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domingo, 22 de septiembre de 2024

FENCIA - FENICIOS

 ALFARERÍA Y CERÁMICA


Ánfora fenicia del yacimiento de Alt de Benimaquia (siglo vi a. C.)

Cerámica fenicia es la producida en la Antigüedad por el pueblo fenicio («phoinikes», «Phoinike») en la región mediterránea hoy ocupada por el Líbano y relacionada con la semítica «Chanaan» o Canaan.1​ Tuvo continuidad histórico-cultural en la cerámica púnica o cartaginesa, con la que aparece reunida en algunos estudios.2

Principales focos de producción

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El foco más importante fue el yacimiento de Tiro, que analizó Bikai en su ya clásico estudio sobre la cultura fenicia.3​ También son básicos los hallazgos de Sarepta.4

Mediterráneo occidental

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En el Mediterráneo occidental5​ destacan los asentamientos fenicios en la península ibérica, en los yacimientos de ToscanosChorreras y el Morro de Mezquitilla en la provincia de Málaga, y los atlánticos de Doña Blanca y Huelva.16​ En el Morro, por ejemplo, se ha detectado la presencia de las arcillas locales, así como de colonias hermanas. La tipología inicial, escindida y desaparecida como foco fenicio-púnico, se fusionaría luego con estilos de influencia griega en Sicilia y de la tartésica del sur de la península ibérica.4

Caro Bellido data la crisis de los asentamientos fenicios ‘andaluces’ hacia el siglo vi a. C. (con restos de incendios y destrucción contemporáneos de la desaparición de Tartessos). La transición de lo fenicio a lo púnico queda datada hacia el año 550 a. C.7

Otro foco importante en el Mediterráneo occidental son los yacimientos norteafricanos como el de Sidi Abdeselam del Behar, junto a Tetuán.8

Características

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Se diferencian varios tipos:79

  • La alfarería monocroma de barniz o engobe rojizo,10​ con producción de vasos trilobulados o con ‘emboque de seta’,11​ cuencos, copas y pebeteros, trípodes, lucernas “unicornes”, ánforas y platos de reborde marcado.
  • Contemporánea de la monocroma se data una lujosa producción alfarera pintada polícroma, además de ánforas para el transporte de aceite y vino.12

Museología

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La cerámica fenicia, ampliamente localizada en museos de Grecia, Estambul, Beirut, Egipto, Italia y España, tiene documentada representación en instituciones como el Louvre, el Museo Británico, el Museo de Cádiz, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el Museo Arqueológico Nacional Sardo de Cagliari, el Museo Real de Mariemont en Bélgica, y el Museo Arqueológico Nacional de Madrid,13​ entre otros muchas instalaciones museísticas.











Deidad femenina de El Tesorillo, Museo de Cádiz.

Tesorillo de la Algaida es el nombre dado a un yacimiento arqueológico situado en el Pinar de La Algaida-Marismas de Bonanza, en la localidad española de Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz.1

Las excavaciones realizadas en los años 1980, en el lugar conocido popularmente como “el Tesorillo”, en el Pinar de la Algaida, sacaron a la luz las ruinas de un antiguo santuario dedicado a Astarté o Venus, deidad femenina asociada con el planeta; templo que algunos especialistas sugieren que pudiera ser el lugar que Estrabón llamó «luciferi fanum» en su Geografía. Los materiales hallados durante las excavaciones se depositaron en el Museo de Cádiz. La última actuación arqueológica en este yacimiento fue llevada a cabo durante el otoño de 1991 por el módulo de arqueología de la Escuela-Taller “Tartessos” de Sanlúcar de Barrameda.







Original del Tesoro de El Carambolo, expuesto en el Museo Arqueológico de Sevilla en el 50 aniversario de su hallazgo.

El tesoro de El Carambolo es un conjunto de varias piezas de oro y cerámica de discutido origen tartesio en síntesis con la cultura púnica peninsular, que fueron encontradas en 1958,1​ en el cerro de El Carambolo en el municipio de Camas, a tres kilómetros de Sevilla.2​ Los arqueólogos creen que fue enterrado deliberadamente en el siglo VI a. C.3

Se ha propuesto que se tratase de un ajuar propio del sacerdote4​ y los animales que eran sacrificados en templos fenicios dedicados al dios Baal y la diosa Astarté,5​ confirmando las hipótesis inicialmente formuladas en 1979, que divergían de la tradicional atribución de las piezas a la cultura tartésica. Sin embargo, una investigación científica llevada a cabo en 2018 demostró que las piezas fueron hechas con oro procedente de una zona cercana al hallazgo (20 km), concluyéndose que el tesoro es producto de una mezcla de culturas (local y fenicia) debido a la llamada procedencia del oro y a las distintas técnicas con que se fabricaron las piezas, de las cuales algunas de ellas ya se empleaban desde el III milenio a. C.63

Localización

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A tres kilómetros de Sevilla, unos pequeños cerros a los que llaman carambolos se elevan casi un centenar de metros sobre las aguas del Guadalquivir. En uno de ellos, en el término municipal de Camas, se encuentra La Real Sociedad de Tiro de Pichón de Sevilla. Esta entidad, que adquirió el terreno en 1940 con la idea de ubicarse físicamente allí, había iniciado unas obras para ampliar sus instalaciones, con motivo de un torneo internacional que tenía previsto celebrarse. La leyenda de que existía un tesoro en el lugar ya venía de antiguo, pero era sólo eso, una leyenda.

