martes, 17 de octubre de 2017

Apuntes de Historia Universal

FRANCIA Y ALEMANIASIGUIENTE
Al inicio del siglo X una gran parte de las regiones civilizadas estaban atravesando una crisis más o menos profunda. Los mayas eran ya una sombra de su pasado. Japón era la excepción más notable, pues el clan Fujiwara seguía dirigiendo el país con mano firme. Los emperadores eran meros títeres. La propiedad privada estaba ya consolidada: el territorio se fragmentó en grandes propiedades, los terratenientes reclutaron ejércitos particulares entre los colonos guerreros del norte y del este. Estos ejércitos actuaban a modo de policía contra el bandidaje. Los Fujiwara también tenían sus propios ejércitos, aunque no se produjeron conflictos significativos. Al contrario, el periodo de los Fujiwara fue una época pacífica que trajo un gran desarrollo cultural.
Muy diferente era la situación de China, que se encontraba prácticamente en la anarquía. Oficialmente seguía habiendo un emperador Tang, pero en la práctica no había ninguna autoridad a nivel nacional.
El Tíbet seguía sumido en la inestabilidad política, lo cual benefició al budismo, que cada vez estaba más arraigado.
En el sur de la India los chola habían formado un imperio que dominaba los mares, mientras los reinos del norte seguían impidiendo el avance del islam.
El antaño gran Califato de Bagdad seguía fragmentado en numerosos emiratos independientes, mientras los califas seguían dominados por los mercenarios turcos.
No obstante, la cultura seguía avanzando. En una ciudad del Éufrates superior llamada Rakka trabajaba el astrónomo al-Battani. Sus observaciones le permitieron determinar la oblicuidad de la eclíptica, midió la duración del año trópico, detectó el movimiento del Sol y rectificó la constante de precesión dada por Ptolomeo. En el hospital de Bagdad trabajaba al-Razi, al que se le atribuyen más de cincuenta libros de medicina, entre ellos un Tratado sobre la viruela y la escarlatina, que es la primera descripción clásica de estas enfermedades. También tiene unos cuarenta libros de filosofía (lógica, metafísica, teología) y sobre alquimia.
Los turcos pechenegos seguían presionando sobre los húngaros, los cuales presionaban a los moravos, e incluso habían llegado a realizar algunas incursiones por Italia en los años precedentes.
El Imperio Bizantino había llegado a un acuerdo de paz con los búlgaros, y el mayor problema del emperador León VI era que no tenía un heredero. Ahora que los bizantinos estaban aceptando que era Dios el que designaba los emperadores concediéndoles hijos, era algo molesto que a León VI no le concediera ninguno. En sus intentos de remediarlo, León VI se había casado ya tres veces, lo cual no complacía a la Iglesia, cuyo ideal era el de un único matrimonio. De hecho, el propio León VI había promulgado tiempo atrás una ley que prohibía que un hombre contrajera matrimonio por cuarta vez. Las terceras nupcias eran admitidas, pero estaban mal vistas.
El Imperio Romano de Occidente era poco más que nada. La parte occidental estaba gobernada por Carlos el Simple, mientras que en la oriental reinaba teóricamente Luis el Niño, si bien el territorio estaba dividido en la práctica en varios ducados independientes, los más importantes de los cuales eran Lorena, Suabia, Sajonia, Franconia y Baviera. El más poderoso era el de Sajonia, cuyo duque era conocido como Otón el Magnífico y dominaba además el condado de Turingia. Sin embargo, el regente Hatton, considerando a los sajones una amenaza para la escasa autoridad del rey, decidió apoyarse en Conrado de Lahngau, duque de Franconia, que estaba casado con Glismut,hermana de Luis el Niño. En Italia, Berengario reclamó nuevamente el título imperial que le había negado su derrota frente a Guido de Spoleto doce años atrás, pero sus enemigos apoyaron al nieto del emperador Luis II, al que el papa Benedicto IV coronó emperador en 901,con lo que pasó a ser Luis III.
Un príncipe omeya predicó la guerra santa entre los bereberes que habitaban en la frontera de Al-Ándalus con el reino de Asturias. Ibn al Qitt reunió un ejército de varios miles de hombres con el que atacó Zamora, donde el rey Alfonso III pudo resistir.
El emperador Japonés Daigo I dio crédito a las calumnias propagadas por los Fujiwara y desterró al ministro Sugawara no Michizane, que murió pocos años después y fue divinizado por el pueblo.
En la isla de Java la dinastía de Mataram se había impuesto sobre la de los Sailendra. Ahora ascendía al trono el rey Balitung, que a su muerte fue venerado como divinidad.
En 902 el Imperio Bizantino perdió frente a los musulmanes sus últimas posesiones en Sicilia. Mientras tanto, un noble persa llamado Ismaíl ibn Ahmad derrocó al príncipe saffarí Amr ibn al-Layt y fundó así la dinastía de los Samaníes, llamada así por el abuelo de Ismaíl, que se llamaba Samán Judat. Al parecer era un mazdeísta que se convirtió al islam.
En Inglaterra reinaba Eduardo, pero su primo Ethelwald logró el apoyo de los daneses de Anglia Oriental para que invadieran Inglaterra y le concedieran el trono. No obstante, Ethelwald murió en la batalla apenas se iniciaron las hostilidades. Esto no puso fin al ataque danés, pero Inglaterra era ahora mucho más fuerte que a principios del reinado de Alfredo el Grande, y los daneses asentados en la isla habían perdido buena parte de su furia. Además no estaban unidos bajo un monarca común, por lo que sus actuaciones estaban peor coordinadas. Se inició un largo ciclo de guerras en el que los ejércitos de Eduardo no tuvieron dificultades en mantener a raya a los daneses.
En Bohemia murió el duque Borivoj I, y fue sucedido por su hijo Spytihnev I, que rechazó una invasión húngara en 903.
Ese año  murió el papa Benedicto IV y fue sucedido por León V, pero al cabo de un mes fue derrocado y murió en la cárcel. Sergio III se hizo proclamar papa con la ayuda de una escolta franca. Persiguió encarnizadamente a los defensores de la memoria del papa Formoso.
En 904 el rey Constantino II de Escocia logró una victoria decisiva frente a los escandinavos, tras la cual extendió considerablemente las fronteras de su reino.
Los esfuerzos bizantinos por contener la piratería musulmana resultaban infructuosos. Un pirata especialmente audaz, conocido como León de Trípoli, navegó por el Egeo y llegó a la ciudad de Tesalónica, donde capturó a unos veinte mil prisioneros que vendió en los mercados islámicos. León VI reforzó su flota para evitar que sucesos como éste se repitieran, y finalmente logró echar a los piratas del Egeo, pero la piratería musulmana siguió siendo fuerte.
El rey de Asturias Alfonso III estaba asediando la ciudad de Grañón, pero tuvo que abandonarla ante el ataque del banú Qasí Lope ibn Muhammad.
En 905 León VI tuvo un hijo con su amante Zoe. Puesto que no había tenido descendencia con ninguna de sus tres esposas anteriores, decidió casarse con Zoe, pero el patriarca de Constantinopla, conocido como Nicolás el Místico, se negó a consagrar un cuarto matrimonio. Se inició así una tensa negociación entre el emperador y el patriarca que se prolongó más de un año.
Mientras tanto Berengario seguía luchando por el título imperial y logró expulsar de Italia al emperador Luis III. Cuando éste trató de volver, Berengario lo capturó, lo cegó y lo obligó a permanecer en Provenza. Desde entonces Luis fue conocido como Luis el Ciego. Delegó el gobierno de Provenza en el conde Hugo de Arles. Sin embargo, Berengario no pudo obtener el ansiado título imperial, que continuó disputado entre varios pretendientes sin que el papa Sergio III se lo concediera a ninguno.
Tras la muerte de Conrado de Lahngau, el ducado de Franconia pasó a su hijo Conrado el Joven.
El Califato de Bagdad reconquistó Egipto y Siria, poniendo fin a la dinastía de los tulúnidas.
En Japón, un alto funcionario llamado Ki no Tsurayuki compuso por orden del emperador el Korin-waka-shu (Colección de poemas de antaño y de no hace mucho), cuya introducción es la más antigua arte poética del waka (poema japonés). Se establecieron formas poéticas consistentes en versos alternados de cinco y siete sílabas, sin rima (nagauta, tanka y haiku). 
El rey de Navarra Fortún Garcés mantenía buenas relaciones con el banú Qasí Lope ibn Muhammad, por lo que el rey asturiano Alfonso III, junto con el conde de Pallars, ambos enemigos de los banú Qasí, organizaron un golpe de estado en Navarra por el que ocupó el trono Sancho Garcés I, hijo de García Jiménez, el que había sido regente de Navarra durante el cautiverio de Fortún Garcés. Para legitimar su posición Sancho Garcés I se casó con Toda Aznar, hija de Aznar Sánchez, sobrino de Fortún Garcés, y de Oneca, la hija de Fortún Garcés que había estado casada previamente con el emir de Córdoba Abd Allah. Fortún Garcés murió en 906.
También murió el rey Mojmir II de Moravia, bajo cuyo reinado la presión húngara se hizo insoportable. El país cayó en la anarquía y la desintegración. Enrique, el hijo de Otón el Magnífico obtuvo una victoria contra los húngaros.
El papa Sergio III tuvo un hijo con su amante Marozia, hija de Teofilacto, un influyente senador romano, y esposa de un marqués de Toscana llamado Alberico. A través del papa, Marozia se convirtió en la auténtica gobernante de Roma, juntamente con su madre, Teodora.
En 907 murió en su retiro Boris I, el que fue rey de Bulgaria, padre del rey actual, Simeón. El emperador bizantino León VI logró convencer al patriarca Nicolás de la imperiosa necesidad de que legitimara a su heredero. Nicolás consintió en bautizarlo a condición de que León renunciara por completo a su amante Zoe. El emperador aceptó, el niño fue bautizado con el nombre de Constantino, y a los tres días León VI se casó con Zoe. Nicolás se puso furioso, pero León VI lo destituyó y lo envió al exilio.
El príncipe ruso Oleg dirigió una expedición naval contra Constantinopla. El emperador pudo resolver el conflicto diplomáticamente, y el resultado final fue un acuerdo comercial según el cual los rusos disfrutarían de una protección especial en la capital bizantina.
El caudillo húngaro Árpád aprovechó un conflicto entre dos aspirantes al gobierno de la marca del Este para invadirla y apoderarse de ella. Poco después murió y fue sucedido por su hijo Zolta.
En China fue derrocado el último emperador Tang, si bien ya hacía años que los emperadores carecían de poder real. La parte norte del país permaneció unida bajo emperadores débiles divididos en una rápida sucesión de cinco dinastías, por lo que el periodo es conocido como el de las cinco dinastías. En cambio, durante la última década el sur se había ido dividiendo en varios reinos: Shu, Chu, Han Meridional, Min, Wu-Yue, Wu, Anhui, Jiangxi y Ping Meridional. Algunos de ellos fueron sustituidos por otros y en total se habla de los "diez reinos". La división política no supuso una recesión económica, sino que algunos de estos reinos fueron prósperos. El más pujante fue el de Wu-Yue, resultado de la unión de dos reinos bajo el principado de Qian-Lu, quien estuvo a punto de erigirse en emperador, pero que terminó aceptando nominalmente la autoridad del emperador Zhu-Wen.
Por otra parte, al norte de China habitaban los Khitán, que habían estado sometidos al Imperio, pero que al caer la dinastía Tang eligieron emperador a uno de sus caudillos, Apaoki, el iniciador de la dinastía Liao, que formó un Imperio de características similares al Imperio Chino.
En 908 murió Lope ibn Muhammad, y con él terminó la hegemonía de su familia. Los banú Qasí se disgregaron. Algunos se convirtieron al cristianismo y emigraron a los reinos de Asturias y Navarra, mientras que los más se instalaron en Córdoba. Esto fortaleció al viejo rey asturiano Alfonso III el Magno.
En 909 los aglabíes fueron derrotados por un ejército encabezado por Ubayd Allah al-Mahdí, que decía ser descendiente del séptimo imán chiita, Ismaíl, y, por consiguiente, de Alí y Fátima, la hija de Mahoma. Era, pues, el enviado que los chiitas septimanos estaban esperando desde hacía más de un siglo. Ello hizo que sus partidarios lo reconocieran como califa, y gobernó como tal el territorio de los aglabíes. Sus descendientes y partidarios son conocidos como Fatimíes. Aunque Bagdad no tenía ninguna autoridad efectiva sobre las distintas regiones islámicas, hasta entonces todas las dinastías de gobernantes habían aceptado teóricamente la autoridad del califa abasí. Con Ubayd hubo por primera vez dos califas al mismo tiempo.
