viernes, 23 de enero de 2015

MEDIO AMBIENTE

Educación para la Sostenibilidad Ambiental

La Nueva Arquitectura Sostenible

Después de la crisis del petróleo de los años 70, a partir de mediados de los 80 se inicia a nivel mundial una recuperación económica que indefectiblemente lleva consigo una nueva etapa de expansión urbana en todo el mundo. En las grandes metrópolis de los países desarrollados (Tokio, Londres, Nueva York…) se producen grandes crecimientos urbanos en los que se crean nuevos centros de negocio y financieros, parques industriales y residenciales, que si bien ya no cubren tanto los desplazados desde zonas rurales, si que acogen ahora a la población emigrante atraída por las oportunidades laborales que ofrecen estas macrociudades. Pero también aparecen grandes urbes en el resto del mundo (Bombai, Rio de Janeiro, El Cairo, México DF…), y aunque estas ciudades han alcanzado los primeros puestos en términos poblacionales, no llegan al nivel de las primeras en términos económicos.
Como consecuencia de este auge urbanizador, en muchos países aparecen numerosas agencias inmobiliarias que ponen en el mercado parcelas, locales, oficinas y viviendas a disposición de los particulares y empresas. En esos momentos la demanda es muy superior a la oferta por lo que los precios suben, aparecen los especuladores y se reacciona edificando más y más, hasta que el mercado se satura y aparece el llamado “crack del mercado inmobiliario” de principios del siglo XXI, uno de los grandes causantes de la crisis actual.
En España se calcula que existen entre 700.000 y 1 millón de viviendas sin vender, y esta cifra alcanzará los 2,3 millones si se terminan las obras que están realizándose en el presente año 2011, y en Estados Unidos el mercado inmobiliario no residencial acumulaba casi 3.500 millones de dólares en préstamos no pagados en 2009.
En este contexto, la gestión sostenible del suelo y la implantación de modelos urbanos habitables, se vislumbran como tareas complicadas y más en ciudades donde imperan modelos difusos de edificación (estilo “ciudad jardín”) donde los cambios son mucho más dificultosos.
La nueva arquitectura sostenible empieza pues con un hándicap importante, existe un exceso de oferta de edificios y viviendas por lo que la construcción de nuevos inmuebles en este sector queda muy limitada. Hay entonces que apostar por la rehabilitación de edificios. Este concepto hace referencia a la puesta en valor de inmuebles deteriorados o poco capacitados para acoger determinados usos, mediante la implementación de una serie de actuaciones encaminadas a lograr la eficiencia reduciendo los consumos y aprovechando nuevas fuentes de recursos. Entre ellas destacan las siguientes:
1. Fuentes de energía alternativas: Sustituir sistemas tradicionales de abastecimiento de luz y calor, por otros más eficientes y respetuosos con el medio ambiente, genera ahorros económicos para los habitantes de los edificios en los que se realiza el cambio. Así, se cambian las antiguas calderas para calefacción alimentadas con gasoil por otras de biomasa que además están subvencionadas en muchos países, se colocan placas solares fotovoltaicas sobre las cubiertas para la producción de energía eléctrica, o paneles solares térmicos para la producción de agua caliente sanitaria, calor o incluso frío (mediante absorción), etc.
2. Aislamientos térmicos y acústicos: Con la reparación de los cerramientos de un edificio, colocando paneles aislantes interiores y exteriores, y utilizando medidas como el doble acristalamiento de las ventanas, se pueden conseguir importantes ahorros en climatización para el interior de las viviendas y oficinas, y se evitan interferencias provocadas por el ruido exterior. Esta medida es más efectiva en inmuebles unifamiliares, donde la superficie de contacto con el exterior por unidad es mayor que en edificios de varias plantas, donde hay menos superficie de intercambio de calor.
3. Aprovechamiento de aguas: En ciertos edificios de oficinas y residenciales, existen depósitos que recogen el agua de lluvia procedente de la azotea o el tejado mediante una pequeña red de tuberías y canalones. Esto les permite abastecer algunos electrodomésticos que no necesitan agua potable, las cisternas de los inodoros, los sistemas de riego de parques y jardines, etc. También se reutilizan las aguas grises procedentes de usos sanitarios para limpieza, riego o refrigeración, utilizando únicamente un sistema de depuración básica basada en la separación de sólidos y la desinfección.
