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miércoles, 19 de febrero de 2014

PINTURA PREHISTÓRICA Y RUPESTRE



ARTE PREHISTÓRICO-RUPESTRE .-

Pintura rupestre levantina.-


Origen y distribución de la pintura rupestre levantina

Índalo. Pintura rupestre levantina en AlmeríaEl arte rupestre levantino se desarrolló en la zona oriental de la península ibérica, extendiéndose por casi toda la costa mediterránea, desde Lleida hasta Almería. También se han encontrado manifestaciones importantes en otros lugares como Río Vero en Huesca, Albarracín en Teruel o Cuenca.
Uno de los principales problemas que plantea es el de la cronología, ya que no hay un conocimiento exacto de cuándo surgió. Se barajan distintas. Unas establecen su origen y desarrollo en el paleolítico, otras lo consideran epipaleolítico o mesolíticos y por último están las que lo integran en el Neolítico.
Finalmente, los estudios más recientes, le atribuyen un origen epipaleolítico.

Temática y estilo
A diferencia del paleolítico, el arte levantino situó sus conjuntos artísticos en abrigos rocosos o en oquedades naturales al aire libre que se forman en las sierras calizas. Emplearon el color rojo, el negro y blanco, que eran obtenidos de diferentes minerales. Y no los mezclaron, por lo que en sus pinturas no existe ni la bicromía, ni la policromía, ni la gradación de tonalidades.
Otra novedad que incorporan es que las figuras humanas y animales, que son las protagonistas de sus obras, aparecen formando escenas de gran dinamismo. Podemos establecer tres tipos: las bélicas, con escenas de combate, desfiles y danzas guerreras; las que reproducen actividades relacionadas con la caza y las de la vida cotidiana, que se centran en la recolección de alimentos, en la organización jerárquica y en las danzas rituales.
El hombre se pinta desnudo, con adornos en algunas partes de su cuerpo (cabeza, brazos, piernas y cintura) y sujetando el arco y las flechas. La figura femenina se representa con el tronco desnudo y con una falda acampanada que llega hasta la rodilla o los pies.
Los animales también forman parte de las escenas. Los más comunes son los caprinos, los cérvidos, los equinos y los bóvidos. En ocasiones aparecen sin la presencia del hombre como cazador, solos y en diversas actitudes: estáticos, en estado de alerta, caídos en una trampa, con el cuerpo lleno de flechas o incluso muertos.

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