martes, 28 de octubre de 2014

HECHOS DE LOS APÓSTOLES


HECHOS 14 - CAPÍTULO 14 .-

Capítulo 14

La persecución acompaña a la difusión del Evangelio — Pablo sana a un cojo; él y Bernabé son aclamados como dioses — Pablo, tras ser apedreado y ser reanimado, predica — Se ordenan élderes.
   Y aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos y asimismo de griegos.
 Pero los judíos que no creían incitaron y alteraron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.
 Con todo eso, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con osadía acerca del Señor, el cual daba testimonio de la palabra de sugracia, concediendo que se hiciesen señales y milagros por las manos de ellos.
 Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros, con los apóstoles.
 Pero los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, tramaron un atentado para afrentarlos y apedrearlos;
 y ellos, al darse cuenta de eso, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la tierra de los alrededores.
 Y allí predicaban el evangelio.
 Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo desde el vientre de su madre, y nunca había andado.
 Éste oyó hablar a Pablo, el que, cuando fijó los ojos en él y vio que tenía fe para ser sanado,
 10 dijo a gran voz: ¡Levántate derecho sobre tus pies! Y él saltó y anduvo.
 11 Entonces la gente, al ver lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: ¡Dioses semejantes a hombres han descendido a nosotros!
 12 Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra.
 13 Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba delante de la ciudad de ellos, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, yjuntamente con la muchedumbre, quería ofrecer sacrificios.
 14 Y cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas y se lanzaron entre el gentío, dando voces,
 15 diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, y el mar y todo lo que en ellos hay.
 16 En las edades pasadas, él ha dejado a todas las naciones andar por sus propios caminos;
 17 si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.
 18 Y aun diciendo estas cosas, apenas apaciguaron al pueblo para que no les ofreciesen sacrificio.
 19 Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le sacaron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
 20 Pero al rodearle los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y un día después, partió con Bernabé a Derbe.
 21 Y después que hubieron anunciado el evangelio en aquella ciudad, y tras haber enseñado a muchos, volvieron a Listra, y a Iconio y a Antioquía,
 22 fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe y diciéndoles: Es menester que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
 23 Y habiéndoles constituido ancianos en cada una de las iglesias, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
 24 Y pasando por Pisidia, vinieron a Panfilia.
 25 Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalía;
 26 y de allí navegaron a Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido.
 27 Y habiendo llegado, reunieron a la iglesia y relataron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
 28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.

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