En 910 el rey de Asturias Alfonso III descubrió una conjuración de su hijo mayor, García, al que hizo encarcelar, si bien la intervención del conde Nuño Fernández, yerno de García, hizo que fuera el rey el que acabó encarcelado en Zamora, donde no tardó en morir. Durante su reinado Asturias había multiplicado su extensión y en él se formó una sociedad nueva integrada por cristianos en el norte y mozárabes en el sur, que aportaron una versión islamizada de la cultura visigótica. Ahora los hijos de Alfonso III se repartieron el reino. García se quedó con los territorios conquistados más recientemente, y estableció su capital en León, con lo que pasó a ser el rey García I de León. Su hermano Fruela gobernó los territorios más antiguos con el título de Príncipe de Asturias, mientras que Ordoño pasó de ser conde de Galicia a proclamarse rey de Galicia. Los tres hermanos lucharon entre sí durante los años siguientes.
Los húngaros destruyeron definitivamente el reino de Moravia y ocuparon una buena parte de su territorio. A partir de este momento se volvieron contra los ducados de Francia Oriental, que habían sido sus aliados en la época del rey Arnulfo. Las rivalidades entre los distintos ducados hicieron imposible una resistencia organizada y los húngaros terminaron imponiéndoles un pesado tributo anual.
El duque Guillermo I de Aquitania donó a la Iglesia una villa (junto con sus siervos, bosques, viñas, campos, prados, aguas, granjas, molinos y arrendatarios) para que fuese construido un monasterio en honor de los santos Pedro y Pablo. Así surgió la abadía benedictina de Cluny, bajo la dirección del abad Bernón. Guillermo I estableció que la abadía no estaría sujeta a ningún obispo o noble, sino que dependería directamente del papa. Desde entonces fue conocido como Guillermo I el Piadoso.
En la India murió el rey Prathiara Mahendrapala I, que fue sucedido por Bhoja II.
El rey Eduardo de Inglaterra había nombrado conde de Mercia a su cuñado Ethelred, si bien la auténtica gobernante del territorio fue su esposa, Ethelflede, conocida como La Dama de los Mercianos.Eduardo y Ethelflede, mantuvieron una vigorosa lucha contra los daneses y conquistaron Northumbria. En 911 murió Ethelred, pero ello no alteró el status de Ethelflede. Los dos hermanos cuidaron de no perder los éxitos cosechados en un exceso de confianza, de modo que dedicaron los años siguientes a consolidar su posición mediante fortificaciones en la frontera danesa.
El pirata León de Trípoli infligió una derrota a la flota bizantina en el Mediterráneo, mientras el rey García I de León realizaba una expedición hasta Toledo en la que capturó un buen número de prisioneros.
Tras la muerte de Sergio III fue elegido papa Anastasio III, un títere de Marozia y de su madre.
En Barcelona murió el conde Wifredo II Borrell, y el condado siguió gobernado por su hermano Suñer I.
Luis el Niño, el rey de Francia Oriental, murió sin descendencia a los dieciocho años de edad. Carlos el Simple, el rey de Francia Occidental, pensó que era su ocasión para reunificar una vez más el reino franco, pues era el único descendiente vivo de Carlomagno por vía estrictamente masculina. Sin embargo, para hacer valer sus derechos en la parte oriental del reino, tenía que tener libertad de acción, y el mayor inconveniente para ello eran los vikingos de Rollón que se habían asentado en su territorio. Si Carlos el Simple llevaba sus ejércitos hacia el este, Rollón podría expandir fácilmente sus dominios. Por ello llegó a un acuerdo con él. Rollón pidió que Carlos lo reconociera como legítimo gobernante del territorio que de hecho ya ocupaba, mientras que Carlos exigió a cambio que Rollón lo reconociera como su señor, lo cual era sólo un formulismo sin contenido, pero que permitía que la capitulación vergonzosa de Carlos el Simple pudiera presentarse como un tratado de paz. Se cuenta que Rollón no quiso pasar por el ritual de besar el pie al rey, por lo que ordenó a uno de sus subalternos que lo hiciera en su nombre. Éste tampoco estaba por la labor, así que levantó el pie del monarca para no tener que agacharse, y lo hizo con tal brusquedad que Carlos el Simple cayó torpemente hacia atrás. El territorio de Rollón pasó a ser el ducado de Nortmannia (el ducado de los hombres del norte), si bien el nombre se deformó pronto en Normandía, y sus habitantes nórdicos fueron conocidos como normandos. Rollón admitió convertirse al cristianismo y fue bautizado como Roberto.
Zanjado el problema nórdico, Carlos el Simple marchó hacia el este y conquistó Lorena, pero los demás ducados de Francia Oriental lo consideraron un invasor y se pusieron de acuerdo en combatirle. Hatton, el arzobispo de Maguncia que había sido regente de Luis el Joven, se puso a la cabeza de la nobleza y logró que fuera elegido rey el duque de Franconia, Conrado el Joven, que se convirtió así en Conrado I.Así, Luis el Joven fue el último carolingio que gobernó la parte oriental del reino franco. En realidad, los habitantes de Francia Oriental no se consideraban francos, y la expulsión de los carolingios fue presentada como una liberación del dominio que los francos habían ejercido sobre sus territorios desde Carlomagno. Por ello ya no se volvió a hablar de Francia Oriental, sino que el territorio retomó el antiguo nombre de Deutschland, (la tierra de los teutones) que es lo que en castellano llamamos Alemania, si bien este nombre procede de la también antigua confederación de los Alamanes. Desde entonces, Francia Occidental pasó a ser simplemente Francia.
Podemos considerar, pues, a Conrado I como el primer rey de Alemania. Sin embargo, los duques que lo habían aclamado como rey no estaban dispuestos a concederle más que el mero título. Además, el duque de Sajonia, Otón el Magnífico, consideraba que el título real debía haber sido para él, pues Sajonia era sin duda el ducado más poderoso. Otón murió en 912, pero su hijo Enrique tomó el relevo en la lucha por el trono alemán.
También murieron el rey Rodolfo I de Borgoña, que fue sucedido por su hijo, Rodolfo II, y el príncipe ruso Oleg, que fue sucedido por su yerno Ígor.
