Fernando III de León y de Castilla, llamado «el Santo» (Peleas de Arriba, 1199 o 24 de junio de 1201 1- Sevilla, 30 de mayo de 1252), fue rey de Castilla entre 1217 y 1252 y de Leóna entre 1230 y 1252. Hijo de Berenguela, reina de Castilla, y de Alfonso IX, rey de León, unificó dinásticamente los reinos leonés y castellano, que permanecían divididos desde 1157, cuando Alfonso VII el Emperador, a su muerte, los repartió entre sus hijos, los infantes Sancho y Fernando.
Durante su reinado fueron conquistados, en el marco de la Reconquista, los reinos de Jaén, Córdoba, Sevilla y lo que quedaba del de Badajoz, cuya anexión había empezado Alfonso IX, lo que redujo el territorio ibérico en poder de los reinos musulmanes. Al finalizar el reinado de Fernando III, estos únicamente poseían en la Andalucía el reino de Niebla, Tejada y el reino de Granada, este último como feudo castellano. El infante Alfonso, futuro Alfonso X, fue enviado por Fernando a la conquista del reino de Murcia; los musulmanes capitularon y la región quedó como señorío castellano, tras lo cual Alfonso conquistó las plazas de Mula y Cartagena. Cuando Fernando accedió al trono, en 1217, su reino no rebasaba apenas los ciento cincuenta mil kilómetros cuadrados; en 1230, al heredar León, obtuvo otros cien mil y, a base de conquistas ininterrumpidas, logró hacerse con ciento veinte mil más.4
Fue canonizado en 1671, siendo papa Clemente X, y reinando en España Carlos II.
Fernando III de Castilla | ||
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Fernando III según una miniatura del Tumbo A de la Catedral de Santiago de Compostela | ||
Rey de Castilla | ||
1 de julio de 1217-30 de mayo de 1252 | ||
Predecesor | Berenguela | |
Sucesor | Alfonso X | |
Rey de León | ||
24 de septiembre de 1230-30 de mayo de 1252 | ||
Predecesor | Alfonso IX | |
Sucesor | Alfonso X | |
Información personal | ||
Nacimiento | 1199 o 24 de junio de 12011 Peleas de Arriba | |
Fallecimiento | 30 de mayo de 1252 (48 o 50 años) Sevilla | |
Sepultura | Iglesia Catedral de Santa María | |
Religión | Iglesia católica | |
Orden religiosa | Tercera Orden de San Francisco | |
Familia | ||
Familia nobiliaria | Casa de Ivrea y Casa de Borgoña (Leon) | |
Padres | Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla | |
Cónyuge | Beatriz de Suabia y Juana de Ponthieu | |
Hijos | Véase Matrimonios y descendencia | |
Información profesional | ||
Ocupación | Gobernante, terciario franciscano y caballero cristiano | |
Información religiosa | ||
Canonización | 1671, por Clemente X | |
Festividad | 30 de mayo | |
Venerado en | Iglesia católica y anglicana | |
Patronazgo | Es patrón de varias localidades como: Sevilla, Aranjuez, San Fernando de Henares, Maspalomas, Villanueva del Río y Minas, San Fernando de Apure, San Fernando de Occidente en el departamento colombiano de Bolívar, San Fernando localidad del departamento colombiano del Magdalena, Pivijay y de la pedanía albaceteña Ventas de Alcolea. También es patrón del Arma de Ingenieros (del Cuerpo General de las Armas, tanto de las especialidades de transmisiones como de zapadores) y de las especialidades de Construcción y Telecomunicaciones y Electrónica (del Cuerpo de Ingenieros Politécnicos) del Ejército de Tierra de España. Además es compatrono de la Diócesis de San Cristóbal de La Laguna2 y patrono de la universidad de esta ciudad.3 | |
Título | Rey de Castilla y León | |
Escudo | ||
Orígenes familiares[editar]
Hijo de Alfonso IX de León y de su segunda esposa,5 la reina Berenguela de Castilla, fueron sus abuelos paternos Fernando II de León y la reina Urraca de Portugal y los maternos Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet. Nació en 1199 o 1201, en lugar desconocido.5 El matrimonio de sus padres fue anulado pocos años más tarde, en 1203, por la consanguinidad de los esposos.5
De este matrimonio nacieron cinco hijos: Leonor, que murió pronto; Constanza, que fue monja en el monasterio de Las Huelgas de Burgos; Berenguela, que se casó con Juan de Brienne, emperador de Constantinopla; Fernando (III) y Alfonso de Molina, padre de la reina María de Molina, esposa de Sancho IV. Y por parte de su padre tuvo dos hermanas: las infantas Sancha y Dulce.
