jueves, 10 de agosto de 2017

CUADROS POR ESTILO

CUADROS DEL MANIERISMO

Laocoonte es una obra del Greco, realizada en 1609 durante su último período toledano. Se conserva en la Galería Nacional de Arte de Washington.

Análisis[editar]

Es una de las pocas obras mitológicas del Greco, quien era eminentemente un pintor religioso. Aquí representa la historia y el castigo de Laocoonte a manos del dios Poseidón. Para obtener la impresión de violencia, el pintor aplica fuertes escorzos. Al fondo de la escena podemos apreciar un paisaje de Toledo, y no de Troya como se creía, pues según la tradición fue fundada por dos descendientes de los troyanos Telamón y Bruto.
La violencia y el dramatismo de la obra se consiguen a través de una luz fantasmal que ilumina el primer plano. Esta es una de las últimas obras del Greco, quien la dejó inconclusa a su muerte en abril de 1614. Se considera que en ella colaboró Jorge Manuel, hijo del pintor.

El Greco (Domenikos Theotokopoulos) - Laocoön - Google Art Project.jpg
AutorEl Greco, 1609
TécnicaÓleo sobre lienzo
EstiloManierismo
Tamaño137 cm × 172 cm
LocalizaciónGalería Nacional de ArteWashingtonFlag of the United States.svg Estados Unidos













Las bodas de Caná es una de las pinturas más famosas de la producción total del pintor italiano Paolo Veronese, conocido por Veronés. Está realizada al óleo sobre lienzo fue pintada en el 1563. Es una obra colosal: mide 994 cm de largo y 677 cm de alto.

Historia[editar]

Este cuadro fue encargado el 6 de junio de 1562 para el refectorio del convento benedictino de San Giorgio, estancia proyectada por Palladio. Según el contrato, Veronés, que entonces tenía 34 años, recibiría 324 ducados, más la manutención y un barril de vino.
Veronés pintó la obra a lo largo de quince meses, durante los cuales probablemente fue ayudado por su hermano, Benedetto Caliari. La entregó al monasterio en septiembre de 1563 y allí se conservó durante 235 años. Colgaba a unos dos metros y medio del suelo, lo que teniendo en cuenta sus dimensiones, permite suponer la amplitud del edificio.
El cuadro fue sustraído por Napoleón durante la Campaña de Italia, en 1797, y enviado a París, encontrándose en el primer piso del Museo del Louvre desde 1798. Cuando Antonio Canova, el célebre escultor, negoció recuperar todas las obras de arte italiano confiscadas por Napoléon, dejó Las Bodas en Francia, convencido por Vivant Denon de la gran fragilidad de este lienzo. A cambio, ofrecieron a Italia una obra de Charles Le Brun.
Durante la Segunda guerra mundial, el cuadro fue llevado al sur de Francia para protegerlo, lo que evidencia que no era imposible desplazarlo. Después de la guerra, regresó a París, aunque quedó dañado por el transporte. De 1990 a 1992 se produjo una restauración que tuvo bastante eco en los medios de comunicación: parte del lienzo se hundía, lo que retrasó los trabajos; igualmente se descubrió que el abrigo de uno de los personajes no era el inicial y, finalmente, hubo un movimiento de opinión a favor de devolverlo al monasterio veneciano de donde procede, petición sustentada, entre otros, por el abogado Arno Klarsfeld y la modelo Carla Bruni.

Análisis del cuadro[editar]

