miércoles, 18 de octubre de 2017

Sagradas Escrituras

Mateo

18 En aquella hora se acercaron los discípulos a Jesús y dijeron: “¿Quién, realmente, es mayor en el reino de los cielos?”.+ De modo que, llamando a sí a un niñito, lo puso en medio de ellos+ y dijo: “Verdaderamente les digo: A menos que ustedes se vuelvan y lleguen a ser como niñitos,+ de ninguna manera entrarán en el reino de los cielos.+ Por eso, cualquiera que se humille+ como este niñito, es el mayor en el reino de los cielos;+ y cualquiera que reciba a un niñito como este sobre la base de mi nombre, a mí [también] me recibe.+ Pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que ponen fe en mí, más provechoso le es que le cuelguen alrededor del cuello una piedra de molino+ como la que el asno hace girar y que lo hundan en alta mar.+
”¡Ay del mundo, debido a los tropiezos! Pues, forzosamente tienen que venir los tropiezos,+ pero ¡ay del hombre por medio de quien viene el tropiezo!+ Por eso, si tu mano o tu pie te está haciendo tropezar, córtalo y échalo de ti;+ mejor te es entrar en la vida manco o cojo, que con dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.+ También, si tu ojo te está haciendo tropezar, arráncalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida con un solo ojo, que con dos ojos ser echado al Gehena* de fuego.+ 10 Miren que no desprecien a uno de estos pequeños; porque les digo que sus ángeles+ en el cielo siempre contemplan el rostro de mi Padre* que está en el cielo.+11* ——
12 ”¿Qué les parece? Si cierto hombre llega a tener cien ovejas y una de ellas se descarría,+ ¿no dejará las noventa y nueve sobre las montañas y emprenderá una búsqueda por la que anda descarriada?+ 13 Y si sucede que la halla, de seguro les digo, se regocija más por ella que por las noventa y nueve que no se han descarriado.+ 14 Así mismo, no es cosa deseable a mi Padre que está en el cielo el que uno de estos pequeños perezca.+
15 ”Además, si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta* entre tú y él a solas.+ Si te escucha, has ganado a tu hermano.+16 Pero si no escucha, toma contigo a uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos se establezca* todo asunto.*+ 17 Si no les escucha* a ellos, habla a la congregación.* Si no escucha ni siquiera a la congregación, sea para ti exactamente como hombre de las naciones+ y como recaudador de impuestos.+
18 ”En verdad les digo: Cualesquiera cosas que aten sobre la tierra serán cosas atadas* en el cielo, y cualesquiera cosas que desaten sobre la tierra serán cosas desatadas* en el cielo.+ 19 Otra vez les digo en verdad: Si dos de ustedes sobre la tierra convienen acerca de cualquier cosa de importancia que soliciten, se les efectuará debido a mi Padre en el cielo.+20 Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre,+ allí estoy yo en medio de ellos”.+
21 Entonces se acercó Pedro y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces ha de pecar contra mí mi hermano y he de perdonarle yo?+ ¿Hasta siete veces?”.+22 Jesús le dijo: “No te digo: Hasta siete veces, sino: Hasta setenta y siete veces.*+
23 ”Por eso el reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre, un rey,+ que quiso ajustar cuentas+ con sus esclavos. 24 Cuando comenzó a ajustarlas, le fue traído un hombre que le debía diez mil talentos [=60.000.000 de denarios].* 25 Pero como no tenía con qué pagar[lo], su amo ordenó que fueran vendidos él y su esposa y sus hijos y todas las cosas que tenía, y que se hiciera el pago.+ 26 Por lo tanto, el esclavo cayó y se puso a rendirle homenaje, diciendo: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. 27 Enternecido por esto, el amo de aquel esclavo lo dejó ir libre+ y canceló su deuda.*+ 28 Pero aquel esclavo salió y encontró a uno de sus coesclavos que le debía cien denarios;*+ y, agarrándolo, lo ahogaba, diciendo: ‘Paga todo lo que debes’. 29 Con eso, su coesclavo cayó y se puso a suplicarle, diciendo: ‘Ten paciencia+ conmigo, y te lo pagaré’. 30 Sin embargo, él no quiso, sino que se fue e hizo que lo echaran en prisión hasta que pagara lo que se debía. 31 Por lo tanto, al ver sus coesclavos las cosas que habían sucedido, se contristaron mucho, y fueron y aclararon a su amo todo lo que había sucedido.+ 32 Entonces su amo mandó llamarlo y le dijo: ‘Esclavo inicuo, yo te cancelé toda aquella deuda,* cuando me suplicaste. 33 ¿No deberías tú, en cambio, haberle tenido misericordia+ a tu coesclavo, como yo también te tuve misericordia+ a ti?’. 34 Con eso, su amo, provocado a ira,+lo entregó a los carceleros,* hasta que pagara todo lo que se debía. 35 Del mismo modo+ también tratará mi Padre celestial con ustedes si no perdonan de corazón cada uno a su hermano”.+

