jueves, 10 de agosto de 2017

CUADROS POR ESTILO

CUADROS DEL MARIENÍSMO

La huida a Egipto es una obra de El Greco, realizada hacia 1570. Se conserva y exhibe en una de las salas del Museo Nacional del Prado en MadridEspaña.

Análisis[editar]

Esta escena de devoción, basada en el evangelio según san Mateo, es una de las primeras obras de El Greco. Aquí todavía puede apreciarse la influencia de Jacopo Bassano y Tintoretto, sobre todo en la construcción del paisaje.
Aunque en un principio se dudó de su atribución, existen varios rasgos característicos de El Greco. El tratamiento del celaje y el cromatismo están íntimamente ligados con La curación del ciego. La mayoría de las tonalidades recuerdan a Rafael y a Miguel Ángel.c







La infidelidad, es una obra del pintor italiano Paolo Veronese. Es un óleo sobre lienzo, pintado hacia 1575-1580. Mide 1,89 metros de alto y 1,89 m de ancho. Se exhibe actualmente en la National Gallery de LondresReino Unido.
Este cuadro es uno de los cuatro que forman la serie «Alegorías del amor», realizadas por Veronés por encargo, según se cree, del emperador Rodolfo II.1
Se representa a una mujer infiel, de espaldas, sujetando a su marido con la mano derecha mientras que con la izquierda parece entregar un papel a su amante, hacia quien vuelve la cabeza y la mirada.







La Natividad es una obra de El Greco, realizada entre 1603 y 1605 durante su último período toledano. Se encuentra en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad.
El Greco, por mediación de su hijo, en 1603 consiguió un contrato para realizar cuatro cuadros para iglesia del antiguo hospital de la Caridad de Illescas (Toledo). Los cuadros corresponden al periodo tardío del pintor.

Análisis[editar]

Procede de La adoración de los pastores, que El Greco había realizado para el retablo de doña María de Aragón, en este caso la escena se simplifica a un Nacimiento sin la presencia de los pastores. El Greco pinta una escena tenebrosa sólo interrumpida por la luz que emana de la figura del Niño Jesús. De esta manera, el pintor intenta representar que en el momento de la alumbramiento de Jesucristo es cuando el Mundo conoce la Luz Divina, y presenta al Niño como foco de luz que guía a la humanidad en su camino hacia la Verdad. En este lienzo también se aprecian escorzos típicos del pintor, como la original intrusión de la cabeza retorcida del buey en primer plano bajo los pies de María, que enfatiza aún más la idea de que estos cuadros fueron realizados para ser vistos desde abajo.



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