Peire de Monzó(n) (activo en 1173), también Pere de Montsó, fue un trovador aragonés, aunque no ha sobrevivido ninguna de sus composiciones. Posiblemente su origen esté en Monzón, pero puede ser originario de Monzón de Campos en Castilla, como pensaba Ramón Menéndez Pidal. Es el sujeto de la octava estanza de una famosa sátira de doce trovadores de Peire d'Alvernhe. La estanza tiene diferentes lecturas:
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El verso no está nada claro. La primera lectura sugiere que Raimundo V de Tolosa había oído a Pere cantando. Sin embargo, si la reconstrucción de los hechos que rodean a la sátira de Peire d'Alvernhe de Pattison es correcta, Pere de Montsó estaba relacionado con el entorno español (posiblemente como trovador de Leonor Plantagenet, hija de Enrique II de Inglaterra y prometida de Alfonso VIII de Castilla, que viajaba por Gascuña de camino a España cuando ella y su cortejo fueron entretenidos por la sátira de Peire. Pattison sugiere sobre la base de esta estanza, que el grupo también habría viajado por tierras de Toulouse y se encontraron en presencia del Conde, de cuyas acciones en la época no se conocen otras noticias.
En la segunda lectura, está claro que Raimundo V supuestamente compuso una melodía que fue empleada más tarde por Pere, pero si fue robada a Pere por una tercera persona o si Pere fue considerado ladrón por usar la música de otro no está claro.
Ponç de la Guàrdia (1154?-1188?) fue un caballero del linaje de Saguàrdia, señores de un castillo cerca de Ripoll. No era un trovador profesional, sino un caballero al cual, según dice el mismo, le gustaba que las damas occitanas celebrasen sus composiciones. Se sabe que participó en el sitio de Cuenca (1177) bajo las órdenes del rey Alfonso I y, más tarde, en la expedición del rey contra el conde Raimundo V de Tolosa.
Su obra la forman nueve composiciones amorosas, cuatro de las cuales forman un pequeño ciclo dedicado a una dama que nombraba con el senhal de On-tot-mi-platz. Aunque como todos los trovadores escriben en occitano, se pueden detectar, algunas palabras en catalán en sus poemas (de hecho eso pasa frecuentemente en los trovadores catalanes, sobre todo en Cerverí de Gerona).
En la siguiente canción, Ponç de la Guàrdia, a punto de emprender una expedición de resultados dudosos hacia Tolosa, se dirigió a su dama para recordarle cómo la quiere y cómo la recuerda, y cómo todo aquello que podían ser pequeños malentendidos ya no tienen ninguna importancia. Se trata de un breve testamento amoroso.
I Farai chanzo ans que veinha.l laig tems, pus en Tolsa non n'anam tuit essems. A Deu coman tot cant reman de zay: ploran m'en part, car las domnas ams nems. Tot lo pais, de Salsas tro a Trems, salv Deus, e plus cel on midons estai II Tot n'o am mais car ma dona i sai; qu'el'es mos jois et el'es tot cant ai, e res no.m am mas leys cui amar suel ni de mos jorns autra non amarai; e sai e cre que leis aman morai, pus a leis platz qu'enaixi m'o acuill, III Cant e leis plaitz que.m fay tort ni orguil, sitot m'o vey, conoixer non o vul. Mas ben conosc tot cant me fai de be: lo be.l graesc e.l mal, sitot m'en duil. C'om peitz me fai, can m'esgaran sey oil, ai tant de yoy que del mal no.m sove. IV Non es nuils joys lo desir que me'n ve, que si.m destreinh, non ay poder de me, mas sol d'aitan can tot soletz m'estau e pes de leis ab lo cor que la ve: aquel douz pes me sojorn'e .m reve et ai n'aut pessan mant bon jornau. V Domna, vos etz manenta de bon lau e, ses mentir, la gencer c'om mentau: per qu'eu sofer totz mos mals e deport que trac per vos soletz e mon cabau, e n'ai dolor, mas vos estatz suau: d'aizo m'es vis que faitz alques de tort. VI Us lauzengiers me vol far paitz de mort; mas no m'en clam, que mout n'ai bon conort e no.y ay dan, et il fai que vilans. Ja no s'en lais, que pesari.m fort: que esters son grat auray joy e deport merces midons, a cui baissei les mans. | I Haré una canción antes de que venga el mal tiempo, ya que en Tolosa vamos de pronto. A Dios encomiendo todo cuanto queda aquí: llorando me voy, porque las damas amo mucho. Todo el país, desde Salses hasta Tremp, guarde Dios, y mas allá donde mi señora está. II La amo aún mas porque mi dama está; que ella es mi gozo y ella es todo lo que tengo, y nada amo sino a ella a la cual siempre he amado y en mis días ninguna otra amaré; y