viernes, 11 de diciembre de 2020

GUERRAS EN LA EDAD MEDIA

 SIGLO VIII

Las guerras sajonas tuvieron lugar en el noroeste de la actual Alemania entre 772 y 804, cuando Carlomagno inició una campaña de ocupación con el fin de someter a los sajones que las habitaban. En total, dieciocho batallas que tuvieron como resultado el sometimiento y la incorporación de Sajonia al Imperio franco y la conversión de sus habitantes al cristianismo.

Pese a los continuos contratiempos, los sajones mantuvieron su oposición a Carlomagno durante décadas, rebelándose cada vez que Carlomagno abandonaba sus tierras. Su principal líder, Viduquindo, resultó un duro oponente, aunque fue finalmente vencido y bautizado en el año 785.

Los sajones fueron divididos en cuatro regiones. La más cercana al antiguo reino franco de Austrasia y la más occidental recibió el nombre de Westfalia; al este se encontraba Engria y en el extremo oriental del territorio Eastfalia; justo al norte de estos tres, en la base de la península de Jutlandia se ubicaba Nordalbingien.


Frankish Empire 481 to 814-es.svg
Mapa del Imperio franco entre 481 y 814
Fecha772 - 804
LugarAlemania
ResultadoVictoria franca
Anexión de Sajonia al Imperio franco
Conversión de los sajones

Primera fase[editar]

Las guerras comenzaron con la invasión franca del territorio sajón y el sometimiento de los Engrios, con la destrucción de su Irminsul, cerca de Paderborn en 772 o 773. El Irminsul puede haber sido un árbol o tocón sagrado, presumiblemente representación del pilar sobre el que se apoyan los cielos - similar al Ygdrasil de las culturas nórdicas. La campaña de Carlomagno llegó hasta el río Weser, destruyendo a su paso varias fortalezas sajonas. Tras la negociación con la nobleza sajona y la obtención de rehenes, Carlomagno abandonó la zona y se centró en la guerra contra los lombardos situados en el norte de Italia. Los campesinos sajones, encabezados por Widukindo, aprovecharon para atacar las tierras francas de la región del Rhin, manteniéndose la contienda durante años.

La segunda campaña de Carlomagno tuvo lugar en el año 775. Cruzó Westfalia, conquistando Sigiburg y Engria, donde derrotó nuevamente a los sajones. Finalmente, logró una nueva victoria en Eastfalia, consiguiendo la conversión del líder sajón Hessi. Regresó nuevamente a través de Westfalia, dejando guarniciones en Sigiburg y Eresburg. En ese momento, toda Sajonia, excepto Nordalbingia, estaba bajo su control, aunque la paz no duraría.

Tras concluir la guerra en Italia, Carlomagno regresó por tercera vez a Sajonia en 776 (alcanzando Lippe antes de que los sajones supieran que había abandonado Italia), cuando un levantamiento destruyó la fortaleza de Eresburg. Los sajones fueron nuevamente derrotados, aunque Widukindo huyó y se refugió entre los daneses. Entre tanto, Carlomagno levantó un nuevo campamento en Karlstadt. En 777 convocó una Dieta nacional en Padeborn para integrar definitivamente el territorio de Sajonia en el reino franco. Muchos sajones fueron bautizados.

Carlomagno y los sajones, A. de Neuville, c.1869

El principal propósito de la dieta era acercar Sajonia al cristianismo. Se reclutaron misioneros, principalmente anglosajones ingleses con el fin de llevar a cabo esta tarea. Carlomagno emitió varios decretos diseñados para romper la resistencia sajona, por los que se aplicaría la pena capital a cualquiera que realizara prácticas paganas o que mostrara desprecio ante la paz real. La dureza de su postura, que le valió el título de carnicero de Sajones llevó a su consejero Alcuino de York a solicitar clemencia al emperador, ya que la palabra de Dios debería ser difundida por la persuasión, y no por la espada. Sin embargo, las guerras continuaron ante la ferocidad de la lucha sajona por su libertad.

