repostero es un paño generalmente cuadrado similar al tapiz, que tiene plasmados emblemas heráldicos de familia o casas nobiliarias, aunque también se da en forma rectangular o portando otros motivos heráldicos.
En la actualidad es muy utilizado por los ayuntamientos y otras instituciones públicas, estando presente en salones de plenos y estancias de importancia, y bordados con los correspondientes armoriales municipales o institucionales. Además, se cuelgan de balcones y ventanas en fiestas y otras celebraciones.
Historia
Los reposteros surgieron a partir del siglo XII, momento en que nace la heráldica tal y como la conocemos en la actualidad. Aunque originalmente estuvieron relacionados con las banderas, no tuvieron la misma utilidad que estas. Comenzaron a utilizarse con mayor frecuencia a partir del siglo XIV, cuando las familias nobiliarias lo usaron como ostentación del linaje familiar.
Formaba parte de la decoración de antecámaras y otras estancias de importancia de castillos y palacios, y además en tiendas de campaña bélicas, carruajes y caballerías de víveres y pertrechos. Además de los aspectos de identificación y ostentación, el repostero también tuvo la finalidad de aislar las habitaciones del frío, del mismo modo que el tapiz, siendo una alternativa más económica que aquellos.
Tomar un emblema u otro debía hacerse con sumo cuidado en una época en la que la religión era muy importante y la sociedad estaba cargada de simbolismo; sobre todo cuando el emblema debía representar un linaje. Existen miles de figuras heráldicas, y estas pueden clasificarse en virtud de aquello que representan: motivos geométricos, el bestiario, la naturaleza o actividades sociales. Para el caso español, estas últimas eran predominantes.
En España, la mayor parte de los reposteros se encuentran en las regiones castellana, catalana y vasca. Entre todas las figuras, hay algunas que se repiten en los blasones por encima de las demás representaciones, por lo que, aunque hay una gran cantidad de elementos, la mayoría usaba solo unos pocos (sobre todo borduras, castillos, bandas, estrellas, leones o árboles).[1]
Algunos vestigios de los primeros reposteros se localizan en la catedral de San Vicente de Roda de Isábena (Huesca). Posteriormente esta pieza hispana y su ejecución se fue extendiendo por otros países y continentes, aunque conservando su carácter español.
En la actualidad el repostero está recogido en el protocolo oficial, que ubica esta pieza en el exterior de edificios institucionales.
Características
Su dimensión es mayoritariamente cuadrada, aunque también puede disponerse en rectángulo, y su material es terciopelo u otros tejidos nobles. Puede ser confeccionado de tres maneras diferentes: tejido manualmente sobre bastidor, de la misma manera que el tapiz; bordando el escudo sobre un paño general o aplicando sobre este paño trozos de otros, siendo esta última manera la más habitual, denominada opus consultum o bordado de aplicación.
La Silla Acapulco o Silla costera es una pieza de mobiliario, fabricada con acero pintado e hilo plástico, piel o henequen tejido. El diseño original acomoda a un solo usuario.
El diseño de esta silla es anónimo. Fue creada en las costas de México en los años cincuenta.
Historia
Conocida también como silla costera, es un ícono del arte y diseño popular en México.
El diseñador original de la silla Acapulco es anónimo, pero se sabe que durante la década de los cincuenta, artesanos originarios de las costas de Guerrero crearon esta silla como un remedio flexible a las necesidades de mobiliario de las localidades. Saltó a la fama gracias a la época dorada en la que la costa de Acapulco era el destino de la élite de Hollywood y diversos jefes de estado, que disfrutaban vacacionar en el puerto.
Diseño
El diseño de la silla Acapulco es descendiente de otro objeto de descanso: La Hamaca maya, la cual es una red suspendida en el aire utilizada para dormir en comunidades de Sudamérica desde hace varios siglos. Se cree que la inspiración para el tejido de esta silla fue este tipo de tejidos de origen maya.[1]
Construcción
No existen medidas standard de la silla Acapulco, existe un diseño general, pero debido a su origen vernáculo no existen medidas oficiales.
La construcción moderna de la silla Acapulco consta de una estructura de acero de 1/2" soldada, la cual cuenta con un aro interior y uno elevado más grande, comúnmente es acabada con pintura electrostática por las cualidades de alta resistencia a la intemperie y necesidad de poco mantenimiento. Esta estructura cuenta con un aro interior y uno elevado más grande, es entre estos dos que va tejido hilo de PVC.
Usos
La silla Acapulco es una pieza de mobiliario muy versátil, ya que por sus materiales se puede dejar a la intemperie o en el interior, es comúnmente utilizada en terrazas, salas de espera, o salas de estar.
La forma en la que el hilo plástico se amolda al cuerpo permite varias horas de comodidad para el usuario, aunque es una silla de descanso, por lo tanto no se recomienda para trabajar o para un comedor.
Color
La estructura es generalmente pintada de color blanco o negro, mientras que el hilo plástico está disponible en decenas de colores distintos. pero los más conocidos son el aqua, amarillo, rojo, negro y blanco.
Otros materiales y acabados
También existen variaciones que cuentan con acabado cromado, o los que reemplazan el plástico con piel vacuna.
En la actualidad
La popularidad actual de la silla Acapulco viene de que en la década de los 2000s, cuando diversos diseñadores mexicanos decidieron regresar a los orígenes del diseño mexicano, tomando piezas ya conocidas y, colaborando con distintos artesanos, mejorar la calidad de los materiales y el proceso de producción de las piezas
Disponibilidad
Ejemplares de la silla Acapulco se pueden encontrar virtualmente en cualquier bazar, mercado, o tienda de mobiliario mexicano en la México y dado el bajo costo de los materiales, los precios pueden variar considerablemente, aunque por lo general son piezas de precio muy accesible.
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