Infancia[editar]
En Peleas de Arriba, un lugar entre Zamora y Salamanca, existía un albergue fundado por un religioso zamorano llamado Martín Cid, para atender a transeúntes y peregrinos que recorrían la Vía de la Plata. En ese entorno nació Fernando, mientras sus padres acampaban en el monte cuando realizaban una ruta de Salamanca a Zamora. Posteriormente, Fernando III fundaría ahí el Monasterio de Nuestra Señora de Valparaíso. El Cronicón Cerratense le dio a Fernando el nombre de Rex Fernandus Montesinus.1
El papa Inocencio III declaró nulo en 1203 el matrimonio de sus padres, Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla, alegando el parentesco de los cónyuges, porque él era tío carnal de Berenguela.5 La separación del matrimonio se aprobó en 1203 y el divorcio, en 1204.6 Agotados todos los recursos contra el papa, Berenguela volvió a la corte de su padre (Alfonso VIII de Castilla) con todos sus hijos salvo Fernando, que permaneció en la corte leonesa con su padre, el rey de León.
Tras la temprana muerte del rey de Castilla Alfonso VIII en 1214, su hijo Enrique accedió al trono siendo niño y Berenguela fue titular de la regencia.78
Sin embargo, Álvaro Núñez de Lara usurpó la potestad regia y se hizo con varios castillos. Berenguela tuvo que buscar el apoyo de Gonzalo Rodríguez Girón, señor de Frechilla y mayordomo de la reina, y se refugió en su castillo de Autillo de Campos,9 Palencia. Sin embargo, esta plaza fue sitiada por Lara y Berenguela pidió ayuda a su hijo, que se presentó con mil quinientos hombres e hizo huir a Lara.10 El corto reinado de Enrique (1214-1217) se caracterizó por la lucha entre dos facciones de la nobleza: la encabezada por Berenguela y que agrupaba además a importantes familias como los Girón, Téllez, Haro y Cameros, y la acaudillada por los Lara, a los que respaldaban las ciudades, la mayor parte de los nobles y los obispos.11 La muerte de Enrique en 1217 agudizó el conflicto, que devastó parte del reino.11
Berenguela tenía un castillo, del siglo XIII, en el pueblo de Piedrahíta, provincia de Ávila. En la actualidad, en este lugar se encuentra la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, que conserva restos de la fortaleza. Según la tradición local, Fernando III nació en este castillo.12
Rey de Castilla[editar]
En 1217, tras la muerte repentina de Enrique I de Castilla, los derechos a la corona pasaron a Berenguela que,5 temiendo posibles pretensiones de su antiguo marido, el rey de León, se lo ocultó y pidió que se le trajese a Fernando para protegerse de Lara. El rey leonés, persuadido por sus hijas mayores Dulce y Sancha, no quiso dejarlo marchar. Sin embargo, Fernando logró escapar y se reunió con su madre en el castillo de Autillo.9 Ella, mediante un acto solemne, lo proclamó rey de Castilla hacia el 1013 o el 14 de junio14 de 1217 en Autillo de Campos. La coronación oficial tuvo lugar en Valladolid hacia el 2 o 3 de julio.b5
Álvar Núñez de Lara, alférez mayor de Castilla, cercó Valladolid con el beneplácito de Alfonso IX de León. El rey leonés tomó partido por los Lara tras la muerte de Enrique I.16 Fernando y su madre debieron retirarse a Burgos. A esto le siguieron una serie de conquistas leonesas a lo largo del río Sequillo y saqueos de zonas próximas a Valladolid por parte de Alfonso IX.17 Fernando no combatió contra su padre, y le envío mensajes de que bajo su reinado Castilla sería un reino amigo y, aunque al principio Alfonso no hizo caso, terminó retirándose a León cansado de estas acciones. El 26 de agosto de 1218 se firmó el Pacto de Toro, que puso fin a las hostilidades entre Castilla y León.18 Eso sí, a Alfonso le fueron pagados diez mil maravedíes que le eran debidos por el antiguo rey Enrique de un cambio del castillo de Santibáñez de la Mota.1920 A cambio, el rey leonés renunciaba a sus pretensiones sobre los territorios fronterizos con Castilla.21 El papa Honorio III medió entre los dos reinos para que pusiesen fin al conflicto y se aprestasen a participar en una nueva cruzada, predicada en el IV Concilio de Letrán.20
