miércoles, 13 de agosto de 2014

ARTE DE AFRICA ANTÍGUA


ARTE AFRICANO .-

LOS DAN: HISTORIA Y ARTE

Los trescientos cincuenta mil dan de la zona noroeste de Liberia y noroeste de Costa de Marfil viven en regiones boscosas al sur y de sabana al norte. Son agricultores y periódicamente roturan el bosque para obtener nuevos campos de cultivo. Tambien viven de la caza y de la pesca.

Los dan tienen una lengua mande y hacia el Siglo VIII salireron del oeste y del norte del Sudán occidental. Junto con los mano, sus vecinos, en el Siglo VIV se instalaron en el noroeste, al lado de los Wé. Los dan tienen la reputación de ser unos guerreros fieros en permanente lucha con sus vecinos los wé, los guro y los mano del sur.

Hasta finales del siglo pasado, en que se creó la sociedad del leopardo, go, los diferentes grupos carecían de autoridad central y no contaban con institución ni unidad política alguna. El poblado estaba compuesto por varios clanes unidos alrededor de un jefe escogido por su fuerte personalidad o su éxito como jefe guerrero y de la agricultura. Esta unión era muy precaria y un dan podía irse con toda facilidad para instalarse en otro lugar. Sin embargo, la frecuencia de las incursiones predatorias entre poblados exigía una defensa sólida que aseguraban jóvenes y guerreros, quienes de este modo tenían la oportunidad de adquirir prestigio. Las citadas incursiones tenían como objeto proveerse de esclavos que, por otro lado, alentaban su canibalismo. El jefe del poblado debía responder ante el consejo de ancianos, asimismo detentadores del poder. Para subir en la escala social, los jefes de clan organizaban grandes fiestas y distribuían regalos, por lo que tenían que ser muy ricos para llegar a ser muy poderosos. En la actualidad, cuando ya no es posible distinguirse en la guerra o fundar una nueva comunidad sin el acuerdo del gobierno central, la asquisición de prestigio sigue siendo, a pesar de todo, un objetivo esencial para los dan. Uno de sus conceptos básicos es el tin, que puede traducirse por prestigio, éxito o fama, y deriva en un furioso individualismo y una fuerte jerarquización, especialmente en las numerosas sociedades secretas o en las asociaciones de danzantes, portadores de máscaras o artesanos.

Al jefe del poblado y al consejo de ancianos se añadían las asociaciones masculinas que trataban de realizar la unidad sociopolítica, reforzando las reglas de comportamiento mediante la exigencia de lealtad y obediencia absoluta a sus miembros. También proporcionaban una enseñanza iniciática a los jóvenes en el interior del bosque durante un período de 3 ó 4 meses. Estas sociedades apelaban a los espíritus tutelares del bosque. En la actualidad, la más poderosa sigue siendo la asociación del leopardo que, sin haber finalizado su obra de estabilización y unificación, sigue extendiéndose con el transcurso de los años. Está implantada a partir del noreste y consiste en un culto ofrecido a un espíritu pacificador muy poderoso representado con una máscara, gogle, cuyos rasgos pueden variar de un pueblo a otro.Puede ocurrir que una máscara ya existente se vea apartada de su función para  encarnar a Go. El portador de la máscara y su propietario gozan de un status muy elevado en la jerarquía. Según E. Fischer (1978), las máscaras son el espíritu del bosque y no sus representantes. Su aparición durante las fiestas de máscaras resuelven los conflitcos que no han podido ser arreglados por el jefe del poblado. Las mujeres también reciben una iniciación que concluye con la ablación.
Mascara etnia DanLos dan creen en un mundo dividido en dos esferas distintas: la del poblado (que incluye a los habitantes los utensilios fabricados por el hombre) por un lado,  y la esfera del bosque con los animales salvajes, los espíritus bon y los posibles campos por roturar, por otro. Franquear la línea que separa ambos mundos puede ser peligroso. Zlan creó el universo a partir del barro modelado por sus manos. Es el primer escultor inaccesible, pero también se invoca a Du, un poder espiritual invisible aunque presente en todos los aspectos del universo. Este poder espiritual abandona el cuerpo de una persona a su muerte, la cual deberá esperar la reencarnación en el pueblo de los muertos. El sueño es el medio de comunicación de Du con los seres humanos.

