miércoles, 28 de enero de 2015

POESÍA - POEMAS POR AUTOR

Hernando de Acuña (1518-1580?)



En muy suave aunque en muy gran tormento
vivo, y arderme siento en dulce fuego,
do en vivas llamas hallo un gran sosiego
y en extrema pasión contentamiento.

¿Con qué manera de agradecimiento
pagaré amor que en tal desasosiego,
y en le extremo de pasión do llego,
me tiene con su causa tan contento?

Sólo mostrarme puedo agradecido
en contentarme ahora y en pesarme
que me halla Amor tal pena dilatado;

que pues tal ocasión había de darme,
con razón llamaré tiempo perdido
el que sin padecer se me ha pasado.





¿En qué puedo esperar contentamiento,
si tras todo mi mal, señora mía,
consiente mi fortuna que a porfía
me venga ahora a dañar cada elemento?

Mis esperanzas se las lleva el viento,
el fuego crece donde arder solía,
llevóme el agua cuanto bien tenía
y la tierra me hará el apartamiento.

Vos juntaréis con esto el olvidarme,
pues quedar no merezco asegurado
del continuo temor de vuestro olvido;

y no me quejaré por no aliviarme,
que no es justo que quede en otro estado
el que vivo quedó y os ha perdido.







En su fiera grandeza confiando,
los ánimos tan altos levanta    Soneto de Endimión
En una selva, al parecer del día,
se estaba Endimión, triste y lloroso,
vuelto al rayo de sol que presuroso
de la cumbre de un monte descendía.

Mirando el turbador de su alegría,
contrario de su bien y su reposo,
tras un grave suspiro doloroso,
tales palabras contra el sol decía:

«Luz clara, para mí triste y oscura,
que con furioso curso apresurado
mi sol con tu tiniebla oscureciste,

si te pueden mover en tanta altura
las quejas de un pastor apasionado,
no tarde en volver donde saliste».







Epitafio para la cámara donde murió el dicho Marqués
Sólo aquí se mostró cuanto podía
en daño universal la cruda muerte,
do su fuerza valió contra el más fuerte,
y su valor contra el que más valía.

Por donde a Italia, cuanto bien tenía
y en eterno dolor se le convierte,
y el gran Marqués ha mejorado suerte,
aunque acá la más alta poseía.

Sus muchas partes sobrenaturales,
un esfuerzo, un saber nunca igualado,
un ser no concedido a mortal hombre,

con mil famosos hechos inmortales,
a la inmortalidad han consagrado
este lugar y su tan alto nombre.

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