En el verano del 79, Carlomagno regresó a Sajonia y conquistó Eastfalia, Engria y Westfalia. Una nueva dieta se reunió en Lippspringe y en ella se decidió la división del territorio sajón en distritos misioneros y condados francos. El propio emperador asistió a varios bautismos masivos en 780, tras lo que regresó a Italia sin que, sorprendentemente, hubiera rebeliones a su marcha. Entre 780 y 782, Sajonia permaneció tranquila.

Fase intermedia[editar]

Carlomagno regresó a Sajonia en 782, promulgando un nuevo código legal y nombrando condes, tanto sajones como francos. Las leyes eran draconianas acerca de cuestiones religiosas, y la tradición pagana local quedaba en una posición muy amenazada. Esto reavivó el antiguo conflicto y en otoño de ese mismo año, Widukind regresó del exilio y encabezó un nuevo levantamiento que se tradujo en numerosos ataques a la iglesia. Los Sajones invadieron el territorio de los Chatti, tribu germánica que ya había sido convertida por San Bonifacio y que pertenecía al Imperio de Carlomagno. Widukind aniquiló a un ejército franco en Süntelgebirge mientras Carlomagno se encontraba luchando contra los sorbios. En represalia, Carlomagno ordenó decapitar a 4.500 sajones sorprendidos realizando prácticas paganas una vez convertidos en la Masacre de Verden; no obstante, Widukind consiguió escapar nuevamente a Dinamarca.

Algunos historiadores han tratado de demostrar que la masacre no tuvo lugar, o que fue realmente una batalla, pero ninguno de sus argumentos resulta creíble.1​ Durante los dos años siguientes (783-785), la guerra continuó, con Carlomagno invernando en Minden, Sajonia central. En algunas batallas de 783, mujeres sajonas se lanzaron con los pechos desnudos al combate; una de ellas era Fastrada, hija de un conde sajón y que en 784 se convertiría en la cuarta esposa del emperador. Gradualmente, los francos fueron imponiéndose a los sajones y el golpe de gracia llegó en 785 con la conversión y bautismo del rebelde Widukind. Fue el final de la guerra y durante los siguientes siete años hubo paz en Sajonia, aunque con alguna revuelta esporádica

Conversión de los sajones, A. de Neuville, c.1869-

Fase final[editar]

En 792, los Westfalianos se levantaron contra sus señores contra el reclutamiento forzoso para las guerras avaras. Los habitantes de Eastfalia y Nordalbingia se les unieron al año siguiente, pero la insurrección no prendió y fue completamente sofocada en 794.

Poco después se produjo un levantamiento Engrio en 796, pero fue inmediatamente aplastada por Carlomagno y los sajones y eslavos cristianos. La última rebelión independentista se produjo en 804, más de treinta años después de la primera campaña de Carlomagno. En esta ocasión fue la tribu de los nordalbingios, la más indómita de todas, la que se levantó en armas. Carlomagno deportó a 10.000 de sus miembros a Neustria y cedió sus territorios al leal rey de los abotritas. Merece la pena recordar las palabras de Eginardo, biógrafo del emperador, acerca del fin del conflicto:

La guerra que ha durado tantos años ha sido al fin terminada por la aceptación de los términos ofrecidos por el Rey; que eran renuncia a sus costumbres religiosas nacionales y la adoración de demonios, aceptación de los sacramenteos de la fe y religión cristianas, y unión con los francos para formar un solo pueblo.

Hacia el final de las guerras, Carlomagno había comenzado a poner más énfasis en la reconciliación. En 797 derogó las leyes especiales que habían sido tan incendiarias, y en 802, la ley común sajona fue codificada como la Lex Saxonum. Este proceso estuvo acompañado por el establecimiento de estructuras eclesiásticas que aseguraran la inicialmente brutal conversión del pueblo sajón.