En la India, el rey Prathiara Bhoja II fue derrocado por Mahipala. Poco antes había muerto el rey Narayapala de Bengala y había sido sucedido por Rajyapala, pero por esta época se había convertido en potencia dominante un reino situado más al sur (en el centro de la India) llamado Rashtrakuta, a la sazón gobernado por Indra II. Éste atacó a Mahipala, y al resultar patente la debilidad del rey Prathiara algunos de sus gobernadores se declararon independientes. Fue el principio de un lento proceso de desintegración del reino, que se prolongó durante los cien años siguientes.
En Córdoba murió el emir Abd Allah. Unos años antes, su segundo hijo, Al-Mutarrif, había asesinado a su hermano mayor, Muhammad, en un intento de tomar el poder que incluía también el asesinato de Abd Allah. Sin embargo, el padre logró apresarlo y lo hizo decapitar. El sucesor de Abd Allah fue su nieto Abd al-Rahmán III.
En Constantinopla murió el emperador León VI y su hijo Constantino tenía entonces seis años de edad. Nadie cuestionó su derecho al título imperial, pero su tío se erigió en regente y adoptó todas las prerrogativas del emperador, por lo que habitualmente se le incluye en la lista de emperadores bizantinos como Alejandro II. Emprendió una política opuesta a la de León VI. Exilió a Zoe e hizo regresar al patriarca Nicolás. También dio orden de que se dejara de pagar el tributo exigido por el rey búlgaro Simeón. Esto fue un grave error, pues, a pesar de que los húngaros habían arrebatado a Bulgaria las provincias del norte, Simeón había fortalecido notablemente el resto en los años anteriores. Ahora se hacía llamar Simeón el Grande, y en 913 estaba ante las murallas de Constantinopla. Sin embargo, Alejandro II no tuvo la oportunidad de enfrentarse a las consecuencias de sus decisiones, pues murió ese mismo año. Dejó un consejo de regentes formado por seis hombres que no dejaban de discutir entre sí. El patriarca Nicolás tuvo que dirigir la resistencia frente a los búlgaros, y no tuvo mejores armas que la diplomacia, los regalos y agasajos para Simeón. El kan búlgaro quería la promesa de que el emperador Constantino se casaría cuando tuviera la edad adecuada con una hija suya, y Nicolás habría aceptado probablemente si no hubiera entrado de nuevo en escena la emperatriz Zoe. Aprovechando las disensiones entre los regentes y el desprestigio de Nicolás por las concesiones que había hecho a los búlgaros, se incorporó al consejo de regentes.
Mientras tanto murió Hatton, el arzobispo de Maguncia, cuyo arzobispado había sufrido en los últimos años varios ataques por parte de su enemigo, el duque Enrique de Sajonia.
Tras la muerte de Radulfo, el hermano de Wifredo el Velloso, conde de Besalú, su condado pasó a su sobrino Miró, conde de Cerdaña.
También murió el papa Anastasio III y Teodora hizo que eligieran a Landón, pero éste murió en 914 y entonces puso en la silla de san Pedro al arzobispo de Ravena (y, según se decía, antiguo amante suyo), Juan X.
El rey García I de León atacó a los musulmanes en La Rioja y obtuvo una victoria, pero poco después enfermó y murió. Su hermano Ordoño marchó a León, donde fue aclamado rey, con el nombre de Ordoño II. Cabe suponer que su hermano Fruela, que gobernaba en Oviedo, aceptaba su soberanía, con lo que el antiguo reino de Asturias volvía a estar unido, sólo que ahora la capital quedó definitivamente asentada en León y el reino pasó a ser conocido como Reino de León. Ordoño II entabló una alianza con el rey de Navarra Sancho Garcés I contra el emir Abd al-Rahmán III.
Simeón el Grande tomó la ciudad de Adrianópolis a los bizantinos.
Tras la muerte de Wifredo II Borrell, su hermano Suñer, con quien compartía el condado de Barcelona, heredó sus posesiones. En 915 murió el otro Suñer, el conde de Rosellón y Ampurias, que fue sucedido por su hijo Gausberto I.

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OTÓN EL GRANDESIGUIENTE
Se cuenta que Adelaida de Borgoña, una joven y hermosa viuda, había sido hecha prisionera por Berengario, el rey de Italia. En 951 el rey alemán Otón I entró en Italia para rescatarla y la convirtió en su esposa. Además de combatir a Berengario, Otón I tuvo que enfrentarse a los húngaros que saqueaban el norte de la península.
Tras la muerte del rey de León Ramiro II, le sucedió su hijo, que pasó a ser Ordoño III.
En el norte de China se instauró la dinastía Zhou posterior, la quinta desde el desmembramiento del Imperio Tang, bajo la cual el país del norte experimentó un rápido desarrollo: aumentó la tierra roturada, se expropió el patrimonio de muchos monasterios, se reorganizó el sistema de impuestos y se construyeron nuevos canales y diques con mano de obra forzada.
En 952 murió el duque de Borgoña Hugo el Negro.
El rey Ordoño III de León era hijo de la primera esposa de Ramiro II, y tenía un hermanastro conocido como Sancho el Craso, cuyo apelativo era una forma fina de referirse a su extremada gordura. Sancho era hijo de Urraca, hija del rey de Navarra Sancho I Garcés y de la actual reina Toda. En 953 trató de usurpar el trono leonés con la ayuda de su abuela y de algunos nobles, entre ellos el conde de Castilla Fernán González. Cuando los rebeldes se acercaban a la ciudad de León, Ordoño III les salió al paso y logró derrotarlos. Sancho se refugió en Navarra y Fernán González tuvo que someterse al rey leonés.
Ese mismo año murió el califa fatimí al-Mansur y fue sucedido por su hijo al-Muizz,  quien no tardó en iniciar una campaña de expansión para recuperar los territorios africanos que el califa omeya Abd al-Rahmán III había ocupado años antes.
Mientras Otón I estaba en Italia, su hijo Liudolfo encabezó una rebelión en la que participaron Conrado el Rojo, duque de Lorena (nieto de Conrado I y cuñado de Liudolfo), y Federico, el arzobispo de Maguncia. Se inició así una guerra civil que favoreció las invasiones húngaras y eslavas. En 954 Otón I había sofocado la rebelión. Conrado el Rojo fue desposeído de sus tierras, aunque luego se reconcilió con el rey y recibió dominios en Franconia. El ducado de Lorena pasó a Bruno, el obispo de Colonia y hermano del rey de Francia Luis IV de Ultramar. Sin embargo, los húngaros y los eslavos parecían incontrolables. Los primeros fueron desviados hacia Francia. Allí murió Luis IV, que fue sucedido por su hijo Lotario, de trece años. Hugo el Blanco conservaba su influencia, pues fue nombrado regente. Además obtuvo el dominio de Aquitania y el ducado de Borgoña.
También murió el rey Malcom I de Escocia mientras trataba de sofocar una rebelión. Fue sucedido por Indulfo. En Inglaterra, murió Erik Blodyks, y el rey Eadred logró sofocar la rebelión danesa en Northumbria. Sin embargo, no tardó en enfermar y murió al año siguiente, en 955. No estaba casado y no tenía hijos, así que fue elegido rey su sobrino Edwy el Hermoso, hijo del rey anterior, Edmundo I. Edwy tenía unos quince años. Se cuenta que durante la fiesta de su coronación el rey se cansó de la compañía de la nobleza borracha y se retiró junto con una joven llamada Elgifu. Su ausencia fue notada y Dunstan salió de la sala en su búsqueda. Encontró a la pareja en compañía de la madre de ella. Dunstan se puso furioso: consideró que la actitud de Edwy era un insulto a la nobleza, reprendió al joven rey y lo llevó sin miramientos junto a los invitados.
En cuanto Edwy vio consolidada su corona acusó a Dunstan de irregularidades financieras durante el reinado de su tío y lo llevó al exilio. A continuación se dedicó a combatir todas las reformas que Dunstan había emprendido. Como Dunstan había fomentado el celibato entre los religiosos, destituyó a los eclesiásticos solteros para favorecer a los casados. Además se casó con Elgifu.
Sin embargo, Dunstan tenía el apoyo de la población danesa de Inglaterra, pues siempre había favorecido una política conciliadora para con ella. Pronto surgieron voces amenazadoras en favor del regreso de Dunstan, que fueron encauzadas por Odón, el arzobispo de Canterbury, con lo que Edwy se vio forzado a rehabilitar a Dunstan. La mitad norte de Inglaterra (donde se concentraba la población danesa) rechazó a Edwy como monarca y aceptó, en cambio, a su hermano Edgar. Por su parte, Dunstan obligó a Edwy a divorciarse de Elgifu, la hizo secuestrar y la mandó a Irlanda.
Otón I preparó una campaña contra los húngaros. Reclutó un ejército de caballeros de todas las partes de su reino. Los húngaros también se agruparon en una enorme horda. Los ejércitos se encontraron el 10 de agosto junto al río Lech. Los húngaros cruzaron el río para atacar y se lanzaron a la carga. Debieron de pensar que ésta sería imparable, pero los caballeros acorazados con sus armaduras permanecieron en sus posiciones. El frente húngaro fue detenido y dividido. Los húngaros trataron de huir, para lo cual tenían que cruzar el río otra vez y lo hicieron en completo desorden. Los caballeros los persiguieron e hicieron una matanza. Entre las bajas cristianas estuvo el duque Conrado el Rojo, entre las húngaras Fajzz, que fue sucedido por Taksony. El 16 de octubre Otón I derrotó a los eslavos.
Desde que Carlos Martel reunió el primer ejército de caballeros con armadura, la efectividad de la caballería franca había sido muy variable. El problema principal consistía en que los caballeros (nobles) eran muy indisciplinados y revoltosos, por lo que rara vez se empleaban con toda su potencia. Además se hallaban constantemente envueltos en conflictos locales, o incluso en guerras civiles, que agotaban sus fuerzas. Las victorias de Otón I mostraron que la situación estaba cambiando. En el futuro los europeos ya no se iban a sentir inermes ante las invasiones de nórdicos, bárbaros del este o musulmanes, sino que los ejércitos de caballeros se estaban convirtiendo en un arma poderosa.
El rey alemán pasó a ser conocido como Otón el Grande y se convirtió en el héroe de la cristiandad. Los húngaros (o ugros) ya no volverían a preocupar a los alemanes, pero éstos conservaron en su memoria relatos sobre los temibles ogros que tanto les habían aterrorizado hasta entonces.
Tras la victoria de Lech, los húngaros fueron expulsados de la Marca del Este, que Otón I asignó a Burchard. La Marca Véndica se la asignó a Gerón, que había participado en su conquista diecisiete años atrás. Éste se dedicó a organizar firmemente el territorio y vencer toda posible resistencia por parte de los vendos.
Ese mismo año murió el papa Agapito II y Alberico puso en su lugar a su hijo Ottaviano, de tan sólo dieciocho años, el cual adoptó el nombre de Juan XII. Alberico murió poco después y el papa cayó bajo la dominación de Berengario.
También murió el duque Enrique de Baviera (el hermano de Otón I) y su heredero fue su hijo Enrique, de cuatro años de edad.
Hacía algunos años que en el Estado ruso de Kíev se había asentado una pequeña comunidad cristiana entre cuyos logros se encontraba la conversión de Olga, la madre y regente del príncipe Sviatoslav. Ésta decidió visitar Constantinopla, donde fue recibida con gran magnificencia, pues el protocolo era la especialidad del emperador Constantino VII.
El rey de León Ordoño III tuvo que enfrentarse a continuos ataques moros, especialmente en Galicia y en las fortalezas de Castilla, defendidas por el conde Fernán González, que obtuvo una victoria en San Esteban de Gormaz. Ordoño III decidió responder a estos ataques con una gran expedición que llegó hasta Lisboa. Abd al-Rahmán III envió a negociar a Hasday ibn Saprut, un judío erudito que destacaba por sus conocimientos de medicina y botánica, pero también como diplomático. Éste negoció una tregua que fue aceptada por el califa. Pocos meses después, ya en 956 murió prematuramente Ordoño III. Sólo dejó un hijo de corta edad y al parecer bastardo, por lo que Sancho el Craso pudo reclamar el trono y se convirtió en Sancho I.
Sin embargo, la nobleza leonesa despreciaba a Sancho I, a causa de su gordura, que casi le impedía tomar las armas. A la cabeza de los disconformes estaba, como no, el conde Fernán González. Éste casó a su hija Urraca con Ordoño, el hijo del rey Alfonso IV el Monje.
