martes, 6 de mayo de 2014

MAPAS CONCEPTUALES - ESQUEMAS - DIAGRAMAS Y GRÁFICOS DE LA GRAMÁTICA




LA UNIDADES MORFOLÓGICAS .-


 4.2.1.2.2.1.1  PREFIJACIÓN:
            El prefijo: es una palabra que proviene del latín que significa ‘colocar     delante’. Es un morfema derivativo de la clase de los afijos que se         antepone a una raíz, lexema o base léxica para formar una palabra de        significado diferente, denominada derivada. Así, el prefijo re- genera, por             ejemplo: renacer, recaer, repasar, etc.
            Al proceso para crear nuevas palabras o neologismos mediante prefijos             se lo conoce como prefijación, y es una clase de la derivación. En           algunas lenguas, los prefijos también son usados extensivamente para la     flexión, aunque esto es tipológicamente menos frecuente.
            Los prefijos son un procedimiento morfológico moderadamente frecuente          en las lenguas del mundo; alrededor de un 40% de las lenguas del        mundo usan en alguna medida importante los prefijos como parte de la    morfología. Las lenguas exclusivamente o casi exclusivamente    prefijantes son solo un 16% de las lenguas del mundo. Las lenguas que       usan preferentemente sufijos se concentran en África (especialmente    entre las lenguas níger-congo) y en el centro de México (especialmente        entre las lenguas otomangueanas).
            En muchas lenguas como las lenguas indoeuropeas los prefijos son      bastante asimétricos respecto a los sufijos, ya que se usan en la     derivación, pero no en la flexión.
            En español, el papel de los prefijos es más limitado que el de los sufijos,            ya que se usan solo en la derivación, nunca en la flexión (a diferencia de   lo que ocurre con los sufijos).
            En castellano, generalmente los prefijos provienen de antiguas    preposiciones de origen latino o griego. Lo que quiere decir que un prefijo        es la sílaba o palabra que se antepone a la raíz de una palabra, para            formar otra palabra con otro significado pero manteniendo siempre la      relación con el vocablo inicial.
            Aunque sea muy frecuente verlos escritos incorrectamente —separados            del lexema mediante espacio, o en los peores casos mediante guión—,           en la mayoría de casos se escriben totalmente soldados al vocablo al           que modifican salvo en dos excepciones: cuando se escriban ante    palabras que comienzan normativamente por mayúscula —o que sean todas mayúsculas, como ocurre con las siglas— (anti-OTAN) y cuando             deba emplearse un mismo vocablo varias veces seguidas pero con prefijos diferentes, el lexema solo se escribe una vez para evitar recargar           el texto y en los demás se representa mediante un guión después de los    prefijos (pre- y posoperatorio).
            4.2.1.2.2.1.1.1          Tipos de prefijos
            Podemos clasificarlos por sus características, por su posición o por su    origen.
            Por sus características podemos decir que existen dos tipos de prefijos: los prefijos propiamente dichos y los prefijoides. Estos últimos poseen un       carácter parecido al de los prefijos, aunque con algunas diferencias:
            Poseen un significado léxico, porque son, en realidad, sustantivos que provienen de lexemas latinos, griegos o extranjeros, no de preposiciones.
            Forman series no de palabras derivadas, sino de palabras compuestas: aeropuerto, aeroflota, aerotransportado, aeromoza.
            Pueden aparecer al principio o al final de las palabras: filosoviético,        bibliófilo; grafomanía, reprografía; fagocitar, aerófago, etc.
            En cuanto a su posición, algunos prefijos pueden superponerse a           palabras derivadas formadas con otros prefijos; otros se sitúan delante   del lexema directamente.
            En cuanto a su origen, la mayoría proviene del latín y otros del griego, a             veces incluso a través del latín. Muchas palabras griegas fueron        traducidas al latín copiando prefijos griegos con otros latinos: metamorfosis, transformación.
            4.2.1.2.2.1.2  SUFIJACIÓN:
            Se denomina sufijo a un tipo de morfema o afijo que se agrega después            del lexema, raíz o tema de una palabra.
            Los sufijos pueden ser derivativos o flexivos. En la mayoría de las            lenguas los derivativos preceden a los flexivos, ya que los derivativos            tienden a estar más cerca de la raíz. Una palabra está formada por una         raíz más un cierto número de sufijos derivativos se llama palabra derivada, y al mecanismo de sufijación por el cual se hace derivación.
            La sufijación es el proceso más extendido en las lenguas humanas para           la formación de nuevas palabras, alrededor del 70% de las lenguas del       mundo usan extensivamente la sufijación, y al menos el 80% usan sufijos      en alguna medida.
            Los sufijos son las letras que se agregan a una raíz para formar una       palabra.
            En nuestro idioma, la mayoría de los sufijos son de origen latino o  griego          y son imprescindibles para la integración de casi todas las palabras que           pertenecen a la lengua española. 


