domingo, 10 de agosto de 2014

ARTE DE LA ANTÍGUA INDIA


ARTE DE LA INDIA .-

  1. Historia y Arte de los Mauryas

La arqueología, además de confirmar varias de estas observaciones, descubrió un gran hall de influencia aqueménida, sustentado por un bosque de columnas, seguramente parte de un palacio real de Candragupta o de alguno de sus sucesores. Megástenes se interesó, también, por el estado y la sociedad Mauryas concibiendo al primero como altamente centralizado y gobernado por una burocracia organizada minuciosamente, subordinada a un rey cuyo estatus era realzado por un magnífico ceremonial. 
Sus extensos viajes por la India le permitieron obtener información de primera mano sobre su sociedad aunque las barreras culturales pueden haber nublado su interpretación. La describió como compuesta por siete estratos constituidos por filósofos, agricultores, pastores, artesanos, soldados, magistrados y consejeros, afirmando erróneamente la inexistencia de la esclavitud cuya realidad es atestiguada por otros documentos aunque su escala y valor productivo fueron mucho menores que en el mundo grecorromano. También es cuestionable su aseveración de que toda la tierra pertenecía al rey confundiendo, quizás, propiedad con un sistema eficaz de cobro de impuestos los que, por cierto, habían devenido una de las principales fuentes de ingresos del estado en una economía mayoritariamente agraria.
    Aún más importante que Megástenes para comprender al mundo Maurya, es el Artha-śāstra (“Ciencia de la Prosperidad”), un manual de economía política y administrativa atribuido por la tradición a Kautilya, un ministro de Candragupta quien mediante una estrategia maquiavélica habría facilitado su acceso al puesto supremo. La datación de esta obra esencial es, empero, problemática ya que si bien la versión disponible parecería ser del siglo II o III dC, una buena parte de su material sería una reelaboración de otro más antiguo. Un segundo problema surge de la índole teórica e idealista del texto cuyas precisiones sobre el funcionamiento del estado no reflejan necesariamente la realidad ni son aplicables sin corroboración a esta era. ElArtha-śāstra propone un modelo de gobierno centralizado y detalla puntillosamente una maquinaria burocrática que no excluye el uso de espías y no retrocede ante el asesinato. Según el mismo, las actividades económicas deben estar, en su mayor parte, estrechamente reguladas por los funcionarios y ligadas en última instancia al rey. Confiando en la veracidad de este texto y en los comentarios de Megástenes muchos han supuesto que el estado Maurya, a diferencia de otros posteriores, fue un verdadero imperio cuya gran extensión, aumentada por Bindusara (297-272 aEC) a la península del Deccán, sólo fue posible mediante un firme gobierno monopólico. Esto no parece demasiado verosímil si tenemos en cuenta que durante toda la historia india nunca se vio una organización tan sólida del estado, que la escritura necesaria para una administración eficiente recién nacía y que, como veremos a continuación, la construcción Maurya colapsó apenas unas décadas después de su principio.


  Bindusara había completado la obra de su padre Candragupta al conquistar la mayor parte de la península aunque no su extremo sur ni tampoco el interior habitado por tribus indómitas, limitándose a controlar las regiones costeras. Su hijoAśoka (272 o 268-232 aEC), en cambio, se contentó con conservar estas ganancias manteniendo relaciones amistosas con los reinos meridionales. La fama de Aśoka no depende de su capacidad militar sino de una serie de edictos distribuidos en lugares concurridos del país y redactados para facilitar su comprensión por todo el pueblo en varias lenguas vulgares (prácritos), además de en griego y arameo en el extremo noroeste. La serie más completa de sus inscripciones es la de los “edictos mayores”, catorce en total, grabados en la roca; los “edictos menores”, sobre el mismo material, tienen un alcance más limitado. Otros siete edictos se encuentran burilados en impresionantes pilares de piedra pulida, de una docena de metros de altura, coronados por esculturas.
Los edictos predican un nuevo orden moral o Dhamma (Dharma en sánscrito) motivado, según la confesión del propio Aśoka (nombrado como Piyadasi en las inscripciones), en su arrepentimiento por la destrucción causada por él al conquistar Kalinga (Orissa) en el 260, de hecho la única campaña digna de mención durante su período:

“El rey Piyadasi, amado de los dioses, conquistó Kalinga ocho años después de su coronación. Ciento cincuenta mil fueron deportados, cien mil fueron asesinados y muchos otros murieron. Después de la conquista de Kalinga, el amado de los dioses experimentó una poderosa atracción por el Dhamma, amor por el Dhamma y por la enseñanza del Dhamma. Ahora, el amado de los dioses siente un profundo remordimiento por la conquista de Kalinga y gran pena por las muertes, asesinatos y deportaciones que tienen lugar cuando se subyuga a un país libre”.
  1. Edicto mayor N° 13 (en la roca)

Aśoka en algún momento se convirtió al budismo como lo declara explícitamente en los “edictos menores”, pero el Dhamma si bien está inspirado por el pensamiento budista no contiene elementos doctrinarios sino que se aplica a todos los hombres cualesquiera sean sus creencias o religión:

“El rey Piyadasi, amado de los dioses, dice: no hay don como el don del Dhamma, el conocimiento del Dhamma, la difusión del Dhamma, la relación con el Dhamma. Consiste en lo siguiente: conducta apropiada hacia empleados y sirvientes, respeto a padre y madre, generosidad con los amigos, relaciones, brahmanes y ascetas, y no matar a los seres vivientes”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario