viernes, 11 de agosto de 2017

CUADROS POR ESTILO

CUADROS DEL MARIENISMO

Noli me tangere es uno de los cuadros más conocidos del pintor italiano Antonio Allegri da Correggio. Está realizado en óleo sobre tabla, y fue pintado hacia 1518, encontrándose actualmente en el Museo del PradoMadrid.
Es una obra realizada por Correggio en la fase intermedia de su carrera. Fue regalada a Felipe IV por el príncipe Ludovisi. Ya Giorgio Vasari la menciona formando parte de la colección de la casa Ercolani, en Bolonia. Ingresó en el Museo del Prado en 1839.
Es un cuadro «noblemente patético, con su sentido lírico y sensual, que anima la figura de la Magdalena y las sinuosidades de los pliegues, y que trasciende en la sutil vibración cromática del fondo del paisaje, bañado en una luz apenas matutina» (M. Oliver). Cristo, con los pies cruzados en posición de inestabilidad, gesticula con los brazos y las manos, en una postura dinámica y estática a la vez. La Magdalena, por su parte, aparece dibujada con expresión de ardiente misticismo; sus labios se abren de manera ambigua, fijando intensamente su mirada en Cristo. Mientras, su cuerpo se estremece al oír las palabras «No me toques», de boca del Resucitado. La postura arrodillada y el rostro en escorzo forman el inicio de una diagonal que se prolonga en los brazos de Cristo, anticipando las dos figuras las composiciones diagonales típicas del Barroco. La cabellera suelta de la santa es un atributo típico de sus representaciones, en alusión al episodio evangélico en el que derrama lágrimas sobre los pies de Jesús y después los seca con su pelo.
Mención aparte merece el paisaje, casi romántico, donde los verdes densos viran en la lejanía transformándose en azules compactos. Es de una gran sensibilidad la captación de la luz matutina reflejada en el cielo.
Noli me tangere es una frase en latín que significa No me toques. Es una expresión que se atribuye a Jesucristo, que se la habría dicho a María Magdalena después de resucitar y al volverse ella hacia él y llamarle maestro, según el Evangelio de Juan20, 17:
Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.»
Este episodio de la Resurrección de Jesús fue tema recurrente en la iconografía tardomedieval y el Renacimientoe inspiró a varios pintores, entre ellos, Duccio di Buoninsegna o Paolo Veronese en Italia, y Hans Memling o Hans Holbein el Joven en el área flamenca y alemana. La pintura de Correggio fue famosa desde su llegada a España, y Alonso Cano realizó una interpretación libre de la misma que se conserva actualmente en el Museo de Bellas Artes de Budapest.










Noli me tangere es una de las primeras pinturas de Tizianorealizada en 1512. Con claras influencias de su maestro Giorgione,1​recoge el tema bíblico de la resurrección de Jesússegún el Evangelio de Juan.2
Al visitar la tumba de Jesús, María Magdalena se la encuentra vacía, por lo que al cruzarse con quien cree es el jardinero(Tiziano, al igual que Boticelli en su obra homónima del Museo de Arte de Filadelfia, pone una azada en manos de Jesús) le pregunta por el cuerpo de Cristo. Entonces Jesús se identifica, momento en el que María se agarra a Jesús, quién dice la famosa frase: “No me toques (o detengas)”3
Es una escena muy representada en la Historia del Arte.










Paisaje con Júpiter e Ío es un cuadro del pintor Andrea Schiavone, realizado entre 1557 y 1563, que se encuentra en el Museo del Hermitage de San PetersburgoRusia.

El tema[editar]

Ío era una joven sacerdotisa de la diosa Hera, la celosa esposa de Zeus. El dios supremo de los griegos, equivalente al romano Júpiter, sedujo a Ío, pero fueron descubiertos por Hera a pesar de que Zeus transformó en ternera a la joven para evitarlo. Además, Zeus juró que no había tenido relación con ella, por lo que Hesiodo escribe que los juramentos hechos por amor no acarrean la cólera de los dioses.1
Hera no se dejó engañar y como en tantas ocasiones, descargó su ira sobre la doncella más bien que sobre su esposo, enviando un tábano que mortificara los lomos de la joven convertida en ternera.2
Las aventuras amorosas del dios fueron fuente de inspiración de los artistas, sobre todo desde el Renacimiento.3
Las infidelidades de Zeus con Ío fueron representadas por Correggio en su obra Júpiter e Ío, en un cuadro ubicado en el Museo de Historia del Arte de Viena, (1530), aunque aquí Zeus se metamorfosea en una nube.

Descripción de la obra[editar]

En esta ocasión Zeus representado como un humano es descubierto in fragantijunto a la sacerdotisa Ío, mientras la esposa del dios mira enojada desde los cielos. Al fondo, una escena pastoril con la ternera blanca en que fue transformada Ío para no ser descubiertos. El pintor Pieter Lastman (1583-1633), también de la escuela holandesa, pintó una obra sobre este episodio, titulada Juno descubriendo a Júpiter con Ío, en 1618, ubicado en la National Gallery de Londres que representa el momento en el que la esposa de Zeus, denominada por los romanos Juno, descubre a su esposo y la sacerdotisa ya transformada en ternera.














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