sábado, 23 de noviembre de 2019

MÚSICA DE LA EDAD MEDIA


canto gregoriano se refiere en general a un tipo de canto llano, simple, monódico y con una música supeditada al texto utilizado en la liturgia de la Iglesia católica, aunque en ocasiones se usa en un sentido amplio o incluso como un sinónimo de canto llano.
Se denomina canto gregoriano al canto propio de la liturgia romana de la iglesia católica que es herencia de los cantos entonados de la iglesia primitiva griega.




Gaudeamus omnes
Gaudeamus omnes
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Gaudeamus omnesintroito
de la Misa en honor a Enriquepatrón de Finlandia.

Historia del canto gregoriano[editar]

Deben rastrearse sus orígenes en la práctica musical de la sinagoga judía y en el canto de las primeras comunidades cristianas. La denominación canto gregoriano procede del hecho de que su recopilación se atribuye al papa Gregorio Magno, y se trata de una evolución del canto romano confrontado al canto galicano. Debe aclararse y entenderse que el canto gregoriano no fue compuesto por el papa Gregorio I Magno, ni tampoco recopilado por él. Fue a partir del siglo IX cuando empezó a asociarse su nombre a este compendio musical, sobre todo a partir de la biografía de Juan el Diácono.
A comienzos del siglo XX, el canto gregoriano recibió un nuevo impulso de San Pío X, a través del motu proprio Tra le sollecitudini1
Desde su nacimiento, la música cristiana fue una oración cantada, que debía realizarse no de manera puramente material, sino con devoción o, como decía Pablo de Tarso: «Cantando a Dios en vuestro corazón». El texto era, pues, la razón de ser del canto gregoriano. En realidad el canto del texto se basa en el principio, según San Agustín, «El que canta bien, ora dos veces». El canto gregoriano jamás podrá entenderse sin el texto, el cual tiene prelación sobre la melodía y es el que le da sentido a ésta. Por lo tanto, al interpretarlo, los cantores deben haber entendido muy bien el sentido del texto. En consecuencia, se debe evitar cualquier impostación de voz (sin sobresaltos) de tipo operístico en que se intente el lucimiento del intérprete. Del canto gregoriano es de donde proceden los modos gregorianos (una adaptación de los modos griegos), que dan base a la música de Occidente. De ellos vienen los modos mayores y menores, y otros menos conocidos.

Características generales[editar]

Libro de canto llano
  • Las partituras del canto gregoriano están escritas en tetragrama (a partir del trabajo de Guido d'Arezzo).
  • Tiene un ritmo sometido ante todo al texto latino. Se considera pues que es de ritmo prosódico.
  • Es una plegaria cantada y la expresión de una religiosidad.
  • Es un canto monódico (solo existe una línea melódica) y a cappella (carece de acompañamiento instrumental), interpretado por voces masculinas. Las voces lo interpretan en forma coral (bien la completa asamblea de fieles, bien la schola cantorum) o en forma solista (el celebrante o presidente de la celebración, o bien uno de los cantores de la schola cantorum).
  • Su texto está escrito en latín, exceptuando el Kyrie Eleison («Señor ten piedad»), sección del ordinario la misa en lengua griega.
  • Todas las piezas gregorianas son siempre modales, escritas dentro de uno de los ocho modos gregorianos o modos eclesiásticos (protus, deuterus, tritus y tetrardus, cada uno en sus dos posibles versiones auténtica o plagal).
  • La forma musical está definida por la del texto, y por el contexto litúrgico de este.
  • La línea melódica se mueve preferentemente por grados conjuntos, y son raros los grandes intervalos en la voz. Por lo regular la línea se mueve por segundas, terceras, cuartas o quintas.
  • El repertorio gregoriano es anónimo.

Clasificación[editar]

Las obras de canto gregoriano se clasifican según diversos criterios:
  • Según la forma de interpretarse: estilo responsorial (alternancia de un solista con un coro), estilo antifonal (alternancia de dos coros) y estilo directo (sólo hay un coro o un solista).
  • Según el tipo de texto: bíblicos (aparecen en la Biblia) y no bíblicos (no aparecen en la Biblia).
  • Según el número de notas cantadas por sílaba: silábico, con una nota por cada sílaba; neumático o adornado, con dos o tres notas por sílaba, y florido o melismático, muy adornado, con más de tres notas por sílaba.

