El proceso de peristalsis comienza en el esófago cuando el bolo alimenticio es tragado. Los fuertes movimientos como oleadas del músculo liso del esófago llevan el alimento hasta el estómago, donde es agitado hasta convertirse en una mezcla líquida llamada quimo. Luego, la peristalsis continúa en el intestino delgado, en donde mezcla y mueve el quimo, lo que permite que los nutrientes sean absorbidos por el torrente sanguíneo a través de las paredes del intestino delgado. Concluye en el intestino grueso, en donde el agua de los alimentos no digeridos es absorbida al torrente sanguíneo. Finalmente, los desechos restantes son excretados del cuerpo a través del recto y el ano.
Peristaltismo (del griego peristallein) es el proceso por el cual se producen una serie de contracciones y relajaciones radialmente simétricas en sentido anterógrado a lo largo del tubo digestivo y los uréteres, llamadas ondas peristálticas. Éstas pueden ser primarias, secundarias o terciarias. Su función es movilizar los alimentos a través del aparato digestivo, así como la orina desde los riñones a lavejiga, o la bilis desde la vesícula biliar hasta el duodeno.1 Las fibras musculares lisas son las responsables de esta acción fisiológica. El peristaltismo intestinal es también conocido como motilidad gastrointestinal, aunque el término peristaltismo por sí solo suele referirse generalmente a éste último.
El píloro constituye una pequeña porción del estómago que sirve de puerta de entrada al duodeno (el principio del intestino delgado), cerrándose o abriéndose para impedir o dejar el paso a los alimentos. Esta función permite que los alimentos sean digeridos por el estómago al evitar que, por efecto de la gravedad, el alimento pase prematuramente al intestino. Cuando el proceso de digestión gástrica ha finalizado, el píloro se abre, dejando pasar el quimo (líquido denso, formado por el bolo alimenticio y los jugos gástricos hacia el intestino, donde tiene lugar un tipo de digestión distinta).
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