lunes, 30 de noviembre de 2015

Arqueología por países - España

Arqueología de Andalucía

La estela decorada del guerrero de Almargen, es la única representación de la cultura tartésica en la provincia de Málaga que se ha encontrado en todo el territorio malagueño.
La losa fue recuperada en 1992 por Francisco Hidalgo de Rivas y Francisco Morón Cabello, quienes la habían encontrado hacía más de diez años en los márgenes de un carril en las inmediaciones del pueblo y, tras comunicarlo a un profesor, la resguardaron colocando la superficie grabada hacia abajo y cubriéndola con piedras para protegerla.

La Estela

Estela Decorada del Guerrero - Centro de Interpretación Tartesos.
Según expertos del departamento de Prehistoria de la Universidad de Málaga, la pieza corresponde a la Edad del Bronce (final), en torno al siglo VIII antes de nuestra era. Tiene aproximadamente un metro en altura y en su anchura máxima 0,60 m., un grosor que oscila entre los 15 y los 20 cm., de forma sensiblemente rectangular, salvo en su tercio inferior, donde progresivamente va disminuyendo su anchura, que queda marcada por la diferencia de tonalidad del color de la piedra, debido a que esta se encontraba embutida en la tierra y se mantenía en posición vertical, seguramente como losa funeraria.
La superficie se encuentra decorada mediante líneas incisas en la piedra y en ella se representan varios elementos que citamos a continuación. El motivo central es un escudo formado por tres círculos concéntricos que presenta en los dos exteriores una escotadura en forma de uve. A su derecha una figura humana con trazos esquemáticos, con los hombros muy marcados, los brazos extendidos con las manos abiertas al frente. Las extremidades inferiores situadas de perfil mostrando movimiento. Sobre los hombros un casco en forma de uve invertida, quedando la cabeza marcada con un suave punto entre los hombros. Sobre el escudo una lanza o jabalina en posición horizontal, con la punta representada con una uve prolongada y extendida. Existe otro elemento entre la jabalina y el escudo que podría representar una fíbula.







El Guerrero de la doble armadura es una escultura ibérica de la primera mitad del siglo V a. C. realizada en piedra calcarenisca blanca de grano fino, conocida como «piedra de Santiago de Calatrava». Procede del conjunto escultórico del yacimiento deCerrillo Blanco (PorcunaJaénEspaña), excavado desde 1975 y que se exhibe actualmente en el Museo de Jaén. El Guerrerosolo conserva la cabeza, el torso y parte del brazo izquierdo y del muslo derecho, y sus dimensiones son 32 x 105 x 17 cm.
La escultura representa a un guerrero aristócrata en combate, ataviado con armadura, casco —que poseía piezas metálicas integradas—, escudo circular o caetra, que llevaría en la mano izquierda, y espada desenfundada en la derecha. El rostro está esculpido sobre un cuadrado, tratado en grandes planos rectilíneos; muestra rasgos de un joven sereno, de proporciones armoniosas, con una boca fina de labio inferior algo carnoso, esbozando una leve sonrisa, y ojos rasgados con pupilas y párpados fuertemente marcados. Estas características permiten relacionar la obra con el final de la escultura griega arcaica y el comienzo del periodo clásico relacionado con los artistas de Focea.
Se trata de la única escultura del conjunto de Cerrillo Blanco que conserva la cabeza. La escultura fue destruida y sus fragmentos enterrados poco después del 400 a. C., fecha ante quem. Al parecer, el vandalismo afectó en mayor medida a los rostros, por lo que esta estatua tiene un gran valor documental.

Indumentaria

Se puede conocer a través del estudio de esta pieza la indumentaria de un guerrero ibero aristócrata del siglo V a. C. Probablemente la estatua incorporó otros adornos en forma de piezas metálicas que se han perdido, puesto que quedan las huellas rectangulares en relieve rehundido en los lugares donde se situarían estos apliques.
La cabeza se halla protegida por un casco de textura lisa en su cara visible, semejando cuero, que cubriría las orejas y llegaría hasta la nuca, estando la parte posterior destruida. En el centro del mismo, una cinta dispuesta de frente a nuca serviría de base a una cimera que representaría a un felino, del que sólo se conserva una parte de las patas. En el temporal derecho se distingue un adorno en forma de cuerno vuelto o espiral, en cuyo centro se aprecia una caja rectangular y profunda con bordes salientes bien terminados, que podría alojar alas o algún otro tipo de adorno metálico. Se aprecian asimismo orificios que servirían para la aplicación de cuernos u otros ornamentos postizos.
El torso está vestido con túnica muy ajustada, con escote en forma de «V» por delante y por detrás, y sobre ésta se dispone el peto que se aprecia parcialmente sobre el hombro izquierdo, y las correas que lo sujetan, que pasan sobre los hombros y se cruzan por la espalda. Sobre el peto se disponen las grandes fáleras (discos de bronce), que cubren casi completamente el pecho y la espalda, con otras dos menores sobre los hombros, como señala el hombro izquierdo. Las fáleras van unidas con correas anchas y fuertemente sujetas por otras que pasan bajo los brazos; por encima de ellas se aprecia un ancho tahalí de donde cuelga, sujeta con anillas y hacia la izquierda, una vaina vacía. En el brazo izquierdo, a partir del codo, aparece un brazalete en espiral con cuatro vueltas por delante y cinco por detrás.
La túnica queda ceñida por un cinturón ancho de tres refuerzos, cuya hebilla queda oculta parcialmente por la fálera delantera y la vaina, aunque se aprecia un cuadrado inciso a la altura de una de las anillas que une la vaina con el tahalí. Hacia el costado izquierdo sale del cinturón lo que podría ser un fajín. De la vaina sólo se aprecia con claridad la boca con rebordes, mientras que el resto se ha perdido, aunque parece claro que serviría para alojar una espada de gran tamaño, como una falcata.

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Arqueología de Andalucía

Con el nombre de esculturas de Porcuna se conoce un conjunto de esculturas ibéricas que datan de la primera mitad del siglo V a. C. realizadas en piedra calcarenita blanca de fino grano conocida como «piedra de Santiago de Calatrava». El grupo escultórico procede del yacimiento de Cerrillo Blanco (PorcunaJaénEspaña), excavado desde 1975. Reproducciones de los más importantes originales se exponen en el Museo Arqueológico de Jaén. Las esculturas fueron destruidas y sus fragmentos se enterraron poco después del 400 a. C., que constituye la fechaante quem de su realización. De 1975 data el hallazgo de las esculturas del Cerrillo Blanco de Porcuna, cuyas excavaciones se prolongaron hasta 1979. La restauración y recomposición de los fragmentos que componen las esculturas fue emprendida por Juan González Navarrete y continuada por Iván Negueruela.
El estilo de las esculturas del Cerrillo Blanco de Porcuna está emparentado con el del final de laescultura griega arcaica y el comienzo del periodo clásico, particularmente relacionado con los artistas de Focea.
El yacimiento corresponde a la ciudad ibérica de Obulco, correspondiente al pueblo Túrdulo y situada en el eje principal de comunicación de los íberos, la Vía Heraclea.
El estilo de este conjunto escultórico es de gran homogeneidad, lo que se debe, probablemente, al trabajo de un solo taller aunque con varios artífices. La mayor parte de las estatuas son representaciones de guerreros, a veces hombres batiéndose o cazando, o de figuras investidas de autoridad ceremonial o religiosa. En ocasiones las figuras humanas están luchando con fieras o animales mitológicos, como sucede en la escultura de la Grifomaquia en la que un hombre pelea contra un grifo. Por último, hay otras que reproducen animales o criaturas mitológicas individualizadas: así ocurre con el león, el toro, el águila o una esfinge.
Los grupos estatuarios están labrados en un solo bloque de piedra en bulto redondo, lo que supone una evolucionada concepción de la composición escultórica, en analogía con el sistema de representación de los frontones de edificios y mausoleos de la escultura griega, como en los templos de Zeus en Olimpia, o el de Afea en Egina. Buen ejemplo de ello es el grupo formado por un guerrero a caballo que hiere con su lanza a otro guerrero caído. Por todo lo cual se ha pensado que el trabajo fuera dirigido por un escultor griego, lo que explicaría el correcto modelado de la anatomía, la serenidad del rostro (visible en el Guerrero de la doble armadura, cuyo casco refleja modelos helénicos), la suavidad de las aristas y el dinamismo en la representación del movimiento.
















La estela de Ategua es una estela funeraria de la Edad del Bronce Tardío. La estela es de piedra caliza, con unas dimensiones de 163 cm de altura, 78 cm de ancho y 34 cm de grosor.1 2Se descubrió en el año 1968 en el yacimiento arqueológico de Ategua, situado en el término municipal de Córdoba.2
En la parte superior falta un fragmento de la estela.2 La parte inferior termina en forma de punta, siendo esta parte la que iría bajo tierra.3 La iconografía que muestra la estela hace referencia a los ritos funerarios, cuya representación tiene influencia griega.2 La pieza se conserva en elMuseo Arqueológico y Etnológico de Córdoba.


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Arqueología de Andalucía

El Depósito de la ría de Huelva es un hallazgo arqueológico de restos griegos y fenicios fechado en el 1.000 a. C. (Bronce final atlántico), situado en la ría de Huelva, junto a Odiel.1 Los primeros restos aparecieron en 1923 a consecuencia de una draga e investigaciones posteriores fueron ampliando los objetos encontrados hasta 397 piezas, principalmente armas y adornos. Se especula con que pueden ser restos de un enterramiento en el mar o el cargamento de algún buque hundido.1
La colección se considera uno de los mayores hallazgos arqueológicos de la región y de la cultura tartesia, que arqueólogos como Adolf Schulten consideraban cercana al hallazgo. Fue en su tiempo una noticia de gran calado despertando en su momento el interés del reyAlfonso XIII y siéndole dadas lecturas políticas regeneracionistas al mostrar el nivel técnico de una de las primeras culturas españolas.2Así, con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 se realizaron nuevas exploraciones.2 En 1930 se halló un casco corintio y esporádicamente desde entonces se han encontrado nuevos resto, a veces en propiedad de particulares dado el poco control del patrimonio histórico típico en la época de los primeros descubrimientos.
En la actualidad la colección se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, con la excepción de dos lotes de piezas duplicadas que se cedieron al Museo Provincial de Huelva y a la Junta del Puerto de Huelva.2 Se desconoce el destino que corrieron las enviadas a la Junta portuaria, aunque se han encontrado algunas de ellas en manos de la familia del descubridor del depósito, José Albelda.2 Algunas piezas atribuidas por algunos autores a la colección probablemente sean de las investigaciones posteriores al primer hallazgo.


utensilios encontrados


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Arquitectura romana en Andalucía

El Acueducto subterráneo de Huelva es una obra hidrológica civil datada en el siglo I d.C. Ubicado en la actual ciudad de Huelva, conocida como ONVBA AESTUARIA en tiempos del Imperio romano, se encuentra situado en una zona de cabezos llamada El Conquero recorriendo la ciudad desde la barriada de Las Colonias hasta las inmediaciones del cabezo de San Pedro.
La especial localización de la ciudad de Onuba, en el estuario entre los ríos Tinto y Odiel y su alto aporte de sedimentos propició en el periodo terciario la creación de los llamados “Cabezos”, elevaciones de hasta 60 metros de tierra ya compactada, semipermeable y protegida por la vegetación autóctona. La “Fuente Vieja”, sorteando estos cabezos o incluso a través de ellos, suministró agua a Huelva durante los años de mayor esplendor de la ciudad romana, entre mediados del siglo I y principios delsiglo II según las dataciones del estudio. Se trataba de una urbe con un importantísimo tráfico de minerales que llegaban desde las minas de cobre, oro y plata cincuenta kilómetros al norte. Pero el comercio minero no había sido el único que dio cierta importancia económica a Onuba. El salazón del pescado era otro de los pilares de la economía, procesado de pescado que requería ingentes cantidades de agua. En el estudio arqueológico se encontraron dos tuberías principales en la actual Calle Palos que confirmaron la presunción que en época romana existía un importante sistema de abastecimiento de agua para la ciudad.
Panorámica de Huelva desde las elevaciones-cabezos de El Conquero. A pocos metros se iniciaba el acueducto.
Tras época romana el acueducto siguió abasteciendo a la ciudad hasta después del siglo XVI a través de diferentes fuentes ya desaparecidas como:
  • La Fuente de San Pedro, que tenía que superar más distancia desde la captación y que probablemente estaba sometida a cortes y taponamientos de manera más frecuente que la Fuente Vieja.
  • La Fuente Vieja. Situada en las laderas del Conquero su propio nombre indica que para los pobladores de la Huelva medieval se trataba de una obra ya anterior a la memoria. Por su situación, que propiciaba un mayor y continuo caudal de agua, suministraba agua a la ciudad incluso en épocas de sequía. Esto implica que probablemente esta fuente no sea más que un surtidor agregado a uno de los depósitos romanos aprovechando una buena situación en la que el aporte de agua era permanente.
  • La Fuente Nueva y la Fuente de la Alcoba.
  • Otras fuentes o caños laterales al acueducto, que servían para el riego de los campos de las zonas de La Vega y San Sebastián.
Existen algunos documentos escritos que hablan de esta construcción, el más antiguo del siglo XV usando probablemente fuentes más antiguas, de entre los siglos XI y XIII algunas de ella árabes, pero quizá la más conocida es la mención que hace Rodrigo Caro en el año 1635:
«... hay una ermita [...] que llaman Nuestra Señora de la Cinta, donde está una imagen muy devota y de muchos milagros, y cerca de ella un antiguo acueducto, que por debajo de tierra da muy buena agua y bastante a la villa.
En esa época la ciudad contaba con no más de 5.000 habitantes por lo que resultaba extraña tal obra para tan pequeña villa. Otro texto, ya de 1691 y del propio ayuntamiento de la ciudad, menciona que las “cañerías” de la conducción llegan a la ciudad por debajo de tierra dejando patente el cierto carácter mítico que los onubenses de la época le dan a la construcción.
En el siglo XVIII, el conocimiento de la historia de la antigua Huelva va a permitir comenzar a resituar esta construcción. Antonio Jacobo del Barco impugna la tesis de Caro por la que la ciudad de Onuba era la localidad de Gibraleón y la emplaza en Huelva. Ello da más sentido al acueducto porque al ser Huelva la antigua Onuba es más lógica tal infraestructura de origen romano para la ciudad. En eso años el mantenimiento del acueducto era ya nulo aunque setenta años antes se había intentado su rehabilitación y limpieza mediante una tasa sobre el pescado. A este abandona se le sumaron las desastrosas consecuencias del terrible Terremoto de Lisboa de 1755que afectó seriamente a todas las infraestructuras de la ciudad. El caudal de las aguas disminuyó sensiblemente al encontrarse algunas galerías semibloqueadas por escombros. Las noticias de los daños al acueducto incluso llegaron a Honduras, cuando el presbítero onubense Diego Márquez Ortiz, primer capellán, vicario y juez eclesiástico de San José de Juscarái, donó 2.000 pesos para su reparación. En 1772 las reparaciones permitieron al acueducto vivir una segunda edad de oro cuando se devuelve la conducción de agua a la Plaza de San Pedro e incluso mediante tuberías a la Plaza de San Juan (hoy de las Monjas) a una fuente de mármol y bronce.
"Se derrama y corre por las calles en bastante caudal, de forma que, sin dispendio alguno, los vecinos pobres por donde pasa dicha agua la recogen en sus casas y usan de ella para bebida y aseo de sus ropas y la sobrante la utilizan varios hortelanos para la crianza de sus legumbres". (1772)]])
En la imagen, se pueden observar los restos de uno de los respiraderos delacueducto (línea vertical) en la zona del Cabezo de San Pedro.
Pero esta rehabilitación no había significado realmente la salvación del acueducto. Daños estructurales serios provocaron que solo dos años después el agua dejara de llegar a la Plaza de San Juan. A esto había que sumársele que propietarios de tierras en los Cabezos continuaran cegando las lumbreras que hacían respirar al acueducto. Eso no significa que el acueducto dejara de funcionar, de hecho siguió siendo el principal medio de abastecimiento de agua de la ciudad hasta casi inicios del siglo XX, con lo que ello significa para la calidad de la salud de la población de Huelva. Por ello, en pleno siglo XIX las fuentes de abastecimiento de agua para la ciudad seguían siendo prácticamente las mismas que las de anteriores siglos por lo que el agua de la Fuente Vieja seguía siendo esencial para los onubenses. Por lo tanto el uso de pozos ilegales que disminuían el caudal y la sobreexplotación de esta agua era patente, legislándose incluso en 1828 el horario por el que los aguadores podían abastecerse en ella evitando así la lógica especulación. Desordenes por su control llevaron al propio Ayuntamiento incluso a mantener un guarda que se ocupara tanto de la vigilancia como de la limpieza de la fuente. Pero la mayor causa de deterioro era la propia desidia del Ayuntamiento que no patrocinaba o no podía permitirse económicamente patrocinar un adecuado mantenimiento del acueducto excepto cuando apremiaba garantizar el consumo de agua para evitar graves problemas de salud pública, como se hizo en 1843. Pocos años antes, Richard Ford en 1831, comentaba que el acueducto romano de la ciudad iba progresivamente desapareciendo al servir de cantera a la población local.1 Pero no solo la economía era la causa de tal deterioro, el desconocimiento científico de la estructura y funcionamiento del acueducto era patente, sustentándose incluso más en la información oral que en las pocas citas antiguas sobre la obra.
A finales de este siglo ocurre un hecho trascendental para la ciudad y la provincia de Huelva: un grupo de empresarios británicos compra las minas de la Cuenca Minera instalándose y creándose importantísimas empresas mineras como la Rio Tinto Company Limited. Por todo ello la ciudad se convierte en un importante puerto industrial por lo que la población aumenta vertiginosamente superando los 20.000 habitantes y por lo tanto así también lo hacen las necesidades de agua de la misma. Paradójicamente, Huelva se encontraba con que la mayor parte de estas fuentes estaban ya prácticamente secas, por lo que incluso se había hecho necesario abrir los propios depósitos para un mejor acceso a la poca agua que manaban. Esto influyó, por ejemplo, en el espectacular aumento de mortandad por enfermedades digestivas derivadas por el mal abastecimiento de agua. La respuesta a ello fueron tanto los trabajos por parte del Ayuntamiento de recuperar o mejorar el caudal y las fuentes como los intentos de algunas empresas de carácter privado por crear una red de abastecimiento de aguas moderna trayendo el agua desde la Rivera de Nicoba, a pocos kilómetros de la ciudad. Esta imperiosa necesidad de agua provoca que desde la misma prensa local se critique a las autoridades, que antepusieran el uso industrial del agua al civil y que impidiera el propio desarrollo y modernización de la ciudad:
"Sin agua, es imposible que los veraneantes de otras provincias acudan a Huelva". (La Provincia, 1897)
Ya en el siglo XX se acometieron nuevas reformas como la de 1906 en la que se agrega una tubería nueva hasta San Pedro y pequeñas mejoras pero las inversiones se encontraban encaminadas a construir un moderno suministro de agua al núcleo urbano. Solo serían destacables las obras de consolidación de los cabezos en 1916 para evitar derrumbes sobra la fuente y las casas aledañas. A partir de ahí Fuente y Acueducto quedaron en desuso.

