ANTROPOLOGÍA ECONÓMICA .-
La orientación formalista
- El formalismo, dentro de la antropología económica, defiende la teoría económica en su concepción más académica: la gestión de medios escasos con el propósito de satisfacer necesidades alternativas. A los antropólogos les correspondería el estudio de las economías en las sociedades tradicionales, para que procediendo comparativamente puedan llegar a un teoría de la relación entre economía y sociedad. Por tanto, parten de la aceptación universal de la definición más clásica de la economía, negando la cautela sustantivista en relación con las economía simples.
- Esta orientación formalista, que se evidencia como alternativa a la línea sustantivista, se manifiesta en los años cincuenta del siglo XX y es bien perceptible en uno de los antropólogos más destacados en el campo de la antropología económica, en M. Herskovits, integrante del semillero de Franz Boas y conocido africanista, tras iniciarse en las culturas négridas de Estados Unidos y de Brasil. Su visión está contenida en su Economic Anthropology (1952), traducida desde 1954 en la colección del Fondo de Cultura Económica.
- Un defensor más de la línea formalista es el antropólogo neozelandés, formado en Gran Bretaña, R. Firth, cuya obra inicial tratará precisamente sobre la economía primitiva de los maoríes (1927). Toda su obra está recorrida por el estudio de las economías primitivas, especialmente por la de los Tikopia del Pacífico Sur. Su conclusión es que en las economías más simples nunca falta la elección entre fines alternativos, exactamente igual que lo que sucede en las sociedades complejas, aunque puedan existir diferencias de escala.
- Uno de los antropólogos en los que con más intensidad está presente el presupuesto formalista es R. Burling, en sus estudios sobre las teorías de la maximización y la antropología económica. Al igual que en el caso anterior, el autor atribuye validez universal a la elección entre fines alternativos, independientemente de las culturas.
- La discusión entre sustantivistas y formalistas tiene interés en una época determinada, la de mediados del siglo XX, al contraponerse dos formas de ver la vida: la que defiende el altruismo de las sociedades más elementales y adopta una posición antimercado, y la que encuentra la racionalidad en todas las sociedades. Es una discusión que, contando con apoyos en el trabajo de campo, es un tanto forzada por razones ideológicas. Evidentemente, la discusión se atenúa en los años siguientes, hasta hacerse inexistente en la práctica.
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