HISTORIA DE LA PRIMERA CRUZADA .-
Hechos posteriores
El resultado de la Primera Cruzada tuvo un gran impacto en la historia de los dos bandos en conflicto. La nueva estabilidad adquirida en el oeste creó una aristocracia guerrera en busca de nuevas conquistas y patrimonio, y la prosperidad de las principales ciudades significó la capacidad económica para equipar las expediciones. Las ciudades estado marítimas italianas, en particular Venecia yGénova, estaban también interesadas en extender el comercio. Por su parte, el papado vio las cruzadas como su forma de imponer la influencia católica como fuerza de unificación, convirtiendo la guerra en una misión religiosa. Esto supuso una nueva actitud frente a la religión que hizo posible que la disciplina religiosa, antes aplicable solamente a los monjes, se extendiese también al campo de batalla, con la creación del concepto del guerrero religioso y del sentimiento de caballería.
La Primera Cruzada tuvo éxito en la creación, en territorio de Palestina y Siria, de los llamados Estados Cruzados: El Condado de Edesa, el Principado de Antioquía, el Reino de Jerusalén y el Condado de Trípoli. También creó aliados a lo largo de la ruta de los cruzados, como el Reino armenio de Cilicia.
De vuelta en Europa occidental, los que habían logrado sobrevivir hasta alcanzar Jerusalén fueron recibidos como héroes. Roberto II de Flandes, por ejemplo, recibió el sobrenombre de Hierosolymitanus gracias a sus logros. La vida de Godofredo de Bouillon, por su parte, se convirtió en objeto de leyendas a los pocos años de su muerte. Sin embargo, en algunos casos la situación política en los lugares de origen se vio muy afectada por las ausencias de los cruzados. Mientras Roberto II de Normandía estaba ausente, el control deInglaterra pasó a su hermano, Enrique I, y el conflicto a su vuelta terminó desencadenando la batalla de Tinchebray en 1106.
Mientras tanto, la creación de los Estados Cruzados supuso un alivio para el Imperio bizantino, al que ayudó contener la presión de losselyúcidas, y al que permitió recuperar varios de sus territorios en Anatolia. El Imperio atravesó posteriormente, a lo largo del siglo XII, un periodo de relativa paz y prosperidad. No obstante, si bien esta primera cruzada puede considerarse como un apoyo, al hacer frente a la creciente amenaza selyúcida y estableciendo pequeños reinos fronterizos; las cruzadas posteriores, muy poco eficaces contra los musulmanes, sólo consiguieron debilitar cada vez más al Imperio bizantino, en cuyos asuntos internos intervinieron.
El efecto en las dinastías musulmanas orientales fue más gradual, pero importante. La inestabilidad política y la división del Gran Imperio Selyúcida tras la muerte de Malik Shah I impidió una defensa coherente ante la invasión de los estados latinos. Esa misma cooperación continuó siendo difícil durante muchas décadas, aunque desde Egipto hasta Siria y Bagdad comenzaron a haber llamamientos para la expulsión de los cruzados. Finalmente esto culminaría con la reconquista de Jerusalén por Saladino, después de que la dinastía ayubí hubiese logrado unificar las áreas circundantes.
El papa Urbano II, al hacer un llamamiento para organizar una Cruzada a Tierra Santa, buscaba reforzar su autoridad espiritual suprema sobre la cristiandad latina a la vez que expandía su área de poder. No tuvo éxito en unir de nuevo el cisma existente entre el este y el oeste y, sin darse cuenta, contribuyó a solidificar el cisma, sobre todo tras el saqueo de Constantinopla de las últimas cruzadas.
Las Cruzadas vistas por los árabes
El fenómeno militar conocido como las Cruzadas fueron percibidas desde el mundo musulmán como una invasión bárbara protagonizada por unos fanáticos religiosos (denominados rum y frany por los musulmanes) con un nivel cultural muy inferior al que en ese momento se disfrutaba en el mundo árabe. En ese sentido, Amin Maalouf describe en su obra Las cruzadas vistas por los árabes40 el punto de vista del bando musulmán, basándose para ello en los testimonios de los historiadores y cronistas árabes de la época.
Desde este punto de vista, Amin Maalouf presenta la Primera Cruzada como el inicio de dos siglos de guerra en los que los habitantes de poblaciones como Jerusalén, Antioquía, Trípoli o Tiro sufrieron asedios, masacres y atrocidades de todo tipo, y cuyo recuerdo quedó en la cultura popular musulmana acentuando las diferencias culturales entre las civilizaciones cristiana e islámica, marcando la historia de la región hasta la actualidad.
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