En los primeros tiempos del reinado, parte de los antiguos partidarios de la Casa de Lara se pasaron a las filas del nuevo rey, pero otros permanecieron hostiles a Berenguela y a su hijo.22 Entre estos se contaron en especial numerosos obispos y las ciudades del sur del reino.22 Entre los obispos, el principal apoyo al nuevo rey provino de los de Burgos y Palencia, que obtuvieron generosas mercedes del soberano.23 Entre la nobleza afín a Fernando destacaba la que había obtenido abundantes tierras y concesiones reales en tiempos de Alfonso VIII.18 Los enfrentamientos debidos a la sucesión duraron dos años e incluyeron tanto las correrías de los leoneses por la Tierra de Campos y la Extremadura castellana como los choques con los Lara, a los que en el verano de 1217 Fernando les arrebató tierras entre Burgos y Logroño y varias tenencias reales más al sur del reino.18 Cerca del castillo de Ferreruela, entre Palenzuela y Palencia, Alfonso Tello apresó al conde de Lara, que fue conducido a Burgos y obligado a entregar todos los castillos que tenía en tenencia y a ayudar al rey contra su hermano Fernando Núñez de Lara a cambio de recobrar la libertad.17 Fernando Núñez de Lara se sometió poco después, pero los Lara volvieron a rebelarse contra Fernando en 1218, con la ayuda de Alfonso IX, que invadió Castilla por el sur de Toro.24 La derrota final de la Casa de Lara llegó en 1218, tras la muerte de Álvar Núñez en Toro.18
A mediados de 1219 una comitiva castellana presidida por Mauricio, obispo de Burgos, llegó a la corte de Federico II de Alemania y, probablemente en Hagenau, en Alsacia, tuvo lugar la contratación matrimonial entre su cuarta hija, Beatriz de Suabia, y Fernando III.20 Fernando le entregó como dote a Beatriz las villas, castillos y sus derechos reales sobre Carrión de los Condes, Logroño, Belorado, Peñafiel, Castrogeriz, Pancorbo, Fuentepudia, Montealegre, Palenzuela, Astudillo, Villafranca Montes de Oca y Roa.2526 Beatriz, con la comitiva de hombres notables de Castilla, emprendió el camino desde Alsacia a Burgos, pasando por la Corte de París, porque deseaba saludar a la esposa del delfín, el futuro Luis VIII de Francia, y madre del futuro Luis IX de Francia, Blanca, hermana de su futura suegra, Berenguela. El 27 de noviembre Fernando fue armado caballero en el monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas de Burgos, donde le entregaron su espada. El 30 de noviembre, en la misma ciudad, tuvo lugar la celebración de la boda en la catedral.25 La reina fue muy querida por el pueblo y suscitaba admiración. El cronista Rodrigo Ximénez de Rada, nada proclive a los epítetos, la describe como optima, pulchra, sapiens et pudica («buenísima, bella, sabia y modesta»). Y era muy amante de la cultura clásica y vernácula, algo que había asimilado formándose en la Corte del emperador Federico II. Ella transmitirá a su marido y a sus hijos un similar amor por la cultura. Su hijo Alfonso X el Sabio le dedicaría un elogio en una de sus Cantigas y en la Catedral de Burgos se conserva una escultura del siglo XIII que la representa.