Las máscaras de madera son muy numerosas y encarnan la fuerza espiritual sobrenatural denominada gle, que habita en el bosque y desea participar en la vida local. Sin embargo, al ser invisible, debe aparecerse en sueños con su forma completa y su función a un hombre iniciado que lo notificará al consejo de ancianos. Éstos tendrán la responsabilidad de decidir si es oportuno crear una máscara y hacerla portar por el soñador. La presencia de máscaras es necesaria en cada acontecimiento significativo. Fischer enumera once tipos de máscaras, que aunque responden a funciones diferentes, pueden tener elementos formales semejantes.


Las máscaras de madera son muy numerosas y encarnan la fuerza espiritual sobrenatural denominada gle, que habita en el bosque y desea participar en la vida local. Sin embargo, al ser invisible, debe aparecerse en sueños con su forma completa y su función a un hombre iniciado que lo notificará al consejo de ancianos. Éstos tendrán la responsabilidad de decidir si es oportuno crear una máscara y hacerla portar por el soñador. La presencia de máscaras es necesaria en cada acontecimiento significativo. Fischer enumera once tipos de máscaras, que aunque responden a funciones diferentes, pueden tener elementos formales semejantes.

El deangle, por ejemplo, es una máscara femenina, benévola, de forma oval y con los ojos hundidos recubiertos por una banda blanca de caolín; la frente se encuentra dividida hasta la nariz por un anillo vertical, los labios son protuberantes y a menudo aparecen entre abiertos sobre algunos dientes metálicos. Cuando actúa como un intermediario entre lso jóvenes en fase de iniciación y el poblado, lleva el nombre de bonagle. No danza ni canta, pero va a buscar alimento entre las mujeres, con las que bromea.

Hay otras máscaras que sólo aparecen en el transcurso de fiestas como el bagle que tienen ojos tubulares, la frente baja, llevan bigote y el cráneo rematado por cuernos, siendo una máscara destinada a provocar la risa con sus grotescas pantomimas. El kagke, de ojos triangulares perforados y frente, arco superciliar y pómulos en grueso relieve, juega a atacar al público con bastones cuyos golpes hay que evitar. El gunyegä masculino se distingue del anterior por los ojos redondos y perforados e interviene durante las carreras a pie entre los jóvenes iniciados. El weplirkirgle, de ojos protuberantes en forma de tubo y siempre asimétricos, presenta una deformidad y no está permitido reírse de ella aunque sus gestos sean divertidos. El blua, gle tiene la importante misión de escoltar y bendecir a los guerreros, danza con fogosidad y muestra su fuerza cargando a alguien a hombros. Se le identifica gracias al blua, un gran tocado de plumas negras y por el abanico, el maan, que sostiene en la mano. Los dan tienen una unidad de estilo que roza la uniformidad.

Las escasas estatuas existentes no son representaciones de antepasados o de espíritus, sino retratos de esposas favoritas encargados para acrecentar el prestigio de su propietario. Se llaman lü ma, \"ser humano de madera\", y algunas estatuas forman pareja. Su significación se ha perdido, aunque puede suponerse que estaban asociadas al poder espiritual de la fecundidad ya que entre ella se encuentan varias \"maternidades\". Se presentan erguidas y de frente, con la cara ovalada, los ojos pequeños, labios expresivos enseñando los dientes metálicos en la encía superior; el cuello a veces tiene varias anillas circulares, como ocurría entre los mende. Los brazos son rectos y las piernas cortas; el abdomen presenta escarificaciones y el peinado esculpido suele acompañarse de un añadido de trenzas realizadas con fibras vegetales. La estatua posee además adornos hechos con pequeños fragmentos de tejido y lleva joyas en tobillos y puños, así como collares, brazaletes y pendientes.

La mujer que se haya distinguido por su hospitalidad y generosidad, es dueña de una soberbia cuchara en madera tallada, una costumbre específicamente dan. El papel de la mujer en el seno de la comunidad es acoger y alimentar a los viajeros, músicos que participan en las fiestas y hombres llegados para roturar los campos. La cuchara tiene el poder de dar riqueza y fama, y confiere una autoridad real sobre las demás mujeres. Las cucharas tienen varias formas, siendo la más habitual la de empuñadura con forma de cabeza humana comparable a la de algunas máscaras; otras tienen un mango formado por un par de piernas.

Antiguamente los escultores eran recompensados con fiestas, donaciones de alimentos, mujeres y un porvenir asegurado. El don de la escultura les llegaba a través del sueño y seguidamente trabajaban para jefes que querían impresionar a sus visitantes con objetos costosos. 
Los mano pueden estar relacionados con los dan y sus máscaras se identifican por su nariz ligeramente respingona.

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