viernes, 23 de junio de 2017

Años por países - España

España en el 910 - Reino de asturias

Adelgaster es el nombre con el que se conoce a un supuesto hijo natural del rey asturiano Silo. Su nombre aparece mencionado en un documento del 17 de enero de 780 del que se duda su autenticidad.
Entre sus actos más notables, destaca la creación del monasterio de Santa María La Real de Obona, en Tineo (Asturias).
La existencia de este personaje está puesta en entredicho, ya que no se conserva ningún documento ni crónica que lo mencione y es poco probable que no intentara acceder al trono a la muerte de su supuesto padre. Se cree más bien que el citado documento en que se le menciona es una falsificación para dotar al monasterio de un origen más noble.

El legado de Adelgaster. El monasterio de Obona.

No fue desde luego el monasterio más importante de Asturias, no el más famoso, ni el más bello. Tampoco fue el más grande, ni el que más monjes tuvo. Pero posiblemente el monasterio de Obona sea el más misterioso que existió en la región. 
El monasterio de Obona en el Occidente de Asturias
Para la leyenda me remito a otros mapas de este blog
 Se dice que su fundador fue Adelgaster príncipe de Gijón, casado con Brunilde, pretendido hijo ilegítimo del rey don Silo, el que traslado la corte a Pravia, pero la autenticidad de este hecho es discutida. De ser así el monasterio se habría fundado en el 781, setenta años después de la caída del reino visigodo, y nos encontraríamos ente uno de los más antiguos de Asturias, de hecho sería contemporáneo a la que se considera la iglesia más antigua de la región fue construida también bajo el reinado de Silo; la iglesia de San Juan de Santianes de Pravia. 
 El monasterio está construido junto al arroyo de Ardeña, y parece ser que las aguas de las fuentes cercanas eran de tan buena calidad que le dieron nombre al sitio, pues uno de los primero monjes debía de ser de origen franco y bautizó al lugar como Eau Bonne. Está a dos días de Oviedo, en las tierras de Tineo, enclavado en el camino de Santiago y es de paso obligado pues el rey Alfonso IX de León, que tanto tiempo pasaba en Asturias así lo hizo saber:
 "...amenazo a todo aquel que osara desviar a los peregrinos a Santiago de su pola de Tineo y Obona..."
Un camino que no por transitado es fácil de hacer, no hay camino para carretas y los abastos deben transportarse en caballerizas, aunque esto es común a prácticamente todos los caminos de la región. 
 Pero volvamos al monasterio. Parece ser que en principio fue dúplice, teniendo cabida en el monjes y monjas, y era regido por un abad y una abadesa, pero con la fundación del monasterio de Corias, que recibe un tercio de los derechos sobre Obona pasa a convertirse en monasterio exclusivamente masculino, hablamos de mediados del s.XI. 
 Entre los siglos X y XII recibió el monasterio numerosas donaciones de gente muy principal. Siendo los que mayor ascendiente tenían la familia de los Tructinos, que poseía dos tercios del monasterio, siendo el tercio restante, como ya se ha dicho, de los monjes de Corias (en lo que entonces se llamaba Cangas de la Sierra y hoy Cangas del Narcea). Cuando los monjes se acogen a la regla benedictina en el s.XII el monasterio se gana su independencia. La sobriedad de la iglesia, construida en el s.XIII es un fiel reflejo de los ideales estrictos benedictinos. 
 Pero esta sobriedad tan propia de los benedictinos no les impedía exprimir a los campesinos a la hora de recaudar tributos, los monjes eran tenidos por especialmente despiadados a la hora de recaudar impuestos y muy voraces cuando se trataba de reclamar más tierras. En una ocasión llegaron a jurar sobre sagrado que las tierras que pisaban eran del monasterio de Obona, como era inconcebible para la época que unos monjes juraran de manera tan terrible en vano, los vecinos cedieron a pretensiones, quitándose entonces las madreñas los monjes y dejando caer la tierra que habían metido dentro de ellas recogida del monasterio. En todo momento pisaban tierra de Obona, en efecto. 
El monasterio de Obona con su laberinto subterraneo.
Obra del genial Juan Pablo.
 Los monjes se ganaron el favor real, como ya hemos visto respecto a la obligatoriedad de paso. Y gracias a ello consolidan su dominio sobre el coto de Obona, cediéndoles el rey su dominio. Los monjes, en concreto el abad, recogen todos los derechos y obligaciones vinculados a la jurisdicción real, puesto que los funcionarios del rey ya no podrán entrar en las tierras del monasterio. Incluso los jueces del coto eran nombrados por el abad.
 Puede ser por este poder tan considerable que el recuerdo de los monjes en tierras de Tineo no es particularmente bueno. Los monjes recaudaban impuesto y ejecutaban las penas asociadas a los delitos que se cometían, parece ser que con bastante dureza. Como no podía ser de otra manera mantuvieron sus pleitos con la cercana Pola de Tineo, que también gozaba de favor real. Y es que los intereses ganaderos de Obona chocaban con los intereses mercantiles y artesanos de Tineo. Una situación que se repetirá en Asturias a medida que las polas empiezan a sustituir a los monasterios como puntos de administración del territorio.
 En nuestros siglos bajomedievales se ve inmerso el monasterio en las luchas banderizas que asolan la región y el reino. Para proteger al monasterio se implanta el abad comendatario, un noble laico con rango de abad cuya función era defender por las armas al monasterio.
 Y es que la violencia era mucha y cercana. A mediados del s.XV un miembro de la familia de los Miranda, cuyo poder comenzaba a despuntar en Asturias, se refugió con su esposa Sancha en el monasterio tras haber "ejercido la violencia" sobre Alvaro Cuervo. Arias Gonzalez, que así se llamaba el de Miranda, se vio asediado en el monasterio por los Cuervo y sus clientes, que terminaron asaltando el cenobio tras sangrienta lucha.
 Dicen las malas lenguas que los monjes parecían ejercer una suerte de derecho de pernada sobre las recién casadas, que debían permanecer una semana justo después de la ceremonia entre sus muros, tiempo durante el cual pasaban por las manos de todos los monjes y si quedaban entonces en cinta se consideraba al recién nacido hijo del monasterio, siendo en el futuro bienvenido a engrosar las filas de los benedictinos.
 La leyenda más misteriosa del monasterio de Obona es la que nos habla de un enorme laberinto que se extiende en su subsuelo. Dicen los campesinos de los alrededores que es tan grande como el mundo y que alberga mil y un maravillas. Y dicen también que en se metió para no volver un tal don Per de Omaña, que tenía todas las riquezas que se podían desear. No estaba sin embargo contento con esto, y cuando los demás le preguntaban que le pasaba él explicaba que dentro de sí mismo tenía a Zamplarrampla, pero no sabía explicar quién o que era esa cosa. Cuando en uno de sus viajes se avecinó por fin al monasterio, unos misteriosos monjes le indicaron la presencia del laberinto, explicándole que todo lo que el deseara se encontraba dentro. Fama, oro, gloría, mujeres, la inmortalidad. Todo ello le esperaba a Per de Omaña en el laberinto. Pero había algo más.
En el laberinto habitaba Zamplarrampla.
Don Per sucumbe a Zamplarrampla
según Nestor Gonzalez
Y Zamplarrampla iba a acabar con él. Tal vez al entrar, tal vez mañana, tal vez en cien años. Zamplarrampla podría esperar, pero tarde o temprano acabaría con don Per si este decidía entrar. 
 Don Per venció sus miedo y entró en el laberinto. Y se dice que en las quietud de la noche se pueden oir sus gritos de angustia mientras espera que Zamplarrampla de con él para matarle. 
 Laberintos y túneles aparte tiene el laberinto una torre que dicen los que han entrado posee una gran biblioteca, con tomos muy curiosos y misteriosos, incluyendo un documento muy valioso. Pero viendo la fama que han cogido los monjes en los alrededores, uno se pregunta que será en realidad lo que ponen esos libros. 
 Otros dicen que la biblioteca no está en la torre, sino en el laberinto, y otros más dicen que no es biblioteca sino bolera con bolos de oro (aquí hago un inciso, los bolos son un deporte tradicional asturiano, que nadie se imagine a El Nota jugando a los bolos con los monjes negros). A este laberinto se entra por una arcada que da lugar a un túnel en la parte sur del claustro. Pero los más descreídos dicen que por ahí se entraba a las caballerizas y que todo eso del laberinto y el túnel son pamplinas. Pues siendo el monasterio tan pequeño ¿como iba a albergar un laberinto tan enorme?
 Si que guarda tesoros de gran valor para los cristianos, como son la piedra del "Ara Santa" de marmol y plata, con grabados parecidos a los del Arca Santa de la Catedral, ya saben, la que se abrió en presencia del mio Cid de Vivar, y el Santo Cristo de Obona. 
 Por si todo esto fuera poco, no faltan en los alrededores del monasterio otras criaturas que aún a riesgo de desobedecer al rey, hagan poco recomendable su visita. Una gran curuxa blanca ronda por los alrededores, sin duda una Guaxa ansiosa de sorber la sangre a los más incautos. Una xana ha sido vista varias veces en el cercano arroyo. Y diversos espíritus fantasmagóricos parecen rondar alrededor del monasterio. Nunca entran, eso si, en terreno sagrado. 