Primeras campañas en Andalucía[editar]
La pacificación de Castilla a finales de la década de 1210 y comienzos de la siguiente, debida al tratado con León y a la derrota de los nobles contrarios a Fernando, le permitió a este acometer nuevas campañas en el sur de la península.27 Los territorios andalusíes se hallaban en crisis y el califa Al-Mustansir había firmado treguas con los castellanos en 1214 y 1221.28 La decisión de abordar nuevas conquistas, compartida por la nobleza castellana, la tomó Fernando en 1224.28
Como consecuencia de los problemas internos, el imperio almohade fue descomponiéndose.29 Durante el reinado del califa Al-Mutansir las ciudades ganaron más poder en el califato. La muerte de Al-Muntansir en 1224 provocó una lucha por el poder que concluyó con el nombramiento como califa de Al-Mamún en 1227.3029 Yahya al-Mutásim no reconoció a este gobernante y creó un califato propio en el norte de África, provocando que Al-Mamún se trasladase al Magreb para combatir aquella rebelión. Las ciudades de Al-Ándalus empezaron a conformarse como reinos regidos por los cadíes, formando así los terceros reinos de taifas. Los gobernadores Alhamar de Sevilla, Zayyan de Valencia y Mahfuz de Niebla crearon sus propias taifas. Al-Bayyasi, que había sido un gobernador almohade de Sevilla,31 pasó a ser emir de Baeza y reinó en las ciudades del Alto Guadalquivir.32
En 1224 Fernando partió de Toledo con un contingente de grandes hombres de Castilla, el maestre de la Orden de Santiago y a los que, posteriormente, se les unió la Orden de Calatrava con su maestre al frente; se dirigieron a Sierra Morena y se concentraron en el castillo de Baños, donde Al-Bayyasi les rindió parias. Después, Fernando marchó contra la ciudad de Quesada y otros castillos, que fueron rápidamente tomados en septiembre.33 Posteriormente siguió con sus conquistas por el reino de Jaén, centro de las campañas castellanas entre 1224 y 1230.33 Dada la lejanía de Quesada con la frontera castellana, Fernando acabó por evacuar la plaza.33
Fernando entabló tal amistad con Al-Bayyasi, que este le entregó a su hijo primogénito y Fernando lo educó con su familia. El vástago acompañó al rey castellano en sus conquistas por Andalucía y consiguió honores por ello. No se sabe con certeza que Al-Bayyasi se convirtiera al cristianismo, pero todo parece indicar que así fue.33 El rey de Valencia, Zayd Abu Zayd, no sabía qué posición tomar al respecto de esta actitud de los cristianos y no había reconocido la autoridad del califa Al-Adil. Su primo, Al-Bayyasi, le instó a que se hiciera vasallo de Fernando, por lo que se dirigió a Cuenca, donde se encontraba en ese momento la corte castellana, y juró perpetuo vasallaje al rey en Moya en marzo de 1225.3433
En el verano de 1225 Fernando organizó una campaña en la provincia de Jaén, para la cual solicitó una bula de cruzada al papa Honorio III.35 A finales de ese año, Honorio III concedió la bula de cruzada a los que luchasen en Tierra Santa y en las tierras de Castilla. La bula fue divulgada por el arzobispo de Toledo y por el obispo de Burgos.36
Posteriormente, Fernando dirigió una ofensiva contra la fortaleza de Priego (Córdoba), que tomó, y prosiguió hasta la ciudad de Loja, ciudad que también conquistó.37 El asedio de Jaén, por el contrario, resultó infructuoso.37 Después sus fuerzas tomaron la ciudad de la Alhama, que había sido abandonada por sus moradores ante el temor hacia los cristianos. Y de esta forma llegaron hasta la misma vega de Granada, donde, temiendo seguir la misma suerte que las anteriores plazas, los habitantes parlamentaron con Fernando y ofrecieron la liberación de 1 300 esclavos cristianos y la rescisión del contrato que obligaba a Álvar Pérez de Castro a servir al rey de Granada, pasando a engrosar la expedición cristiana, que tomó la decisión de regresar a Toledo.38
