ARTE CHINO .-
Edad media china y clasicismo Tang (I)
El vidriado de la época T’ang prosigue usando los tonos perláceos e irisados del barniz plumbífero, utilizado desde la dinastía Han, y añade los colores más sencillos: el verde, que se consigue con la adición de cobre, el amarillo y el marrón, con la de hierro, y el azul, con la del cobalto. Con tan pocos elementos los ceramistas chinos realizaron maravillas. Con toda tranquilidad colocaban los tres colores en potentes manchas, y permitían incluso que los vidriados fluyeran por la pieza formando goterones. Los bajos relieves en piedra, como los de la tumba de Tai Tsung (muerto en 648), el segundo emperador T’ang, reflejan bien la solemnidad clásica del período.
La época T’ang fue brillante además por otros conceptos; es la época de la invención y primer gran desarrollo de la imprenta, una herramienta de enorme importancia como es sabido para la expansión de la cultura, y en ella adquieren toda su complicación e importancia los exámenes previos para el ejercicio de los cargos públicos. También durante esta época florece con gran brillantez la cerámica y se produjo, a este respecto, un acontecimiento muy importante: el descubrimiento de la porcelana, uno de los capítulos más brillantes del arte chino, que será llevada a su mayor perfección durante la época siguiente, la de la dinastía Song, pero que ya entonces destaca por sus elegantes formas y adorno inciso, bajo barniz blanco.
El arte de la caligrafía, estimado desde los Han como el medio por excelencia de expresar las virtudes morales e intelectuales que deben adornar al hombre letrado, viene entonces a favorecer mucho el desarrollo de la pintura sobre seda o papel. Desgraciadamente, nada se conserva de la obra realizada en este apartado del arte chino por el pintor Wu-Taotseu, que aparece como uno de los artistas más renombrados en los escritos de la época, ni de Li Seu-hsun, que fue honrado por el emperador con un nombramiento de general; pero se conocen obras del hijo de éste, el paisajista Li Tchao-tao, y las pinturas de personajes realizadas por Yeu Li-pan (muerto en 673), cuyo estilo se basó en un delicado empleo del sombreado y de la gradación de los tonos, como medios de realzar las finuras del dibujo. Algunas hojas de papel y rollos de seda hallados en las grutas funerarias de Tuen Huang permiten imaginar los esplendores de esta pintura que ha desaparecido casi por completo: personajes de elevada alcurnia están representados con caballos lujosamente enjaezados, las líneas son claras y la aplicación libre y segura de los sencillos rojo y verde confieren un aire vivo y gracioso a las composiciones.
La época T’ang fue brillante además por otros conceptos; es la época de la invención y primer gran desarrollo de la imprenta, una herramienta de enorme importancia como es sabido para la expansión de la cultura, y en ella adquieren toda su complicación e importancia los exámenes previos para el ejercicio de los cargos públicos. También durante esta época florece con gran brillantez la cerámica y se produjo, a este respecto, un acontecimiento muy importante: el descubrimiento de la porcelana, uno de los capítulos más brillantes del arte chino, que será llevada a su mayor perfección durante la época siguiente, la de la dinastía Song, pero que ya entonces destaca por sus elegantes formas y adorno inciso, bajo barniz blanco.
El arte de la caligrafía, estimado desde los Han como el medio por excelencia de expresar las virtudes morales e intelectuales que deben adornar al hombre letrado, viene entonces a favorecer mucho el desarrollo de la pintura sobre seda o papel. Desgraciadamente, nada se conserva de la obra realizada en este apartado del arte chino por el pintor Wu-Taotseu, que aparece como uno de los artistas más renombrados en los escritos de la época, ni de Li Seu-hsun, que fue honrado por el emperador con un nombramiento de general; pero se conocen obras del hijo de éste, el paisajista Li Tchao-tao, y las pinturas de personajes realizadas por Yeu Li-pan (muerto en 673), cuyo estilo se basó en un delicado empleo del sombreado y de la gradación de los tonos, como medios de realzar las finuras del dibujo. Algunas hojas de papel y rollos de seda hallados en las grutas funerarias de Tuen Huang permiten imaginar los esplendores de esta pintura que ha desaparecido casi por completo: personajes de elevada alcurnia están representados con caballos lujosamente enjaezados, las líneas son claras y la aplicación libre y segura de los sencillos rojo y verde confieren un aire vivo y gracioso a las composiciones.
Al caer la dinastía T’ang en 906, se produjo otra época de división, y durante más de cincuenta años cinco dinastías reinaron, entre perturbaciones, en la gran llanura del Norte, mientras el Sur se desintegraba en diez reinos. Finalmente, en 960 se instauró en Kaifong (Honan) la dinastía Song, que reunificaría el país y reinaría durante un largo período, aunque no exento de dificultades muy serias, como las que representaron la ocupación de parte del Norte chino, durante la primera mitad del siglo XII, por tártaros y turcos, lo que determinó que los emperadores Song trasladasen su capital a Hangchou.
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