El lienzo tiene un tamaño impresionante, de 677 x 990 cm. Con tales dimensiones, es el más imponente de los cuadros de las colecciones nacionales francesas, y en todo caso, las del Louvre.
La pintura representa las Bodas de Caná, recogido en el Evangelio de Juan, una historia sobre un milagrotomada del Nuevo Testamento cristiano. En la historia, la Virgen MaríaJesús de Nazaret y algunos de sus discípulos están invitados a una celebración nupcial en Caná, Galilea. Hacia el final de la fiesta, cuando se quedan sin vino, Jesús ordenó a los siervos que llenaran tinajas con agua, que él convirtió en vino, siendo este su primer milagro.
Como es usual en Veronés, representa un episodio evangélico —ocurrido en la antigua ciudad de Caná— al estilo de las grandes fiestas venecianas de la época, en un marco arquitectónico renacentista, con columnas dóricas y corintias alrededor de un patio abierto. Pero también causó cierto escándalo, al insistir más en la fiesta que en los elementos religiosos. Se decía en la época que los venecianos creían «muchísimo en san Marcos, bastante en Dios y poco o nada en el Papa». Resultaba un cuadro muy moderno, pues algunos elementos de arquitectura reflejaban edificios creados por Palladio ese mismo año; y también cosmopolita, al mezclarse personas y trajes orientales y occidentales.
El cuadro tiene dos partes diferenciadas: la inferior, en la que se amontonan hasta 130 figuras, y la superior, dominada por la arquitectura en la que personajes populares se representan en arriesgados escorzos, y con unos elementos arquitectónicos captados en perspectiva.
En el centro del cuadro (algo muy frecuente en pinturas italianas de esta época) está Jesucristo, sentado, con un halo alrededor de la cabeza; a su derecha, la Virgen María con un halo más débil; y junto a ambos, alguno de los apóstoles. En este sentido, el simbolismo religioso se impone sobre la lógica del protocolo del banquete. Así, mientras estos invitados ocupan el centro de la mesa, los recién casados aparecen sentados en el extremo izquierdo1​ (desde el punto de vista del espectador).
En el centro del patio se sientan un grupo de músicos tocando instrumentos renacentistaslaúd y los primeros instrumentos de cuerda. El artista se autorretrató aquí, vestido con una túnica blanca y sosteniendo una viola da gamba. El pintor veneciano Tiziano se sienta enfrente, vestido de rojo, tocando un violoneTintoretto se encuentra al violín y Jacopo Bassano al cornetto.
Señala L. Monreal que en el lienzo aparecen representados distintos personajes de la época: Alfonso de Ávalos, marqués del Vasto, que gobernaba el MilanesadoLeonor de AustriaFrancisco I de FranciaMaría de InglaterraSolimán el Magnífico, que sería el personaje de la izquierda con turbante alto; Vittoria Colonna, y Carlos V de perfil, dirigiéndose a un sirviente.
Sobre Jesús, sobre una pasarela elevada, varios hombres cortan la carne de un animal no identificado. A su derecha, traen otro animal para sacrificarlo. Los críticos de arte generalmente consideran que este animal es un cordero, considerando que Jesús es el Agnus Dei o ‘Cordero de Dios’. El cordero sacrificado es por lo tanto un símbolo de su futuro sacrificio. Cristo se halla justo bajo la hoja. Hacia la parte inferior izquierda de la pintura, hay un hombre sirviéndose vino de un jarro enorme y ornamentado. A su lado, un hombre permanece de pie, estudiando una copa de vino; es Benedetto, hermano de Veronés. Debe destacarse que, aunque muchos de los personajes en la pintura, sostienen vasos de vino, nadie parece estar ebrio, sino que disfrutan sanamente de la fiesta. Este eje vertical es también sumamente simbólico, porque detrás de Cristo está el cordero sacrificado, debajo de él, los músicos y justo en frente de los músicos hay un reloj de arena, que en arte es llamado una “vanidad”. Muestra los placeres terrenales como la música, pero al tiempo recuerda la muerte (el reloj de arena, el sacrificio).
No se aprecia que ninguna de las figuras del cuadro estén claramente hablando. Esto es así porque fue encargado por un monasterio benedictino, y el silencio en el refectorio se observaba estrictamente. El centro de la pintura está dominado por un cielo azul, abierto, en el que se ve una airosa torre, importante elemento que abría la habitación donde la pintura colgó originariamente.








