ESTUDIO GRAMATICAL .-
DERIVACIÓN:
Formación de estructuras léxicas con un lexema y uno o más afijos.
Ej.: “chatear”, “futbol-ero” (que le gusta el fútbol).
4.2.1.2.2.1.4.1 Tipos de derivación:
4.2.1.2.2.1.4.1.1 Derivación simple: pro -clama- ción; veloz- mente.
4.2.1.2.2.1.4.1.2 Derivación flexiva: canta -re- mos.
4.2.1.2.2.1.4.1.3 Derivación apreciativa: pequeñ- ín; cerqu- -ísima.
4.2.1.2.2.1.4.1.4 Derivación parasintética: a -luni- zar; a- compas- ar.
En la derivación parasintética el prefijo y el sufijo se añaden a la vez, sin orden cronológico. No existen “aluna” ni “lunizar” por separado, sino sólo “alunizar”.
4.2.1.2.2.1.5 CREACIÓN:
Formación de nuevas palabras sin base de composición o derivación. Es más difícil formar palabras sin motivación léxica. Puede ser por motivación fónica (apócope): Guay, fin de…
4.2.1.2.2.1.6 PARASÍNTESIS:
Es un proceso de formación de palabras, en el que la forma léxica no se forma sólo mediante un morfema derivativo, sino que es un proceso más complejo en el que se añaden dos o más morfemas, sin que exista claramente una forma más simple intermedia.
Es la formación de una nueva palabra a partir de los procesos de composición y derivación.
En la derivación suele existir una cronología, pero en la parasíntesis no.
- anunciar = pre-anunciar = pre -anuncia -miento.
- compás= a- compas- ar = acompasa- da = acompasa- da- mente.
* Acompasadamente: a- compas- ada- mente.
Acompasa(r): lexema verbal, unción de núcleo léxico-semántico: “acción de llevar un ritmo conjunto”. Palabra parasintética formada por a- (prefijo preposicional); compás (lexema nominal), -r (sufijo categorial verbal).
Ada: sufijo categorizador adjetivo: infijazo en la palabra. “Cualidad que resulta de la acción anterior”.
Mente: sufijo categorizador adverbial. “modo de una acción o su resultado”
Palabra derivada, adverbio, “modo de llevar un ritmo conjuntamente”.
Estructura jerárquica: [a -compas -a(r) ] da ] mente ]]]
*El último morfema es el que da el rango gramatical a la palabra.
4.2.1.2.2.1.7 SIGLA:
Es un proceso de creación de palabras a partir de cada grafema inicial de los términos principales de una expresión compleja. Ejemplo de una sigla legítima es ONU, Organización de las Naciones Unidas, porque se ha tomado la inicial de los tres términos principales (organización, naciones y unidas) y no de los secundarios (de y las); términos principales son sustantivos, adjetivos y verbos, mientras que secundarios son los morfemas independientes: determinantes, preposiciones y conjunciones.
Un ejemplo de sigloide que incorpora varios grafemas de un término es Renfe, Red Nacional de Ferrocarriles Españoles. Un ejemplo de la incorporación de términos secundarios es PYME o PyME, pequeña y mediana empresa.
Las reglas que atañen a la escritura de los grafemas de una sigla son flexibles porque reflejan el avance del proceso de incorporación de la sigla al lenguaje habitual.
Cuando no se compone la sigla, aunque las iniciales de los términos originales lleven acento la sigla nunca la lleva, puesto que su pronunciación es nueva, y por ello también la sílaba tónica, al contrario que las abreviaturas. Tampoco se deben tildar las siglas que por reglas ortográficas deban tildarse, como CIA, que si fuera una palabra normal, para acentuarse la i debería ser tildada, pero en el caso de las siglas esto no es así.
En general se escriben con mayúsculas, mientras que algunas siglas más usadas se han incluido como nombre común en los diccionarios (uci, ‘unidad de cuidados intensivos’). Las siglas que se pronuncian como se escriben, esto es, los acrónimos, se escriben solo con la inicial mayúscula si se trata de nombres propios y tienen más de cuatro letras (Unicef, Unesco).
Al contrario que las abreviaturas, las siglas normalmente no deben llevar punto, pues en las abreviaturas el punto significa que lo escrito es sólo un acortamiento y debe pronunciarse la expresión completa. Puesto que las siglas permiten pronunciarse siguiendo su escritura, no llevan punto. Sin embargo, en un texto escrito en mayúsculas, sí se escriben puntos después de cada letra de la sigla: BOLETÍN DE LA O.E.A. (Organización de los Estados Americanos).
4.2.1.2.2.1.7.2 Pronunciación
Las siglas y sigloides trascienden el lenguaje escrito, es decir, siempre se pueden pronunciar siguiendo su escritura. Por ejemplo, podemos leer ovni pronunciando la sigla, [óv-ni], o desarrollándola, [ob-je-to vo-la-dor no i-den-ti-fi-ca-do].
Sin contar la pronunciación de la expresión desarrollada, que no es sigla, las siglas tienen dos modos de pronunciación: deletreo y silábica. El deletreo es sencillamente pronunciar el nombre de cada letra (o grafema): ONG, [o-ene-jé]. La pronunciación silábica es la que lee la sigla como una palabra: JASP, [jasp]. Esta última surge automáticamente siempre que el hablante sea capaz de pronunciarla según la fonética de su lengua, lo que produce una «sensación de familiaridad». Por ello, procurando que el hablante se sienta cómodo, se crean
Los sigloides, que integran grafemas con el objetivo de facilitar la pronunciación y evitar el deletreo, deformando el concepto de sigla.
Esta distinción entre pronunciaciones ha llevado a algunos lingüistas a hablar de siglas silábicas (JASP) y siglas consonánticas (ONG), aunque sigue habiendo otros que prefieren recurrir a la palabra acrónimo considerando: literación (ONG, lectura deletreada, traduciendo el concepto inglés initialism) y acrónimo (JASP, pronunciado como una palabra). La palabra acrónimo es de significado sorprendentemente equívoco por la importación solapada de conceptos extranjeros (véase acrónimo).
La pronunciación de la sigla indica su mayor lexicalización, su mayor incorporación al léxico habitual, mayor en las siglas pronunciadas (que la lingüista tradicional llamaba acrónimos), después en las deletreadas. Por ello, en bastantes casos la extrañeza del significado de una sigla hace que convenga desarrollarla para que el receptor entienda el mensaje; por ejemplo, pocos comprenderían el significado de las siglas PUR, que significa Partido Ucraniano Revolucionario.
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