domingo, 29 de septiembre de 2024

FENICIA - FENICIOS

BATALLAS PÚNICAS

Batalla de Cástulo
Parte de Segunda guerra púnica

Mapa de las campañas de la segunda guerra púnica.
Fecha211 a. C.
LugarParte alta del río Betis
Coordenadas41°13′42″N 1°13′50″E
ResultadoVictoria cartaginesa
Beligerantes
CartagoRoma
Comandantes
Asdrúbal Barca
Magón Barca
Asdrúbal Giscón
Publio Cornelio Escipión  
Cneo Cornelio Escipión Calvo  
Fuerzas en combate
35 000 hombres
3000 aliados númidas
7500 aliados iberos
20 000 mercenarios celtíberos
3000 jinetes
30 000 hombres
3000 jinetes
Bajas
Desconocidas22 000 hombres

La batalla de Cástulo fue uno de los dos episodios de la conocida batalla del Betis Superior, un conflicto militar que tuvo lugar durante la segunda guerra púnica entre Cartago y la República romana. La batalla de Cástulo fue el primero de dos enfrentamientos consecutivos entre el ejército cartaginés liderado por Asdrúbal BarcaMagón Barca (hermanos de Aníbal) y Asdrúbal (hijo de Giscón) y el ejército romano bajo el mando de Publio Cornelio Escipión y Cneo Cornelio Escipión Calvo. Ambos hermanos Escipión resultaron muertos.

Situación estratégica

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Publio Cornelio Escipión y su hermano Cneo Cornelio Escipión Calvo habían estado entre 218 a. C. y 211 a. C. en Hispania evitando que las tropas hispanas se dirigieran a apoyar a Aníbal Barca, que se encontraba luchando contra los romanos en la península itálica.

Tras la derrota de Asdrúbal Barca en la batalla de Dertosa en la primavera de 215 a. C., los romanos habían asegurado sus posiciones en el norte de la Ebro y procedieron a ganarse la lealtad hacia la causa romana de una serie de tribus íberas. Desde Tarraco lanzaron varias misiones de saqueo en el territorio cartaginés del sur del Ebro y Publio Escipión llegó incluso a adentrarse hasta Sagunto en 214 a. C.. Durante estos años, tanto los romanos como los cartagineses se enfrentaron y sofocaron una serie de revueltas íberas.

Los hermanos Escipión no recibieron refuerzos desde Italia por culpa de la presión que los mismos romanos estaban sufriendo a manos de Aníbal en su propio territorio. Asdrúbal, por su parte, había recibido dos nuevos ejércitos bajo el mando de su hermano más joven Magón Barca y de Asdrúbal Giscón. Estos dos nuevos ejércitos se enfrentaron con los hermanos Escipión en algunas trifulcas con resultado poco decisivo durante los años 215 a. C. a 211 a. C.

Por su parte, los hermanos Escipión consiguieron persuadir a Sifax, rey de Numidia, para que iniciara hostilidades contra Cartago en 213 a. C. con un ejército entrenado militarmente por los romanos. Sin embargo, la situación en la península ibérica era lo suficientemente estable para que Asdrúbal Barca marchara hacia África para sofocar la rebelión de Sifax en 213/212 a. C. y pudiera regresar a Hispania a finales de 212 a. C. con otros 3000 númidas bajo el mando de Masinisa, que sería el futuro rey de Numidia. Mientras tanto, en Italia, Aníbal conseguía ganar Capua, capturar Tarento y mantener el control sobre LucaniaCalabria y Apulia. Los romanos habían conseguido tomar de nuevo el control de varias ciudades italianas y ponían cerco a Capua y Siracusa.

Antecedentes

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Los hermanos Escipión contrataron a 20 000 mercenarios celtíberos para reforzar su ejército de 30 000 hombres de infantería y 3000 de caballería. Conocedores de que los ejércitos cartagineses estaban asentados en lugares diferentes, con Asdrúbal Barca y 15000 hombres al borde de Amtorgis, y Magón Barca y Asdrúbal Giscón con otros 10 000 hombres más al oeste, los hermanos Escipión planearon dividir sus fuerzas. Consecuentemente, Publio tomó 20 000 soldados romanos y aliados y atacó a Magó en las cercanías de Cástulo, mientras que Gneu tomaba una doble legión de unos 10 000 hombres y los mercenarios para atacar a Asdrúbal Barca. La táctica provocó dos enfrentamientos, la batalla de Cástulo y la batalla de Ilorca que tendrían lugar en pocos días de diferencia una de la otra.