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San Mateo

Capítulo 18

Jesús explica cómo tratar a los hermanos que nos ofenden — El Hijo del Hombre vino a salvar lo que se había perdido — Los Doce reciben las llaves del reino — Jesús explica por qué debemos perdonar.
En aquel tiempo se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,
y dijo: De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos.
Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.
Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno y que se le hundiese en lo profundo del mar.
¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es necesario que vengan tropiezos, pero, ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
Por tanto, si tu mano o tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco que, teniendo dos manos o dos pies, ser echado al fuego eterno.
Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida que, teniendo dos ojos, ser echado al infierno de fuego.
10 Mirad que no tengáis en poco a alguno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos.
11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.
12 ¿Qué os parece? Si tiene algún hombre cien ovejas y se descarría una de ellas, ¿no irá por los montes, dejando las noventa y nueve, a buscar la que se ha descarriado?
13 Y si acontece que la halla, de cierto os digo que más se regocija por aquella que por las noventa y nueve que no se descarriaron.
14 Así que, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeños.
15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndeleentre tú y él solos; si te escucha, has ganado a tu hermano.
16 Pero si no te escucha, toma aun contigo a uno o a dos, para que por boca de dos o de tres testigos conste toda palabra.
17 Y si no los escucha a ellos, dilo a la iglesia; y si no escucha a la iglesia, tenle por pagano y publicano.
18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra será desatado en el cielo.
19 Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
21 Entonces Pedro, acercándose a él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
23 Por lo cual, el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
24 Y cuando comenzó a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25 Mas como este no podía pagar, mandó su señor venderlo a él, y a su mujer e hijos, con todo lo que tenía, para que se le pagase.
26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
27 El señor, movido a misericordia por aquel siervo, le soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y tomándole del cuello, le ahogaba, diciendo: ¡Págame lo que me debes!
29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba, diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
30 Mas él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagase la deuda.
31 Y viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y declararon a su señor todo lo que había pasado.
32 Entonces llamándole su señor, le dijo: ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
33 ¿No debías tú también haber tenido misericordia de tu consiervo, así como yo tuve misericordia de ti?
34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.
35 Así también hará con vosotros mi Padre Celestial, si no perdona de corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