se y creo que moriré amándola, porque si a ella le place que así me lo conceda. III Cuando a ella le place ofenderme y mostrarse orgullosa, aunque lo veo, no quiero reconocerlo. Mas bien reconozco todo el bien que me hace: el bien le agradezco y el mal, aunque me duele. Como peor me trata, cuando sus ojos me miran, tengo tanto gozo que no me acuerdo. IV No es ninguna joya el deseo que me domina, que se me apodera, que no tengo poder sobre mi, solamente cuando me encuentro solo y pienso en ella con el corazón que la ve: este dulce pensamiento me descansa y me resarce y pensando en ella he tenido muy buenos días. V Señora, vos sois famosa de buen nombre y, sin mentir, la mas gentil que uno puede nombrar; por la cual cosa yo soporto todos mis males y esfuerzos que pierdo la razón por vos, y tengo dolor, pero vos estáis tranquila: en eso creo que sois un poco injusta. VI Un maldiciente me quiere peor que muerto; pero no me quejo, que tengo un buen consuelo y no tengo daño, y ella actúa como un villano. Ya no se cansa que pesaría mucho: que pese a el tener gozo y placer gracias a ''midons'', a quien besé las manos. |
Muhammad ibn Abd al-Malik ibn Quzman (en árabe, محمد بن عبد الملك بن قزمان), más conocido simplemente como Ibn Quzman o Ibn Quzmán (ابن قزمان) y en ocasiones también por la hispanización Abén o Abán Quzmán, fue un famoso poeta andalusí, nacido en Córdoba hacia 1078 y muerto en la misma ciudad en 1160, conocido por sus peculiares zéjeles escritos en árabe coloquial andalusí.12
Se ha querido ver en su nombre una arabización del germánico Guzmán, algo que no era infrecuente en Al-Ándalus, pero otras fuentes señalan que el nombre Quzmān está documentado ya en la Arabia preislámica, con lo que puede que sea árabe, aunque es un nombre inusual.
Lo esencial de su obra se conserva en un único códice, que fue descubierto en San Petersburgo a finales del siglo XIX: se trata de su Cancionero o Diwan (antología poética), que es asimismo el documento que proporciona los datos que se conocen sobre su vida, ya que en sus composiciones habla también de sí mismo: que tenía entre seis y ocho años en la batalla de Zalaca —lo que permite conjeturar su fecha de nacimiento—.
Ibn Quzman conocía bien la poesía árabe clásica de autores célebres como Abu Tammam, Al-Mutanabbi, Du r-Rumma, etc. Han llegado hasta nosotros algunas composiciones suyas de aire clásico, consideradas de poco valor frente a su Cancionero. Ésta es una obra original tanto por la forma utilizada, el zéjel, escrito no en la lengua literaria habitual, sino en el dialecto local, como por los temas que toca, en los cuales a menudo reinterpreta de forma irónica tópicos de la poesía árabe clásica.
El Diwan[editar]
Se piensa que Ibn Quzman fue el primer gran escritor que empleó el zéjel, que había sido inventado por el zaragozano Ibn Bayya, y le dio su forma definitiva, puliéndolo de las imperfecciones que a su juicio tenía.
Su Diwan o Cancionero contiene 149 zéjeles. El arabista Stern los dividió en dos clases:
- Los zéjeles moaxajeños, que son poemas de entre cinco y siete estrofas en todo similares a las moaxajas ( temas, forma, jarcha) salvo por el hecho de estar escritos en lengua coloquial en vez de en árabe clásico. Constituyen una tercera parte del Diwan.
- Los zéjeles propiamente dichos, sin límite de estrofas, de temas diversos, y que constituyen los dos tercios restantes.
Dedicó buena parte de los zéjeles a describir sus relaciones con jóvenes varones, las fiestas a las que solía asistir o los bailes e instrumentos musicales empleados en ellas. También habla de sí mismo y hace, como otros poetas, elogio de las personas que le protegen. De acuerdo con uno de sus zéjeles, hacia el final de sus días pareció arrepentirse de su vida disipada:
Ibn Quzman se arrepintió.
¡Bueno será para él si persevera!
Sus días pasados eran fiestas entre los días.
Pero después del sonar de atabales y adufes y de arremangarse para el baile
Ahora sube y baja por la torre del almuédano.
Se ha hecho imam en la mezquita y reza prosternándose e inclinándose.
Aunque también dejó escritas instrucciones para su muerte:
Cuando muera éstas son mis instrucciones para el entierro:
dormiré con una viña entre los párpados.
Que me envuelvan entre sus hojas como mortaja
y me pongan en la cabeza un turbante de pámpanos.
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