La batalla

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Al saber de los movimientos de los Escipión, Asdrúbal Barca había ordenado a los ejércitos de Giscón, Masinisa y Amtorgis, un caudillo aliado, que se unieran al de Magón, mientras la caballería ligera de Masinisa hostilizó día y noche la marcha de Publio Escipión. Este, una vez fue informado de que el caudillo ilergeta Indíbil también se estaba desplazando con 7500 íberos hacia su retaguardia, dudó y decidió no enfrentarse a Magón pues temía ser rodeado por las fuerzas enemigas. Así pues, optó por atacar al caudillo ilergeta y, dejando a 2000 soldados en el campamento bajo el mando del legado Tiberio Fonteo, salió al ataque en plena noche. Escipión marchó toda la noche y cayó sobre los íberos apenas de madrugada. Gracias al factor sorpresa y su ventaja numérica de 18 000 hombres contra 7500, tomó rápidamente la iniciativa, pero a pesar de todo, los íberos consiguieron resistir tiempo suficiente hasta la llegada de la caballería númida, a la que Escipión tenía la esperanza de haber eludido.

Con Masinisa atacando desde el flanco, el ataque romano comenzó a flaquear y cuando llegaron Magón y Asdrúbal Giscón, solo fue cuestión de tiempo que acabaran de romper las filas romanas, huyeron y dejaron atrás a Publio Escipión y buena parte de las tropas, muertas en el campo de batalla. Magón, una vez los númidas habían saqueado los despojos de los vencidos, marchó hacia la posición de su hermano Asdrúbal.1

Hechos posteriores

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Pocos días después, una vez unificadas todas las fuerzas cartaginesas, derrotaron a Cneo Cornelio Escipión en la batalla de Ilorca, en la que éste resultó muerto. Los pocos romanos que pudieran huir llegaron al norte del Ebro donde finalmente se organizaron en un ejército de 8.000 soldados, pero los jefes cartagineses no llevaron a cabo ninguna acción coordinada para acabar con la amenaza de los supervivientes.

A finales de 211 a. C., Roma envió unos 10 000 soldados más a Hispania, bajo el mando de Cayo Claudio Nerón, pero este no logró ninguna victoria espectacular, si bien de nuevo los cartagineses tampoco lanzaron ningún ataque serio sobre los romanos en la península. Lamentaron más tarde no haber aprovechado la ocasión, pues con la llegada de Escipión el Africano, hijo de Publio Escipión, en frente de otros 10 000 hombres del año 210 a. C., los cartagineses fueron derrotados en la batalla de Cartagena el año 209 a. C.







Batalla de Cissa
Segunda guerra púnica
Parte de segunda guerra púnica

Mapa que ilustra las campañas de la segunda guerra púnica
Fecha218 a. C.
LugarCissaEspaña
Coordenadas41°06′57″N 1°14′59″E
ResultadoVictoria romana
Beligerantes
CartagoRoma
Comandantes
HannónCneo Cornelio Escipión
Fuerzas en combate
10 000 infantes,
1000 jinetes
20 000 infantes,
2200 jinetes
Bajas
6000 muertos,
2000 capturados
Desconocidas,
ligeras

La batalla de Cissa fue parte de la segunda guerra púnica. Se libró en el otoño del 218 a. C. al sur de la ciudad íbera de Cese, posteriormente Tarraco, en el noreste de España. El ejército romano, bajo Cneo Cornelio Escipión, derrotó a un ejército cartaginés en desventaja numérica mandado por Hannón y por lo tanto, obtuvo el control del territorio al norte del río Ebro, del que Aníbal se había apoderado unos meses antes, en el verano de 218 a. C. Esta fue la primera batalla que los romanos lucharon en España.

Situación estratégica

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Tras la conclusión con éxito del sitio de Sagunto, Aníbal Barca dejó descansar a su ejército, y en el verano de 218 a. C., habían comenzado a avanzar hacia Italia con 90.000 infantes y 12.000 jinetes (según Polibio), o 46.000 hombres a pie y 10 000 a caballo. Había pasado el verano conquistando la zona situada al norte del río Ebro. Después de someter a las tribus hispanas, pero dejando pacíficamente las ciudades griegas, Aníbal cruzaba la Galia para continuar su marcha a Italia, dejando a un contingente de guardia de los territorios recién conquistados y enviando a un contingente de 10 000 soldados poco fiables a casa.

Preparativos romanos

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La armada romana movilizó en 219 a. C. 220 quinquerremes para apoyo en la Segunda guerra iliria. El cónsul Tiberio Sempronio Longo recibió 4 legiones (2 romanas y 2 aliadas, 8.000 romanos a pie y 16.000 aliados más 600 jinetes romanos y 1800 aliados) y las instrucciones de navegar por África acompañado por 160 quinqueremes. Publio Cornelio Escipión recibió 4 legiones (8.000 romanos y 14.000 aliados de infantería más 600 romanos y 1600 aliados a caballo) e izó la vela hacia España acompañado por 60 navíos. Sin embargo, las tribus galas boios e ínsubros habían atacado las colonias romanas del norte de Italia, causando que Escipión destinara parte de las fuerzas allí, con lo que su sustitución por legiones frescas retrasó su salida.