4. Iluminación natural: Desde el diseño debe tenerse en cuenta la situación y orientación del inmueble, para aprovechar al máximo la luz solar. Así, en lugares donde disfrutan de un número escaso de horas de sol al año, su arquitectura tradicional ya incluía enormes ventanales en las fachadas para recibir, además de la luz, el calor procedente de la radiación solar, éste es el caso de los Países Bajos.
Sin embargo en lugares más cálidos se da la situación contraria, y lo tradicional es la colocación de toldos en las fachadas orientadas al sol para mitigar la subida de temperatura en la época estival. También se puede conseguir aprovechar toda la luz solar sin el molesto incremento de temperatura interior, aumentando el grosor del vidrio de las ventanas, pero esta solución es muy cara. Actualmente se instalan todo tipo de sistemas automáticos como parasoles orientables vertical y horizontalmente, o incluso ventanas fotocromáticas que se oscurecen al aumentar la cantidad de luz.
5. Ventilación dirigida: La ventilación cruzada en edificios orientados en la dirección de los vientos dominantes y con ventanas en ambas caras, significa un ahorro importante en climatización en lugares donde el verano es especialmente intenso. Esto se potencia instalando sistemas de protección solar transventilada, que consiste en un doble cerramiento con cámara de aire intermedia que dirige el calor hacia el exterior no dejando que entre en el interior del inmueble, o sistemas evaporativos de refrigeración, que consiste en instalar filtros húmedos sobre las fachadas que rebajen la temperatura del aire que luego accede al interior de la vivienda por medio de un sistema de ventilación.
Sin embargo, en invierno el gasto en calefacción se multiplica por lo que se proponen medidas como integrar patios de luces más estrechos en el interior de los edificios, lo cual permite una mejor amortiguación térmica.
6. Equipamientos eficientes: Todas las medidas anteriores deben completarse con la instalación de equipos que consigan la máxima eficiencia en el uso de recursos. La instalación de cisternas de doble pulso (que permiten parar la descarga), aireadores en los grifos o placas de ducha en vez de bañeras, consiguen ahorros en el consumo de agua que llegan al 50% en las viviendas. La centralización de los sistemas de climatización, con reguladores que permitan controlar la temperatura en todas las habitaciones, o los sistemas de iluminación dotados de lámparas de bajo consumo o tecnología led, generan una importante reducción del consumo eléctrico.
Pero otro factor importante en la nueva arquitectura es la integración paisajística de las edificaciones, el medio perceptual es uno de los más sensibles al cambio y existen numerosos ejemplos de ciudades donde determinadas obras de arquitectura, han sido polémicas desde el inicio al representar un cambio importante en el paisaje, ya sea por romper con la estética edificatoria tradicional o por ubicarse en entornos de especial valor paisajístico. Una de las técnicas que mayor éxito está teniendo últimamente es la de las cubiertas vegetales. Así, se utilizan generalmente plantas trepadoras para cubrir fachadas que aportan a la estructura (además de integración paisajística en entornos naturales) ventajas como una mejor regulación térmica, la absorción de gases contaminantes, autorreparación y soporte, etc.
Un paso más allá en esta nueva forma de construir es la utilización de materiales reciclados para la edificación, aunque hay que tener en cuenta que los áridos procedentes de la trituración y machaqueo de escombros tienen usos limitados por seguridad a elementos no estructurales. Pero también cabe la reutilización directa de estructuras completas que provienen de usos diferentes, un ejemplo muy visual son las nuevas viviendas y oficinas hechas con contenedores de carga que están proliferando especialmente en lugares del mundo que tienen puertos comerciales importantes como Rotterdam (Alemania) o Vigo (España).