Tras esta campaña, con base en los acuerdos a los que habían llegado, Al-Bayyasi, emir de Baeza, le dio a Fernando los castillos de Martos y Andújar.3735
En otoño de 1225 Fernando volvió a reunirse con Al-Bayyasi en Andújar, exigiéndole la entrega de los castillos de Borjalimal, Salvatierra y Capilla para cumplir el pacto de las Navas. Al-Bayyasi, le ofreció el alcázar de Baeza, que fue ocupado por la Orden de Calatrava.39 Salvatierra y Borjalimal se rindieron pronto, mientras que Capilla resistió pero finalmente fue tomada, tras un asedio, en septiembre de 1226.4041 Mientras transcurría el asedio de Capilla, llegaron noticias de la muerte de Al-Bayyasi tras una revuelta de los cordobeses, que le acusaban de ayudar a los castellanos en la conquista de Capilla.41 Tras su muerte y como consecuencia del pacto de vasallaje, Fernando III se hizo cargo de sus posesiones y, a pesar de que Baeza pidió ayuda a Jaén, fue finalmente conquistada el 1 de diciembre.41 Fernando III dio la tenencia de la ciudad a Lope Díaz de Haro.4241
En 1226 fue conquistado el castillo de Montiel, que fue otorgado a la Orden de Santiago en 1227.43
Ibn Hud creó un reino propio en 1228. En 1231 controlaba todo Al-Ándalus con las excepciones de las taifas de Niebla y Valencia.44
Entre 1228 y 1230, Fernando emprendió diversas campañas tanto para consolidar las conquistas de los años anteriores como para preparar la toma de Jaén, para lo que taló sus tierras.45 Sin embargo, el nuevo cerco de esta entre junio y septiembre de 1230 volvió a fracasar.46 El fallecimiento de Alfonso IX de León ese mismo mes de septiembre y la asunción de su corona por Fernando puso fin a este periodo de campañas en Al-Ándalus, pues el monarca castellano tuvo que concentrarse en lidiar con los problemas de la unificación de los dos reinos.46
Rey de Castilla y de León[editar]
Reunificación de Castilla y León[editar]
A la muerte de su padre, Alfonso IX en 1230, Fernando reclamó el trono de León, del que el papa le había confirmado heredero en 1218, pese a las probables intenciones de Alfonso de legarlo a Sancha y Dulce, hijas de su matrimonio con Teresa de Portugal.47 Las disputas entre Fernando y Alfonso —aliado de los Lara, enfrentados al rey castellano— habían complicado la posibilidad de que el primero heredase el trono leonés a la muerte del segundo.48 León se dividió entre los partidarios de las infantes y los que preferían a Fernando.48
Mientras las infantas y su madre Teresa de Portugal se encerraron en Zamora protegidas por el alférez de su padre, Rodrigo Fernández Feo, Fernando, acompañado de su madre Berenguela y del obispo de Toledo, entró en el reino y fue recibido como rey en Toro.49 La ciudad de León se hallaba dividida entre los partidarios de Fernando y los de sus hermanas, pero finalmente el rey castellano entró en la ciudad y recibió el homenaje de la mayoría de la nobleza, el clero y los representantes de las ciudades del reino.50
Tras una reunión en Valencia de Alcántara (Cáceres)51 o en Valencia de Don Juan50 (a treinta kilómetros de Benavente) entre las dos reinas consortes, Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla, estas se dirigieron a Benavente, donde se encontraba Fernando y los arzobispos de Santiago y Toledo, y donde se firmó el 11 de diciembre de 1230 la Concordia de Benavente o Tratado de las Tercerías,5147 en que las infantas renunciaban a sus posibles derechos al trono y el traspaso de la corona de León a Fernando a cambio de una compensación de treinta mil maravedíes anuales a Dulce y Sancha y la cesión de algunas fortalezas que se reincorporarían a la Corona cuando murieran.52 De ese