jueves, 15 de mayo de 2014

MAPAS CONCEPTUALES - HISTORIA DE LOS CARTAGINESES



LOS CARTAGINESES .-

FIN DE LA PRESENCIA CARTAGINESA EN HISPANIA, 206 a.C.


Tras el regreso de Asdrúbal Giscón a la península, de nuevo con dinero y refuerzos de Carthago, contando con la ayuda de Magón Barca precedió a una leva masíva de tropas, esta vez se reunió el mayor numero que hasta entonces había poseído general alguno en estos últimos años, entre 50.000 y 70.000 hombres concentraron los púnicos en la ciudad de Ilipa, reforzados además estos con la presencia de la estupenda caballería númida de Massinisa. Escipión, enterado de estos preparativos se encontraba dubitativo pues era consciente que tan solo con los romanos no podría vencer, y depender de sus aliados hispanos le podría acarrear problemas, finalmente se decidió a emprender la ofensiva y en principio sumar a sus fuerzas a los auxiliares nativos que pudiese recabar de sus aliados. De esta forma, el ejercito romano emprendió la marcha desde sus cuarteles de invierno, M. Silano fue encargado por Escipión de recoger a las tropas que el regulo Culchas le había prometido al general romano, 3.000 hombres de infantería y 500 de caballería, tropas que se unieron al grueso de las fuerzas romanas ya en la frontera de Turdetania. Ver, La batalla de Ilipa.

Fue Ilipa la batalla mas difícil a la que Escipión se enfrento en Hispania, no falto mucho para que su ejercito quedase desbaratado y su obra arruinada. La derrota del ejercito púnico significo el fin de este, por mas que el incombustible Magón Barca albergase hasta el ultimo momento (durante la rebelión de Indíbil y Mandonio y la sublevación de los legionarios en Sucro) la esperanza de restablecer la situación.

Hispania, 206 a.C., la ofensiva romana.

Tras la derrota, los cartagineses consiguieron replegarse con seis mil hombres mal armados a una posición cercana a la costa, en ella fueron cercados por los romanos, así que ante la difícil situación en que se encontraban no dejaron de tener entre sus filas deserciones de auxiliares hispanos, por lo que, vista la situación totalmente desesperada en que se encontraban, Asdrúbal Giscón opta por desaparecer, escapando una noche hasta la costa en donde la flota le recogió y llevo a Gades. Escipión, una vez informado de la huida del cartaginés dejo a Silano con un contingente de 11.000 hombres para proseguir el cerco de la posición enemiga (en la que todavía se encontraba Magón) y el se retiro a Tarraco con el resto del ejercito en donde deseaba atender algunos asuntos referentes a los aliados. Asdrúbal, una vez en Gades, envío de nuevo a la flota a recoger a Magón Barca quien de esta forma también abandono a las cercadas tropas que tras la huida de sus dos jefes desertaron ahora en masa en dirección a las lineas romanas o bien a sus aldeas o lugares de procedencia.
Durante los días en que tan solo Gades resistía ya a los romanos, tuvo lugar la entrevista de Massinisa con estos, tras la que poco después abandonaría a sus antiguos aliados cartagineses y escaparía a África.
La noticia del fin de la guerra en Hispania, dada por Escipión poco después de estos hechos, puso fin a la guerra que a lo largo de trece años había enfrentado a los romanos con los cartagineses en la península ibérica, lo que quedaban ahora eran simples operaciones de represalia y de limpieza, pues muchas tropas y generales púnicos quedaban todavía en el área aunque ninguno podía considerarse realmente como peligroso, si bien es cierto que las singulares características del país, en el que es fácil levantar un ejercito si se dispone de la oportunidad y el oro necesarios hacían indispensable acabar de una vez con cualquier rescoldo de tan largo y grave conflicto.

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