LAS AMÉRICAS .-
La Conquista de América
La fabulosa fama de los grandes imperios de las altas mesetas de la cordillera (que, como una espina dorsal, atraviesa el continentev americano de norte a sur) -el de los aztecas en México y el de los incas en Sudamérica- habría de incitar a los conqusitadores a desdeñar las regiones costeras para lanzarse al asalto de ciudades a la altura de las más altas cimas de Europa.
* El mito de El Dorado fue uno de los nervios psicológicos de tales conquistas. Las novelas de caballería llevaron a buscar ciudades fabulosas, como la de Cíbola en Tejas y la Ciudad de los Césares en la Patagonia.
* Sólo después de la conquista de los grandes imperios andinos, los conquistadores más ambiciosos, o los que se consideraban menos favorecidos en el reparto, descendieron de nuevo a las regiones bajas e inhóspitas para hacerse un dominio ("descargar la tierra"). Por ejemplo, Orellana -lugarteniente de Pizarro- descendió después de la conquista del Perú, desde la meseta hacia el Alto Amazonas y siguió su curso, en busca de la isla de las Amazonas.
* Los conquistadores fueron poco numerosos. Supieron en pocos años andar por todas partes. La sed de oro no basta para dar cuenta de este deseo de "valer más". También se deben tener en cuenta el ansia de adquirir renombre (gloria) y la sed de descubrir nuevos países, que no abandonaron a los conquistadores, ni aún cargados ya de bienes y de honores.
La conquista fue realizada por un pequeño número de hombres: Ojeda, Bastidas, Nicuesa, Balboa, Pedrarias, Velázquez, Narváez, Grijalva, Hernando de Soto, los hermanos Pizarro, Orellana, Valdivia, Mendoza, Irala, Cortés, Alvarado, Rojas, Almagro, Alvar Núñez, Francisco de Garay.
* Las conquistas y la inmediata colonización habrían sido irrealizables sin la firme inclinación de los conquistadores por la aventura y, sobre todo, sin la colaboración voluntaria o forzada de cientos de miles de indígenas, los "indios amigos" o "indios de paz". Su papel será determinante en la conquista de México por parte de Hernán Cortés, y su inteligencia política consistirá en tener conciencia de ello y en tocar con discernimiento este peligroso instrumento.
* La marcha fulgurante de las conquistas, el corto espacio de tiempo que ocupan, nos autorizan a hablar de una generación de conquistadores.
Los conquistadores más viejos, como Balboa, habían nacido alrededor de 1475; los que vivieron más, murieron hacia 1580, como Bernal Díaz del Castillo, el cronista de la conquista de México, muerto en 1584.
Casi todos llegaron muy jóvenes a las Indias, con frecuencia entre los 15 y los 20 años.
Las conquistas fueron efectuadas por hombres de los cuales los más viejos tenían una cuarentena de años. La excepción fue Francisco Pizarro.
* Vemos operarse una enjambrazón (separarse de la colmena una parte de las abejas): todos salen de Sevilla y hacen en las Antillas una especie de etapa de aprendizaje colonial, desde allí se lanzan hacia el continente.
Apenas ha conquistado un terrritorio un jefe expedicionario, ya sus lugartenientes arden en deseos de salir por su propia cuenta a explorar una nueva región.
* La escuela es la misma, el método empírico.
Las aspiraciones son idénticas: el oro y la gloria.
Pobre la mayor parte de ellos, hijos menores a veces de familias de la pequeña realeza militar que el fin de la Reconquista contra el islam ha puesto a disposición de nuevos combates, buscan en las conquistas americanas una promoción que la península no podía ya asegurarles.
* Apresados por el espejismo, creyeron tanto en la Isla de las Amazonas como en la Fuente de la Eterna Juventud y en la Ciudad de los Césares.
* La sed de conocimientos fue uno de los rasgos característicos de la época y se manifiesta en el accionar de los conquistadores.
* Los conquistadores son portadores de los valores de la España medieval -tensa en la cruzada contra el islam-, con sus instituciones municipales y sus fueros medievales.
Vasallos de Carlos V, saben que su política de grandeza imperial exige grandes recursos y comparten sus necesidades de metales preciosos lo mismo que su orgullo conquistador.
* Súbditos y brazos del Sacro Imperio Romano (amenazado por la expansión turca otomana y por el cisma protestante), tienen en común también una fe militante, o sea militar, que, entre los más notables de ellos, es trabajada en secreto por corrientes renovadoras (relacionadas con el erasmismo).
La conquista espiritual cabalga, desde el principio, sobre la conquista militar y es realizada por la elite y el ala avanzada de la Iglesia de entonces, las órdenes mendicantes (dominicos y franciscanos)
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