viernes, 11 de agosto de 2017

CUADROS POR ESTILO


CUADROS DEL MARIENISMO
Moisés hace manar agua de la roca es un cuadro del pintor italiano Tintoretto realizado en óleo sobre lienzo. Mide 550 cm de alto por 520 cm de ancho. Pintado hacia el año 1577, se encuentra actualmente expuesto en el techo de la sala superior de la Scuola Grande di San Rocco en VeneciaItalia.
La escena bíblica representada alude de manera evidente a la tarea de los cofrades de la Scuola Grande di San Roccode aliviar la sed de los pobres. Moisés recuerda por su disposición y sus ropajes a Jesús, y el agua que mana de la roca es una alegoría de la sangre que brotará de su costado.









Moisés rompiendo las Tablas de la Ley (El Becerro de Oro)es un cuadro del pintor Beccafumi (Domenico di Giacomo di Pace Beccafumi), realizado en 1537, que se encuentra en la Catedral de PisaItalia.

El tema[editar]

Tres meses después de salir de Egipto y tras una batalla victoriosa contra los amalequitas, Dios ordena a Moisés a subir al monte Sinaí. Se promete al pueblo de Israel protección si obedecen su voz. Reunidos en la cima de la montaña, ven como el monte se cubre por una densa nube, truenos y relámpagos, temerosos. Moisés escucha a Dios sobre la montaña en medio del fuego y recibe los Diez Mandamientos.1
Al descender con las Tablas de la Ley después de 40 días, ve al pueblo idolatrando a un becerro de oro e indignado, tira las tablas de piedra, que se hacen añicos.

Descripción de la obra[editar]

Moisés con las Tablas de la LeyPalacio Real de ÁmsterdamFerdinand Bol.
El autor congela el momento en el que el profeta está a punto de tirar la segunda tabla con los Diez Mandamientos, colérico ante la escena de idolatría que descubre al descender del Sinaí. La otra ya está hecha añicos a los pies de los israelitas sorprendidos ante el becerro de oro.
Rembrandt tiene una obra homónima.






















El Hallazgo de Moisés o Moisés salvado de las aguas, es una de las obras más conocidas del pintor italiano Paolo Veronese, tema que trató en otras de sus obras. El fue en suóleo sobre lienzo, pintado entre 1560 y 1575, aunque algunos autores señalan una fecha más tardía, como 1582. Mide 50 cm de alto y 43 cm de ancho. Se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid.
Representa un tema religioso del Antiguo Testamento. Por temor al crecimiento de la población israelita, el Faraón ha ordenado la matanza de todos los recién nacidos judíos. Es una escena del Antiguo testamento que prefigura la matanza de los inocentes en Belén.1​ Igualmente, el rescate por parte de la hija del faraón se veía como una escena semejante a la resurrección de Cristo, teniendo gran interés la Iglesia Católica en obras sobre la vida de Moisés, dado que se le consideraba una prefiguración de Cristo.2​ La madre de Moisés lo protege y envía, en un cesto de juncos, por las aguas del río Nilo, donde es encontrado por la hija del Faraón. El cuadro pretende representar el momento en el que la hija del Faraón recoge a Moisés. No obstante, la escena carece de toda solemnidad y más bien parece una desenfadada reunión; este tema raramente se ha representado con tal desenfado.1​ Una criada ha recogido al niño y lo muestra a la hija del Faraón. Otra se acerca con un paño para cubrirlo. El resto de las mujeres lo contemplan, interesadas. En los dos extremos inferiores de la composición aparecen dos criados vestidos con el mismo ropaje rosado, por un lado a la izquierda aparece un criado negro con una canasta; en el lado derecho, un enano con un instrumento musical. Al fondo, a la izquierda, hay dos muchachas que se van a bañar en el río. Detrás de ellas se ve una ciudad con un puente.2
El grupo está bañado por la suave luminosidad de la media tarde. El marco paisajístico en el que se desarrolla la escena muestra la influencia de Tiziano. Con gran naturalidad armonizan figuras y paisaje.1​ Especialmente importantes son los dos árboles en forma de «V» que repiten la postura de las figuras principales. Recuerda un poco a las obras rococó que Watteau pintaría un siglo más tarde, por la disposición de las figuras y el detalle en las texturas de los ricos vestidos femeninos, a los que la luz confiere reflejos y sombras transparentes, con finas gradaciones cromáticas. Esta vestimenta es típicamente veneciana, lo mismo que el paisaje, sin nada que recuerde o pretenda parecerse a Egipto.2​ En ninguna otra obra logró Veronés la suave luminosidad de los colores y la riqueza de finísimas gradaciones cromáticas, que parece anunciar a Velázquez.










Muchacho encendiendo una candela o El soplón es una obra de El Greco, realizada en 1571 durante la estancia del artista cretense en Roma. Pudo haber sido un encargo ducal, aunque no se conoce a ciencia cierta su origen.
El pintor repetirá este tema varias veces a lo largo de su carrera. El cuadro está inspirado en un pasaje de la Naturalis Historia de Plinio el Viejo, que menciona a varios pintores y escultores que representan a muchachos encendiendo fuego.

Análisis[editar]

Tradicionalmente se ha considerado esta imagen como producto de la influencia de Jacopo Bassano, aunque recientes estudios han determinado que intenta reproducir un cuadro de la Antigüedad clásica, hoy perdido.
En la obra, concebida tal vez durante la estancia de El Greco y otros intelectuales en el palacio Farnesio, un muchacho intenta encender una vela valiéndose de un ascua, que incide de diferente manera en la camisa. Un fogonazo de luz sobre el fondo oscuro impide ver cualquier referencia al espacio pictórico.
El muchacho que protagoniza la escena evidencia la enorme calidad de los primeros retratos de El Greco, al igual que el retrato de Giulio Clovio, realizado también durante su época romana.


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