jueves, 10 de agosto de 2017

CUADROS POR ESTILO

CUADROS DEL MANIERISMO

La Anunciación es una obra de El Greco, realizada entre 16031605 durante su último período toledano. Se conserva en la santuario de Nuestra Señora de la Caridad.
El Greco, por mediación de su hijo, en 1603 consiguió un contrato para realizar cuatro cuadros para la iglesia del antiguo hospital de la Caridad de Illescas (Toledo). Los cuadros corresponden al periodo tardío del pintor.

Análisis[editar]

Es una simplificación de la que realizó años antes para el retablo de doña María de Aragón. Sobre un fondo neutro coloca a las dos figuras principales de la escena, el arcángel san Gabriel en el lado izquierdo adaptándose a la curvatura del lienzo y la Virgen María a la derecha sorprendida mientras oraba. Como eje de la composición se encuentra el atril y la paloma del Espíritu Santo que baja con toda su gloria y se convierte en foco iluminador de la escena. Encontramos en esta peculiar composición una diagonal marcada por los ojos de los protagonistas y la paloma simbólica.









La purificación del templo o La expulsión de los mercadereses una obra de El Greco, realizada en 1568. Se exhibe en la Galería Nacional de Arte, de Washington D. C.
El Greco usará esta temática varias veces más en su carrera, por lo que resulta una de las formas más estudiadas para apreciar la evolución de su estilo artístico.

Análisis[editar]

Es considerada por varios autores como la obra maestra del período veneciano de El Greco. A pesar de contener algunos elementos cretenses, ya puede considerarse plenamente como una obra del Renacimiento italiano. Destaca la perspectiva, el manejo de la anatomía, la aplicación del color y el dramatismo de la escena.
Se trata de un cuadro de influencias muy variadas, desde Tintoretto hasta Miguel Ángel Buonarroti pasando por Rafael Sanzio y El Veronés, así como de otros pintores de la escuela veneceniana del Cinquecento. Aun así, se perciben ciertos errores: la ausencia de un punto de vista, la dificultad de realizar grupos complejos y la falta de experiencia al modelar figuras.









La Gloria (llamado también en otras épocas La TrinidadEl Juicio Final o El Paraíso) es un cuadro del pintor renacentista italiano Tiziano encargado por el emperador Carlos V en 1550 o 1551 y acabado en 1554. Se trata de un óleo sobre lienzo de gran tamaño, pues alcanza los 3,46 metros de alto por 2,40 de ancho. Se encuentra en el museo del Prado(MadridEspaña).

Descripción[editar]

Se trata de un conjunto de figuras que representan al catolicismo, con la Trinidad (Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo en forma de paloma) en su cénit, rodeados por la Virgen María —vuelta hacia ellos con hábito azul purísima—, San Juan Bautista(ambos intercesores entre Dios y los hombres) y, descendiendo entre las nubes doradas en Gloria entre las que todos aparecen, varios personajes del Antiguo y del Nuevo TestamentoMoisés, quien porta las tablas con los Diez MandamientosNoé, quien alza una pequeña Arca en la que se ha posado una paloma con una rama en el pico; el rey David, que toca una especie de zanfoña o arpa... Todas las figuras se hallan en actitud de adorar a la Trinidad.
De espaldas, vestida de verde, se encuentra una figura que ha sido identificada con María Magdalena, o bien con la sibila Eritrea (quien profetizaba sobre el Juicio Final), e incluso con JudithRaquel o la propia Iglesia católica.
A la derecha se localiza a Carlos I de España (junto a su corona) acompañado de su familia (su esposa Isabel de Portugal, su hijo Felipe II, su hija Juana de AustriaMaría, reina consorte de HungríaLeonor, reina de Francia y de Portugal) ataviados con sus sudarios y en actitud suplicante. Más abajo aún puede identificarse, como un anciano con barba, al propio Tiziano. El evangelista Juan (reconocible por estar recostado sobre el águila, que es su atributo), otro de los personajes de este abigarrado cuadro, sujeta un papel con la firma del pintor veneciano. Todo el conjunto está enmarcado por coros celestiales y ángeles que sostienen palmas, que expresan el júbilo.
La composición dibuja un óvalo en cuya cúspide superior se halla el Espíritu Santo, a cuyos lados están el Padre y el Hijo; y en la inferior la vida terrena, con pequeñas figuras que podrían ser peregrinos.
El óleo está basado en la imagen de la Ciudad de Dios de Agustín de Hipona, que describe la Gloria que obtienen los bienaventurados.
La obra, de gran aliento, simboliza la ortodoxa devoción por la Trinidad de la familia imperial. De hecho, el rey Carlos se llevó el cuadro a su retiro en el monasterio de Yuste y pidió verlo antes de morir. En 1566 el grabador Cornelis Cort, colaborador de Tiziano, reprodujo la composición a buril, pero dado que no pudo conocer el cuadro original, hubo de basarse en una copia o dibujo que Tiziano le proporcionó.
Tras ser retornada de Yuste, la pintura estuvo colocada en el Aula de Moral del monasterio del Escorial hasta que en 1837 se menciona ya entre las obras del Museo del Prado.
El título definitivo de La Gloria se debe a José Sigüenza, quien se lo asignó en 1601.


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