viernes, 9 de mayo de 2014

MAPAS CONCEPTUALES - ESQUEMAS - DIAGRAMAS Y GRÁFICOS DE LA PINTURA




HISTORIA DE LA PINTURA EN LA DISTINTAS ÉPOCAS .-

MOVIMIENTOS POSTIMPRESIONISTAS

Un domingo de verano en la Grande Jatte
Un domingo de verano en la Grande Jatte (1884-1886) de Georges Seurat es uno de los ejemplos más sobresalientes de puntillismo, técnica que consiste en aplicar puntos de color con el pincel para crear una riqueza y brillantez inexistentes en los métodos pictóricos tradicionales

En la década de 1880, y durante un breve periodo, Pissarro se desvió hacia una nueva técnica, una ramificación del impresionismo desarrollada por Georges Seurat y conocida como divisionismo o puntillismo. Seurat y sus seguidores transformaron la pincelada suelta, típica del impresionismo, en puntitos de pigmento puro, yuxtaponiendo sobre el lienzo zonas diminutas de colores complementarios. Las teorías de Seurat procedían de sus lecturas de los textos estéticos y científicos del siglo XIX sobre el color. Esta técnica se aprecia perfectamente en una de sus obras más espectaculares, Un domingo de verano en la Grande Jatte (1884-1886, Instituto de Arte de Chicago).
Las obras tempranas de tres importantes artistas de finales del siglo XIX, Vincent van Gogh, Paul Gauguin y Henri de Toulouse-Lautrec, denotaban la influencia del impresionismo, pero acabaron por desarrollar estilos postimpresionistas claramente definidos. Tanto Van Gogh como Pissarro hicieron breves experimentos con la división del color. Sin embargo, en el estilo desarrollado por Van Gogh era típico el empleo del color puro, aplicado muy denso en pinceladas vacilantes que dotaban a la obra de intensa expresión emocional. Muchos de sus lienzos, en especial los de cipreses azotados por el viento y los de campos de trigo bajo cielos tormentosos, expresan su propio estado de ánimo, tal como lo reflejan las fuerzas de la naturaleza. El estilo de Van Gogh ejerció gran influencia sobre los pintores del norte de Europa que, a principios del siglo XX, desarrollaron el expresionismo.
La obra de Gauguin refleja también distorsiones de línea y de color, pero difiere de la suya en que es más simbólica que expresionista. Las zonas de colores planos intensos forman motivos decorativos, con los contornos muy marcados. Gauguin fue la figura central de un nuevo movimiento conocido como simbolismo, activo durante la década de 1890, cuyos inmediatos seguidores formaban el grupo de los nabis.
Otro camino tomó Toulouse-Lautrec, pintor de personas, que elegía a sus modelos entre las cantantes y bailarinas de cabaré, y las prostitutas; estas figuras eran la expresión de la decadencia social del París de la Belle Époque. Como muchos otros artistas —Manet, Degas o la estadounidense Mary Cassatt—, estaba influido por el estilo plano y la composición en apariencia descuidada de los grabados japoneses. Toulouse-Lautrec tenía un gran sentido de la línea, apreciable en sus dibujos y litografías de color, sobre todo en sus carteles para el Moulin Rouge y otros lugares de esparcimiento parisinos.

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