modo se unieron dinásticamente —siguieron conservando Cortes, leyes e instituciones diferentes— León y Castilla en la persona de Fernando. Apenas hubo cambios en los cargos del reino y el rey mantuvo en su puesto incluso a algunos adversarios que se habían destacado en el conflicto sucesorio.53 En 1231 el documento fue confirmado por el pontífice Gregorio IX.47 También ese año se firmó el Acuerdo de Sabugal, entre Fernando III y el rey Sancho II de Portugal para delimitar las fronteras y buscar la alianza contra el islam. El nuevo rey leonés entregó al portugués el castillo de San Esteban de Chaves y se comprometió ante él a defender a la reina Teresa en caso necesario.54 El pacto entre Fernando y sus hermanas puso fin al conflicto sucesorio leonés, pero no evitó que parte de la nobleza y la Iglesia leonesa se opusiesen al nuevo monarca castellano; el núcleo del rechazo a Fernando fue, probablemente, Galicia.53 Entre 1230 y 1233, el soberano se enfrascó en la pacificación y organización de su nuevo reino.53 Sus dominios quedaron divididos en tres unidades administrativas, gestionadas por un merino mayor: Castilla, León y Galicia.55
La unificación de los reinos puso fin a los continuos choques fronterizos entre los dos reinos que habían ocurrido intermitentemente desde el siglo xi.56 La importancia de la nobleza en la zona y la vaguedad de la frontera habían favorecido las luchas en esta zona.57
Nuevas campañas en Al-Ándalus[editar]
Durante los años de gestión de la unión castellano-leonesa, el rey se limitó a supervisar las incursiones en tierras andalusíes, que llevaron a cabo principalmente las órdenes militares, algunos nobles y los obispados fronterizos, en especial el toledano.54 En 1231 el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada tomó la plaza de Cazorla en Jaén, tras haberse apoderado en abril de Quesada, Toya y toda su comarca, que Fernando le había confiado si lograba conquistarlas.54
De nuevo organizó una expedición contra Al-Ándalus en la que estaban el capitán Álvar Pérez de Castro y muchos nobles y caballeros como los hermanos Pérez de Vargas, Rodrigo González Girón, Tello Alfonso de Meneses, Pero Miguel, Pero de Guzmán (padre de Guzmán el Bueno) y otros muchos, y, naturalmente, un nutrido grupo de caballeros calatravos y santiaguistas. Bordearon la ciudad de Córdoba, arrasando la campiña y asaltaron el castillo de Palma del Río. El caudillo Ibn Hud fue con sus tropas a enfrentarse a esta expedición en un olivar cerca de Jerez, teniendo lugar una batalla.58 Finalmente, Ibn Hud se batió en retirada dejando Jerez a su suerte haciendo los cristianos un formidable botín.59
En 1233 una hueste organizada por el obispo de Plasencia, con la participación de las órdenes militares, conquistó la ciudad de Trujillo.6058 El 29 de septiembre de 1234, Fernando conquistó la ciudad de Úbeda.61 Para estas conquistas, Fernando se benefició de los enfrentamientos internos entre los señores andalusíes.58 En 1234 nuevamente las órdenes militares se apoderaron de Medellín, Alange y Santa Cruz y en torno a 1235 de Magacelac y Hornachos.6263 El rey, sin embargo, no participó en las incursiones de ese año, tanto por el fallecimiento de su esposa como por los levantamientos nobiliarios que tuvo que afrontar en el norte de Castilla.64
En 1235 se conquistó el castillo de Torres de Albánchez. El castillo de Chiclana de Segura, según algunos historiadores, pudo haberse conquistado entre finales del 1226 y principios de 1227, y, según otros, en 1235.65 En cualquier caso, es en 1235 cuando Fernando III otorgó Chiclana de Segura al obispo de Osma. Este, a su vez, la otorgó en 1239 a la Orden de Santiago, formando parte de la encomienda Montizón y Chiclana.66
Las siguientes campañas, en las que el rey participó de nuevo en persona delegando el gobierno del reino en su madre Berenguela y, tras la muerte de esta en 1246, el infante Alfonso de Molina, marcaron la segunda parte del reinado.67 En doce años, Fernando se adueñó de gran parte del territorio andalusí y de muchas de sus grandes ciudades, como Córdoba y Sevilla.67
Reconquista de Córdoba[editar]
El gobernador almohade de Córdoba firmó en 1235 una tregua de un año con Fernando III. Para esto, el emir debió pagar 430 000 maravedíes. Sin embargo, esta tregua no impedía que los castellanos atacaran baluartes que ya no dependían del emir, por lo que Fernando tomó los castillos de Iznatoraf y San Esteban. Ese año murió Beatriz de Suabia y Fernando se trasladó al norte.58 El emir decidió no pagar lo pactado y cristianos de los consejos fronterizos dirigidos por el segoviano Domingo Muñoz tomaron los arrabales de Córdoba y se hicieron fuertes. Además, unos desertores moros informaron a los cristianos de que la ciudad estaba desguarnecida y era muy fácil llegar a la Axerquía, cosa que hizo un pequeño grupo de soldados.68 Esto sucedió en enero de 1236 y el rey, al informarse, juntó fuerzas de León, de Salamanca, de Zamora y de Toro y de las órdenes militares y marchó hacia Córdoba. Acompañado del infante Alfonso, de nobles castellanos y leoneses, de tropas de los concejos y de fuerzas de los obispos de Cuenca y Baeza, Fernando llegó a la ciudad en febrero.68 Jaime I de Aragón estaba acechando Valencia, e Ibn Hud prefirió retirarse a Almería e ir a proteger esa plaza con sus barcos, dando Córdoba por perdida. Córdoba, abandonada por su emir y desalentada por el asedio, capituló; la entrada solemne de Fernando en la ciudad se produjo el 29 de junio de 1236.68 El rey dejó como gobernador de la ciudad a Alfonso Téllez de Meneses y como gobernador militar a Álvar Pérez de Castro.69 El rey castellano-leonés firmó entonces una tregua de seis años con Ibn Hud, por la que este se comprometió a pagarle tributo.68 Fernando restauró además el obispado cordobés, que quedó como sufragáneo del de Toledo, como otros (Baeza, Coria, Cuenca y Plasencia) mientras no se restaurase la metrópoli de la provincia eclesiástica (Sevilla).68 La conquista de Córdoba y la restauración del obispado impelieron al papa Gregorio IX a otorgar a Fernando importantes prerrogativas, tanto canónicas (protección papal de la familia real e indulgencias a los que participan en las campañas de Fernando), como económicas y políticas.70
La madre recomendó a su hijo Fernando que se casara en segundas nupcias y este aceptó la sugerencia. La madre, para evitar parentescos entre los nobles, buscó la ayuda de su hermana Blanca, que le recomendó a Juana de Ponthieu o de Danmartín. Juana vino desde Francia con una comitiva que se marchó tras celebrarse el matrimonio en Toledo. La boda se celebró en la Catedral de Burgos en noviembre de 1237 y fue oficiada por el mismo clérigo que su primera boda, el obispo de la diócesis Mauricio.71 En 1238 y 1239, permaneció en la zona de Burgos, desde donde tuvo que enviar víveres a las últimas zonas conquistadas, que pasaban apuros.72
La muerte de Ibn Hud en 1238 y el continuo descaecimiento del poder almohade allanaron las nuevas conquistas de Fernando en las tierras andalusíes.72 Gran parte de la campiña cordobesa capituló ante los castellano-leoneses y en los primeros años de 1240 los cristianos sometieron el reino de Murcia.72 En 1241, se apoderó de Albacete.72
Entre 1240 y 1243 sus conquistas se extendieron en abanico sin encontrar apenas resistencia: Chillón, Gahete, Pedroche, Santa Eufemia, Obejo, Setefilla, Hornachuelos, Almodóvar, Luque, Lucena, Santaella, Montoro, Aguilar, Baena, Écija, Marchena, Morón, Osuna y Estepa.
