ALEJANDRO MAGNO .-
SAQUEO DE TEBAS.
En medio de los muchos y terribles males que afligieron a aquella desgraciada ciudad, algunos tracios quebrantaron la casa de Timoclea, mujer principal y de admirable conducta; y mientras los demás saqueaban los bienes, el comandante, después de haber insultado y hecho violencia al ama le preguntó si había ocultado plata u oro en alguna parte. Confesóle que sí, y llevándole solo al huerto le mostró el pozo, diciendo que, al tomarse la ciudad, había arrojado allí lo más precioso de su caudal. Acercóse el tracio, y cuando se puso a reconocer el pozo, habiéndosele aquélla puesto detrás, lo arrojó; y echándole encima muchas piedras, acabó con él. Lleváronla los tracios atada ante Alejandro; y desde luego que se presentó apareció una persona respetable y animosa, pues seguía a los que la conducían sin dar la menor muestra de temor o sobresalto. Después, preguntándole el rey quién era, respondió ser hermana de Teágenes, el que había peleado contra Filipo por la libertad de los griegos y había muerto de general en la batalla de Queronea. Admirado, pues, Alejandro de su respuesta y de lo que había ejecutado; la dejó en libertad a ella y a sus hijos.
Alejandro y Diógenes el Cínico |
RESPETO POR ATENAS
A los atenienses los admitió a reconciliación; aun en medio de haber hecho grandes demostraciones de sentimiento por el infortunio de Tebas; pues teniendo entre manos la fiesta de los Misterios, la dejaron por aquel duelo, y a los que se refugiaron a Atenas les prestaron todos los oficios de humanidad; mas con todo, bien fuese por haber saciado ya su cólera como los leones, o bien porque quisiese oponer un acto de clemencia a otro de suma crueldad y aspereza, no sólo los indultó de todo cargo, sino que los exhortó a que atendiesen al buen orden de la ciudad, como que había de tomar el imperio de la Grecia, si a él sobrevenía alguna desgracia; y de allí en adelante se dice que le causaba sumo disgusto aquella calamidad de los tebanos, por lo que se demostró muy benigno con los demás pueblos; y lo ocurrido con Clito entre los brindis de un festín, y la cobardía en la India de los macedonios, por la que en cuanto estuvo de su parte dejaron incompleta su expedición y su gloria; fueron cosas que las atribuyó siempre a ira y venganza de Baco. Por fin, de los tebanos que quedaron con vida, ninguno se le acercó a pedirle alguna cosa que no saliera bien despachado, y esto es lo que hay que referir sobre la toma de Tebas.[...]
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