domingo, 18 de mayo de 2014

ESCRITURAS HEBREAS



LAS ESCRITURAS HEBREAS - ESTUDIOS .-

Los libros bíblicos originales fueron escritos en materiales tan frágiles como los que usaban los fenicios, los egipcios y los romanos. Entonces, ¿cómo es posible que el mensaje divino haya sobrevivido hasta nuestros días? Una de las razones es que los escritos originales fueron reproducidos una y otra vez. Como indica el profesor James L. Kugel, “se copiaron muchísimas veces, incluso durante el mismo período en que se escribió la Biblia”.
Ahora bien, ¿podemos confiar en que las traducciones modernas de la Biblia transmiten fielmente el mensaje original? El profesor Julio Trebolle Barrera, miembro del equipo de expertos que ha estudiado y publicado los Rollos del mar Muerto, señala: “La transmisión del texto de la Biblia hebrea es de un rigor extraordinario, sin parangón en la literatura clásica grecorromana”. Por su parte, el prestigioso biblista  Frederick F. Bruce indica: “La evidencia existente de los escritos del Nuevo Testamento es [...> mayor que la que existe de muchos autores clásicos, la autenticidad de quienes nadie sueña en poner en tela de juicio”. Y añade: “Si el Nuevo Testamento fuera una colección de escritos seculares, su autenticidad sería aceptada generalmente sin sombras de dudas de ninguna especie”. Como hemos visto, la Biblia es un libro fuera de lo común. ¿Verdad que vale la pena esforzarse por leerla todos los días?
Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. – 1 Pedro 1:24-25



El “alefato” es el conjunto de signos con que se escribe el hebreo.
No posee minúsculas ni mayúsculas, sino solo un tipo de signos.
Todos los signos del alefato representan un sonido consonántico. No existen vocales. El lector sabe cómo ha de pronunciar el nexo entre cada uno de los sonidos consonánticos, también en los textos del hebreo moderno.
Existen dos consonantes que se llaman semivocales, pero su valor es consonántico.
Para intentar que un lector que había perdido el hebreo, pudiera leer –sin entenderlos, claro está- los textos hebreos, se inventaron los signos masoréticos que se colocan encima y debajo de los signos consonánticos.
Son muy complejos, pero tienen un valor muy pequeño a la hora de traducir.
Para justificar su complejidad piénsese en los dignos que habría que inventar para hacer leer correctamente a quien no tuviera ni idea del castellano la siguiente frase: ¿Qué como? Como como como”.
No se utilizan en el hebreo moderno.
2. El hebreo se escribe de derecha a izquierda, separando las diferentes palabras.
No se cortan palabras al final de línea y comienzo de las siguiente, sino que se alarga el último signo de la última palabra hasta llegar al borde que limita el escrito. Son cuatro los posibles, y se llaman “dilatados” o “letras dilatadas”.
3. Las raíces de todas las palabras hebreas es de tres letras, aunque alguna puede ser de dos.
4. A la raíz se le añaden prefijos y sufijos para formar las diversas situaciones de la palabra en la oración –singular y plural, sujeto o complemento, tiempos verbales etc.- Precisamente la primera tarea del traductor es despojar a la palabra de estos aditamentos para poder buscar la raíz en el diccionario.


El nombre de Jesús

El nombre en hebreo es Immanuel. Podemos ver el nombre escrito en el recuadro adjunto.



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