Gestión de Ecosistemas y Recursos Naturales

Los ecosistemas se estudian normalmente de forma piramidal, a partir de la conocida como “cadena trófica o alimentaria”, en cuya base estarían los productores, es decir, las plantas en ecosistemas terrestres y las algas en los acuáticos. Sobre ellas se sitúan los consumidores primarios, o herbívoros, y por encima de los mismos los consumidores secundarios o carnívoros, quedando la pirámide coronada por los grandes depredadores como el hombre.
Lo que sucede es que este sistema no es lineal, como puede parecer, sino circular porque tras los grandes depredadores se sitúan los descomponedores que devuelven los materiales al sustrato sobre el que se desarrollan los productores. Este equilibrio se ha mantenido a lo largo de millones de años en selvas, bosques, desiertos… y sin embargo el hombre moderno ha acelerado estos procesos de manera antinatural provocando que se acumulen los desechos en la fase de la descomposición y de ahí la problemática ambiental.
Tras la Segunda Guerra Mundial las fabricas de armamento, textiles y otros servicios asociados al oficio militar, quedaron paradas y fueron muchos los soldados que regresaron a casa sin empleo en el horizonte. Para hacer frente a esta crisis se ideó un plan a partir de las declaraciones de uno de los analistas económicos más reconocidos por aquel entonces:
"Nuestra economía, enormemente productiva exige que hagamos del consumo nuestra forma de vida, que convirtamos la compra y uso de bienes en un ritual, que busquemos nuestra satisfacción espiritual, nuestra satisfacción del ego, en el consumo. La medida de la condición social, de aceptación social, de prestigio, ahora se encuentran en nuestros patrones de consumo. El sentido y el significado de nuestras vidas hoy en día se expresa en términos de consumo”.
"El significado real de la demanda del consumidor"
Víctor Lebow - Journal of Retailing, 1995.
Este mensaje caló hondo en la administración del entonces presidente Eisenhower y su consejo económico, y posteriormente en la sociedad en su conjunto que pudo observar como se generaban empleos y riqueza bajo el paraguas de este nuevo modelo. Se puede decir que estamos ante el nacimiento del denominado “consumismo” que hoy sigue formando parte de la base de la civilización occidental.
Esto produjo que desde mediados del siglo XX, en el mundo “desarrollado” ha primado el desarrollo económico frente otras consideraciones que se podrían tildar de secundarias y eso ha llevado a la sobreexplotación de los ecosistemas y a que actualmente se estén agotando las reservas de las que vivimos. Además los residuos no dejan de acumularse originando graves problemas de salubridad especialmente en el tercer mundo, donde se ha trasladado masivamente la producción y donde las leyes ambientales brillan por su ausencia, por lo que no hay tratamiento ni descontaminación.
Veamos a continuación algunos ejemplos de perdurabilidad de los residuos en el medio natural según un reciente estudio del Gremi de Recuperació de Catalunya:


Además estos desechos contaminan los ríos, bosques, cultivos… de los que el hombre extrae los recursos naturales. Desde sus inicios, la humanidad ha sabido sacar del medio ambiente las materias primas que necesita para desarrollarse y reproducirse, y eso ha llevado a que actualmente haya más de 6.500 millones de personas en el mundo. El problema surge cuando una población (y esto vale para todas las especies animales y vegetales) supera el número de individuos que un ecosistema puede acoger sin que escaseen los recursos. A este concepto ecológico se le conoce como “capacidad de carga” y se define como la población de una determinada especie que un hábitat definido puede soportar de manera sostenida sin sufrir daños.
Por este motivo, es necesario que se conozcan los plazos de renovación natural de los recursos de los que depende el ser humano, para no seguir sobreexplotándolos y evitar así el agotamiento de los mismos. Una técnica que se está utilizando desde hace unos años es la del cálculo de la “huella ecológica” de las poblaciones, que es la inversa de la capacidad de carga, y representa “el área de territorio productivo o ecosistema acuático [entendida como super?cie biológicamente productiva] necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población de?nida con un nivel de vida especí?co, donde sea que se encuentre esta área” (Wackernagel y Rees, 1996).
Si la huella ecológica de un país es igual a 1 (expresada en hectáreas globales per cápita) quiere decir que la población de ese lugar consume tantos recursos como su territorio es capaz de producir y produce tantos residuos como su territorio es capaz de asimilar. Si se encuentra por debajo de la unidad además se estará contribuyendo a crear una “reserva ecológica”, pero si se encuentra por encima supone que los habitantes de ese lugar están consumiendo más de lo que les corresponde y eso significa que están agotando las reservas y/o que están utilizando recursos de otros lugares del planeta. La Global Footprint Network es la asociación internacional que se encarga del estudio de este indicador y ha extendido su cálculo a ciudades, empresas y particulares.
Conociendo cual es la incidencia de una actuación sobre el medio, se puede valorar si realmente interesa realizarla o no. Todos los proyectos descritos en otros temas, como los relativos a la generación de productos reciclados, el uso de fuentes de energía renovables, la fabricación de motores más eficientes… no sirven de mucho si no se utilizan para sustituir a los tradicionales pues, aunque consumen menos, también consumen recursos naturales y generan residuos que se suman a los que ya había. ¿De que sirve comprar papel reciclado si luego se pide una bolsa de plástico al dependiente? ¿Para qué tener un automóvil que consuma poco si se cambia de vehículo (sólo por estética) cada 2 años?

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