A Fernando III se le plantearon dos frentes: Andalucía y Murcia. El primero decidió reservárselo para él y para el segundo envió a su hijo primogénito. Alfonso viajó a Toledo en 1243 a donde llegó una embajada del rey de Murcia, Muriel, trayendo un pliego de condiciones para hacerse un señorío de don Fernando. La razón es que Jaime I de Aragón había conquistado ya Valencia y Játiva y ahora, aliado con Alhamar, rey de Jaén y Granada, pretendían hacerse con Murcia. Alfonso aceptó el pliego y firmó las Capitulaciones de Alcaraz y posteriormente recorrió la región y se instaló temporalmente en el alcázar de Murcia. Posteriormente Alfonso firmó con Jaime I de Aragón el Tratado de Almizra para fijar el límite de expansión de los aragoneses hacia el sur.73 Este acuerdo llevó como prenda la concertación de una boda entre Alfonso de Castilla y Violante, hija de Jaime I. En 1244 Rodrigo González Girón y el maestre de Santiago, Pelayo Pérez Correa, se unieron a Alfonso y se apoderaron de la ciudad de Mula, de Lorca –que capituló tras una ardua resistencia– y de Cartagena, que pudieron tomar gracias a una flota naval que vino del Cantábrico, y que fue un preludio de los planes que tenía Fernando con Sevilla. Ese mismo año de 1244, Fernando emprendió su última ofensiva en Al-Ándalus.73
La ciudad de Jaén ya había estado bajo asedio del 5 al 20 de julio de 1225, cuando estaba defendida por Álvar Pérez de Castro, antes de que fuera rescindido su contrato de servir al rey de Granada. En 1228 volvió Fernando por aquellas tierras y tomó la villa y el castillo de Castro y remontó el río de la Plata por el cerro Veleta y Otiñar, cuya población fue arrasada, al igual que se había hecho con Grañena, en el cerro Pitas.74 En 1230 volvió a cercar Jaén y los alrededores fueron saqueados.74 En 1245, estando Fernando en Martos, Pelayo Correa le animó para tomar Jaén. Fernando partió para Jaén con la compañía de su hermano menor, Alfonso de Molina, y ayudándose de las órdenes de Calatrava y de Santiago principalmente. Jaén pertenecía al reino taifa de Arjona, cuyo rey era Áhmed ben Yúsuf ben Násar, conocido como Aben Alhamar, que finalmente trasladó su reino a Granada. El sitio, el tercero que acometía Fernando para adueñarse de la plaza, se prolongó siete meses, desde agosto de 1245 hasta febrero de 1246.73 Finalmente, Alahmar entregó Jaén y reconoció el dominio del rey Fernando de sus tierras, el reino de Granada, en vasallaje, pagando la mitad de sus rentas, calculadas en ciento cincuenta mil maravedíes anuales.73 Se aseguró así la supervivencia del reino de Granada, que se prolongaría durante dos siglos y medio más.75 Alhamar había tratado en vano de obtener el socorro de los benimerines y, al no conseguirlo, se avino a ceder la plaza, cuya población tuvo que evacuarla.73 Fernando hizo su entrada solemne en la ciudad en marzo de 1246.73 Por iniciativa suya, el obispado de Baeza se trasladó a Jaén en 1248.73 La conquista de Jaén también le permitió al rey firmar una liga con Sevilla, cuyos señores temían al sultán háfsida Abu Zakariyya Yahya I.76 La posterior ruptura de la alianza precipitó la campaña que concluyó con su conquista por el soberano castellano-leonés.76
Entre marzo y abril de 1245 fue a visitar a su madre, Berenguela, y se reunieron en Pozo de Don Gil, lugar donde Alfonso X fundó Villa Real, que hoy es Ciudad Real. La madre le comunicó que había estado realizando gestiones en Castilla y en León pero que estaba cansada y necesitaba recluirse en un monasterio. En 1246, tras conquistar el alcázar de Alcalá de Guadaira, próximo a Sevilla, recibió la noticia de la muerte de su madre. Fue enterrada en el monasterio de Las Huelgas, en Burgos, en un sepulcro sencillo, pero su nieta, que era monja en ese monasterio, decidió en 1251 su traslado a un mausoleo en el coro, junto a los restos de sus padres, Alfonso VIII y Leonor.77
En 1247 el papa Inocencio IV otorgó una bula de cruzada para la Reconquista de Sevilla, según la cual Fernando podía tomar las tercias de fábrica para pagar los gastos de los que se desplazaran para participar en ella por motivos cristianos.
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