viernes, 20 de octubre de 2017

Culturas antíguas

Imperio elamita

Elam (en elamita antiguo Haltamti;1​ akkadio Elamtupersa antiguo Hujiyāpersa moderno تمدن عیلام ―‘cultura de Elam’―), se situaba al este de Sumeria y Acad, en el actual suroeste de Irán. Los elamitas llamaban a su país Haltamti (en elamita tardío, Atamti), del cual sus vecinos acadios adaptaron como Elamtu. El alto Elam fue posteriormente más y más identificado por su baja capital, Susa, y geógrafos posteriores a Ptolomeo la llamaron Susiana. El término del antiguo persaHujiyā sobrevive en el topónimo Juzestán, que es la provincia junto con la de Lorestán en la que se sitúan los restos del antiguo Elam. En diversos períodos existieron diversos imperios elamitas y en otros momentos estuvieron sometidos a imperios vecinos.
Excavaciones realizadas en Susa han proporcionado numerosos documentos escritos con caracteres cuneiformesque permiten reconstruir la más antigua historia y religión de los elamitas. El idioma elamita ―según se ha establecido a partir de los registros cuneiformes― no está relacionado con los cuatro grupos lingüísticos vecinos: camito-semíticosumerio e indoeuropeo (en concreto, del grupo iranio temprano). Algunos expertos creen que la lengua de los elamitas está emparentada con las actuales lenguas drávidasdel sur de la India (ver lenguas elamo-drávidas).23​ Sin embargo, aun es oscura la relación de los elamitas con otras naciones conocidas.

Haltamti
Imperio elamita
Imperio
c. 1100 a.C.-645 a. C.
Assyrie general.PNG 
Ubicación de Elam
Mapa de Elam (en rojo) y su entorno.
CapitalSusa
Idioma principalElamita y acadio
GobiernoMonarquía absoluta
Historia
 • c. 1100 a.C.
 • 645 a. C.


Historia[editar]

Tablilla con símbolos numéricos del período de Uruk (entre 3200 a. C. y 2700 a. C.). Encontrada en Susa.
Estatua elamita, Susa.
La historia elamita se ha dividido convencionalmente en tres periodos. Sin embargo, debe considerarse que los restos y artefactos de las primeras etapas continúan siendo descubiertos en el centro y sudeste de Irán.

Período protoelamita[editar]

Alrededor de 4000 a. C. fue fundada la ciudad de Susa, en la cuenca del río Karun. Se considera que es el sitio de formación cultural protoelamita. Durante sus primeros años, que fluctuaron entre la sumisión a los estados mesopotámicos y el poder elamita. En los primeros niveles (22-17 en las excavaciones realizadas por Le Brun, 1978) la cerámica no tiene equivalente en Mesopotamia, pero para el período siguiente, el material excavado permite la identificación con la cultura Sumeria, del periodo de Uruk. La influencia de la Mesopotamia en Susa se ​​hace visible a partir de alrededor de 3200 a. C. Los textos en el sistema de escritura protoelamita aún no descifrada están presente hasta alrededor de 2700 a. C. El período protoelamita termina con el establecimiento de la dinastía Awan. La figura histórica conocida más antigua relacionada con Elam es el rey Mebaragesi, de Kish (2650 a. C.), quien lo sometió, según la lista de reyes sumerios. La historia elamita sólo se puede seguir desde los registros que datan de principios del Imperio acadio, en torno a 2300 a. C. en adelante.
Los arqueólogos han sugerido que una estrecha relación entre la civilización elamita y la civilización de Jiroft, evidenciada por sorprendentes similitudes en el arte y la cultura, así como por los escritos de lengua elamita se encuentran en Jiroft.

Periodo elamita antiguo[editar]

Empieza con los reyes elamitas atestiguados con mayor antigüedad, aproximadamente 2700 a. C. Elam, designado por escribas sumerios simplemente como NIM ("Tierras montañosas"), no había sido unificado étnica o culturalmente con anterioridad. Elam cayó bajo el control político de Acad en el siglo XXII a. C. por acción de Sargón de Acad, que mantuvo las instituciones locales. La dinastía Awan reafirmó la independencia de Elam. Shulgi de Ur (2094-2047 a. C.) conquistó Elam por un tiempo. A mediados del siglo XIX a. C., el poder en Elam pasó a la dinastía EpartiHammurabi de Babilonia atacó Elam en el siglo XVIII a. C. El rey Kutir-Nahhunte I de Elam contraatacó, y causó serios daños, de lo cual se sabe poco, hacia 1160 a. C., y al mando de Shutruk-Nahhunte, Elam derrota a los casitas y establece el primer Imperio elamita, que duró poco. El rey Nabucodonosor I de Babilonia conquistó Elam hacia el 1120 a. C., llevando el imperio a su fin.