http://aquerasturias.blogspot.com.es/2013/11/el-legado-de-adelgaster-el-monasterio.html

Resultado de imagen de Adelgaster
Infante Don Adelgaster Syliz











Bernardo del Carpio fue un personaje legendario de la Edad Media, hijo extramatrimonial, según la leyenda, aunque no existe documento alguno que lo confirme, de una infanta y hermana del rey de Asturias Alfonso II de nombre Jimena, y del conde de SaldañaSancho Díaz. Habría derrotado a Carlomagno en la Segunda Batalla de Roncesvalles (808).
Su historicidad, negada por todos los medievalistas, es defendida por el historiador y sacerdote asturiano Vicente José González García, sosteniendo que la negación de su existencia se basa únicamente en la confusión de la Primera batalla de Roncesvalles (778), con una posterior en 808 y la implicación de Bernardo en esta batalla en la que no tuvo nada que ver.



Vida[editar]

Nacido en el Castillo de Saldaña, Bernardo del Carpio es el protagonista de una larga serie de romances. Su historia consiste principalmente en lograr del rey Alfonso el Casto que libere a su padre, encarcelado a causa de haber deshonrado a la infanta. Para ello el héroe, a semejanza de otro Hércules, ha de resolver las distintas tareas guerreras que le encomienda el monarca.
A Bernardo del Carpio se le atribuyen numerosas hazañas, entre ellas la derrota de los francos en Roncesvalles. Durante el Siglo de Oro sirvió de inspiración para piezas teatrales, obras caballerescas en prosa y poemas épicos, tanto en español como en portugués. Miguel de Cervantes tuvo entre sus proyectos no llegados a consumarse un libro de caballerías sobre el héroe, el Bernardo. Su tumba fue visitada en 1522 por Carlos V en la localidad palentina de Aguilar de Campoo. Según parece, tras ser elegido emperador, Carlos V desembarcó en Laredo (Cantabria) a su regreso de Alemania y se quedó por segunda vez en Aguilar de Campoo en julio de 1522. Durante esta estancia visitó el sepulcro situado en el interior de una cueva bajo la conocida como Peña Longa, muy cerca del Monasterio de Santa María la Real, llevándose su supuesta espada, la cual se encuentra actualmente en la Real Armería de Madrid.

Obras literarias[editar]

La verdadera tercera parte de la historia de Carlos-Magno[editar]

Libro de caballerías portugués, cuyo autor fue el presbítero Alexandre Caetano Gomes Flaviense. Se imprimió en Lisboa en 1745 y se presentó como una continuación de la Segunda parte da Historia do Imperador Carlos-Magno e dos doce Pares de Franca, de Jerónimo Moreira de Carvalho, publicada en Lisboa en 1737.
Esta obra refiere en sus primeras páginas la historia legendaria de España y después se dedica narrar las fabulosas hazañas de Bernardo del Carpio, hijo extramatrimonial de la hermana de Alfonso II el Casto, rey de Asturias, y de su súbdito Sancho, conde de Saldaña. A él se atribuye la derrota de Roldán y sus compañeros en los Pirineos y una variada serie de aventuras caballerescas como la conquista de Cataluña a los moros. Sus hazañas se extienden al reinado de Alfonso III el Magno, rey de Asturias, bien avanzado el siglo IX. A su muerte fue enterrado con su espada «Durandarte» (arrebatada a Roldán en Roncesvalles) en los aledaños del monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo.