La construcción

El acueducto es de forma) abovedada, está construida con ladrillos cuneiformes, y toda ella en seco o sin cemento, para facilitar la filtración de las aguas entre los ladrillos. Su altura va deprimiéndose a medida que avanza en su dirección al Santuario de Nuestra Señora de la Cinta. Esta galería principal se bifurca en algunos sitios para buscar, en las cañadas que forman las ondulaciones del terreno, nuevos cauces de filtración. Según la tradición, estos caudales de agua se enriquecían con los riquísimos que le enviaba la inmediata villa de Gibraleón por medio de atanores, cuyos restos se descubren con frecuencia en las labores de los terrenos". (Baldomero Lorenzo y Leal, "Onoba Listuaria")
Es reseñable decir que este tipo de arquitectura civil dedicada a ofrecer un eficaz abastecimiento de agua no apareció en la península hasta la romanización. El mundo romano era urbano por lo que tuvo la necesidad de desarrollar este tipo de construcciones para abastecer a la población, sus industrias, termas. Pero no siempre el agua estaba al alcance por lo que se idearon construcciones que trasladaran esa agua: el acueducto. Éste tomó forma aérea, subterránea o mixta según la orografía del terreno. Construcciones similares al acueducto de Onuba se ha encontrado en el sur de Francia, en la Bretaña Francesa o en el noreste de Italia pero lo esencial de ello no es la conducción en sí, sino el método por el que se conseguía captar el agua de acuíferos, método menos usual aún y solo similar a estructuras como las encontradas enSalices (Cuenca), datada también en el siglo I o Tomar en Portugal . También tendría ciertas similitudes el llamado “Rabo de Buey” en la localidad de Mérida y datada a mediados del siglo I. Es también destacable el hecho que este tipo de ingeniería ha sobrevivido a los años de tal modo que la mayoría de ellas, como la Fuente Vieja de Huelva, han seguido en funcionamiento hasta el siglo XX con independencia de que a lo largo del tiempo se hayan realizado reparaciones en ellas. La necesidad de captar el agua procedente del acuífero del Conquero y transportarla a la ciudad posibilitó que en el siglo I se levantara esta construcción capaz de drenar incluso hoy, y a pesar del abandono y daño de siglos, 200.000 litros diarios de agua. Para ello se ideó una construcción en su mayor parte bajo la tierra de los cabezos aprovechando el agua que filtraban y que era recogida en pequeñas habitaciones que le servían como depósito. Probablemente se ideó como una estructura con galería principal (conservada en la actualidad) y otra serie de pequeñas galerías transversales que se abastecían desde prácticamente toda la zona de cabezos. Según las investigaciones el acueducto saldría de la zona del actual Santuario de Nuestra Señora de La Cinta y finalizaría en el cabezo de San Pedro, teniendo un único tramo aéreo para salvar un desnivel de 20 metros en el actual paseo de Buenos Aires.
Imagen de una construcción similar en Alemania.
El estudio precisó que esta conducción transportaría una horquilla de entre 100.000 y 200.000 litros de agua al día en años lluviosos. Estos datos, se basan en el único tramo estudiado, la galería de la Fuente Vieja y que estuvo en uso hasta época relativamente reciente. La galería es pequeña (0.40 metros de anchura por 1,25 de altura a lo largo de 125 metros de longitud) y para su construcción se utilizaron dos técnicas: el adintelado y el abovedado con ladrillos. La galería se ensancha finalmente en un habitáculo de 2,50 metros por 1,80 metros y una altura de hasta 2,40 metros y en la que los constructores optaron por realizarla con bloques de arenisca que se encuentran unidos sin argamasa. Se cree que existe una segunda galería similar a ésta algo más al sur. Para ventilar y acceder a la galería se utilizaron pozos desde la superficie de algo más de medio metro de diámetro y probablemente forrado por ladrillos aunque es difícil de precisar porque en la actualidad se encuentran colmatados por escombros o desaparecidos. Llegaba a la ciudad por la actual calle de San Andrés abandonando la galería y conduciendo el agua a través de atanores hasta un depósito y a segunda fuente entre la Calle la Fuente (de ahí el nombre) y la Plaza de San Pedro. Del depósito anterior partía un caño hasta el actual Convento de las Religiosas Agustinas y a una nueva fuente en la Plaza de las Monjas.
Durante los siglos posteriores, con pequeñas remodelaciones y la apertura y abandono de fuentes, siguió siendo la mayor infraestructura de la ciudad aunque el acueducto en sí fuera lentamente quedando en el olvido. El estudio portermoluminiscencia de los investigadores de “Agua de Huelva” también dataron los ladrillos de parte de la bóveda ya a finales del siglo X y principios del XI , un arreglo de esta bóveda ya de época islámica en la que la Welba árabe seguía necesitando de esta conducción. Era común en Al-ándalus el aprovechamiento de estas canalizaciones romanas. Ya en época cristiana las “Actas Capitulares” del ayuntamiento recurrentemente hacen alusión al acueducto en cuanto a reparar y desatascar parte de él. Quizá fue a raíz de los presumibles daños causados pro el Terremoto de Lisboa cuando se cortan parte de las canalizaciones que llegan a la ciudad y la Fuente Vieja se convierte en un bien más esencial para ciudadanos y autoridades si cabe.
En la actualidad esta construcción, e incluso la antigua Fuente Vieja, resulta desconocida para la mayoría de onubenses. Su mal estado y su difícil acceso ha propiciado que no sea una obra reconocible siquiera monumento. Pese a ello y a que la galería se encuentra semiderruida, la superficie es menos permeable que hace un siglo y solo queda operativo un pequeño tramo de 125 metros el acueducto drena aún en torno a 30.000 litros diarios de agua. 

Arqueología por países - España

Arqueología de Andalucía

George Edward Bonsor (30 de marzo de 1855 - 15 de agosto de 1930) fue un conocedor de antigüedades, pintorarqueólogohistoriador y ceramólogo nacido enFrancia, de nacionalidad británica y residente en España. También fue conocido comoJorge Bonsor por amigos y vecinos de las localidades andaluzas en las que vivió:Carmona, donde se inició como arqueólogo privado y donde fue nombrado hijo predilecto poco antes de su fallecimiento y Mairena del Alcor, donde adquirió el castillo de la localidad para habilitarlo posteriormente como su propia vivienda.
Fue un gran defensor del mantenimiento de los yacimientos arqueológicos y precursor de la arqueología moderna en España, además de que descubrió numerosos yacimientos en Andalucía Occidental, como la necrópolis y el anfiteatro de Carmona, los yacimientos de Los AlcoresSetefilla en Lora del Río y excavó en Baelo Claudia enCádiz. Escribió varias publicaciones relacionadas con sus descubrimientos y obtuvo nombramientos en varias instituciones académicas. - .....................................................:https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Jorge_Bonsor&printable=yes





