jueves, 10 de julio de 2014

BATALLAS DE LA ANTIGUEDAD


BATALLAS .-

Las Guerras Médicas

En 490 y 480 a.c., Grecia sufrió dos invasiones brutales por parte de los persas y a punto estuvo de ser arrasada. Sucedió en el siglo V a.c., justo cuando comenzaba su época clásica.  Lo impidieron las batallas victoriosas de Maratón y Salamina.
Los griegos se vanagloriaban de tener un sistema político que era imitado por todos, de ser un modelo a seguir, la democracia. La democracia ateniense  era un régimen original que se había forjado  durante décadas, las que precedieron a la invasión del Imperio persa. Los ataques persas dieron paso a las guerras médicas, en 490 480 a.c.
El apelativo les viene de los medos, que fueron el primer pueblo iranio que entró en contacto con los griegos, aunque luego ocuparon su lugar los persas, también iranios. Para hacer frente a los persas fue necesaria la participación de todos los grupos sociales de Atenas, que de paso provocó la movilización política de la ciudadanía. Esto creó las condiciones óptimas, para que mediante la confrontación política se diera el caldo de cultivo suficiente para que hubiese un cambio de sistema político, y se crease la democracia.

A mediados del siglo VI a.c., Ciro el Grande comenzó de forma victoriosa la conquista del Próximo Oriente, y los griegos se pusieron a temblar. Las poleis, o ciudades-estado griegas de Jonia, situadas en la costa de Asia Menor, apenas resistieron el empuje de los persas, y en poco tiempo pasaron a ser súbditos del Gran Rey. Pero lo peor para ellas fue que el persa puso al frente de cada una a tiranos griegos, elegidos porque estaban dispuestos a colaborar con los invasores enemigos, los nuevos dueños. Estos nuevos y temibles tiranos estaban al mando de los sátrapas, que eran los nuevos gobernadores, nombrados por Ciro.
Ocurrió en 499 a.c. un hecho muy importante, ya que las ciudades jonias se rebelaron contra el dominio persa, lideradas por Mileto y ayudadas por Eretria y Atenas. La flota naval griega sufrió una catástrofe en forma de derrota, y los persas hicieron una gran represión. Mileto fue arrasada por completo. Atenas y Eretria intentaron socorrer a sus compatriotas griegos del otro lado del mar Egeo, pero no consiguieron nada positivo. Y la amenaza persa continuaba y era cada vez más real. Entonces, el codicioso Darío I, rey persa, dirigió su mirada hacia las ciudades-estado de la misma Grecia.
Llegamos a 490 a.c., en el que una enorme y poderosa flota de guerra, mandada por los generales persas Datis y Artafernes, conquistan con suma facilidad muchas de las islas que pueblan el Mar Egeo, haciendo esclavos a sus moradores.  La ciudad de Eretria fue arrasada por completo, y sus moradores deportados como esclavos a un lugar lejano, en Persia. Los persas eran temibles y no respetaban nada.

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