Periodo neoelamita[editar]

Hacia el 750 a. C., Elam reafirmó su independencia, causando el renacimiento cultural del periodo neoelamita. Elam, que se había aliado con los caldeos para tratar de restablecer la independencia de Babilonia, fue ocupada por los asirios en el 645 a. C., lo que supuso el fin de Elam como estado independiente. Los medos conquistaron Elam a los asirios, y la dinastía aqueménida, otra dinastía iraní que gobernó la anterior tierra elamita de Anshan, tomó Susa y conquistó el Imperio medo, para establecer el primer Imperio persa.
Las historias tradicionales han acabado la historia elamita con su sumergimiento en los Aqueménidas, pero las referencias griegas y latinas aún hacen referencia a una región autónoma dentro del Imperio parto denominada Elymaida, que atestigua una supervivencia cultural, según Daniel Potts (ver refs.). Adicionalmente, el viajero árabe del siglo X Istakhrī comentaba que la gente de Juzestán hablaba tres lenguas, el árabe, persa y algo que ellos llamaban Khuzī". No está claro si esta lengua descendía del elamita o simplemente era un dialecto local persa. La lengua elamita todavía no se ha podido relacionar con ninguna otra conocida.
El idioma elamita fue una de las lenguas oficiales del Imperio persa en tiempos antiguos, y Susa una de las cuatro capitales del imperio. Susa también sirvió como capital de la dinastía sasánida desde el 224 a. C. y hasta el 651 d. C. El último uso de la escritura elamita fecha del siglo IV d. C., y Elam es todavía conocido como la actual provincia de Juzestán, donde se basa la inmensa industria petrolera de Irán.

Cronología de gobernantes[editar]

Dinastía awan (fechas precisas desconocidas)[editar]

  • Peli (2500 a. C.).
  • Tata (fecha precisa desconocida).
  • Ukku-Takhesh (fecha precisa desconocida).
  • Khishur (fecha precisa desconocida).
  • Shushun-Tarana (fecha precisa desconocida).
  • Napil-Khush (fecha precisa desconocida).
  • Kikku-Sive-Temti (fecha precisa desconocida).
  • Lukh-Ishshan (s. XXIV a. C.).
  • Khelu (2300 a. C.).
  • Khita (2275 a. C.).
  • Kutik-Inshushinnak (2240 a. C.).

Dinastía simash (fechas precisas desconocidas)[editar]

  • Gir-Namme (2030 a. C.).
  • Enpi-Luhhan (2010 a. C.).
  • Khutran-Temtt (fecha precisa desconocida).
  • Kindattu (fecha precisa desconocida).
  • Indattu-Inshushinnak I (fecha precisa desconocida).
  • Tan-Rukhurater (fecha precisa desconocida).
  • Indattu-Inshushinnak II (fecha precisa desconocida).
  • Indattu-Napir (fecha precisa desconocida).
  • Indattu-Tempt (fecha precisa desconocida).

Dinastía eparti (fechas precisas desconocidas)[editar]

  • Eparti I (fecha precisa desconocida).
  • Eparti II (fecha precisa desconocida).
  • Eparti III (1850 a. C.).
  • Shilkhakha (fecha precisa desconocida).
  • Attakhushu (1830 a. C.).
  • Sirukdukh (1792 a. C.).
  • Shimut-Wartash (1772-1770 a. C.).

Dinastía babilónica (1770-1500 a. C.)[editar]

  • Siwe-Palar-Khuppak (1770-1745 a. C.).
  • Kuduzulush I (1745-1730 a. C.).
  • Kutir-Nahhunte I (1730-1700 a. C.).
  • Lila-Ir-Tash (1700-1698 a. C.).
  • Temti-Agun I (1698-1690 a. C.).
  • Tan-Uli (1690-1655 a. C.).
  • Temti-Khalki (1655-1650 a. C.).
  • Kuk-Nashur II (1650-1635 a. C.).
  • Kutir-Shilkhakha I (1635-1625 a. C.).
  • Temti-Raptash (1625-1605 a. C.).
  • Kuduzulush II (1605-1600 a. C.).
  • Tata (1600-1580 a. C.).
  • Atta-Merra-Khalki (1580-1570 a. C.).
  • Pala-Ishshan (1570-1545 a. C.).
  • Kuk-Kirwash (1545-1520 a. C.).
  • Kuk-Nahhunte (1520-1505 a. C.).
  • Kutir-Nahhunte II (1505-???? a. C.).