Formas musicales[editar]

Las principales expresiones del canto gregoriano son el recitativo litúrgico, la salmodia, la Santa Misa y el Oficio divino. Los textos conocidos como accentus son entonados por los obispos, por los sacerdotes o por los diáconos, principalmente en una sola nota, con fórmulas melódicas muy simples en ciertos lugares de cada oración gramática. Los cantos más complejos son cantados por coros o solistas expertos en el canto gregoriano. Existen muchas colecciones de cantos litúrgicos: Graduale Romanum (o también el Graduale Triplex, con el mismo contenido pero con triple notación), que contiene los cantos Propios y el Ordinario; el Liber usualis, que contiene los cantos de la forma extraordinaria de la Misa (Misa Tridentina) y los cantos del Oficio Divino.

Los cantos de la Misa[editar]

Los cantos del Propio de la Misa[editar]

Los Propios están constituidos por piezas que se cantan según el tiempo litúrgico o según la fiesta que se celebra. Estos cambian cada domingo, lo opuesto a los cantos del Ordinario, cuyos textos nunca cambian. Los cantos de Introito, Gradual, Aleluya, Tracto, Secuencia, Ofertorio y Comunión forman parte del Propio de la Misa o, en latín, Proprium Missae.
  • Introito: canto de entrada
  • Gradual, aleluya o tracto: después de las lecturas
  • Secuencias
  • Ofertorio para acompañar la procesión de las ofrendas
  • Comunión
  • Además de estos dos grupos de piezas, existen otras que se cantan como recitativos con algunas inflexiones (cantillatio): tales son las oraciones, las lecturas, el prefacio y la oración eucarística, el Padre nuestro. Eran piezas que, por su sencillez, podían ser ejecutadas por el celebrante o por personas que no requerían especiales habilidades para el canto.

Los cantos del Ordinario de la Misa[editar]

El Ordinario está compuesto por textos que se repetían en todas las misas. Los textos se mantenían invariables. Todos los textos son en latín, excepto el Kyrie, que está en griego.
  • El Kyrie consiste en la repetición de las palabras Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison (Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad). En la forma extraordinaria, cada parte se repite tres veces, y en misales incluso más antiguos se encuentra Kyrie eleison imas (Señor, ten piedad de nosotros). Se distingue el Kyrie por ser el único canto escrito en griego y no en latín. Frecuentemente se canta en un estilo melismático.
  • El Gloria canta la Gran Doxología. Ambos son largos, y el texto frecuentemente se alterna entre partes del coro o entre el coro y la congregación.
  • Credo. Compuesto a partir del siglo VII. Su textura es monofónica. Lo canta un solista (oficiante de la ceremonia) y un coro de voces masculinas sin acompañamiento instrumental. El oficiante entona la primera frase Credo in unum Deum (Creo en un solo Dios), y el coro continúa desde Patrem omnipotente (Padre Omnipotente) hasta el final del Credo. En cuando a los aspectos melódicos, tiene un ámbito estrecho, no tiene saltos melódicos, y su estilo es silábico. Tiene un ritmo libre, determinado por la palabra. Es una composición modal. En el Liber Usualis, como todas las composiciones gregorianas, la pieza está escrita en notación cuadrada sobre tetragrama.
  • Sanctus y Benedictus
  • Agnus Dei
  • Ite, missa est

Diferencias entre el ordinario y el propio de la misa[editar]