Las Estaciones es una serie de cuatro cuadros pintados por Giuseppe Arcimboldo en 1563, en 1572 y en 1573. Fueron ofrecidos a Maximiliano II Manuel de Baviera en 1569, acompañados de los Los cuatro elementos(pintados en 1566). Se acompañaron con un poema de Giovanni Battista Fonteo (1546-1580), que explicaba el sentido alegórico.1
Cada cuadro está constituido por un retrato de perfil, compuesto de elementos que recuerdan la estación.
De la versión original, no subsisten más que el Invierno y El Verano, expuestos en el Museo de Historia del Arte de Viena, en Austria. Entre las versiones más conocidas figuran las del Museo del Louvre, copias hechas por el pintor a instancias de Maximiliano II, para hacer un regalo a Augusto de Sajonia. Los cuadros se caracterizan por un encuadramiento floral que no existía en la primera versión.

Descripción y estilo[editar]

Primavera[editar]

La primavera.1573 Museo del Louvre
La Primavera es una mujer compuesta da una gran variedad de flores, con la cabeza vuelta hacia la izquierda, como el Otoño. Toda la figura se origina a partir de una composición floral, la piel de la cara y los labios son pétalos y capullos de rosa, el pelo es un ramo variopinto y exuberante, los ojos son bayas de belladona.2​ Un collar de margaritas adorna el cuello, mientras que el cuerpo está cubierto de una vasta selva de hojas de diferentes formas.

Verano[editar]

El verano.1573. Museo del Louvre
En la versíon original, como en la del Louvre, El verano es el único de los cuadros que lleva la firma de paco , aunque la paternidad del autor no está en duda en los otros tres. El sujeto es también una mujer, pero, a diferencia de La primavera, tiene la cara vuelta a la derecha.
La cara, a diferencia de la primavera, está formada, no por flores, sino por frutas, verduras y hortalizas: las cerezas adornan la orla de la cabellera y también se componen el labio superior; la mejilla está formada por un melocotón, la nariz es un pepino, la oreja visible es una berenjena, y la ceja es una mazorca.3
El vestido está hecho de estiercol, bajo el cuello se ve la inscripción GIUSEPPE ARCIMBOLDO F,4​ mientras que sobre la manga, está inscrito el año 1573; en el pecho destaca una alcachofa.

Otoño[editar]

El otoño. 1573 Museo del Louvre
El otoño está representado por un hombre de rasgos toscos, poco amable; como La primavera, mira hacia la izquierda. El cuello, formado por dos peras y algunas verduras, emerge de una cuba parcialmente destruida, mientras que los listones de madera que lo forman, se mantienen conectados a través de ramas de sauce.
La cara está formada por peras y manzanas, visibles en particular en la mejilla y la nariz; el mentón es una granada, mientras que la oreja es una seta, con un pendiente en forma de higo. Los labios y la boca están formados de castañas. El cabello está compuesto de racimos de uva, y la parte superior es una calabaza.

Invierno[editar]

El invierno. 1573. Museo del Louvre
El invierno está representado como un viejo, cuya piel es un tronco nudoso, con las escoriaciones e hinchazones de la madera; tales deformaciones insisten en representar las arrugas de la piel propias de la edad. La barba, escasa y poco cuidada, está compuesta de pequeñas ramas y raíces;5​ la boca está formada de dos setas. El ojo visible es una hendidura negra del leño, así como la oreja es lo que queda de una rama rota; los cabellos son una maraña de ramas, acompañado en la parte posterior por una serie de pequeñas hojas. La figura desnuda está animada sólo por los colores del limón y la naranja, colgando de una rama procedente del pecho del hombre: el invierno es en efecto la estación en que la naturaleza no da fruto, excepto en Italia, los cítricos.2
El vestido del hombre es una simple estera de paja: en la versión original de la pintura, el viejo llevaba una capa sobre la que está representada una M y una corona, en este caso ciertamente un recuerdo a Maximiliano II.6​ El invierno, primera estación del año en el Calendario romano y por tanto, la más importante de las cuatro, se asoció al emperador de manera aún más directa entre los contemporáneos.67
A principios del siglo XX, la obra de Arcimboldo fue relegada a la categoría de "burla macabra" de los diseños caricaturescos de Leonardo da Vinci, que tal vez viera a Arcimboldo en Milán; probablemente el pintor no se inspiró en la composición de sus cabezas, pero los vínculos entre los dos artistas no están claros.

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