Dinastía igehalkid (1350-1200 a. C.)[editar]

  • Ige-Halki (1350-1330 a. C.).
  • Pakhir-Ishshan (1330-1310 a. C.).
  • Attar-Kittakh (1310-1300 a. C.).
  • Humban-Numena (1300-1275 a. C.).
  • Untash-Naprisha (1275-1240 a. C.).
  • Unpatar-Naprisha (1240-1235 a. C.).
  • Kidin-Hutran (1235-1210 a. C.).

Dinastía shutrukid (1205-1100 a. C.)[editar]

Última dinastía elamita (743 - 644 a. C.)[editar]

  • Khumbanigash I (743-717 a. C.).
  • Shuturnakhkhunte II (717-699 a. C.).
  • Khallushu (699-693 a. C.).
  • Kutir-Nakhkhunte (693-692 a. C.).
  • Khumma-Menanu (692-689 a. C.).
  • Humban-Haltash I (689-681 a. C.).
  • Humban-Haltash II (681-680 a. C.).
  • Humban-Haltash II y Shilhak-In-Shushinak (680-676 a. C.).
  • Shilhak-In-Shushinak y Urtaki (676-664 a. C.).
  • Shilhak-In-Shushinak y Temti-Humban-Inshushinak (664-653 a. C.).
  • Atta-Khumma-In-Shushinak y Khumbanigash II (653-651 a. C.).
  • Atta-Khumma-In-Shushinak y Tammaritu (651-649 a. C.).
  • Atta-Khumma-In-Shushinak y Indabigash (649-648 a. C.).
  • Indabigash (648-647 a. C.).
  • Khumma-Khaldash III (647-644 a. C.).

Menciones en la Biblia[editar]

La Biblia menciona ―en Génesis 5, 32,10, 22.― que Elam fue uno de los hijos de Sem (hijo de Noé). Estos versículos llevan al lector al hogar o patria de los semitas, Mesopotamia y Arabia oriental. Elam era la región fronteriza con el bajo Tigris en el oeste y con Media en el noreste. Susa, la antigua capital de Elam (cf. Daniel 8, 9.), llegó en tiempos posteriores a ser una de las capitales del Imperio persa (véase p.ej. Ester 1, 2.).