Naturaleza religiosa de la guerra[editar]

Las guerras sajonas pueden ser consideradas guerras de religión en tanto Carlomagno proclamó que el fin de la guerra era convertir a los sajones paganos al cristianismo, lo que tendría su reminiscencia en las posteriores cruzada. Aunque no fue proclamada nunca como tal, se ha sugerido que las guerras sajonas fueron la principal inspiración para la proclamación de las Cruzadas contra el Islam en los siglos posteriores, y contra otros estados europeos paganos como Lituania. Estas guerras tuvieron un efecto dominó sobre otros estados no cristianos de Europa Central, como la conversión de Polonia al cristianismo.







EN EL SIGLO IX


Las guerras búlgaro-húngaras fueron una serie de conflictos que tuvieron lugar entre el Imperio búlgaro y el Reino de Hungría entre los siglos IX y XIV. Las áreas del conflicto abarcaban desde el norte y oeste de los Balcanes, más específicamente el noroeste de la moderna SerbiaRumanía y el norte de Bulgaria.

Durante los primeros enfrentamientos a finales del siglo IX los húngaros se vieron obligados a emigrar hacia el oeste. Durante la conquista húngara en el siglo X los magiares invadieron los ducados búlgaros de lo que hoy es Transilvania y eliminaron el dominio búlgaro en la parte oriental de la llanura de Panonia. Sus incursiones de saqueo contra Bulgaria continuaron hasta el final del siglo cuando se concluyó la paz. Ambos países mantuvieron relaciones amistosas hasta 1003, cuando estalló otra guerra.

Después del restablecimiento del Imperio búlgaro en 1185 ambos estados lucharon en numerosos conflictos por el control de las provincias de BelgradoBraničevoVidin y Severin Banat.








Las guerras búlgaro-croatas fueron una serie de conflictos que estallaron en tres ocasiones durante los siglos IX y X entre los reinos medievales de Croacia y Bulgaria. Durante estas guerras, Croacia formó alianzas con el este de Francia y Bizancio contra el Imperio búlgaro.

Guerras búlgaro-croatas
Balkans925.png
Fecha854-1000
LugarCroacia
ResultadoInconcluso
Cambios territorialesAmbos Estados tuvieron numerosos cambios territoriales, especialmente en el valle entre Bosna y Drina.
Beligerantes
Coat of Arms of the Bulgarian Empire.PNG Imperio búlgaroCroatia CoA 1990.svg Reino de Croacia
Comandantes
Boris I
Duque Alogobotur
Samuil
Trpimir
Tomislav
Svetoslav Suronja

Primera Guerra[editar]

A mediados del siglo IX, Bulgaria era el poder dominante en los Balcanes centrales, orientales y septentrionales. En 854, el gobernante búlgaro Boris I forjó una alianza oficial con el príncipe moravo Ratislav contra Luis el Germánico de la Francia Oriental. El duque Trpimir de Croacia estaba cansado de los vasallos francos y de la continua expansión búlgaria, cuando se expandió a las fronteras de Croacia después de las guerras contra Rascia. Se dice que Bulgaria invadió Croacia aproximadamente en 854,1​ pero también existió la posibilidad de que el rey Luis le dio una compensación a Trpimir para atacar a Bulgaria.2​ Durante la guerra de 854, sólo había una gran batalla en el territorio del noreste de la actual Bosnia, y ninguna de las partes salió victoriosa de la batalla. Poco después, comenzaron las negociaciones de paz entre Boris de Bulgaria y Trpimir de Croacia, resultando en intercambios y el establecimiento de la paz, con la frontera entre el ducado croata-dálmata y Bulgaria se estabilizó en el río de Drina (hoy en día entre Bosnia y Herzegovina y la República de Serbia).

