El abad don Juan, señor de Montemayor. La historia de un cantar, edición, introducción y notas de Ana Martínez Pereira y Víctor Infantes, Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert [Medievalia Hispanica, 16], 2012.
Se trata de un texto de importancia mayor (la historia de un renegado cristiano en tiempos de Almanzor) y que, en consecuencia, merecía una actualización con sólidas bases críticas y textuales. El texto de la Historia (según la primera edición conservada, ca. 1502) va acompañado de un amplio aparato crítico y numerosas glosas interpretativas, así como de una introducción en la que destaca su “historia bibliográfica”. Se añade como apéndice la versión “breve” de la historia que se contiene en el capítulo 287 del Compendio historial de Diego Rodríguez de Almela.
Copio la breve presentación que figura en cubierta: “Esta edición de la Historia del aban don Juan de Montemayor rescata una de las leyendas medievales de mayor fama y difusión en las relaciones literarias de España y Portugal, gestada en una fecha imprecisa de los siglos XII y XIII. La inexistencia de una edición moderna asequible de la obra, tras la que realizó Ramón Menéndez Pidal a comienzos del siglo XX, aconsejaba preparar de nuevo el texto para los lectores actuales, con el cotejo de todos los testimonios conocidos, anotando las peculiaridades lingüísticas y culturales de un escrito medieval y ofreciendo una introducción con los pormenores históricos y literarios de la gestación de la leyenda y sus manifestaciones literarias más relevantes.”
Origen
La primera mención a un perdido Cantar o Gesta del Abad Don Juan de Montemayor se dio en el siglo XIV, en el proemio de un poema en portugués, hoy perdido, de Alfonso Giraldes sobre la Batalla del Salado (1340), en la cual este autor se halló. En 1632 poseía ese poema fray Antonio Brandao, según dice en su Monarchia Lusitana (3ª parte, libro 10, capítulo 45) y su sobrino fray Francisco Brandaocomunicó el romance de Giraldes a Jorge Cardoso, quien en su Agiologio lusitano (1652) ofrece la cita del poeta del siglo XIV:
Outros falan da gran rason
de Bistoris gram sabedor,
e do abbade dom Ioan
que venceo rei Almançor.
Diego Rodríguez de Almela dedica un capítulo de su Compendio Historial (1491) a contar esta gesta, de la cual sólo se conserva además otra versión igualmente fragmentaria en prosa, la contenida en un impreso de cordel publicado en Toledo en 1498 y reimpreso seis veces más en los siglos XVI y XVII hasta la de Córdoba de 1613, aunque tal vez fueron más que debieron de perderse. Ambos proceden de un origen común, acaso la prosificación de una cantar de gesta más antiguo. Aunque la acción transcurre en Portugal, la historia posee una gran analogía con la del alcalde de Madrid Gracián Ramírez, que degolló a sus hijas al verse sitiado por los moros, pero estas fueron resucitadas por la Virgen de Atocha.
El autor conoce el Cantar de los siete infantes de Lara, el de Fernán González y el Cantar de Mio Cid, porque toma algunos detalles de ellos. Como desconoce que el monasterio de Alcobaza fue fundado por Alfonso Enríquez, rey de Portugal, debía ser leonés; aunque la leyenda fue muy popular en Portugal, lo fue a partir del siglo XVI, porque su origen verdadero era leonés.
Argumento
La acción se sitúa en tiempos del rey Ramiro III de León (966-984) y de Almanzor (978-1008), mucho tiempo antes de que Portugalalcanzara la independencia. El Abad de Montemayor (Portugal), recoge y cría a un niño abandonado fruto de incesto, llamado García. García crece como caballero pero traiciona la fe cristiana y se convierte al Islam, pasándose al bando de Almanzor con el nombre de Zulema. Tras llegar con su tropa hasta Santiago de Compostela y profanar su catedral entrando a caballo y quemando las reliquias, aconseja a Almanzor la conquista de Coímbra, que arrasan, y llega a asediar Montemayor, defendida por el Abad Don Juan; después de reunir consejo el día de San Juan Bautista, el Abad resuelve matar a los ancianos, mujeres y niños para que no cayesen en poder de los moros y hacer una salida para morir matando; don Juan mismo mata a su hermana doña Urraca y a los cinco hijos de esta y arroja al fuego las riquezas de la ciudad; comulgan y se perdonan mutuamente los pecados y los pocos caballeros sobrantes hacen una salida tan fiera que logran derrotar completamente a los musulmanes y don Juan corta la cabeza a Zulema. Al regresar al castillo encuentran resucitados a todos los sacrificados la noche anterior, y el abad hace voto de pasarse la vida en el mismo sitio donde se obró el milagro y se cuenta que el Monasterio de Alcobaza fue construido en ese mismo lugar.
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