Mientras tanto moría el conde de París, Hugo el Blanco, y la regencia sobre Lotario pasó a su tío Bruno, el arzobispo de Colonia y duque de Lorena. Por otra parte, Hugo el Blanco dejó un hijo que le sucedió en el condado. Se llamaba como su padre y acostumbraba a usar una capa corta que le valió el sobrenombre de Hugo Capeto. De este modo, la pugna entre Luis IV y Hugo el Blanco se reprodujo entre sus hijos Lotario y Hugo Capeto. Hugo el Blanco había acabado por hacerse con la totalidad del ducado de Borgoña, que pasó a manos de su segundo hijo, Eudes.
En 957 murió el duque Ludolfo de Suabia, hijo de Otón I, y el ducado pasó a Burchard, que estaba casado con Eduvigis, la hermana del duque Enrique de Baviera y sobrina del rey alemán.
También murió el conde Wifredo de Besalú, y el condado pasó a su hermano Sunifredo, conde de Cerdaña.
En 958 la nobleza leonesa derrocó a Sancho I el Craso y, a instancias del conde Fernán González, eligió como rey a su yerno, al que se conoce como Ordoño IV el Malo, para distinguirlo del padre de Sancho I, al que se recuerda como Ordoño III el Bueno. Pero la enérgica reina Toda de Navarra marchó a Córdoba con su hijo el rey García II Sánchez para solicitar a Abd al-Rahmán III que curara a su nieto Sancho de su gordura y que le proporcionara tropas para devolverle el trono de León. El califa los recibió solemnemente en el palacio de Madinat al-Zahra, donde "los politeístas reconocieron la supremacía califal en su propio palacio". A cambio de su ayuda, Toda ofreció a Abd al-Rahmán III la cesión de diez fortalezas del Duero. Abd al-Rahmán III encomendó el enfermo a Hasday ibn Saprut, que al cabo de unos meses lo dejó lo suficientemente delgado como para que encabezara el ejército que el califa puso a su disposición. En 959 este ejército sitió y tomó Zamora mientras el ejército navarro atacaba a Fernán González. Sancho I logró la adhesión de los pueblos de la zona del Duero y de parte de la nobleza leonesa, dirigida por Fernando Ansúrez, con cuya hermana, Teresa, se casó el monarca.
Por esta época las posesiones del califa Abd al-Rahmán en el norte de África se habían reducido a unas pocas plazas costeras. El resto quedó de nuevo bajo el control del califa fatimí al-Muizz.
El ducado de Lorena escapó al control del arzobispo Bruno y de dividió en dos: la parte sur, la Alta Lorena, quedó en manos del duque Federico I, mientras que la parte norte, la Baja Lorena, pasó al duque Godofredo I.
Mientras tanto moría el joven rey Edwy de Inglaterra y el trono pasó a su hermano Edgar, que ya reinaba en las regiones septentrionales y ahora se convertía definitivamente en Edgar I de Inglaterra. El nuevo rey no dudó en conceder a Dunstan todo el poder que éste ambicionaba. Para empezar lo nombró obispo de Londres.
También murió el emperador bizantino Constantino VII y fue sucedido por su hijo Romano II. Bajo su reinado destacó un general llamado Nicéforo Focas, que en 960 dirigió un ataque contra la isla de Creta, base de la piratería islámica en el Mediterráneo oriental.
Por esta época se convirtió en príncipe de Polonia Mieszco I, que es el primer gobernante polaco del que tenemos conocimiento histórico. Al parecer era hijo y sucesor de Ziemomysl Piast, pero todos los datos sobre sus antecesores son legendarios.
Tras la muerte del conde Ramón II de Sobrarbe y Ribagorza, los condados pasaron a su viuda Garsenda, conjuntamente con sus hijos Unifredo, Arnaldo, Isarn y Toda.
En el norte de China murió el emperador Zhou, y el ejército aclamó como nuevo emperador al jefe de la guardia de palacio, Zhao Kuangyin, de modo que la emperatriz viuda tuvo que abdicar junto a su hijo. Se instauró así la nueva dinastía Song.
En Noruega murió el rey Haakon I el Bueno, mientras combatía a los hijos de su antecesor y hermano, Eryk Blodyks. Haakon I había designado como sucesor al que pasó a ser Harald II Gráfell (el de la pelliza gris), nieto de Harald I Hàrfager. No obstante, para ocupar el trono tuvo que enfrentarse a muchos competidores, y no pudo ocuparlo efectivamente hasta 961. Además, su autoridad no fue reconocida en todo el territorio, sino que Noruega se fragmentó.
La ciudad de León se había mostrado leal al rey Ordoño IV el Malo, pero finalmente tuvo que huir a Asturias y Sancho I recuperó la corona. Sin embargo, la muerte de Abd al-Rahmán III sirvió de excusa al rey para incumplir su parte del acuerdo. Se dice que las últimas palabras del califa fueron: "En toda mi vida no he gozado más que de catorce días sin preocupaciones de ninguna clase." Fue sucedido por su hijo al-Hakam II.
Los castellanos seguían reconociendo como rey a Ordoño IV el Malo, que se había refugiado en Burgos, pero el conde Fernán González fue hecho prisionero por los navarros y esto puso fin a la resistencia. El califa al-Hakam II pidió al rey García II Sánchez que le entregara a Fernán González, pero éste (que debía de ser un liante de cuidado) logró su libertad a cambio de retirar su apoyo a su yerno, al que expulsó de Burgos y lo envió a Medinaceli, de donde a su vez pasó a Córdoba. Al-Hakam II decidió apoyar a Ordoño IV el Malo en represalia por la traición del rey Sancho I. Rápidamente, Sancho I se avino a cumplir el acuerdo, con lo que Ordoño IV perdió todos los apoyos y no tardó en morir en Córdoba.
Tras una campaña que duró más de un año, Nicéforo Focas logró expulsar a las fuerzas musulmanas de Creta y forzó a los habitantes de la isla a adoptar el cristianismo. Creta ha sido cristiana desde entonces hasta la actualidad. Esta hazaña elevó considerablemente la reputación de Nicéforo.
Edgar I nombró a Dunstan arzobispo de Canterbury y apoyó todas sus reformas.
