HISTORIA DE LA ECOLOGÍA .-
Los programas de las Naciones Unidas - 1ª parte
Continuación del debate sobre el medio ambiente, labores encomendadas, sectores incluidos en el programa.
l reunirse nuevamente la Asamblea General de las Naciones Unidas, antes de finalizar el año 1972, prosiguió el debate sobre la problemática del medio ambiente, a la luz de las conclusiones adoptadas por la Conferencia de Estocolmo.
La creación del nuevo organismo PNUMA
Consecuente con la Declaración final de la Conferencia, la Asamblea General adoptó el 15 de diciembre la resolución 2997/XXIV, por la que se aprobaba la creación de un programa internacional para la salvaguarda del entorno, con un Consejo director formado por 58 Estados, entre los cuales se incluyeron la dos Alemanias (a pesar de no ser miembros de la ONU), con lo que se subsanó el error que provocó la ausencia de la Unión Soviética y los restantes países del Pacto de Varsovia de la Conferencia de Estocolmo.
Pacto de Varsovia: Tratado firmado en Varsovia en 1955, entre la antigua U.R.S.S. y los países europeos sometidos a su influencia. Uno de los principales objetivos del pacto era asegurar la defensa de los países firmantes respecto a cualquier agresión extranjera.
Nairobi: Capital de Kenia, situada en un altiplano, en el centro-S del país. Se halla a 480 km al NO de Mombasa, su puerto en el Índico. Posee industria química, de neumáticos, cervecera, tabaco, textil y metalúrgica. Dispone de un Parque Nacional de 144 km2, creado en 1948. Famoso como centro turístico para safaris.
El nuevo organismo se denominó oficialmente Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y fue elegido por unanimidad como su primer director ejecutivo el canadiense Maurice Strong, que había desempeñado el cargo de secretario general de la Conferencia de Estocolmo.
También se decidió que la sede del PNUMA fuera la ciudad de Nairobi (Kenya), para favorecer una mayor participación de los países económicamente subdesarrollados en la problemática del entorno. Las nuevas oficinas del PNUMA fueron inauguradas oficialmente por el presidente Kenyatta el 2 de octubre de 1973.
Las labores inmediatas y sectores de actuación del PNUMA
Con un presupuesto para los cinco primeros años que sobrepasa escasamente los cien millones de dólares estadounidenses, el PNUMA sólo puede colaborar modestamente a la resolución de los graves problemas ecológicos que tiene planteados el mundo.
La labor más inmediata que se propone es la coordinación de todos los esfuerzos e iniciativas en favor del medio ambiente que surgen en los distintos organismos de las propias Naciones Unidas. También ha seleccionado ocho sectores económicos, especialmente importantes en la lucha ecológica contemporánea, y a los que piensa dedicar especial atención: el petróleo, los vehículos de motor, el hierro y el acero, el tratamiento de las sustancias minerales, los productos químicos y farmacéuticos, la pasta de papel y el papel, las industrias agrícolas, el ocio y el turismo.
n febrero de 1974, en los locales del Centro de conferencias Kenyatta de Nairobi, el PNUMA realizó una asamblea reuniendo a representantes de 45 países para lanzar el programaEarthwatch, cuya finalidad sería el control de los distintos niveles de contaminación existentes sobre la Tierra. El programa fue aceptado y se decidió la creación de una red mundial de estaciones de control que trabajaran con idéntica metodología y distribuidas de manera que pudiesen registrar no sólo los máximos niveles de contaminación regional, sino también los mínimos, con aquellos porcentajes de variación significativos a escala mundial.
Desde la década de 1950, las Naciones Unidas potenciaron los estudios demográficos con el fin de unificar los criterios para mejorar los censos de población y coordinar la investigación científica ante el cada día más grave problema de la explosión demográfica. Los primeros hitos de esa política fueron las dos primeras Conferencias Mundiales de la Población, celebradas en Roma y Belgrado, en 1954 y 1965 respectivamente.