El término “Elam” deriva de un vocablo generalista acuñado por los escribas mesopotámicos para definir las tierras altas del suroeste del actual Irán y sus heterodoxos pobladores. Topónimo que viene a significar “El País de las Tierras Altas”, o “Minki ” en cuneiforme sumerio, si bien el nombre, como tal,  parece proceder de la contracción de la expresión acadia “ala’itum matum”, “Tierras Altas” (E. Quintana, 1996) o posiblemente de la derivación acadia, “Elamtu”, del original nombre elamita, “Ha(l)tamti” o “País de Nuestro Serenísimo Señor” (Vallat, 1996). Desde la visión tradicional, según E. Quintana, y fechados a partir del V milenio a.c.,  salen a la luz en la zona oriental y montañosa de Mesopotamia, restos de comunidades que se sucedieron a un ritmo todavía sin precisar. De ésta fase,  es observable la sustitución de la cerámica del tipo “halafiense”  por  la de “hassuna”; una cerámica, ésta última, que se extendería desde la meseta iraní hasta el Mediterráneo. Las excavaciones realizadas en la ciudad de Susiana –  actual departamento iraní de Sush, provincia de Khuzestan – y Tepe Musian, más al norte, prueban la existencia de una cultura original que aprovechaba para el riego los cursos fluviales que existían con anterioridad a la desecación acontecida tras la última glaciación,  por lo que,  y según Crawford (1998),  posiblemente remontaría tales prácticas al VI milenio a.c.,  al no existir cambio pluviométricos y de insolación importantes en la meseta iraní desde esa época.
«¡Ruega a tu dios Dagan, como patrono del país, que quiebre las armas de los elamitas, (por) si ellos decidieran venir a las orillas del Eufrates! ¿ No podrían ellos diferenciarse, por ejemplo,  como las hormigas que unas son blancas de un lado del río y negras del otro? Es cierto que se dice: “Esta ciudad es bensimalita y tal otra es benjamínita”, mas en referencia, no son sus conflictos como la inundación del río o como las aguas que rugen impetuosas, ya sean río arriba o  río abajo ?  Pasaje de correspondencia del Archivo Real de Meri.  (Durand 1998: 2: 342-4. texto 641)
diosa elamita negra
Figuración en ladrillo labrado de una diosa elamita. Ornamentación del Templo del dios Inshushinak en Shushan. Siglo XX a.c, Museé du Louvre, y donde es posible apreciar ciertos rasgos étnicos negroides.
En el texto anterior, una misiva al rey de Mari en referencia a la posible incursión de los elamitas durante un conflicto entre las tribus amorreas del reino de Khana/Hana, se nos hace una posible referencia a su posible origen antropológico. Una suposición que parece tener visos de realidad es la que los define como de “etnia negroide”, como así lo atestiguan, por ejemplo, las tumbas vidriadas encontradas en la ciudad de Susa/Shushan por Dieulafoy, y un bronce del siglo VIII a.c. procedente de la provincia iraní de Lorestan donde se representa un torre defendida por personas de ésta raza, entre otras figuraciones. Basándonos en tal premisa, la procedencia racial de los elamitas, aún así,  no parece evidente. Ciertos rasgos culturales, caso de la legitimación real por línea femenina, “País de Kush” egipcio-etíope o el nombre de algunos soberanos – Dinastías de Shimash, 2100-1970 a.c., e Igehalkida, 1400-1200 a.c. aprox., – podrían hacernos suponer una impronta africana, si bien ésta última apreciación sólo nos  podría dirigir a la evidencia que el elamita era un lengua aglutinante. Una conjetura que podría tener visos de realidad, y que concordaría con el parentesco entre el idioma elamita y el dravídico (MacAlpin, 1975), es relacionar a los habitantes de Elam con los “Sudras” – Los “Sudras” o la “raza sudroide” hace referencia a la población aborigen de la India y Pakistán, y que hablaron una lengua dravídica, con anterioridad a las invasiones arias de pastores nómadas alrededor del año 3500 a.c. (Cavalli-Sforza, 2009) – y cuyos rasgos – pelo negro, narices aplastadas y labios gruesos – concordarían con la etnia de determinadas poblaciones actuales del Huzistán,  la antigua región de Sushan, así como las descripciones raciales presentadas por Contenau (1927) y Dieulafoy.
Dicho esto, y  ya dentro tal vez del capitulo anecdótico, es de resaltar que los sumerios, otra lengua aglutinante, se denominaban a ellos mismo como los “cabezas negras” o  “sag.gig.ga”. En posible relación con lo anterior,  en una inscripción en lengua sumeria, el vocablo “Eannatum” designa al País de Elam con un epíteto,  que no ha podido aún debidamente descifrado, y que bien podría traducirse como la “Montaña de los Negros”, o “hur-sag-u6-ga”, o “hur.sag.gig.ga” en silábico sumerio.  Aunque ésta última suposición,  es posible que y según E. Quintana, se trate de un juego de palabras en relación a un “Elam abatido por las Armas” como “Elam, la Montaña de los Muertos”.  Añade  E. Quintana, en apostilla, que el “Enuma Eliš” amorrita hace también referencia a unos “héroes muertos” tras la batalla entre los dioses de su relato y a los que denomina como “ur-sag-ug7-ga” o ” dug7-ga” (J.J. Van Dijk, 1983). Mas, y desde mi punto de vista, los reflejado en en estos textos,  no hace sino refrendar lo anterior, si lo tomamos  como signo de sustitución de las viejas dinastías sumerias por las  semitas, al vincular a las primeras con los antiguos dioses ctónicos derrotados.
