viernes, 11 de diciembre de 2020

GUERRAS EN LA EDAD MEDIA

 SIGLO X

La guerra ruso-bizantina de 941 tuvo lugar durante el reinado de Ígor de Kiev. La correspondencia jázara revela que la campaña fue iniciada por los jázaros, que deseaban vengarse de los bizantinos después de las persecuciones de los judíos emprendidas por el emperador Romano I Lecapeno.

Los rus y sus aliados, los pechenegos, desembarcaron en la costa norte de Asia Menor y se hicieron con Bitinia en mayo de 941. Como de costumbre, parece que habían sido bien informados de que la capital imperial estaba desguarnecida y era vulnerable a los ataques: la flota bizantina luchaba contra los árabes en el Mediterráneo, mientras que la mayor parte del ejército imperial se habían estacionado a lo largo de las fronteras orientales.

Lecapeno organizó la defensa de Constantinopla retirando un conjunto de quince buques equipados con fuego griego. Igor deseaba capturar los barcos griegos y sus tripulaciones, pero desconocían los lanzallamas, y su flota fue rodeada. Luego, en un instante, el fuego griego fue arrojado a través de tubos a los rus y sus aliados. Liutprando de Cremona escribió: "Los rus, viendo las llamas, saltaron por la borda, prefiriendo el agua al fuego. Algunos se hundieron, abrumados por el peso de sus corazas y cascos, otros se quemaron". Los prisioneros fueron decapitados.

De esta manera, los bizantinos lograron dispersar la flota rus, pero no pudieron impedir que los paganos saquearan las afueras de Constantinopla, se aventuraran al sur, a Nicomedia. Muchas atrocidades fueron reportadas: Se dice que los rus crucificaron a sus víctimas y que clavaron los clavos en la cabeza.

En septiembre, Juan Tzimisces y Bardas Focas, dos de los mejores generales, regresaron rápidamente a la capital, ansiosos por repeler a los invasores. Los rus rápidamente trasladaron sus operaciones a Tracia, junto con su flota. Cuando estuvieron a punto de retirarse, cargados de trofeos, la armada bizantina bajo Teófanes cayó sobre ellos.

Fuentes griegas informan de que los rus perdieron la totalidad de la flota en este ataque sorpresa, de modo que sólo un puñado de barcos regresaron a sus bases en Crimea. Los prisioneros capturados fueron trasladados a la capital y decapitados. Las fuentes jázaras añaden que el líder rus logró escapar al mar Caspio, donde encontró la muerte luchando contra los árabes.

Estos informes pueden haber sido exagerados, porque Igor fue capaz de montar una nueva campaña naval contra Constantinopla ya en 944/945. El Quersoneso Taúrico alertó al emperador acerca de la flota de Kiev. Esta vez, los bizantinos se apresuraron a comprar la paz y llegaron a la conclusión de un tratado con Kiev. Su texto es citado íntegramente en la Crónica de Néstor.


Greekfire-madridskylitzes1.jpg
Los romanos usando su letal fuego griego. Ilustración del Madrid Skylitzes.
Fecha941
LugarConstantinopla
ResultadoVictoria bizantina
Beligerantes
Rus de KievImperio bizantino
Comandantes
Ígor de KievRomano I Lecapeno
Fuerzas en combate
1.000 barcos15 barcos









La guerra de los tres Enriques fue una breve rebelión de tres líderes germanos, todos ellos llamados Enrique, contra el emperador Otón II, en 977.

La conspiración se desarrolló en Baviera, mientras Otón estaba acampado contra Boleslao II de Bohemia. Los conspiradores—Enrique I, obispo de AugsburgoEnrique II, duque de Baviera, quien recientemente había sido desposeído de su título; y Enrique IIIduque de Carintia— también tenían el apoyo de la Iglesia. Otón, aliado con Otón I, duque de Suabia y Baviera, marchó primero contra Passau, en poder de los rebeldes. La ciudad se rindió en septiembre gracias a las tácticas de asedio del emperador, que incluía un puente construido con botes sobre el río.

Durante la Pascua de 978, los tres insurrectos fueron castigados en Magdeburgo. Ambos duques fueron desterrados, y Enrique de Carintia perdió su ducado en favor de Otón I, hijo de Conrado el Rojoduque de Lorena. El obispo fue encarcelado hasta julio de ese año.

El principal resultado del conflicto fue la completa sumisión de Baviera: a partir de este momento ya no fue el más grande de los antiguos ducados tribales.

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