viernes, 8 de agosto de 2014

ARTE DE LA ANTÍGUA CHINA


ARTE CHINO :

Desde los orígenes de la historia china se crearon objetos en bronce, jade y hueso, que recogieron el espíritu y efecto buscado en los rituales chamanistas.
Estas formas en bronce y jade muestran por primera vez uno de los principios esenciales del arte chino: la síntesis entre el espíritu creador artístico y la función social y jerárquica a la que estaban destinados desde su concepción. El primero de ellos se mostraba en la exquisitez de las formas, en el origen de los temas decorativos tomando como paradigma las fuerzas de la naturaleza y su acción sobre el espíritu humano, y en el gran conocimiento técnico de los materiales que ha caracterizado todas las formas artísticas.
Como complemento tanto la diversificación de las formas como la iconografía con la que se adornaban correspondían a los principios de jerarquización social y uso ritual que caracterizó los inicios de la civilización china con la Dinastía Shang y la Dinastía Zhou. En esta última dinastía surgen las escuelas de filosofía que profundizando sobre la relación del individuo con su entorno y la consideración social del mismo, establecerán los fundamentos teóricos sobre los que siglos más tarde se desarrollaría la teoría china del arte.
Nos referimos fundamentalmente al taoísmo y al confucianismo, sin por ello afirmar que existe una clara división entre lo que algunos consideran arte taoísta como manifestación disgregada de un supuesto arte confuciano.

Es cierto que la poesía, pintura y caligrafía representan todas ellas a través del pincel, la esencia misma del pensamiento artístico taoísta, pero no hay que olvidar que incluso estas artes sublimes tuvieron su función social, su jerarquización y en consecuencia participaron del pensamiento confuciano.
Estas eran el arte con mayúsculas, reservado a una clase intelectual formada en los clásicos, y la tradición, donde se reconocía y valoraba al artista y la obra de arte en su unidad y no como producto social. Desde la primera escritura tratada artísticamente y convertida en arte de la caligrafía por Wang Xizhi en el siglo IV d.C. hasta los últimos heterodoxos de la Dinastía Qing, los pintores Zhuda y Shitao, la caligrafía, pintura y poesía han estado unidas en unos mismos principios técnicos y estéticos.

Algunos de estos materiales se desarrollaron de una manera casi única en un contexto histórico determinado, mientras que otros se adoptaron a nuevos usos y formas. Así observamos que el bronce y el jade son característicos de las dinastías Shang y Zhou, ligados siempre al ritual y a la representación social.
La laca y la seda coinciden en asociarse con el momento histórico de expansión política y cultural del imperio chino durante la dinastía Han (206 a. C.- 220 d.C.), siendo también los primeros materiales sobre los que se diseña pensando únicamente en la belleza del objeto y no en su uso ritual.
A partir del reinado de Qin Shi Huang la cerámica, cuyas primeras formas aparecieron en el Neolítico sirviendo en muchos casos de referencia a las formas en bronce, adquiere un mayor valor al realizarse con ella la reproducción del gran ejército imperial con el que el emperador quiso proteger bajo tierra su mausoleo.
A partir de entonces, la cerámica (arcilla, terracota, gres y porcelana) se vuelve, gracias a la capacidad de organización laboral de los centros alfareros, las innovaciones técnicas y la habilidad de los artesanos en el material más versátil y polisemántico de todos.
Desde la sencillez del barro cocido y pintado el alfarero chino ha sido capaz mediante la aplicación de vidriados y técnicas decorativas y el control de la cocción una inmensa variedad formal y tipológica, capaz de satisfacer todos los gustos y necesidades.

 Esta técnica decorativa conocida en China desde la Dinastía Han perduró hasta el siglo XX, siendo rebautizado el color verde de estas piezas por los europeos con el nombre de celadón.
Las piezas en cerámica funerarias encontraron en la Dinastía Tang su mejor expresión con la aplicación, mediante inmersión y goteo, de tres colores o sancai.
En la Dinastía Song, se transformaron totalmente los usos y las formas de la cerámica. El conocimiento desde el siglo X delcaolín -ingrediente necesario para conseguir la porcelana- junto con el desarrollo económico de esta dinastía y la búsqueda de una mayor exquisitez en el diseño de los objetos cotidianos por parte de la clase letrada, permitió la aparición de nuevos tipos cerámicos. Así se diferenciaban los productos destinados a uso imperial, frente aquellos solicitados por los letrados, los comerciantes y las comunidades monásticas.
El cambio del siglo XIII se vio reflejado en el campo artístico en su industrialización y su distribución en el exterior del país. El tipo cerámico azul y blanco, es el más característico de esta transformación, siendo sinónimo de él el nuevo repertorio iconográfico y el paulatino cambio en su distribución y concepción espacial que afectaría a todos los materiales.
La última dinastía mostró al mundo un gusto por la ornamentación, la exuberancia técnica y el alarde formal, en una variedad de formas y materiales, que reflejaban el nuevo gusto y estética de la Dinastía Manchú.

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