La diferencia básica está en la letra. Los cantos del ordinario siempre tienen la misma letra, mientras que en los cantos del propio la letra varía y también puede cambiar la música. Todo esto depende de la fiesta que se celebre y del calendario litúrgico. A partir del siglo X, se realizaron reformas sobre el repertorio del canto gregoriano, tanto cambios que aparecieron de forma espontánea como cambios o ajustes que se realizaron de una forma totalmente dirigida. Pueden encontrarse tres manifestaciones: el tropo, la sequentia y el drama litúrgico.
Clases de tropos[editar]
  • Sólo se añade melodía: en medio del texto se introduce un melisma y, por lo tanto, puede modificar la melodía antigua.
  • Sólo se añade el texto: pasa de un canto melismático a otro silábico, pues se le añade el texto (tropo) en el melisma.
  • Se añade texto y melodía: se añaden pequeñas cuñas de composiciones nuevas a composiciones antiguas.
La secuencia es un tipo especial de tropo. Es un tropo del Alleluia (muy melismático) que, con el tiempo, se independiza de la pieza original. Se hicieron independientes, sobre todo por tener texto y música completa. El drama litúrgico son pequeñas obras de teatro que se realizan en la Iglesia.

Los cantos del Oficio Divino[editar]

El Oficio Divino (también conocido como Liturgia de las Horas) es la oración litúrgica cotidiana que han de cantar los cristianos, sean religiosos o laicos. En los monasterios/conventos, los monjes/monjas hacen una pausa en sus labores y se reúnen a determinadas horas del día (horas canónicas) para hacer su oración. Estas oraciones se cantan durante tiempos largos, especialmente los himnos al empezar, los antifonarios usados para los salmos, los salmos mismos, y para los antifonarios Marianos. Estos son cuatro canciones (Alma Redemptoris MaterAve Regina CaelorumRegina Caeli y Salve Regina), que vienen del siglo XI y son más complejos que la mayoría de los antifonarios de los salmos.
  • Maitines: plegaria de vigilia.
  • Laudes: plegaria de la mañana.
  • Prima: seis de la mañana. (la Prima fue suprimida por el Concilio Vaticano II en la Constitución Dogmática Sacrosanctum Concilium para la Liturgia)
  • Tercia: nueve de la mañana.
  • Sexta: doce del mediodía.
  • Nona: tres de la tarde.
  • Vísperas: seis de la tarde.
  • Completas: antes de ir al descanso.

Repertorio[editar]

El repertorio de cantos para el oficio divino consta de:

Influencia[editar]

Antifonario con canto gregoriano
El canto gregoriano tuvo gran impacto sobre el desarrollo de la música occidental, especialmente en la música medieval y del Renacimiento. El pentagrama moderno procede directamente de las neumas gregorianas. La notación musical que fue creada por Guido de Arezzo para el canto llano se adaptó para otros tipos de música, y los grupos de neumas se designaron para representar ritmos musicales. Las notas modernas ya remplazaban los neumas en los siglos XV y XVI, aunque los libros de música sacra conservan los neumas hasta hoy en día.












La Antífona (del latín antiphona, y este del griego ἀντίφωνος, significa voz que responde) es una forma musical y litúrgica propia de todas las tradiciones litúrgicas cristianas.
Antifona del "Magnificat" para el Lunes.
Consiste en una melodía generalmente corta y sencilla, de estilo silábico, utilizada como estribillo que se canta antes y después de los versículos de un cánticohimno o salmo, normalmente en latín, en varios servicios religiosos del Oficio y de la Misa, como las Vísperas.
En el entorno religioso, IntroitoOfertorio y Comunión son conocidos también como antífonas, antiphona ad introitum, etc. (Véase Antífonas de Adviento).
Musicalmente, es una pieza interpretada por la asamblea o por dos coros que cantan alternativamente versículos de los salmos; este modo de cantar es conocido como estilo antifonal, por que corrientemente se la asocia con la salmodia antifonal.
En la Edad Media se la conocía como un texto con melodía libre y sencilla que era cantada por la asamblea de fieles junto a los salmos; también fue usada fuera del entorno litúrgico, aunque mantenía un contenido paralitúrgico.
Es el tipo más sencillo de melodía de estilo libre.
Las antífonas son muy frecuentes en el Liber usualis.
Ejemplo: Justus ut palma, verso 13, salmo92
La Sabiduría.
Especial importancia tienen las O Antiphons, para Adviento, que se caracterizan por utilizar las palabras de uno de los atributos de Dios o Yaveh según las Sagradas Escrituras.
Ejemplo: O Sapientia.
O Sapientia, quae ex ore Altissimi prodiisti,
attingens a fine usque ad finem,
fortiter suaviterque disponens omnia,
veni ad docendum nos viam prudentiae.
Oh sabiduría, que saliste de la boca del Altísimo,
llegando desde un extremo hasta el otro,
ordenándolo todo con fortaleza y dulzura,
ven a enseñarnos el camino de la prudencia.
Desde la Edad Media, las antífonas se recopilaban en manuscritos llamados antifonarios.