El papa Juan XII se cansó de las imposiciones de Berengario y apeló a Otón I. Es probable que el rey alemán tuviera a Carlomagno como modelo desde mucho tiempo atrás, pues había elegido el palacio de Carlomagno en Aquisgrán para la ceremonia de su coronación. Ambos compartían además el sobrenombre de "el Grande". Ahora Otón I entró nuevamente en Italia y se detuvo en Pavía, la antigua capital de los lombardos. Allí se hizo proclamar rey de los lombardos, como lo hiciera Carlomagno en su día, luego marchó sobre Roma y el 2 de febrero de 962 Juan XII lo coronó emperador. El título había quedado vacante desde la muerte del abuelo del actual Berengario. Éste ya no pudo resistir ante el rey alemán. Fue capturado, derrocado y desterrado a Alemania.
En tiempos de Carlomagno y de Ludovico Pío, el emperador era visto como (o pretendía ser) el heredero de los emperadores romanos, pero cuando Occidente dejó de ver en el Imperio Bizantino al antiguo Imperio Romano y los emperadores de Occidente pasaron a ser personajes insignificantes, el fantasma del Imperio Romano casi se esfumó, y así Otón el Grande ya no era visto como (ni pretendía ser) un nuevo emperador romano, sino más bien como un nuevo Carlomagno, un monarca poderoso, invencible y de autoridad indiscutible. Podemos llamar a su imperio el Imperio Germánico. Uno de sus primeros decretos como emperador confirmaba los derechos del papa sobre los territorios romanos, pero al mismo tiempo establecía el control del emperador sobre la administración pontificia, e incluso sobre la elección del Sumo Pontífice.
Antes de iniciar su campaña en Italia, Otón I había cedido el ducado de Sajonia a Hermann Billung. Mientras tanto Gerón pudo sofocar una rebelión de los vendos derrotándolos junto al río Recknitz. Para acelerar la evangelización de estos pueblos eslavos, Otón I creó el arzobispado de Magdeburgo, del cual pasaron a depender los obispados de Havelberg y Brandeburgo, que hasta entonces dependían del más alejado arzobispado de Maguncia.
Un mercenario turco llamado Alp Tigin, fue destituido como jefe de la guardia de corps del príncipe samaní, tras lo cual se trasladó a una región en el actual Afganistán llamada Gazni, donde se declaró gobernador independiente. A sus sucesores se les conoce como los gaznawíes.
El emperador chino Zhao Kuangyin logró que el ejército se sometiera a la autoridad civil, con lo que puso fin a la inestabilidad política del periodo anterior.
En Escocia murió el rey Indulfo y fue sucedido por Dubh.
El rey Sancho I de León cambió nuevamente de idea sobre lo de cumplir lo pactado con el califa Abd al-Rahmán III cuando éste le ayudó a recuperar su trono. Logró una alianza con el conde castellano Fernán González, con el rey García II Sánchez de Navarra y con los condes Borrell y Miró de Barcelona, pero el califa actual, al-Hakam II, emprendió una expedición de castigo y Sancho I tuvo que pedir una tregua. En 963 al-Hakám derrotó también a García II Sánchez. La reina Toda había muerto no mucho antes.
Ese mismo año murió el duque de Aquitania Guillermo III Cabeza de Estopa, y fue sucedido por su hijo Guillermo IV Fierebrace.
El hijo menor de un conde francés adquirió un castillo situado en una posición estratégica al noreste de Francia. El castillo se remontaba a la época romana y entonces era conocido como Luxemburgo, su nuevo dueño se llamaba Sigfrido y tomó el título de conde de Ardennes.
El emperador chino Zhao Kuangyin inició una campaña expansiva por la que a lo largo de la década siguiente fue anexionándose uno tras otro los reinos del sur, con lo que reconstruyó la unidad del Imperio Chino bajo su dinastía, la dinastía Song.
Nicéforo Focas dirigió un ejército bizantino por Asia Menor y tomó al emir hamdaní Sayf al-Dawla la ciudad de Alepo. Poco después murió el emperador Romano II. Nunca se había tomado muy en serio el gobierno, sino que durante su reinado éste estuvo en manos de su esposa Teófano. Dejó dos hijos que ya habían sido coronados como coemperadores en vida de su padre. Eran Basilio II y Constantino VIII,pero sus edades eran de cinco y tres años, respectivamente, por lo que Teófano se convirtió en regente. Poco después, una rebelión militar contra los jóvenes emperadores llevó a Teófano a casarse con Nicéforo Focas, que se convirtió en regente y emperador asociado (Nicéforo II).
Juan XII comprendió demasiado tarde que Otón I no iba a ser más manejable que Berengario. El emperador terminó acusándolo de conducta escandalosa y un concilio lo depuso el 4 de diciembre y en su lugar eligió a León VIII, que ni siquiera era sacerdote. Sin embargo, cuando el emperador abandonó Roma poco después, ya en 964, Juan XII volvió a adueñarse de la ciudad y persiguió a los partidarios de León VIII. Sin embargo murió poco después y fue sucedido por Benedicto V. Pero Otón I apoyó a León VIII y durante los años siguientes volvió a haber dos papas en Roma.
Ese año murió el duque Godofredo I, de la Alta Lorena. Fue sucedido por Ricardo.
En el Estado ruso de Kíev murió Olga, con lo que su hijo, el príncipe Sviatoslav, asumió las labores del gobierno. Su primera acción fue una campaña contra los viátichi, un pueblo vecino. Después se enfrentó a los jázaros.
El emperador bizantino Nicéforo II inició una campaña contra Cilicia y Chipre y otra contra Sicilia. La primera fue exitosa, y en 965 dominaba ambas regiones, pero ese mismo año cayó la última posesión imperial en Sicilia, con lo que la isla se perdió para siempre.
Ese año murió Eudes, el duque de Borgoña, hermano de Hugo Capeto, y el ducado pasó a un tercer hermano, conocido como Enrique el Grande.
También murió el conde Arnulfo I de Flandes, conocido como Arnulfo el Grande. Durante dos años, su hermano Balduino III se había apoderado del condado, pero Arnulfo I lo había recuperado y ahora lo transmitió a su hijo Arnulfo II, que se casó con Susana, una hija de Berengario.
Tras la muerte de Gerón, la Marca Véndica fue dividida en seis marcas menores que pasaron a sus familiares.
Así mismo murió el conde Sunifredo, que dejó el condado de Besalú a su hermano Miró y el condado de Cerdaña a su hermano Oliba.
Tras la muerte del papa León VIII, Otón I impuso como sucesor a Juan XIII, si bien éste fue expulsado de Roma por el conde de Campania, Rofredo, ayudado por el pueblo, en favor del otro papa, Benedicto V, pero en 966 Otón I impuso nuevamente a Juan XIII y se llevó a Alemania exiliado a Benedicto V. Ese mismo año murió Berengario, exiliado también unos años antes.
La política evangelizadora del emperador estaba dando sus frutos: Ese mismo año el rey de Dinamarca Harald Blatand adoptó el cristianismo y lo extendió por su país. También fue bautizado el príncipe de Polonia Mieszco I, que el año anterior se había casado con Dabrówka, hermana del duque Boleslav I de Bohemia.
En Galicia se produjo una rebelión contra el rey de León Sancho I el Craso. El monarca logró sofocarla, pero fue envenenado y murió en el camino de vuelta a la capital. Sancho I dejó un hijo de cinco años, que pasó a ser rey con el nombre de Ramiro III y bajo la regencia de su tía Elvira (que era monja). La situación era irregular, pues en teoría la monarquía leonesa era electiva y no hereditaria, por lo que no había motivo para aceptar como rey a un menor de edad. Por ello se realizó una ceremonia de elección al estilo visigodo que confirmara a Ramiro III como nuevo rey, pero esto no acalló las protestas y se produjo una inestabilidad que obligó a Elvira a firmar una tregua con el califa de Córdoba, al-Hakam II. Esta tregua fue rápidamente suscrita por el conde Borrell de Barcelona, que a partir de este momento volvió a mantener relaciones cordiales con el califato. Su hermano Miró había muerto poco antes.
El emperador bizantino Nicéforo II obtuvo nuevas victorias contra los musulmanes en Siria. El zar Pedro I de Bulgaria tenía serios problemas con los húngaros en el norte, y para controlarlos decidió firmar una alianza con ellos contra Constantinopla. Nicéforo II respondió con una alianza con el príncipe Sviatoslav de Kíev, que en 967 se lanzó sangrientamente contra Bulgaria.
En Bohemia murió el duque Boleslav I y fue sucedido por su hijo Boleslav II.
En Escocia murió el rey Dubh y fue sucedido por Culen.
La civilización americana seguía convulsionada. Un pueblo del norte invadió la ciudad maya de Chichén Itzá. Esta ciudad había sido fundada unos quinientos años antes por los itzaes, un pueblo maya que, por causas desconocidas, la había abandonado unos trescientos años después. Los invasores se identificaron con estos itzaes, pero no está claro que fueran los mismos (más bien parece una de las típicas historias para legitimar una conquista). Tal vez fueran chontales (un pueblo que habitaba más al norte) que habían adquirido algunos rasgos mayas por contacto con los toltecas. El caso es que los invasores empezaron a construir en la ciudad monumentos grandiosos de estilo tolteca: el Castillo, el Templo de los Guerreros, un observatorio astronómico, etc. También introdujeron el culto a Quetzalcóatl y los sacrificios humanos, juntamente con un espíritu militarista ajeno a las costumbres mayas. Por esta misma época, la ciudad maya de Uxmal tuvo que acoger también forzosamente a un pueblo invasor, los Xiues, que introdujeron cambios similares en su entorno.
Siguiendo el ejemplo de Carlomagno y Ludovico Pío, el emperador Otón I hizo que el papa Juan XIII coronara emperador a su hijo Otón II, que tenía entonces unos trece años de edad. En 968 Otón I trató de extender su dominio en Italia a toda la península, para lo que emprendió una campaña contra Apulia. No obstante, no pudo vencer a los bizantinos. El emperador Nicéforo II estaba entonces nuevamente en campaña contra Siria y regresó a Constantinopla. Sus generales continuaron la tarea y en 969 tomaron Antioquía (en octubre) y Alepo (en diciembre). En el botín obtenido en Antioquía figuraba una capa vieja y deshilachada que, sin duda alguna, había pertenecido a san Juan el Bautista.
Mientras tanto Otón I había intentado un nuevo ataque contra Calabria, pero las posiciones bizantinas en el sur de Italia permanecieron firmes.
Como respuesta a la alianza entre los bizantinos y los rusos, los búlgaros habían establecido una alianza con los pechenegos, que se habían lanzado sobre Kíev obligando al príncipe Sviatoslav a regresar para defender su patria. En cuanto hubo puesto a raya a los pechenegos, volvió furibundo contra los búlgaros, y fue tan recio su ataque que inquietó al mismo emperador Nicéforo II, el cual terminó aliándose con los búlgaros contra los rusos. Puesto que Constantinopla veía a los búlgaros como su principal enemigo, esta alianza manchó la imagen del emperador. Además Nicéforo II había aumentado considerablemente los impuestos para financiar sus numerosas campañas, de modo que su popularidad había decaído notablemente.
A finales de año, un sobrino de Nicéforo II, un general llamado Juan Tzimiscés, entró en el dormitorio del emperador junto con otros oficiales y lo asesinó. Así se convirtió en el nuevo emperador Juan I.Respetó el derecho de los dos jóvenes emperadores Basilio II y Constantino VIII (que ahora tenían once y nueve años, respectivamente).
Mientras tanto los rusos despedazaban Bulgaria y mataban al zar Pedro I. Fue sucedido por su hijo Boris II, que a sus veinte años tuvo que enfrentarse precariamente a la invasión rusa.
El califa fatimí al-Muizz conquistó Egipto y puso fin a la dinastía de los Ijdisíes. Decidió iniciar la construcción de una nueva capital a la que llamó al-Qáhira (la Victoriosa), actualmente El Cairo.
Vietnam pasó a ser gobernado por una nueva dinastía, la de los Dinh, fundada por Dinh Bo-linh, quien logró que China reconociera definitivamente la independencia del reino, el cual abandonó definitivamente el nombre chino de Annam y se convirtió en Dai-Viet. Se inició un proceso de expansión que obligó a replegarse al reino de Shampa, cuya capital tuvo que trasladarse unos trescientos kilómetros hacia el sur. El reino de Shampa también estaba sufriendo las acometidas del reino de Angkor, aunque estas habían amainado tras la muerte del rey Rajendravarman, acaecida el año anterior.
Teófano, la viuda del emperador Nicéforo II, trató de casarse con Juan I, pero en 970 éste optó por enviarla al exilio y se casó con Teodora, hermana de Romano II y tía de los dos emperadores.
Hugo Capeto se casó con Adelaida, hija del duque de Aquitania Guillermo III Cabeza de Estopa. Adelaida era carolingia por parte de madre.

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