Si bien Aníbal marchó a través de la Galia, Escipión había desembarcado con su ejército en la ciudad griega aliada de Masilia. A continuación, envió una patrulla de caballería al norte hasta la orilla oriental del río Ródano, donde se enfrentaron con la misma fuerza a la caballería ligera númida, expulsando a los cartagineses después de luchar una dura escaramuza. Escipión marchó al norte desde su base, mientras que Aníbal marchó hacia el este de los Alpes. Una vez en el desierto campamento cartaginés, Escipión se enteró de que Aníbal se encontraba a 3 días de marcha, y decidió enviar sus fuerzas a España bajo el mando de su hermano mayor, el procónsul Cneo Cornelio Escipión, que fue cónsul en 221 a. C., en tanto que él mismo volvió a organizar en el norte de Italia las defensas contra Aníbal.

Preludio

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Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal, tenía 12 650 soldados de infantería, 2550 de caballería y 21 elefantes en las posesiones cartaginesas al sur del Ebro. Aníbal dejó a Hannón con 10 000 de infantería y 1000 de caballería guarneciendo el recién conquistado territorio al norte del Ebro. Hannón ha sido identificado por varios autores como el sobrino de Aníbal (hijo de Asdrúbal el Bello), un hermano o sin ninguna relación con los bárcidas.

Cneo Cornelio Escipión, con 20 000 soldados de infantería (2 legiones romanas y 2 aliadas) 2200 de caballería y 60 quinquerremes, zarpó de Massilia y aterrizó en Emporiae, en España. Las ciudad griega de Emporiae y la ciudad íbera de Cesse (la Tarraco íbera) dieron la bienvenida a los romanos, y Cneo comenzó a ganarse a las tribus iberas al norte del Ebro. Asdrúbal Barca, después de ser advertido de la expedición romana, marchó al norte con un ejército de 8000 soldados de infantería y 1000 de caballería a unirse a Hannón.

La batalla

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Hannón había sido completamente sorprendido por la llegada de los romanos en España. Al ver el aflojamiento de las garras cartaginesas sobre las recién conquistadas tribus del norte debido a las actividades de Escipión, decidió ofrecer batalla. Hannón avanzó y atacó a los romanos al norte de Tarraco, cerca de un lugar llamado Cissa o Kissa. No hubo brillantes maniobras o emboscadas, los ejércitos formaron y se enfrentaron. Al ser en número dos a uno, Hannón fue derrotado con relativa facilidad, perdiendo 6000 hombres en la batalla. Por otra parte, los romanos consiguieron capturar el campamento cartaginés, junto con 2000 prisioneros y el mismo Hannón. En el campamento figuraban todos los equipajes dejados por Aníbal. Entre los presos también se incluía Indíbil, un influyente caudillo íbero que causaría más tarde graves problemas a los romanos. Los romanos también irrumpieron en la ciudad de Cissa, a pesar de que, para frustración de los romanos, no contenía ningún botín valioso.

Consecuencias

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Cneo se convirtió en dueño del norte del Ebro. Asdrúbal, que llegó demasiado tarde a ayudar a Hannón y aunque no era lo suficientemente fuerte como para atacar a los romanos, todavía cruzó el río y envió una columna que hostigó a la caballería y la infantería en una escaramuza. Esta fuerza capturó a marineros romanos, e infligió tales bajas que la eficacia de la flota romana en España se redujo de 60 a 35 buques. La flota romana sin embargo, allanó las posesiones cartaginesas en España. El prestigio romano se estableció en España, mientras que los cartagineses habían sufrido un importante revés. Después de castigar a los oficiales a cargo de los contingentes navales por la laxitud de su disciplina, Escipión y el ejército romano invernaron en Tarraco. Asdrúbal se retiró a Cartagena después de la deserción de algunas ciudades aliadas al sur del Ebro.

Si Hannón hubiera ganado la batalla, hubiera sido posible enviar refuerzos de la Hispania Barcida a Aníbal a partir de 217 a. C. Esta batalla trajo los mismos resultados de Escipión en España como la batalla del Trebia traería para Aníbal en Italia: el logro de una base de operaciones, ganarse a más de alguna tribu nativa como fuente de provisiones y reclutas, también cortó la comunicación por tierra de Aníbal desde su base en España. A diferencia de Aníbal, Escipión no puso en marcha inmediatamente una campaña en territorio enemigo al sur del río. Tampoco se arriesgó a perder su base, como haría Aníbal en un futuro próximo. Escipión tomó tiempo para consolidar sus explotaciones, subyugar o aliarse con las tribus hispanas y practicar incursiones en territorio cartaginés. Estas actividades sentaron las bases para las futuras operaciones en España. 

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