Características[editar]

  • Son los cantos más frecuentes en los Oficios, considerándoselas el origen del canto llano.
  • Al evolucionar, llegaron a constituir cantos independientes utilizados en distintos oficios.
  • Las antífonas del Oficio están reunidas en el antifonario.
  • Dentro del repertorio del canto gregoriano, se pueden agrupar en dos tipos claramente diferenciados:
  • Las antífonas del Magnificat de la misa son las más adornadas y en ellas el salmo asociado se reduce a un versículo.

Antifonario[editar]

El Antiphonarium es un libro litúrgico-musical que complementa el misal y reúne el repertorio gregoriano de partes variables de la Misa.
Inicialmente recopilaba únicamente el texto de las antífonas. Con el tiempo, al evolucionar y hacerse más extensas y variadas, también se incluyeron la música y todos los cantos de la liturgia.
Un Antifonario importante, por su contenido y haberse conservado completo, es el Antifonario 8 del Archivo Catedralicio de León, s. X.
Otros ejemplos destacados son los Antifonarios de los monasterios de SilosSan Juan de la Peña y San Zoilo de Carrión.

Género musical[editar]

Las antífonas más antiguas, como las del Magnificat, son muy adornadas, generalmente de estilo neumático.
Las antífonas cantadas durante los oficios de la Misa, generalmente son simples y cortas, de estilo silábico.

Estilo[editar]

En sus orígenes eran melodías cortas, sencillas, libres y eminentemente silábicas; a lo largo del siglo XII incorporaron la polifonía.
La mayor parte de las antífonas conservadas en las liturgias cristianas, sobre todo las del Rito romano y el Rito hispánico, guardan un estilo melismático bastante sencillo, reflejo de su origen en los cantos responsoriales.

Estructura[editar]

Considerando su forma de interpretación, se obtienen las siguientes estructuras básicas:
A = antífona
V = versículo del salmo
  * A V A1
  * A V1 A V2 A …
  * A V1V2 A V3V4 A V1V2 A …
  * A1A2 V1 A1A2 V2 A1 A2 …

Interpretación[editar]

La antífona podía aparecer al principio, final o entre cada uno o dos versos del salmo.
En sus orígenes, cuando musicalmente era una melodía libre y sencilla, era interpretada por la asamblea de fieles.
Posteriormente, al evolucionar y precisar técnicas musicales más elaboradas, esta función fue paulatinamente asumida por el coro, que alternativamente recitaba los versos del salmo.
Se desconoce si se utilizaban instrumentos musicales.

Tipos[editar]

Antífonas simples[editar]

Formadas por una o dos frases cuyo texto bíblico se toma del salmo al que va unida.
Ejemplo: Verbum caro
Antífona: Verbum caro. Fragmento de Breviario del s.XII. Archivo ACCO, Catedral de Orense.
Copia moderna.

Antífonas melismáticas[editar]

Rezos interpretado musicalmente sin texto asociado.

Antífona de responsorio amplio[editar]

Es una forma musical con estribillo.
Dio lugar al canto antifonal, dos semicoros se alternan en el canto.

Antífona salmódica[editar]

Es el canto de salmos en el que se alternan grupos de intérpretes.

Antífona mariana[editar]

Antífona dedicada a la Virgen María.
No son de estilo salmódico.
Hay cuatro antífonas marianas:
Alma Redemptoris Mater
Ave Regina Caelorum
Regina Caeli
Salve Regina

Antífona estilo motete[editar]

Ejemplo:
Ave Regina caelorum de Power

Antífona coral[editar]

Dos o más grupos de cantores, interpretan alternadamente.
Este tipo es el más significativo del Renacimiento y comienzos del Barroco. Constituye una característica de la llamada Escuela veneciana, aunque continuó siendo ampliamente usada después del s. XVI en Italia, España y Alemania, donde alcanzó gran popularidad.