            4.2.1.2.2.1.2.1          Sufijos para gentilicios


            Los sufijos usuales para la formación de gentilicios en castellano son: - ano (zacatecano), -ino (jamaiquino), -i (israelí), -eno (chileno), -eño    (oaxaqueño), -ita (betlemita), -és (francés), -ense (hidalguense).


            Menos usados son: -o (suizo), -an (catalán), -aro (búlgaro), -ego    (manchego), -ico (germánico), -ón (borgoñón), -eco (guatemalteco), -ota          (chipriota), -eta (lisboeta).


            Y más bien singulares: -era (euskera), -cio (egipcio), -isco (llanisco, de    Llanes), -enco (ibicenco, de Ibiza).


            Cuando no existiere en ningún diccionario el gentilicio que se busca, éste        tendría que formarse de acuerdo con las normas gramaticales     castellanas, pero sería necesario castellanizar los nombres extranjeros           de lugar.


            4.2.1.2.2.1.2.2          Clasificación de los sufijos:


            4.2.1.2.2.1.2.2.1       Sufijos derivativos:


            Tienen una función categorizadora; cambian la categoría de la palabra, o          forman por derivación una nueva palabra de la misma categoría:


            Ej.: feroz: feroz- mente.


            4.2.1.2.2.1.2.2.2       Sufijos flexivos:


            No cambian la categoría de la palabra, sólo la flexionan o conjugan.


            Ej.: cantar: cantará, cantásemos. Gato: gata


            4.2.1.2.2.1.2.2.3       Sufijos apreciativos:


            No cambian la categoría de la palabra, sólo le añaden algún matiz           semántico de apreciación subjetiva.


            Ej.: pañ-uelo grand-ote pequeñ-ín ab-uelo venez- uela.


            *A veces distinguir los sufijos en una palabra no es fácil. En el caso de cartero/cartera se ve que el sufijo es flexivo, pero a la vez derivativo ya que cambia la categoría gramatical de la palabra (una designa un objeto, y la otra una profesión).


            4.2.1.2.2.1.3  COMPOSICIÓN:


            La composición se diferencia de los anteriores sistemas en el hecho de             que no parte de la unión de morfemas a una base, sino de la unión en             una misma unidad léxica de más de una base, o -según la idea más           tradicional de la unión de dos o más palabras. El grado de integración            formal y semántica de los componentes puede ir desde una fusión          máxima (me­diodía, sordo­mudo, matasellos, pa­raguas) hasta la relativa            independencia semántico-formal de los miembros (piso-piloto, salón-       comedor, ciudad-dormi­torio, etcéte­ra). Para determinar este grado de             fusión hay que tener en cuenta:


            No es cierto que en la composición sólo puedan unirse bases cuyo         núcleo sea de carácter lexemático, dado que también son palabras    compuestas aunque, porque, en las que se han unido morfemas      independientes. Esto lleva a considerar que la composición parte siempre         de la unión de varios monemas cada uno de los cuales puede funcionar         autó­nomamente en la lengua, y eso sería lo que nos permitiría             diferenciar a la composición más nítidamente de la derivación con            morfemas gramaticalizados.

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