martes, 8 de julio de 2014

CONQUISTAS DE ALEJANDRO MAGNO


ALEJANDRO MAGNO .-

A la caza de Darío
Tras la derrota de Gaugamela, Darío tuvo unos meses de paz, ya que Alejandro estuvo ocupado en otras cosas, como hemos visto. Sin embargo, había perdido autoridad dentro de su imperio y le costaba mucho conseguir soldados. Encima, el buen trato que otorgaba Alejandro a los que pasaban a su bando hacía menos tentadora la opción de unírsele. En el año 330 Alejandro entra en Ecbatana (hoy Hamadán) la cuarta y última de las capitales del imperio. Esto significó el fin de la guerra contra el imperio persa, ya que Darío no podía formar un ejército propio y el Ejército de Alejandro había conquistado todas las ciudades importantes y liberado las ciudades griegas costeras del dominio persa. Por esto los griegos en su ejército fueron licenciados con una preciada recompensa. Para compensar las bajas contrató alrededor de 6.000 mercenarios. Su nueva base de operaciones sería esta ciudad, en lugar de Persépolis.

Alejandro cubre el cuerpo de Darío (Wikipedia)
Alejandro cubre el cuerpo de Darío (Wikipedia)
Inmediatamente, con algunas unidades seleccionadas se pone en persecución de Darío en dirección a Partia. Pero durante la misma le llegan noticias de que los propios oficiales de Darío habían traicionado a su Rey y lo habían puesto bajo arresto, considerando que ya no estaba en condiciones de seguir al mando. Estos oficiales eran Nabarzanes, Beso y Barsentes. Acelerando la marcha exigiendo sus tropas al límite, llega a pisarle los talones a los persas. Sin embargo, estos asesinan a Darío, cerca de lo que hoy es Damghan, y lo dejan tirado en el camino. Alejandro llega cuando ya está muerto.
Junto a Darío permanecieron sus más fieles hombres, entre ellos el eunuco Bagoas. Nabarzanes, si bien había participado en el complot que desplazó a Darío, no estaba de acuerdo con el regicidio, por lo que, mostrándose en contra de la idea de Beso de asesinarle, se separa de los demás complotados,  se entrega a Alejandro jurándole fidelidad como su nuevo soberano, y le obsequia a Bagoas como regalo. Alejandro jura capturar a los asesinos de Darío, hecho un poco contradictorio por ser su enemigo, pero Alejandro lo respetaba y seguramente no le hubiera molestado haber dejado a Darío como rey de Media y Persis, siempre y cuando lo reconociera a él como Soberano de Asia; además, Alejandro detestaba la actitud regicida de Beso. En general detestaba cualquier regicidio (el asesinato de un rey, príncipe heredero, etc.) y valoraba mucho la fidelidad del hombre, incluso entre sus enemigos.

Luego del acontecimiento de la muerte de Darío, Alejandro continúa conquistando territorio, aunque llegó al punto donde tenía que decidir qué hacer. ¿Finalizaría aquí sus conquistas y se pondría a asegurar su imperio actual? ¿O bien seguiría hacia el este, hasta el fin del mundo? Recordemos que en aquella época Alejandro, dada su fuerte relación con Aristóteles, creía fervientemente en lo que el filósofo consideraba los límites del mundo, por lo que creía que el fin de Asia estaba allá donde termina la “pequeña India” y se encontraba solamente a mitad de camino. Las ansías de llegar a lugares remotos donde ningún griego había llegado le entusiasmaban, deseaba conocer y pasar los límites del viejo imperio de Darío, incluso llegar a la India… El panorama era demasiado jugoso para su ambiciosa personalidad sedienta de gloria. Imaginen todo lo que quedaba por conocer, ver y explorar. Animales, plantas exóticas, culturas desconocidas, etc. Esto también era parte del plan de Alejandro, llevar a occidente el conocimiento de lo lejano, así que llevaba consigo en la expedición científicos que continuamente enviaban escritos a Grecia. No por nada Alejandro es Magno y no un simple conquistador. Además, si los dioses habían favorecido la empresa hasta el momento, ¿por qué detenerse ahora? Con estos argumentos convence a sus macedonios, que deseaban volver a su patria después de tan extenuante conquista. Así pues, todos lo seguirían, al mismísimo fin del mundo de ser necesario. A todo esto, fue entonces cuando le llegan noticias de la victoria de Antípatro sobre los espartanos de Agis. Esparta dejaría de ser un problema.
Finalizamos aquí esta entrega. En la próxima, Alejandro debe capturar a Beso y los rebeldes, adentrarse en lo más profundo de Asia, llegar a la India y, según su creencia, ver el fin del mundo, el océano circundante…
El mundo conocido de la época

No hay comentarios:

Publicar un comentario