domingo, 6 de julio de 2014

HISTORIA DEL ARTE


ARQUITECTURA FUNERARIA
3.1. Mastabas
- El tipo más antiguo de enterramiento es la mastaba. Hacia el año 3.000 a. C. será la tumba de los primeros faraones y de los nobles, sacerdotes y altos funcionarios del Estado.
- Las mastabas (fig. 18) tienen forma de pirámide truncada, siendo en realidad la superestructura del enterramiento en sí, consistente en un pozo y una cámara sepulcral subterráneas a las que se accede por un pozo. En la parte superior, además, se encontraban una capilla y el "serdab" que guardaba la estatua funeraria del difunto o "ka".
3.2. Pirámides y recintos funerarios asociados
- El deseo de grandeza y la acumulación de poder en el faraón provoca la superposición de mastabas para distinguir la tumba real, lo que dará lugar a la aparición de las pirámides.
A) La pirámide escalonada de Djoser
- Así nació La Pirámide escalonada del faraón Zoser (2.700 a. C.), siendo este el tipo de tumba que distinguirá a partir de entonces a faraones de nobles. La pirámide escalonada (fig. 19) y todo el complejo anexo del recinto funerario (fig. 20, 21, 22 y 23) del faraón Zoser, realizados por su arquitecto Imhotep, divinizado por ello, son las primeras construcciones en piedra realizadas en Egipto.
          
B) La pirámide acodada de Snefru
- La transición hacia la verdadera pirámide se produce durante el reinado del primer faraón de la IV Dinastía, Snefru, a través de la denominada Pirámide Acodada (fíg. 24), proyectada como una de las primeras pirámides geométricas, aunque nunca llegaría a serlo, ya que cuando había alcanzado poco más de la mitad de su altura, el ángulo de su inclinación fue reducido.
     
- La Pirámide Roja (fig. 24) de este mismo faraón, Snefru, será la primera pirámide geométrica construida en Egipto, culminando a su vez el Conjunto Arquitectónico Funerario (ver fig. 26) compuesto de cuatro partes fundamentales: 1) El Templo del Valle, adonde llegan las aguas de las crecidas del Nilo; 2) La Calzada que hace de vía de acceso a la pirámide; 3) El Templo Funerario, situado junto a la pirámide; y 4) La Pirámide.
C) Las pirámides de Keops, Kefrén y Mikerinos en Giza
- Las Pirámides de Gizeh (fíg. 25) es el conjunto funerario más representativo del Imperio Antiguo, anteriores al 2.500 a. C. Son tres auténticas montañas de piedra construidas por los faraones de la IV Dinastía Keops, Kefrén y Mykerinos.
- El interior de estas pirámides (fig. 26: La Pirámide de Keops) está compuesto por un conjunto de galerías, pozos y cámaras que tenían la finalidad, por su aspecto laberíntico, de proteger los cuerpos y los ricos ajuares allí enterrados; además nos indican hasta donde llegó el desarrollo de la arquitectura egipcia, al lograr su construcción y conservación hasta nuestros días en el interior de esas enormes masas pétreas.
- El conjunto se completaba con una serie de edificaciones alrededor de las tres tumbas (fig. 27: Esquema de la necrópolis de Gizeh): pirámides menores, de las reinas; templos del valle (fig. 28: Templo del Valle de Kefrén), calzadas funerarias; templos funerarios; mastabas de nobles y funcionarios reales; y la Esfinge de Kefrén (fig. 29), gigantesca escultura sagrada mezcla de cuerpo de león y cabeza humana, que era la protectora de todo el cementerio.                                      
          
- Durante el Imperio Nuevo, hacia 1.500 a. C., el deseo de garantizar la inviolabilidad de las tumbas de los reyes y de los grandes tesoros con los que se hacían enterrar, poniéndolos fuera del alcance de los ladrones, tuvo varias consecuencias: la supresión de los signos externos que delataban su presencia, por tanto el final de las formas monumentales del pasado; su emplazamiento en lugares remotos, de difícil acceso o fáciles de guardar; y la separación de las tumbas de los templos funerarios.
          
- Así aparecerá un nuevo tipo de tumba, los hipogeos, excavados en las laderas de las montañas próximas a la nueva capital, Tebas, en el Valle de los Reyes y el Valle de las Reinas. Los hipogeos constaban de múltiples galerías y cámaras, generalmente decoradas con pinturas al fresco (Fig. 30), que se introducían muchos metros en el interior de la montaña, formando laberintos y tapiando y escondiendo los accesos para proteger los riquísimos ajuares, como el famoso tesoro de la Tumba de Tutankhamón 

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