El Bronce de Bonanza, también conocido como Tabula Baetica o Formula Baetica, es una tablilla de bronce de época romana que presenta una inscripción epigráfica en latín que recoge un negocio fiduciario. Sus dimensiones son 28 cm de largo por 19 cm de ancho. Parece ser que formaba parte de un díptico pues en él se aprecian los restos de lo que parece ser un ensamblaje con otra pieza de las mismas dimensiones. Parece que data del siglo I o principios del siglo II d. C. Fue encontrado en Sanlúcar de Barrameda en 1868, por un campesino en las cercanías del puerto de Bonanza. Se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de España.









El Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía es un organismo especializado perteneciente a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, creado en 1997 e integrado dentro del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Tiene su sede en la ciudad de Cádiz, en el edificio del Balneario de la Palma y del Real, declarado Bien de interés cultural.
Los objetivos de este centro, son la investigación, protección, conservación y difusión del patrimonio subacuático de la Comunidad Autónoma de Andalucía, así como la formación de profesionales en esta disciplina.1
Para la consecución de sus objetivos, ha desarrollado un exhaustivo catálogo deyacimientos arqueológicos submarinos, integrado en el Sistema de información del patrimonio histórico de Andalucía (SIPHA). En total, se conocen 81 yacimientos, que abarcan, cronológicamente, desde la protohistoria hasta la Edad Contemporánea. A través de este inventario, se ha logrado información relativa a 1.250 naufragios históricos en aguas andaluzas. Todo ello, se incluye en una base de datos propia del centro, llamadaDocusub, con aplicación de un Sistema de Información Geográfica (SIG).
A raíz de esta información, la Consejería de Cultura ha declarado 42 zonas de servidumbre arqueológica, y ha incoado como BIC, 56zonas arqueológicas subacuáticas. Como proyectos de investigación, destaca el Proyecto Trafalgar, para documentar todos aquellos yacimientos vinculados a la Batalla de Trafalgar.








Dama de Cádiz es la denominación museística de un sarcófago antropomorfo femenino fenicio hallado en dicha ciudad, la más importante de las colonias fenicias de la península ibérica (Gadir).
El día 26 de septiembre de 1980, en el curso de unas obras de excavación destinadas a la colocación de cimientos para una nueva construcción en la gaditana calle de Ruiz de Alda, fue hallado el más antiguo y valioso sarcófago fenicio de los que ahora conserva el Museo Provincial de Cádiz.

Sarcófagos fenicios

Algo menos de un siglo antes, en el año 1887, en el paraje de Punta de Vaca, aproximadamente a un kilómetro de distancia del punto del hallazgo de 1980, había sido hallado asimismo, de manera fortuita, el sarcófago antropoide del hombre barbado, hasta ahora la mejor representación de la presencia fenicia sobre suelo español. Estos sarcófagos sidonios, inspirados en las formas de enterramiento egipcias y ejecutados materialmente por artistas griegos, aportan señalados materiales de conocimiento de las costumbres vitales del pueblo fenicio, tanto en su centro físico de origen como a lo largo de la totalidad de su expansión mediterránea. El hecho de que tallas de esta envergadura fuesen realizadas a centenares de kilómetros del lugar donde fueron halladas habla por sí mismo tanto de los usos mantenidos por el pueblo fenicio como de la misma importancia adquirida por la ciudad de Cádiz como centro neurálgico de su presencia en el punto más occidental del continente.

Descripción

La dama de Cádiz representa a una mujer joven de serena belleza excepcionalmente tallada sobre el mármol.
Conserva esta figura restos matizados de los colores con los que los tallistas del otro extremo del Mediterráneo animaban la blancura del mármol utilizado como materia a esculpir. De tamaño mucho mayor que el natural, como es común en esta especie de tallas de finalidad funeraria, la escultura que ya ha pasado a ser denominadaDama fenicia de Cádiz puede ser considerada con absoluta seguridad como una de las más antiguas en su clase. Su realización se sitúa alrededor del año 470 a. C, fecha temprana en relación con las demás obras similares que conservan algunos museos del mundo.