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Mateo

19 Ahora bien, cuando Jesús hubo acabado estas palabras, partió de Galilea y llegó a los términos de Judea al otro lado del Jordán.+ Además, le siguieron grandes muchedumbres, y los curó allí.+
Y se le acercaron unos fariseos, resueltos a tentarlo, y dijeron: “¿Es lícito para un hombre divorciarse* de su esposa por toda suerte de motivo?”.+ En respuesta, él dijo: “¿No leyeron que el que los creó desde [el] principio los hizo macho y hembra+ y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre+ y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’?+ De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”.+ Ellos le dijeron: “Entonces, ¿por qué prescribió Moisés dar un certificado de despedida y divorciarse de ella?”.+ Él les dijo: “Moisés, en vista de la dureza del corazón de ustedes,+ les hizo la concesión de que se divorciaran de sus esposas, pero tal no ha sido el caso desde [el] principio.+ Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación,* y se case con otra, comete adulterio”.*+
10 Le dijeron los discípulos: “Si tal es la situación del hombre con su esposa, no conviene casarse”.+ 11 Él les dijo: “No todos hacen lugar para el dicho, sino únicamente los que tienen el don.+ 12 Porque hay eunucos que nacieron así de la matriz de su madre,+ y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se han hecho eunucos por causa del reino de los cielos. Quien pueda hacer lugar para ello, haga lugar para ello”.+
13 Entonces le fueron traídos unos niñitos, para que pusiera las manos sobre ellos y dijera oración; mas los discípulos los corrigieron.+ 14 Sin embargo, Jesús dijo: “Dejen a los niñitos en paz, y cesen de impedir que vengan a mí, porque el reino de los cielos pertenece a los que son así”.+15 Y puso las manos sobre ellos, y se fue de allí.+
16 Luego, ¡mire!, cierto individuo se le acercó y dijo: “Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?”.+ 17 Él le dijo: “¿Por qué me preguntas a mí acerca de lo que es bueno? Uno solo hay que es bueno.+Sin embargo, si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos continuamente”.+ 18 Él le dijo: “¿Cuáles?”.+ Jesús dijo: “Pues: No debes asesinar,+ No debes cometer adulterio,*+ No debes hurtar,+ No debes dar falso testimonio,+ 19 Honra a [tu] padre y a [tu] madre,+ y, Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo”.+ 20 Le dijo el joven: “Todos estos los he guardado; ¿qué me falta aún?”. 21 Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo,+ y ven, sé mi seguidor”.+ 22 Al oír el joven este dicho, se fue contristado, porque tenía muchas posesiones.+ 23 Mas Jesús dijo a sus discípulos: “En verdad les digo que será cosa difícil el que un rico entre en el reino de los cielos.+24 Otra vez les digo: Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de Dios”.+
25 Cuando los discípulos oyeron aquello, expresaron sorpresa muy grande, y dijeron: “¿Quién, realmente, puede ser salvo?”.+ 26 Mirándolos al rostro, Jesús les dijo: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todas las cosas son posibles”.+
27 Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”.+28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación,* cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.+ 29 Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mi nombre, recibirá muchas veces más, y heredará la vida eterna.+
30 ”Pero muchos que son primeros serán últimos; y los últimos, primeros.+


San Mateo

Capítulo 19

Jesús enseña acerca del matrimonio y del divorcio — La vida eterna es para los que guardan los mandamientos — Los Doce Apóstoles juzgarán a la casa de Israel.
Y aconteció que cuando acabó Jesús estas palabras, salió de Galilea y fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán.
Y le siguió mucha gente, y los sanó allí.
Entonces se acercaron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su esposa por cualquier causa?
Y él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, hombre y mujer los hizo,
y dijo: Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne?
Así que, no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.
Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?
Les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras esposas; mas al principio no fue así.
Y yo os digo que cualquiera que repudia a su esposa, a no ser por causa de adulterio, y se casa con otra, cometeadulterio; y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su esposa, no conviene casarse.
11 Entonces él les dijo: No todos pueden recibir esta palabra, sino solo aquellos a quienes es dado.
12 Porque hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron a sí mismos eunucos por causa del reino de los cielos; el que sea capaz de aceptar esto, que lo acepte.
13 Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos y orase; pero los discípulos los reprendieron.
14 Y Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí y no les impidáis hacerlo, porque de los tales es el reino de los cielos.
15 Y habiendo puesto las manos sobre ellos, partió de allí.
16 Y he aquí uno, acercándose, le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
17 Y él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, a saber, Dios; y si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás; no cometerásadulterio; no hurtarás; no dirás falso testimonio;
19 honra a tu padre y a tu madre; y, amarás a tu prójimocomo a ti mismo.
20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
21 Le dijo Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
22 Y al oír el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
24 Mas os digo que es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
25 Mas sus discípulos, oyendo estas cosas, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible, mas para Dios todo es posible.
27 Entonces, respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué, pues, tendremos?
28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido os sentaréis también sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
29 Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos o tierras, por mi nombre recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.
30 Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.

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