FONOLOGÍA DE LA LENGUA MAPUCHE - ESTUDIOS .-
ESTUDIOS SOBRE LA FONOLOGÍA DEL MAPUDUNGUN3
Como se señala en Salamanca (2001), los primeros trabajos sobre la lengua mapuche fueron realizados por misioneros jesuitas, entre los siglos XVII y XVIII, labor que fue continuada por los capuchinos bávaros, quienes arribaron por primera vez a Chile en 1895. El más destacado de ellos fue Fray Félix José de Augusta, cuya lucidez e intuición lingüísticas llevan a decir a Salas (1992b) que
Aunque es posible que los métodos modernos de enseñanza/aprendizaje de lenguas sean más eficaces que el buen viejo y seguro enfoque gramatical, lo cierto es que hasta hoy, las tres grandes obras del P. Félix de Augusta [Gramática Araucana, Lecturas Araucanas y Diccionario Araucano] forman el único programa compacto y bien organizado disponible para el estudio del mapuche (Salas, 1992b: 483).
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Con la llegada a Chile de Rodolfo Lenz, el año 1890, comienzan los estudios científicos de la lengua mapuche. Sus "Estudios Araucanos", publicados en los Anales de la Universidad de Chile, constituyen uno de los aportes cuantitativo y cualitativo más relevantes al conocimiento de esta lengua.
Sin embargo, sólo con la publicación de la reinterpretación fonológica del material contenido en el "Estudio V" de Lenz (realizado por Jorge Suárez, en 1959) se inicia el estudio moderno de la fonética y fonología mapuches.
En nuestro país, el primer lingüista que presenta un estudio exhaustivo de la lengua mapuche es Max S. Echeverría (1964). Doce años más tarde, Adalberto Salas (1976) publica en Estudios Filológicos su "Esbozo fonológico del mapudungun, lengua de los mapuches o araucanos de Chile central". Si se compara este trabajo con los de Suárez y Echeverría se observa que la pauta fonológica propuesta es idéntica en el inventario vocálico, estableciéndose algunas diferencias en la interpretación de ciertos sonidos consonánticos.
Durante la década de los ochenta, dos trabajos sobre la fonología del mapuche destacan por su cobertura y rigurosidad. Estos son "El estrato fónico del mapudungu(n)" (Lagos, 1981), y la "Descripción fonológica del huilliche, un dialecto del mapuche o araucano del centro-sur de Chile" (Álvarez-Santullano, 1986). El trabajo de Lagos, en términos generales, viene a confirmar la existencia de una homogeneidad lingüística entre los hablantes de mapudungun. El trabajo de Álvarez-Santullano, en tanto, establece con claridad el hecho de que el dialectohuilliche es el más divergente respecto del mapuche central y que existe "un alto grado de desmantelamiento del sistema fonológico tradicional (...) reflejo del estado terminal del huilliche osornino" (Salas, 1992b: 509).
Hasta donde sabemos, sólo existen dos trabajos que contienen información respecto de los fonemas segmentales de la lengua hablada por los pehuenches del Alto Bío-Bío. Estos son "Relatos orales en pewenche chileno" (Sánchez, 1989) y "Fonología del pehuenche hablado en el Alto Bío-Bío" (Salamanca, 1997).
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
3.1. Recolección del material
3.1.1. Zona
Los datos fueron recogidos por Elizabeth Quintrileo, en la comuna de Tirúa, Región del Bío-Bío. Esta comuna costera está situada a 200 kilómetros de Concepción y tiene cerca de 10 mil habitantes, el 70% de los cuales son mapuches.
3.1.2. Informantes y entrevistas
3.1.2.1. Informantes
3.1.2.1. Informantes
Para esta investigación se contó con el apoyo de cuatro hablantes adultos, bilingües de mapuche-castellano. Estos hablantes fueron Clementino Lincope, Elena Llevilao, Pedro Huenupil Nahuelpán y Juan Segundo Huenupil Huenupán, los cuales fueron contactados por Valeria Ñancupil, coordinadora del proceso de Educación Intercultural Bilingüe en la zona4.
3.1.2.2. Entrevistas
El primer viaje a Tirúa se realizó con el fin de conocer a los respectivos asesores y mediante ellos tener acceso a los informantes. En el segundo viaje se realizó la recolección de los datos a través de los cuatro informantes, dos de los cuales pertenecían a la comunidad de Ponotro –lugar ubicado a 1 km del centro de Tirúa– y los otros dos pertenecientes a la comunidad de Aguas Santas, sector rural de Tirúa, ubicado a 18 km del centro urbano de Tirúa, junto a la costa. El acceso a este último sector se realizó con vehículo particular, ya que no existían medios de transporte que lo vinculasen con el sector urbano. Para llegar al destino específico de los informantes, Elizabeth Quintrileo emprendió una caminata de 1 hora y 45 minutos aproximadamente, ya que el acceso por otra vía no era posible. Una vez allí, entrevistó a Juan Segundo Huenupil, de 70 años de edad. Esta entrevista tomó lugar en la casa del informante, y se prolongó por 1 h y 30 min, aproximadamente.
La siguiente entrevista se realizó a Pedro Huenupil, hermano del informante anterior, quien además es asesor cultural del proyecto intercultural bilingüe. Esta entrevista tomó lugar en la sede social de la comunidad de Aguas Santas y duró aproximadamente 1 h y 45 min.
Al siguiente día se realizaron las dos entrevistas restantes en el sector Ponotro, ubicado a 1 km del centro de Tirúa. En esta ocasión el acceso a los informantes fue más expedito, ya que existían medios de transporte mucho más accesibles. Así, la primera entrevista de ese día se realizó a Clementino Lincope Llevilao, de 65 años, también asesor cultural del proyecto intercultural bilingüe, además de profesor de mapudungun en las escuelas de Tirúa. Esta entrevista se prolongó por dos horas, ya que él se detenía a dar distintas explicaciones del léxico.
La última entrevista se realizó a Elena Llevilao, de 65 años. Esta entrevista fue un poco más breve que el resto.
Cabe hacer presente, además, que estas entrevistas se realizaron en un ambiente muy cordial, lo cual, sin duda, fue facilitado por el hecho que Elizabeth Quintrileo tiene ascendientes mapuches.
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