El Bernardo del Carpio o La victoria de Roncesvalles[editar]

Largo y complejísimo poema de épica culta, obra de Bernardo de Balbuena, el Bernardo o La victoria de Roncesvalles, alabado por Voltaire y Chateaubriand, consiste en 40.000 versos de pulida factura en octavas reales e inundados de una imaginación exuberante, especie de libro de caballerías en verso que se inspira sólo en parte en la leyenda de Bernardo del Carpio y la contamina con todo tipo de materiales aledaños: alegorías, moralidades, cronologíasgenealogías reales e inventadas y episodios mitológicos, fantásticos y maravillosos, en medio de una imaginería deslumbrante y un auténtico frenesí descriptivo. El verso está tallado en busca de una suma perfección, como el mismo autor declara en su prólogo, y como tal hay que considerarlo el culmen de la épica culta barroca española, de la misma manera que la Araucana es el culmen de la épica culta renacentista.

Otras versiones de su historia[editar]

Ramón Menéndez Pidal compiló y estudió su Romancero; el escritor barroco Juan de la Cueva escribió una comedia, Bernardo del Carpio (ed. de Anthony Watson, Exeter: University of Exeter, 1974), una epopeya culta Agustín Alonso (Historia de la hazañas y hechos del invencible cavallero Bernardo del Carpio compuesto en octavas, 1585), y diversas piezas teatralres Lope de Vega (Las mocedades de Bernardo del CarpioEl casamiento en la muerte, y Hechos de Bernardo del Carpio), Álvaro Cubillo de Aragón (El conde de Saldaña y Hechos de Bernardo del Carpio, segunda parte), Lope de Liaño (con su comedia Bernardo del Carpio en Francia, 1739) etcétera. En el siglo XVIII, redactaron libros sobre él Hilario Santos Alonso y Manuel José Martín (Historia fiel, y verdadera del valiente Bernardo del Carpio: sacada con toda fidelidad de los célebres historiadores de España, el padre Mariana, Morales, Berganza, y otros muchos autores veridicos, y graves, 1779); Jorge Mira y Perzebal compuso un melólogoBernardo del Carpio en el castillo de Luna (1760), y la leyenda llamó la atención del portugués Alexandre Caetano Gomes Flaviense, presbítero secular, quien le dedicó su Verdadeira segunda parte da Historia de Carlos Magno, em que se escrevem as gloriosas acçoes, e victorias de Bernardo del Carpio, e de como venceo em batalha aos doze Pares de França (1746); el XIX se transforma en héroe romántico de la mano de George Washington MontgomeryManuel Fernández y González (1858), Francisco Macarro (1876), Ambrosi Carrión...

DesdeHastaNombreNotas
?737?GaudiosaEsposa tradicional del rey Pelayo, no acreditado históricamente
??FroilubaEsposa del rey Favila
739757?Ermesinda, hija de PelayoEsposa del rey Alfonso I
??MuniaEsposa del rey Fruela I
774783Adosinda, hija de Alfonso IEsposa del rey Silo
783789CreusaEsposa del rey Mauregato
??OzendaEsposa tradicional del rey Bermudo I, quizás una forma errónea de transcribir "Adosinda", la esposa de Silo. En las crónicas de Rodrigo de Toledo y Lucas de Tuy es llamada Imilo o Nunilo.
820Antes de 842UrracaEsposa del rey Ramiro I, de posible ascendencia vasco-navarra
842Después de 848Paterna de CastillaEsposa del rey Ramiro I
850866NuñaEsposa del rey Ordoño I
Durante el reinado de Ordoño I (850–866), el reino de Asturias progresivamente pasó a ser conocido como el reino de León. El reino se dividió en 910 y Fruela recibió la parte que conservó el nombre de Asturias.
DesdeHastaNombreNotas
869/870910Jimena de PamplonaEsposa del rey Alfonso III
911?Nunilo JimenaEsposa del rey Fruela II
917?Urraca bint QasiEsposa del rey Fruela II

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