PERCURSORES DE LA ECOLOGÍA .-
Agassiz, Jean Louis Rodolphe
aturalista nacido en Motiers, Suiza (1807-1873). En 1846 se trasladó a E.U.A. y a su esfuerzo y entusiasmo se debe el florecimiento de los estudios zoológicos en este país, siendo considerado uno de los especialistas más competentes de su tiempo, y con grandes dotes para despertar el interés del público por las ciencias.
Estudió en las universidades de Zúrich, Múnich, Erlangen y Heidelberg y se especializó en ictiología. En 1826, basándose en materiales recolectados por el naturalista bávaro Johann Baptist Von Spix, redactó una descripción de peces brasileños que fue objeto de atención de otro naturalista, el francés Georges Cuvier, con el que estudió más tarde en París.
Fue catedrático de Historia Natural en la Universidad de Neuchatel de 1832 a 1846, periodo en que publicó sus obras: Investigaciones sobre los peces fósiles (1833-1844 y Estudio sobre los glaciares (1840). Fue fundador del Museo de Zoología Comparativa de Harvard, y de 1848 hasta su muerte catedrático de Historia Natural del Lawrence Scientific School de la Universidad de Harvard.
Basándose en sus observaciones en los Alpes suizos, Agassiz planteó la teoría de que en un tiempo la mayor parte de la Tierra estuvo cubierta de glaciares. Igualmente, sostenía que los organismos, a lo largo del tiempo, tienden a hacerse cada vez más complejos y mejor adaptados a su medio ambiente, asignando a un ser supremo una serie de actos de creación independientes. Esta teoría de Agassiz era opuesta a los mecanismos que Charles Darwin esbozaba en su teoría de la evolución de las especies.
Entre 1848 y 1851, Agassiz exploró América del Norte, incluida la región del Lago Superior y los arrecifes coralinos de Florida. Entre 1865 y 1866 viajó por Brasil; fruto de las investigaciones de ese viaje fue su obra Una expedición en Brasil, que publicó en 1868. En el mismo año de su muerte estableció una escuela de verano en Penikese Island, Buzzards Bay, Massachusetts, dedicada al estudio de la zoología.
Lamarck, Jean Baptiste Antoine Pierre de Monet de
aturalista francés (1744-1829), nacido en Bazentin-le-Petit. En su obra Flora francesa (1778) utilizó por vez primera una clave dicotómica para clasificar las plantas. Aunque destinado a los estudios eclesiásticos por su padre, a la muerte de éste se unió al ejército francés de los Países Bajos obteniendo el grado de oficial. Una herida le hizo dejar la carrera de militar, trasladándose a París e interesándose allí por la botánica estimulado por Rousseau.
Su primera obra, la ya citada Flora francesa, le ganó la confianza de Buffon y le abrió las puertas de la Academia de Ciencias. Buffon confió a Lamarck la dirección de una misión científica por Europa central (1780), con el objetivo de enriquecer las colecciones de plantas del Jardin du Roi. Con la llegada de la Revolución a la que Lamarck se adhirió plenamente, gestionó la transformación del Jardin du Roi en Musée National d'Histoire Naturelle.
En 1793 se le encargó la cátedra de animales inferiores (insectos y gusanos) donde trató por primera vez de la evolución de los animales y de las plantas, formulando ya desde entonces las tesis esenciales de su doctrina transformista, basada en la herencia de los caracteres adquiridos, la ley del uso y del desuso y la tendencia al progreso de la materia viviente, amparándose asimismo en otros principios actualmente obsoletos como la generación espontánea (lamarckismo). Dicha doctrina adquiere su punto culminante con la publicación, en 1809, de su obra capital, Filosofía zoológica (1809), donde concretó su concepción de la evolución de los animales como regida por cuatro leyes fundamentales; de éstas, la segunda y esencial enunciaba que la producción de nuevos órganos era debida a la aparición y persistencia de nuevas necesidades. La originalidad, pese a la endeblez de los mecanismos propuestos, fue mal aceptada e incomprendida por sus coetáneos.
Lamarck nunca expuso con claridad ni razonó de forma coherente sus opiniones, de ahí que sus ideas nunca fueran tomadas muy en serio durante su vida. Su teoría de la evolución sufrió grandes contratiempos a manos de Cuvier, que defendía sus propias ideas desde una posición científica mucho más sólida. Lamarck murió sin excesivo reconocimiento científico hacia sus ideas, que no fueron reevaluadas con rigor hasta la segunda mitad del siglo XIX en que se le reconoció como pensador profundo y avanzado para su época.
Aunque su contribución a la ciencia incluye trabajos sobre meteorología, botánica, química, geología y paleontología, es especialmente conocido por sus estudios sobre la zoología de los invertebrados y por su teoría sobre la evolución. Publicó una impresionante obra en siete volúmenes, Historia natural de los animales invertebrados, (1815-1822).
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