jueves, 15 de mayo de 2014

MAPAS CONCEPTUALES - HISTORIA DE LOS CARTAGINESES



LOS CARTAGINESES .-

Inicialmente fue gobernado por una oligarquía de ricas familias, en forma de monarquía en los siglos VI-IV a. C. coincidiendo con la caída de Tiro ante Babilonia en el año 580 a. C. Posiblemente por cierto vacío de poder, se consolidó un sistema de gobierno centrado en dos personas llamados sufetes. Caracterizado por la instauración de grandes familias encumbradas en el poder por mucho tiempo, debido a las cualidades de sus individuos y a sus grandes riquezas. El poder de los sufetes denominados reyes por algunos escritores griegos y latinos no era absoluto, solían ejercer de jueces y árbitros ya que existían otras instituciones como el Senado con el que debían compartir sus decisiones. Según algunos el Senado fue creado durante el siglo V a. C. Su función era asesorar a los sufetes en cuestiones de política y economía. Su organización nos es desconocida. Según Heeren, era muy numeroso y se dividía durante la etapa monárquica en la Asamblea (simkletos), y el Consejo privado la Gerusia, compuesto de los notables de la Asamblea. Según Theodor Mommsen, el gobierno había pertenecido primeramente al Consejo de los Ancianos o Senado, compuesto, como la Gerusía de Esparta, de dos reyes que el pueblo designaba en la asamblea y de veinticuatro gerusiastas probablemente nombrados por los propios reyes y con carácter anual. Se conoce la existencia de reyes que dirigieron a las tropas en las guerras de Sicilia durante los siglos VI y V a. C. pertenecientes a la dinastía de los Magónidas. En el 480 a. C., tras la muerte de Amílcar I, derrotado por los griegos en la Batalla de Hímera, las grandes familias perdieron gran parte de su poder en manos del Senado, creándose el Consejo de los Cien por un movimiento social que dio lugar a un mayor control de los sufetes.
La república cartaginense era gobernada por varios órganos públicos pero reservados a la aristocracia, el más básico era la asamblea de ciudadanos (συγκλητος), constituida por varios cientos de individuos pertenecientes a las familias más acaudaladas e influyentes de la Cartago. La asamblea nombraba libremente a la mayor parte de los cargos de la ciudad, como el Consejo de Ancianos o Senado de los Cien (γερουσια), grupo de cien aristócratas formado de modo vitalicio, conocido desde el siglo IV a. C. Estaban encargados de funciones judiciales y de la supervisión de los funcionarios. Finalmente, la Asamblea de Ciudadanos se encargaba de la elección de los sufetes, de los sumos sacerdotes y de los generales. Los sufetes y los sumos sacerdotes eran miembros natos del Senado Cartaginense, llegando así a la cifra de 104 miembros. El senado también dirigía todos los procesos de la Asamblea, o las Pentarquías, grupos de cinco individuos que se ocupaban de los departamentos estatales y cubrían vacantes en el Senado. El Senado era el órgano más poderoso, compuesto en su totalidad por la más influyente aristocracia. Los sufetes eran dos magistrados elegidos anualmente entre las familias aristocráticas. Sus cometidos eran esencialmente civiles, la convocatoria del Consejo y de la Asamblea y funciones judiciales superiores.

La constitución cartaginesa, como todas aquellas cuya base es a la vez aristocrática y republicana, se inclina tan pronto del lado de la demagogia como del de la oligarquía. Aristóteles

El Consejo de los Cien es conocido desde el siglo IV a. C. Junto a este consejo existía una comisión permanente de 30 individuos. Era un sistema oligárquico, controlado por las elites urbanas, grandes propietarias de tierras o vinculadas al comercio. Las tensiones eran las propias de la competencia por el poder entre individuos o grupos aristocráticos, y se verían acrecentadas con la expansión desde el siglo VI a. C., y especialmente con la rivalidad con Roma. Los conflictos bélicos en concreto favorecieron la aparición de caudillos militares y familias concretas, capaces de actuar con cierta independencia. Las diversas opciones políticas y comerciales con que se enfrentó el Estado cartaginés a lo largo del siglo III a. C., como potenciar la expansión en África o buscar nuevos mercados, también provocaron divergencias entre las facciones de la oligarquía, terratenientes y comerciantes, disputas a las que probablemente se vieron arrastradas las clases inferiores urbanas de comerciantes y artesanos.



Una vez que Roma completó su dominio sobre toda la península itálica, emprendió la lucha contra Cartago para disputarle su influencia en el Mediterráneo occidental.
Los cartagineses comercializaban las telas, las piedras preciosas y los perfumes de Oriente; el trigo de Sicilia y del Norte de África; el estaño de Francia y el hierro y la plata de España.
El enfrentamiento se extendió desde el año 264 al 146 a.C. y se conoce en la historia con el nombre de guerras púnicas, debido a que los romanos llamaban poeni(fenicio) a los cartagineses.
Cartago era una colonia de Tiro, fundada por Dido hacia el año 880 a.C., quien había huido de su patria para escapar del gobierno despótico de su hermano Pigmalión. Al llegar a las costas de Africa pidió a los nativos que le concedieran una extensión de tierra que no fuera más grande que la que pudiera cubrir la piel de un buey, lo que fue aceptado. Entonces Dido hizo cortar el cuero en tiras largas y estrechas, con las cuales trazó el perímetro de un terreno mucho más amplio del que debiera haber recibido.
De inmediato levantó en aquel lugar una ciudad que rivalizó con Tiro y extendió su influencia a toda la costa africana del Mediterráneo. Luego los cartagineses ocuparon varias islas del Mediterráneo, inclusive parte de Sicilia, se establecieron en las costas de España, atravesaron el estrecho de Gibraltar y navegaron hasta las islas británicas y Francia hacia el Norte y hasta las islas Canarias hacia el Sur. De esta manera Cartago se convirtió en el centro de un verdadero emporio que monopolizó el comercio de Occidente.
En su organización política, Cartago constituía una república, como lo era Roma en esa época. El poder ejecutivo era ejercido por dos magistrados llamados sufetes, elegidos con carácter vitalicio. Su poder era vigilado por un Senado, cuyos integrantes pertenecían exclusivamente a la clase alta de la población, que estaba dividida en dos facciones, encabezadas respectivamente por dos familias, la de los Hannón y la de los Barca.
Por otra parte en la primera mitad del siglo III a. C. Roma se había, convertido en la primera potencia de la península Itálica, extendiendo su tutela a las ciudades griegas del sur y proyectando su sombra sobre Sicilia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario