sábado, 14 de febrero de 2015

PSEUDOCIENCIA - ARTÍCULOS

Bibliomancia Etimología: Del griego biblion=libro y mantéia= adivinación. Método de adivinación que consistía en abrir un libro en una página al azar e interpretar su contenido contextualizándolo o adaptándolo a la circunstancia presente. Aunque históricamente La Biblia ha sido el libro preferido de los bibliomantes, actualmente se utilizan también libros clásicos o con los que el interesado tiene cierta afinidad.
La Bibliomancia tiene su origen en el Imperio romano, pero resurge con vigor en la Edad Media, donde era usada la Eneida de Virgilio.
Generalmente, una vez hallada la página, se leía el primer párrafo.
Indirecto: Llamaremos así al método que consiste en la apertura del libro sin intervención humana. Se solía dejar el libro a la intemperie, abierto a la mitad exacta, para que el viento se encargase de pasar las páginas. Otro método consistía en arrojar el libro o dejarlo caer y realizar la exégesis sobre las páginas donde había quedado abierto.
Directo: El bibliomante, se dejaba guiar y abría el libro en las páginas adecuadas. También podía pedir al interesado que él mismo abriera el libro.

Bibliomancia: el arte de "leer" el futuro en los libros

Bibliomancia, el arte de leer el futuro en los libros.


La Bibliomancia es uno de los métodos de adivinación que mejor ha resistido los embates del racionalismo, justamente porque ofrece un material concreto de interpretación.

Al contrario de lo que ocurre con otras mancias, mediante las cuales el oficiante debe interpretar vísceras, reflejos, humo, rastros de café y otras infusiones, sombras, polígonos, raras simetrías geométricas, la Bibliomancia se vale de un elemento que habita en casi todas las casas del planeta: un libro. 

La palabra Bibliomancia proviene del griego Biblion, "libro"; y Manteia, "adivinar". Su significado es bastante claro y no requiere mayores precisiones. Para practicar laBibliomancia tampoco hacen falta mayores instrucciones. Basta tomar un libro cualquiera,abrir una página al azar, leerla e interpretarla adaptando su contenido al problema o situación que deseamos consultar.

Si bien históricamente la Bibliomancia se valió de la Biblia para adivinar sus misteriosapelando a su santidad; cualquier libro es proclive de ser interpretado; ya que en cierta medida todos los libros son sagrados, aún aquellos catalogados de "malditos". En definitiva, la santidad de un texto siempre es subjetiva.

Existen distintas posibilidades para la Bibliomancia. Por ejemplo, durante el Imperio Romano se utilizaba la "biblia" del paganismo, la Eneida de Virgilio. La Edad Media, como ya vimos, prefirió la Biblia y sus misteriosos simbolismos. No obstante estas discrepancias, el métodoera siempre el mismo. Una vez seleccionada la página al azar se leía el primer párrafo, que era interpretado según los cuestionamientos del oficiante. Por ejemplo, supongamos que deseamos consultar sobre el destino de un viaje, en cuyo caso tomamos -por ejemplo- el primer tomo de Los héroes (On Heroes), de Thomas Carlyle, (no la versión digital) y pasamos las páginas rápidamente hasta detenernos en alguna, siempre siguiendo un sentido azaroso. En nuestro caso, el recorrido nos llevó a la página 56:


... ilimitadamente, esta conducta constituiría por si sola uno de los signos más deplorables.


Acto seguido, el oficiante debe interpretar el párrafo, en nuestro caso, el final misterioso de una oración que no promete demasiado venturoso para nuestro viaje.

Otros tipos de Bibliomancia requieren ingredientes externos al somero repaso de páginas por parte del ejecutante. En uno de ellos el libro era abierto justo por la mitad y ubicado a la intemperie, entonces se aguardaba que el viento fuese corriendo las páginas hasta que se decidía -también al azar- intervenir.

Otro método de Bibliomancia consistía en arrojar un libro al piso y leer el primer párrafo por donde se había abierto. Con esto se creía que cuanto menor fuese la intervención del "lector" mayor eficacia podía hallarse en el párrafo que el destino seleccionó por él.

Bastante inconformes sobre la profecía de Carlyle nos propusimos examinar otras posibilidades, esta vez, a propósito del destino de este artículo. Para ello apelamos a un lenguaje menos académico y, en cambio, infinitamente más simbólico y rico. Con cierto pavor tomamos una descoyuntada antología de William Blake, la sometemos a la acción del viento, y nos acercamos al primer verso en la página 62.


Qué se le ha hecho, ella no lo sabe
y si la interrogáis jurará que no lo ignora.
Sea favorable o no, a nadie le cabe culpa.
Sobre nadie ha de recaer orgullo ni vergüenza.


El artículo: Bibliomancia, el arte de leer el futuro en los libros fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

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