Kurt Waldheim, Secretario General de la ONU
durante el Año Mundial de la Población
El secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, anunció el 20 de septiembre de 1972, que en 1974 sería proclamado Año Mundial de la Población, con la posibilidad de celebrar durante el mismo la III Conferencia Mundial de la Población.
Propuesta y reticencias al plan de mayor control de la natalidad
Para la tercera conferencia, los representantes de los países desarrollados del bloque occidental proponían un Plan de Acción Mundial de Población basado en un mayor control de la natalidad, para frenar la que se consideraba desmesurada explosión demográfica mundial.
Gran número de países del Tercer Mundo se mostraban reticentes ante ese Plan, porque lo consideraban un planteamiento neomaltusianista que atribuía a la superpoblación el origen del subdesarrollo, cuando la verdadera razón se encontraba en la explotación de los países pobres por un reducido número de naciones poderosas. La oposición entre esas dos perspectivas se evidenció durante la celebración de la III Conferencia Mundial de la Población, que se reunió en Bucarest (Rumania), del 19 al 30 de agosto de 1974, congregando a más de 5.000 delegados procedentes de 136 países.
Las motivaciones demográficas para apoyar el Plan
Según los países industrializados del bloque occidental, cuyo principal portavoz era el propio secretario general de las Naciones Unidas, a los que apoyaban, por fidelidad táctica, la India, Indonesia y Bangladesh, la urgencia del Plan Mundial de la Población se basaba en los datos demográficos inapelables que demostraban que la población mundial del año 1974 era de 3.900 millones de habitantes y alcanzaría la cifra de 6.500 millones a finales del siglo XX, con un crecimiento demográfico anual del 2%, lo cual significaba doblar la población mundial en sólo 35 años. Ante tales cifras, era absolutamente necesario aprobar un plan de política demográfica dentro de un sistema de programas integrados que trataran de resolver todos los problemas de desigualdades existentes entre los pueblos.
Como propuesta demográfica a corto plazo, se proponía rebajar para 1985 el índice de crecimiento demográfico del 2 al 1,7%, gracias a un índice de crecimiento de la población del 0,9% en los países desarrollados y del 2% en los subdesarrollados. Este plan mundial sólo sería posible mediante la realización de un amplio programa de control de la natalidad que incluyera la masiva divulgación de los métodos anticonceptivos conocidos hasta el momento, mientras se impulsaba la investigación de procedimientos mejores, tanto a nivel científico como de aceptación psicológica.
Las variadas motivaciones de oposición al Plan
La propuesta del Plan Mundial de la Población provocó la oposición de un amplio sector de la Conferencia, incluyendo países tan dispares como la República Popular China, la Unión Soviética, los países socialistas de Europa y la mayor parte de los países latinoamericanos, africanos y asiáticos, así como el propio Vaticano.
Los motivos por los que este sector se oponía al Plan Mundial variaban mucho según cada caso. A pesar de ello, se podrían resumir en tres principales apartados: 1) motivos religiosos, fundamentados en una visión teológica y moral natalista; 2) motivos filosóficos, apoyados en una concepción de la sociedad, asimismo natalista; 3) motivos políticos, debidos a un análisis del subdesarrollo comprendido como una consecuencia de la explotación capitalista y racista. Desde una perspectiva estrictamente demográfica, cabe señalar que el único método de control de la natalidad con resultado positivo en el contexto de la actual civilización industrializada ha sido el del aumento del nivel de vida de los países, que ha llevado, como inmediata consecuencia, a una radical inflexión del índice del crecimiento demográfico. En cambio, las campañas masivas de planificación familiar realizadas en los países subdesarrollados se han saldado, infaliblemente, con resultados muy mediocres.
Como era fácil de prever, las resoluciones de la Conferencia se redujeron a un catálogo de buenas intenciones, insistiendo más en la necesidad de una mayor igualdad y mejor distribución de los recursos naturales, que en la programación de un plan concreto de medidas estrictamente demográficas.
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