miércoles, 9 de agosto de 2017

CUADROS POR ESTILO


Santa Margarita es un lienzo de Francisco de Zurbaránconservado en la National Gallery de Londres, que la adquirió en 1903. Allí se exhibe con el título de Saint Margaret of Antioch. Forma parte del conjunto de lienzos conocidos como Santas de Zurbarán.
Su datación exacta se desconoce. Algunos autores indican que fue realizada hacia 1630,1​ mientras que la página web de la National Gallery habla de 1630-1634. Pertenece, de cualquier manera, a la primera época de Zurbarán, en la que se aprecia cierta influencia de Caravaggio.1
Es posible que formara parte de una serie dedicada a santasvírgenes, con destino a conventos de España o Hispanoamérica.1​ El taller del pintor era famoso por realizar numerosos cuadros de este tipo. Esta pintura resulta inusual en el sentido de que parece ser totalmente autógrafa del pintor.
Margarita de Antioquía está incluida entre las santas mártirescristianas. Cuidaba del rebaño de ovejas de su niñera1​ y fue encarcelada y torturada por defender su virginidad frente a los intentos de un prefecto romano.

Análisis del cuadro[editar]

Los ojos y los rasgos del rostro hicieron pensar a algunos críticos que se trataba de la misma modelo que se utilizó para pintar a Santa Águeda.
Zurbarán representa a Santa Margarita con los trazos de una elegante pastora, con un atuendo muy refinado.1​ El bastón que sostiene en la mano, que podría pasar por un báculo de no estar terminado por un gancho. El gancho alude a una de las torturasque padeció, según la leyenda: ser lacerada con un gancho. La presencia de un dragón alude a la leyenda que narra su encarcelamiento durante el cual el diablo bajo la forma de un dragón aparece a Santa Margarita para tentarla y que esta consigue derrotarlo.
«Esta bella pastora, con una postura muy afectada, parece salida de una escena teatral. En efecto, en muchas de las procesiones o de los autos sacramentales llevados a cabo durante la semana del Corpus Christi, algunos historiadores hacen aparecer a esta santa, así como en las comedias de las Santas representadas en las corralas (recinto en el que se representaban comedias) de Sevilla, y, tal vez, Zurbarán se inspirara en estas imágenes. Las heroínas son, siempre, muy jóvenes y hermosas, como la Santa Juana de Tirso de Molina, o la Santa Margarita de Enciso. Su belleza es descrita como un don del cielo, un reflejo del alma que resplandece misteriosamente y atrae, irresistiblemente, a todos los corazones».2
Es reconfortante el ver a un artista del siglo XVII, donde algunos querrían hacer pasar la espiritualidad por santurronería, que nos ofrece esta María de Antioquía que anticipa a las otras pastoras que son, en ocasiones, vírgenes mártires del barroco bávaro tal y como pueden verse, por ejemplo, en la basílica de los catorce santos (Vierzehnhiligen), aportando al tratamiento de las telas el mimo de un Memling en la obra El matrimonio místico de Santa Catalina.3
Zurbarán trabajó con gran detalle la vestimenta, las pintorescas alforjas que cuelgan del brazo izquierdo, así como el sombrero de paja y alas curvadas con el que va tocada.1
El rostro es rígido y frío.









Santa Práxedes es una pintura al óleo de autoría controvertida: deriva de otra casi idéntica pintada por Felice Ficherelli y los últimos análisis confirman que es obra juvenil de Vermeer, cuya firma ostenta.1​Por su tema religioso y por su estética difiere bastante de la producción habitual del maestro holandés.
La imagen repite la composición de otro cuadro catalogado como obra segura de Ficherelli, perteneciente a una colección privada de Ferrara. La versión de Vermeer hubo de pintarse hacia 1655, siendo posiblemente su primer cuadro conservado. La producción de Vermeer es muy escasa, al igual que los datos sobre su vida y formación. La primera obra fechada de Vermeer es La alcahueta, de 1656.2
El cuadro representa a la mártir Santa Práxedes al comienzo de la persecución de los romanos.
Esta versión atribuida a Vermeer empezó a barajarse como obra suya a partir de 1969, y se hizo famosa a partir de 1986, cuando científicos del Metropolitan Museum de Nueva York descubrieron en ella la firma del artista. Al año siguiente fue adquirida para la Colección Barbara Piasecka Johnson (gestionada por una fundación benéfica). En fecha más reciente, unos estudios en el Rijksmuseum de Ámsterdam terminaron por confirmar que los pigmentos empleados son plenamente coincidentes con los de otro cuadro juvenil del artista: Diana y sus ninfas. Ello dejó descartada la posibilidad de que fuese una pintura de origen italiano.
El cuadro permaneció en propiedad de la citada colección Piasecka Johnson hasta el 8 de julio de 2014, fecha de su subasta en la sala Christie's; se adjudicó en 10,7 millones de dólares (7,8 millones de euros). Este precio es ostensiblemente bajo para un artista como Vermeer y se explica porque la obra, de diseño ajeno, no es representativa de su estilo y temática más personales. Otra pintura más típica de él, Dama sentada ante un virginal, alcanzó diez años antes los 24 millones de euros.









Señora y sirvienta con un cubo es un cuadro del pintor Pieter de Hooch, realizado en torno a 1660, que se encuentra en el Museo del Hermitage de San PetersburgoRusia.
La escena representada es la de la señora de una casa, sentada en un patio exterior, y junto a ella a su sirvienta. La obra es una muestra de orden y precisión, como se percibe en las líneas de los barrotes, el suelo ajedrezado y otros detalles, propios del autor neerlandés.1
Es una pintura que refleja la vida cotidiana en el entorno burguésde los Países Bajos en los días del pintor,2​un mundo que pretendía trasmitir la paz y la felicidad de las mujeres en sus ocupaciones hogareñas.3
La obra está pintada en Delft, ciudad donde vivió unos doce años.

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