Segunda Guerra[editar]

Una guerra muy larga y ardua fue proseguida entre el zar búlgaro Simeón I, que quería hacerse cargo del Imperio bizantino, y el monarca del imperio Romano I. Bajo la fuerte presión de los búlgaros y la acumulación de derrota tras derrota, el Imperio Bizantino negocio con Serbia y Croacia, en un esfuerzo por forjar una alianza contra los búlgaros. Habiendo sido informado de estos planes por el Príncipe Miguel Višević de Zachlumia, que fue forzado a estar en las islas de los gobernantes serbios cuando tomaron el control directo de sus tierras locales para sí mismos, Simeón invadió Serbia en 924, destruyéndola por engañar a su nobleza, y la hizo parte del Imperio búlgaro. El gobernante de Serbia Zaharija Pribislavljević huyó y encontrándose exiliado en la corte croata, después de la destrucción del reino las olas masivas de refugiados serbios huyeron y se refugiaron en la Croacia de Tomislav. Tratando de ganar la entrada de Croacia en esta coalición, Romano I ordenó a la provincia de Dalmacia entre 925 pagar impuestos, no a Bizancio, sino más bien al estado croata;3​ los territorios de Dalmacia, incluyendo la mayoría de las ciudades y las islas del norte, fueron administradas a partir de ese momento por el rey Tomislav y se mantuvieron bajo Croacia. Los serbios de Zahumlje, aliada con Croacia y el príncipe Mihailo, se convirtieron en vasallos de Tomislav un tiempo antes de 926. El zar Simeón envió al duque Alogobotur para conducir más refugiados serbios a Croacia, provocando una guerra abierta entre 926.

El clímax de la guerra fue la batalla de las Tierras Altas de Bosnia el 27 de mayo de 927, cuando las fuerzas croatas al mando del rey Tomislav derrotaron completamente a las fuerzas búlgaras bajo el mando de Alogobotur, matando a la mayoría de los búlgaros en la batalla. La victoria croata fue tan decisiva y fue la batalla más grande en la que las fuentes contemporáneas sobreestimaron en gran medida el tamaño del ejército croata de 160.000 hombres, contra una fuerza algo menor en el lado búlgaro.4​ Esta fue la única batalla en la que el zar Simeón perdió. Dado que ambos gobernantes mantenían buenas relaciones con el Papa Juan X, el Papa fue capaz de negociar un fin a la guerra poco después sin ningún cambio territorial. Aunque la frontera oriental se extendió hasta el río de Bosnia, el reino croata se había reforzado en gran medida tanto en lo militar como en los recursos naturales: salió emergiendo de la guerra como uno de los reinos más modernos de la época y fue capaz de consolidar una flota de tamaño moderado. En el mismo día de la batalla Simeón murió en Preslav, y su sucesor Pedro I se enfrentó a dificultades internas y a las revueltas de sus hermanos Miguel e Iván. Los serbios fueron capaces de sacar provecho de esta situación y muchos de ellos volvieron a sus hogares entre 931 en el renovado reino de Serbia, terminando así el efímero conflicto de sus vecinos Bulgaria y Croacia en el este.

Tercera Guerra[editar]

En la segunda mitad del siglo X, el reino de Croacia estaba gobernado por Stjepan Držislav. Stjefan formó una alianza con el Imperio Romano de Oriente, por la que a su vez era reconocido como rey en Croacia.5​ Después de su muerte en 997, su hijo Svetoslav Suronja continuó su política pro-bizantina. Sus hermanos Krešimir III y Gojslav no querían a Svetoslav como gobernante e intentaron un golpe de Estado, pidiendo ayuda al zar búlgaro Samuel. Respondiendo a su llamada, Samuel lanzó un ataque en 998 y arrasando las ciudades dálmatas de Trogir y Split, pero fue detenido en el sitio de Zadar. Las fuerzas búlgaras regresaron después a su país6​ a través de Bosnia. El territorio ocupado por Samuel durante la guerra fue entregado a Krešimir III y Gojslav, que con el apoyo de Bulgaria derrotaron a su hermano y se hicieron con el poder en Croacia en el año 1000. Svetoslav Suronja, aliado de Bizancio y Venecia, partió al exilio en Venecia, y posteriormente a Hungría. Tras la muerte de Iván Vladislav de Bulgaria en 1018, Croacia cayó bajo dominio bizantino, y Krešimir III y Gojslav, se convirtieron en vasallos de Bizancio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario