la composición de los evangelios, cuando estos términos tenían para los cristianos un sentido que a los contemporáneos judíos no cristianos parecía blasfemia.
“La causa que según Mateo y Marcos condujo a la acusación de blasfemia es la afirmación de Jesús de ser Cristo (el Mesías) y el Hijo de Dios, pero eso no es convincente... Como admiten casi todos los autores, ninguna de estas proposiciones pueden catalogarse como blasfema. [...] Los pretendientes posteriores a mesías no fueron acusados de blasfemia, y el título «hijo de Dios» puede significar cualquier cosa. En efecto, todos los israelitas se consideraban «hijos de Dios» (cf., por ejemplo, Rom 9,4), y sólo puede considerarse blasfemia la posterior afirmación cristiana de que Jesús era un ser divino... Me parece completamente concebible que hablar y actuar contra el Templo pudiera haber sido considerado blasfemo, pero según los evangelios esta acusación no llevó a la sentencia por blasfemia. Así pues, tenemos una acusación que podría constituir una blasfemia, pero de la que se nos dice que no condujo a nada, y una combinación de títulos que al tiempo que improbables no son blasfemos, pero que acabaron en una sentencia por «blasfemia». La escena del juicio es, pues, improbable desde todos los ángulos”.27
Brown interpreta que los evangelistas escribían para gente que interpretaba la pregunta del sumo sacerdote de la narración, "¿Eres el Mesías, el Hijo de Dios bendito?", como expresión de la hostilidad de los judíos contemporáneos a esta profesión de fe y alabanza litúrgica de los cristianos.28

Pilato muestra a Jesús a la multitud
Según los evangelios, luego de la interrogación por parte de los sumos sacerdotes (con o sin participación del Sanedrín), Jesús fue entregado a las autoridades romanas.29 30 A la mañana siguiente, pues los juicios romanos se hacían antes del mediodía, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el Praefectus-Procurator romano de Jerusalén.31 El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén por la Padcua, algo históricamente correcto ya que en la ley romana la jurisdicción correspondía al lugar de origen del acusado.32 Según Lucas Herodes menospreció a Jesús y lo mandó vuelta a Pilato al no hallarlo culpable de nada.(Lc 23:1-25)
Los evangelios presentan a Pilato como vacilante ante la condena a Jesús, y dicen que no le halló culpable de nada merecedor de muerte. A pesar de lo anterior, la corona de espinas puesta sobre Jesús y el cargo escrito en el letrero del cargo indican que fue condenado a morir en la cruz bajo el cargo de sedición, al considerarse que se había proclamado rey de los judíos.33 34 35 36 , lo que significa, según una edición en español de los Anales de Tácito y una Historia de España, en la práctica la aplicación de la Lex Appuleia de Maiestate promulgada por Tiberio César 15 años antes. 37 38 Lo único que dice Tácito de esta cuestión es: Christus Tiberio imperitante per procuratorem Pontium Pilatum supplicio adfectus erat (Bajo el Emperador Tiberio, Cristo fue ejecutado por el procurador Poncio Pilato),39 y Lucio Apuleyo Saturnino, autor de esa ley,40 fue asesinado en el año 100 aC. Su ley, probablemente del año 103 aC, fue substituida después por otras, a partir de la lex Cornelia maiestatis del año 81 aC. y la lex Iulia maiestatis de Julio César.41 42
La actitud misericordiosa y vacilante de Pilato, descrita en los evangelios, contrasta drásticamente con lo descrito por Flavio Josefo sobre su personalidad violenta y actos de extrema crueldad. Además el episodio que presenta a Pilato otorgando al pueblo la decisión de liberar por aclamación a un prisionero por ocasión de la fiesta de Pascua carece de precedente válido en las fuentes romanas, judías y helenísticas.43

Flagelación


Flagrum
La flagelación mediante el látigo llamado flagrum taxillatum o flagra era un preámbulo legal romano a toda ejecución. Una revista de la Asociación Médica Estadunidense, The Journal of the American Medical Association, describe así la práctica romana: “Por lo general el instrumento que se usaba era un látigo corto (flagelo) con varias tiras de cuero sueltas o trenzadas, de largo diferente, que tenían atadas a intervalos bolitas de hierro o pedazos afilados de hueso de oveja [...] Cuando los soldados romanos azotaban vigorosamente vez tras vez la espalda de la víctima, las bolas de hierro causaban contusiones profundas, y las tiras de cuero con huesos de oveja cortaban la piel y los tejidos subcutáneos. Entonces, a medida que se seguía azotando a la víctima, las heridas llegaban hasta los músculos esqueléticos subyacentes y producían tiras temblorosas de carne que sangraba”.44
No se sabe cuántos latigazos recibió Jesús, pues según la ley judía solo se daban 39 golpes, mientras que los romanos solían dar mucho más. La humillación posterior que incluyó que lo disfrazaran de rey con un manto rojo, una caña en su mano derecha a manera de cetro y una corona de espinas, parece seguir una costumbre de las legiones, que escogían a un esclavo en las saturnales de fin de año para vestirlo de rey, humillarlo y luego sacrificarlo. Los soldados romanos le escupieron y golpearon. Se burlaban de él diciendo: «Saludos, rey de los judíos».45

Estaciones o caídas


Condenado que lleva el patibulum al lugar de crucifixión.
Según los evangelios sinópticos, apenas sacado para ser ejecutado se obligó a llevar la cruz a un hombre llamado Simón de Cirene. En los evangelios nunca se menciona que Jesús cayera en tierra bajo el peso de la cruz o que una mujer llamada Verónica le limpiara el rostro con un paño: tales historias se remontan a la tradición eclesiástica posterior. En cambio, el Evangelio de Juan no menciona a Simón de Cirene, sino que describe a Jesús cargando su propia cruz.