Antífona procesional[editar]

Se la considera el origen del drama litúrgico.
Ejemplo:
Quem quaerititis in sepulchro, antífona procesional de Pascua.

Antífona votiva[editar]

Antífona con un versículo, una respuesta y una plegaria.
Suele estar dedicada a un santo particular.
Es el tipo de estilo más florido; fue la forma musical más extendida desde finales del s. XV.
En algunos casos se puede confundir fácilmente con un motete.
John Dunstable fue un compositor destacado de este tipo de antífona.
Ejemplo:
Crux fidelis, de John Dunstable.

Historia[editar]

Ver también: Formas musicales por periodo, línea de tiempo.
Su origen se encuentra probablemente en el estilo repetitivo de los servicios litúrgicos judíos.
Según Sócrates de Constantinopla, fue introducida en la iglesia cristiana de Antioquía por Ignacio de Antioquía (†107), que tuvo una visión de ángeles cantando en coros alternos.
San Ambrosio, obispo de Milán (340-397), las introdujo en la iglesia cristiana occidental, recopilando cantos antifonales en libros llamados Antifonarios.
Nació al utilizar, adaptar y combinar elementos, centonización, de algunas melodías populares a nuevos textos.
Se menciona en la descripción del viaje de Egeria a Tierra SantaItinerarium ad Loca Sancta, de finales del s. IV, donde hace referencia a prácticas de la liturgia hebrea en Israel:
… himnos, antífonas y salmos responsoriales …
… et fiunt orationes cata singulos ymnos uel antiphonas …
… y rezaban oraciones después de cada himno (¿salmo?) con su antífona
En sus orígenes, el verso antifonal se repetía probablemente después de cada versículo de un salmo, himno o cántico. Pero sus usos litúrgicos se fueron modificando, cantándose en el estribillo antifonal solo antes y al terminar el canto. En la actualidad solo se utiliza la entonación o frase inicial de la antífona antes del salmo, quedando el resto de este estribillo para el final.
Algunas piezas más elaboradas, originariamente antífonas, se desarrollaron para convertirse en cantos independientes de un salmo o cántico -las antífonas del Introito, el Ofertorio, la Comunión, etc.- que conservan un solo verso o ninguno.
Agobardo (779), en su Liber de Correctione Antiphonari, criticando las prácticas profanas y herejes, menciona:
… nadie debe atreverse a cantar en la iglesia melodías de responsorio y antífona con textos que no sean de la Biblia…
Las antífonas se recopilaron inicialmente en los libros de salmos, salterio y de cánticos; un ejemplo es un códice de la Biblioteca del Monasterio del Escorial, del s. X, y posteriormente en los Antifonarios.
Al evolucionar se independizaron del salmo, constituyendo cantos independientes y reutilizables.
En su forma polifónica fueron ampliamente utilizadas durante la Edad Media y el Renacimiento.
Desde comienzos del Renacimiento, la antífona y el motete tenían la misma estructura.
La antífona votiva evolucionó teniendo cada vez un estilo más florido; fue la forma musical más extendida de finales del s. XV.

Composiciones[editar]

  • Ad te levavi, a ti levanté mi alma.
  • Alma Redemptoris Mater, Madre del Redentor, antífona mariana del Adviento y Navidad.
  • Ave Regina Caelorum, Ave, Reina de los Cielos, antífona mariana de la Cuaresma.
  • In templo Domini, en el templo del Señor.
  • Iste sanctus, este santo, antífona conmemorativa.
  • Justus ut palma
  • O Christi pietas, Oh piedad de Cristo, del oficio de San Nicolás.
  • Quis revolvit, antífona alemana.
  • Regina Caeli, antífona mariana del final de la Pascua.
  • Salve Regina, antífona mariana cantada durante el resto del año fuera del Adviento y Navidad.
  • Solvite templum hoc.
  • Venid ad Petrum, del Jueves Santo.
  • Verbum caro, antífona VIII del Responsorio, Breviario s. XII, Catedral Ourense.

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