Resulta verosímil, según Cavalli-Sforza (2009), pensar por tanto que las lenguas dravídicas se hablarían desde la frontera occidental del actual Irán hasta la India, donde fueron llevadas por  agricultores neolíticos en el VII milenio a.c. y cuya extensión cultural se vio modificada por las incursiones arias hacia el año 3500 a.c. Tales incursiones recluirían progresivamente al dravídico  al sureste de la península hindú y a poblaciones del Beluchistán (Pakistán), entre otras.  Unas incursiones arias que posiblemente se vieron favorecidas por las grandes devastaciones acontecidas en la cuenca del Indo-Ganges, como consecuencia de unos cambios climáticos que en la región asiática se datan sobre el año  3900 a.c. (D. Fuller, 2012) y  que tuvieron como protagonistas humanos a la “Civilización del Indo”. El “País de Meluhha”, según su denominación sumeria, fueron unas civilizaciones urbanas que se estima surgieron hacia el V milenio a.c en las cuencas de los dos grandes ríos occidentales del sub-continente indio.  Se conoce también que hacia el IV milenio a.c., numerosos asentamientos de la región fueron abandonados, coincidiendo con el inicio de un proceso migratorio hacia el Este que está constatado por el incremento y densidad de los nuevos asentamientos humanos aparecidos en las zonas orientales colindantes, como así pudiera atestiguarlo también el “Mahābhārata” hindú. Según éste texto épico-mitológico escrito en el siglo III a.c., la dinastía Pāndya de Madurai, Fishery Coast,  una dinastía que mantenía todavía el titulo de “Mināvan”, “Devoto del Pez” en dravídico,  en el siglo I a.c. ,  procedía del norte de la India. Según J. Quintana Vives (1942), éste título nobiliario correspondería a uno de los tres que poseían los reyes-sacerdotes de Mīnāḍ/Mohenjo-Daro  –  A esto habría que añadir que el “lañchana”, o estandarte,  de los reyes de los Paravas de Fishery Coast, consistente en dos peces de forma similar que los   de la ciudad de Mīnāḍ y como tal aparecen en templos y  antiguas monedas del sur de la India -, rey-sacerdote que también eran la forma primitiva de gobierno elamita y sumerio. 
« Enmerkar, el hijo de Utu, me ha dado una tablilla de arcilla, ¡Oh, señor de Aratta, después que tu hayas examinado la tablilla de arcilla, después que tu hayas aprendido el contenido del mensaje,  dicho lo que vayas a decirme y anunciado ese mensaje en el santuario E-anna, como una buena noticia, a sus herederos (sacerdotes..) , los de barba resplandeciente!;  Aquel que su “Brillante Vaca” (Inanna..) dio a luz en las “Montañas de los Brillantes Me (esencia sagrada..)”,  que se crió en el suelo de Aratta, que se le concedió el chupar (adquirir conocimientos..) de la ubre de la “Buena Vaca” y  que fue adecuado para el cargo en Kulaba, la “Montaña del  Gran Me”.   A Enmerkar, el hijo de Utu, voy a repetírselo en su giparû (aposentos privados y sagrados..) y el fructificará como un floreciente árbol-meš. A mi rey, el “Señor de Kulaba” ». Pasaje del texto en sumerio de “Enmerkar y el Señor de Aratta”,  líneas 524 a 535 (Transliteración ETCSL. Oriental Institute, Oxford)
Éste texto, según S. Kramer (1978), corresponde a la presentación de una escritura propia y genuina sumeria al señor elamita de Aratta como signo de favor de la diosa Inanna hacia Uruk. La escritura elamita es otra de las incógnitas de éste conglomerado de pueblos. Se conoce la existencia de un sistema contable contemporáneo con el cuneiforme del periodo de Uruk IV, 3300-3100 a.c. y que viene a denominarse “proto-elamita”, aunque tiene fundamentados visos de no tener ninguna relación con el idioma elamita. Llegados hasta punto, habría que distinguir entre los que se entiende por una escritura, en su concepto tradicional,  y un sistema contable: Al igual que ocurre en la actualidad, los signos matemáticos y el alfabeto éstos pueden ser coincidentes o no, pero,  de forma independiente, tienen un significado diferente. Parece evidente, según Önhan Tunca (2004) yD. Schmandt-Bessera , que la escritura deriva de unos sistemas lógicos de cálculo que se remontan a los finales del periodo neolítico pre-cerámico A, año, 8500 a.c. aprox., y cuya utilización se extendería hasta el IV milenio a.c. en la Baja Mesopotamia y en los Montes Zagros. Esto no fue óbice para que apareciera una escritura pictográfica paralela, Tepe Sialk, que fue desechada y sustituida por una de tipo cuneiforme que se venía utilizando en Elam desde época muy antigua. . Existe también una tercera escritura que la mayoría de los autores, basándose en la similitud de algunos signos, la consideran un estadio avanzado del “proto-elamita”, denominándola por ello “escritura lineal elamita”, la cual fue  exclusivamente utilizada en el reinado de Kutik-Inshushinak,  siglo XXIII- XXII a.c., único soberano que llegó a emplearla.Escritura  silábica y lineal que estaba compuesta por entre 65 y 70 signos y que llegó a utilizarse profusamente – se tiene conocimiento de su utilización desde Tepe Yahya hasta Tepe Malyan -, si bien, como anota E. Quintana, no es el idioma elamita, aunque pudo estar emparentado con él,  al tratarse de una lengua que ya se escribía en cuneiforme desde la época del imperio de Akkad, III milenio a.c., 

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