Se eleva en el poste vertical a un condenado ya atado al patibulum
En los evangelios Jesús fue conducido hasta un lugar llamado Gólgota (aram.: Gûlgaltâ), que significa, en arameo, «lugar del cráneo». El Evangelio de Marcos46 dice que Jesús fue crucificado a la hora tercera (9 de la mañana), mientras que el Evangelio de Juan47 dice que fue en la hora sexta (11 de la mañana a 12 del mediodía).
Los sinópticos dicen que fue crucificado entre dos salteadores,48 o malhechores,49 uno a su izquierda y otro a su derecha. El relato de Juan solo dice que fue crucificado entre dos personas, sin especificar su delito,50
A diferencia del arte cristiano y de ciertas obras cinematográficas, el reo tan solo cargaba una viga pequeña sobre ambos hombros, a manera de yugo, llamada patíbulumantenna o furca, la cual solía usarse de viga transversal. Una cruz clásica completa se estima que habría pesado alrededor de 100 kg, haciéndose imposible que un hombre debilitado por la tortura pudiera cargarla.51 52
La concepción popular cristiana de Jesús cargando la cruz entera sobre sus hombros se presenta bastante tarde en el arte cristiano. La representación más antigua conocida de Jesús llevando la cruz Data del 420–430. La imagen es una placa de marfil custodiada en el Museo Británico, y muestra a Cristo cargando una cruz desproporcionalmente pequeña, con forma de † que levanta y eleva de la tierra.53 54 Similar no realística representación se muestra en un sarcófago ahora perdido que fue encontrado a Borgo Vecchio (con la pequeña cruz a forma de T).55
La confusión deriva de que la palabra griega para cruz (stauros) se usaba en las fuentes clásicas para referirse indistintamente a cualquier parte constituyente de la misma, y no necesariamente a una cruz completa.56

Inscripción del cargo

Junto al reo a veces se colocaba un titulus (en griego: τίτλος, títlos) o inscripción del cargo. El uso de este tipo de letreros del cargo está consignado en la Historiæ Romanæ, de Dion Casio (54.3.7-8). Los evangelios narran que sobre Jesús se colocó una inscripción semejante, pero solo el Evangelio de Juan declara que el títlos fuera escrito en tres idiomas, hebreo (que los profesores Alfred Wikenhauser y Brown, entre otros, sugieren podría ser el arameo57 ), griego y latín, a fin de ser leído por las multitudes de extranjeros que acudían a la Pascua.
El Evangelio de Juan dice que el letrero del cargo de Jesús decía «Jesús el Nazareno, el rey de los judíos» (ιησους ο ναζωραιος ο βασιλευς των ιουδαιων).58 En la versión más escueta de Marcos solo dice: «El rey de los judíos» (ο βασιλευς των ιουδαιων);59 en Lucas «Este es el rey de los judíos» (ο βασιλευς των ιουδαιων ουτος);60 y en Mateo «Este es Jesús el rey de los judíos» (ουτος εστιν ιησους ο βασιλευς των ιουδαιων).61 Solo Juan menciona también la objeción de los principales sacerdotes, que pidieron que se cambiase la inscripción para «Este dijo: Soy rey de los judíos».
En el latín de la Vulgata la versión joánica del títlos es «Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum», y de ahí viene la sigla INRI típica del arte cristiano de tradición latina; en la tradición griega la abreviación es ΙΝΒΙ, correspondiente al texto de Juan: ησοῦς ὁ Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν ουδαίων.

Expoliación y muerte

Era común que los grupos de ejecución estuvieran compuestos por cuatro soldados y un centurión, y que estos pudieran reclamar los bienes de la víctima como parte de su salario (expollatio). En efecto, la Biblia narra que, tras crucificarlo, los soldados se repartieron sus vestiduras.
También, a diferencia de lo representado tradicionalmente en el arte cristiano, el profesor Josef Zias, antropólogo de la Universidad Rockefeller y ex curador del Departamento de Antigüedades y Museos de Israel, sugiere que las crucifixiones en Judea no habrían sido en cruces muy altas, en vista de que la madera más disponible para ejecuciones sería la de olivo y estos árboles no son muy altos, lo cual sugeriría que las personas eran crucificadas “a la altura de los ojos del observador”.62
Según los Evangelios los romanos dieron de beber a Jesús vino con hiel. En tiempos de Jesucristo, los soldados romanos bebían un vino flojo, ácido o amargo, conocido en latín como "acetum (vinagre)", o, cuando estaba diluido con agua, "posca". Probablemente esta fue la bebida que se le ofreció a Jesús mientras estaba en la cruz. Según unos evangelios, él rehusó un vino agrio mezclado y drogado con mirra (o hiel) que se le presentó para aliviar su sufrimiento. Algunos piensan que este licor era preparado por las mujeres de Jerusalén para aliviar los dolores de las víctimas de crucifixión, y que los romanos aceptaban esto por condescendencia.63 Sin embargo, otros dicen que, poco antes de expirar, sí aceptó vino agrio puro de una esponja que le acercaron a la boca.64
Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Eloi, Eloi, lamá sabactani», que en arameo significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Sus últimas palabras antes de expirar fueron: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».65 O simplemente "Todo ha sido cumplido", así las palabras finales de Jesús también difieren en los evangelios.
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