Al arquitecto que dirigía las obras no le convencía que unas ventanas que darían a una futura terraza en construcción, pudieran quedar casi al mismo nivel que ésta, por lo que antes de que se colocara el pavimento mandó excavar para que se profundizara unos 15 cm más.

Conservación

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El yacimiento sigue en la actualidad en manos privadas sin explotarse7​ y cubierto de basura.8​ Sin embargo, las ruinas no corren peligro relativamente ya que están cubiertas por un "búnker" de arena. Así se hace en cualquier hallazgo arqueológico que no se puede mostrar en superficie.

Hallazgo

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Réplica del conjunto del tesoro del Carambolo.

El 30 de septiembre de 1958, uno de los obreros, Alonso Hinojo del Pino (albañil natural de Medina Sidonia), encontró casi en la superficie un brazalete que luego resultó ser de oro de 24 quilates y de un incalculable valor arqueológico. Al observar que al brazalete le faltaba un adorno, tanto él como el grupo de trabajadores que participaba, siguieron excavando en la búsqueda de la parte restante. Pero la sorpresa fue aún mayor cuando encontraron un recipiente de barro cocido, una especie de lebrillo, conteniendo muchas otras piezas y que por desgracia se partió, y al mezclarse los restos con otros restos de cerámica fue imposible reconstruir.9​ Aparentemente eran imitaciones de joyas antiguas, de latón o cobre, por lo que no dieron mayor valor a lo encontrado. Tanto es así, que se las repartieron entre los trabajadores que habían intervenido.10​ Uno de ellos, para demostrar que no podían ser de oro, dobló repetidamente una de las piezas hasta llegar a romperla.

La directiva del tiro de pichón, buscó la intervención del arqueólogo y catedrático Juan de Mata Carriazo y Arroquia, que estableció que estas piezas pertenecían, fijando un amplio margen de error, a un período comprendido entre los siglos vii y viii antes de Cristo, y describió el hallazgo así:

El tesoro está formado por 21 piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2,950 gramos. Joyas profusamente decoradas, con un arte fastuoso, a la vez delicado y bárbaro, con muy notable unidad de estilo y un estado de conservación satisfactorio, salvo algunas violencias ocurridas en el momento del hallazgo (...) Un tesoro digno de Argantonio", legendario rey de Tartessos.11

Esta táctica de aprovechar un nombre de la mitología clásica o grecolatina, viene del descubridor de TroyaHeinrich Schliemann, que al descubrir unas piezas de oro dijo que eran de la princesa Helena de Troya y una máscara funeraria era de Agamenón, sin tener prueba alguna de ello.

Piezas del tesoro

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Este valiosísimo tesoro que muestra un exquisito trabajo de orfebrería fenicia (sendas reproducciones pueden verse en el Museo Arqueológico de la capital hispalense y en el Ayuntamiento de Sevilla) se encuentra celosamente guardado en la caja fuerte de un banco.12​ Diversas técnicas fueron empleadas en su ejecución: fundido a la cera perdida, laminado, troquelado y soldado. Algunos elementos, debido a las concavidades que presentan, tuvieron que llevar incrustaciones de turquesaspiedras semipreciosas o de origen vítreo.

Una de las joyas más destacadas, que presenta una decoración floral bastante distinta del resto del tesoro, consiste en una cadena doble con cierre decorado, de la que penden siete de los ocho sellos giratorios originales.

Estos sellos, que en su origen podrían haber servido para marcar propiedades, sellar contratos, o acreditar un control administrativo, se clasifican como correspondientes a la época tartésica orientalizante y se cree que podían haber dejado de tener su función original como sellos y haberse convertido posteriormente en mera joya de adorno.

Astarté de Sevilla

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Astarté de El Carambolo

Una estatuilla de la diosa Astarté encontrada dataría del siglo VIII a. C. y en su base presenta 5 líneas de texto fenicio, una de las inscripciones fenicias más extensas de España. Su catalogación original era Hispania 14, mientras que el catálogo Inscripciones Cananeas y Arameas le asigna la referencia KAI 294, otra denominación habitual es la de Astarté de Sevilla.

La inscripción reza:13

FenicioTraducción
  1. ks’’z pʿl bʿlytn
  2. bn dʿmlk wʿbdbʿl b
  3. n dʿmlk bn yš’l l
  4. ʿštrt ḥr rbtn k
  5. šmʿ ql dbrnm
  1. Este trono hizo Baal-yatón,
  2. hijo de Damilku y Abd-Baal, hi-
  3. jo de Danmilku, hijo de Yishal, para
  4. Astarté de la Gruta, nuestra señora.
  5. Cuando ella escuchó el sonido de sus plegarias.

Controversias

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Mientras algunas opiniones coincidían -arqueólogos románticos, tartesiólogos y nacionalistas andaluces- en que todos estos adornos de oro posiblemente eran portados por una sola persona -tal vez un hombre- en momentos de máxima representatividad u ostentación, la arqueología se decanta por la hipótesis de que se trata de adornos para algún animal que los fenicios sacrificasen a Astarté, dejando luego la joyería en una fosa o bóthros ritual. Pese a ello, quienes pensaron que era el ajuar de un rey o reyes -o bien de un sacerdote- fueron Juan de Mata CarriazoBlanco FreijeiroMaluquer de Motes y otros arqueólogos. En los últimos años se ha creado la hipótesis de que un tesoro de estas características pueda tratarse de joyas para animales, lo cual ni encaja con el valor del ajuar en su época -ya que son unos tres kilos de oro- ni con una función normal de uso de piezas de orfebrería en la antigüedad.

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